Natalia es obligada a casarse con el amante de su hermana gemela. Si no lo hace verá a sus padres morir delante de ella.
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Samantha
En el transcurso de la cena, Lawrence solo comió silenciosamente, su mente estaba invadida con cada una de las palabras que Natalia dijo en la habitación...
Algo muy raro en él, era que no le tomará atención a su madre, ya que cada noche, era una linda costumbre de que hablaran...
Catalina dejó los cubiertos a un lado, les ordenó a las dos empleadas que salieran del comedor.
Al quedar a solas con su hijo, Catalina comenzó hablar, para, saber que tanta atención le estaba poniendo su hijo.
_ Lawrence, el día mañana, muy temprano, voy a ir de compras... Quiero comprar todo mi guardarropa nuevo.
_ También, haré otras cosas importantes, y por su puesto quiero llevarme a la chica conmigo.
_ No sé, me gustaría comprarle unos vestidos nuevos. Es muy hermosa, y tiene un cuerpazo.
No importaba todo lo que Catalina hablara, Lawrence tenía la mente en otro lado. Así, que no tomó en cuenta las palabras de su madre.
Con enfado, Catalina golpeo con fuerza la mesa delante de ella. Provocando que Lawrence, regresará a la realidad.
_ ¿Sucede algo, madre?... _ Lawrence preguntó distracción.
_ Eso es lo que me gustaría saber. Sé que eres todo un hombre, y no debe meterme en tus asuntos. Y creó que todos estos años, lo he respetado... Pero, tu actitud ha cambiado demasiado, ¡No solo conmigo, sino con todos los que te rodean!...
Lawrence soltó los cubiertos, los dejó a su lado derecho, poniendo toda su atención en su progenitora.
_ ¿Qué deseas saber?...
Catalina golpeó con más fuerza la mesa, se levantó de inmediato, empujando la silla detrás de ella.
Con sus dos manos colocadas encima de la mesa, y su mirada clavada en su hijo, Catalina comenzó hablar.
_ Dime todo, Lawrence. ¡Y no intentes mentirme!... _ Catalina estaba realmente furiosa...
Lawrence, no tenía ninguna intención de contarle a su madre, todo lo que estaba sucediendo con la familia Montenegro, y él…
El chico limpió sus labios con una servilleta. Se levantó de la mesa, y se acercó a Catalina...
Agarrando a su madre la cabeza, Lawrence, solo le dio un beso en la frente, y se alejó de ella, sin decir nada.
Catalina volvió a dejarse caer en la silla detrás de ella. Como madre, le dolía ver a su hijo, tan fuera de sí mismo...
Y no entender que es lo que está pasando por su cabeza. Qué es eso tan grave que no deja a Lawrence ser como antes.
Desde la llegada de Natalia a la mansión, el estado de ánimo de Lawrence, dio un cambio radical.
Catalina no era tan tonta, para no darse cuenta de lo evidente, sin embargo, la chica era tan dulce, que no parecía ser una mala mujer.
Lawrence salió de la mansión, caminó hasta la cochera, subió a su auto favorito. En segundos, desapareció de la mansión.
_ Natalia, tiene dos hijos...
_ ¡Dos hijos!..._ Continuamente, Lawrence repetía esas palabras.
El corazón de Lawrence, se comenzó a llenar de celos. Se estaba dando cuenta de que, Natalia lo había obsesionado.
Solo de pensar que Natalia había estado con otro hombre, y que le había dado dos hijos, los celos se apostaban de todo su cuerpo.
Luego de un tiempo, Lawrence estacionó su auto en la cochera de un club privado. Ese lugar era de la pertenencia de Lawrence, pero, muy pocas veces, iba.
El ambiente, era demasiado bueno, la música se escuchaba muy fuerte, cada uno de los que estaban allí, se divertían alegremente.
Lawrence subió las escaleras, sin detenerse. Al llegar a su oficina, los dos escoltas se quedaron a fuera, mientras él entraba.
Al llegar sin avisar, Lawrence presenció una escena erótica, al interior de su oficina. La hermosa mujer de cabello rojo, qué, trabajaba como encargada del Club, se estaba comiendo a uno de sus trabajadores.
Sin darse cuenta de la presencia de su jefe, la chica no se detuvo, hasta que la voz de Lawrence, se escuchó por cada rincón de la oficina.
_ ¡Necesito todo esto limpió en menos de dos segundos!... _ Lawrence ordenó con voz extremadamente fría.
La chica, llamada Samantha, volteó a ver hacia atrás, y al ver a Lawrence parado en la puerta, alejó al hombre detrás de ella.
_ No te esperaba..._ Mencionó la chica, recogiendo su vestido del suelo...
En poco tiempo, Samantha se vistió y corrió al empleado que estaba con ella... No se sintió ni un poco avergonzada por el espectáculo que acaba de brindarle a su jefe.
_ Si me hubieras avisado que venías, te hubiera preparado a la mejor chica del club..._ La seductora voz de Samantha se escuchó en toda la oficina.
Lawrence caminó hasta la silla detrás de su escritorio, enseguida, llenó un vaso de cristal, con la botella de tequila, que, Samantha, tenía encima del escritorio.
_ No es necesario, ... Fue corta la respuesta de Lawrence.
Samantha fue hasta detrás de Lawrence, colocando sus suaves manos en el cuello del chico...
Lentamente, comenzó a darle un masaje en los hombros a Lawrence. Sin bien, la chica no se conformó, y fue bajando su cabeza, sus labios se acercaron al oído de Lawrence.
Samantha comenzó a pasar su lengua en el cuello del chico... Sin embargo, Lawrence no había ido al Club, a tener sexo con ninguna mujer.
_ ¡Basta!... Es suficiente.
Samantha no se dio por vencida metiendo sus manos, debajo la camisa de Lawrence, para intentar excitar su cuerpo.
Lawrence levantó su mano, alejando por completo a Samantha de él. Al no haber logrado nada, Samantha se alejó y tomó asiento en la silla vacía delante de Lawrence.
_ ¿Qué sabes de Marcelo Montenegro?... _ La pregunta de Lawrence, provocó que la sonrisa desapareciera de los labios de Samantha.
_ Sé lo que todo el mundo sabe de ese hombre..._ Contestó Samantha nerviosa.
_ Pero, ¿Por qué?... Me haces esa pregunta a mí...
_ Fuste su amante por muchos años... Si mal no recuerdo...
Samantha se levantó de la silla, era una etapa de su vida, que le agradaba recordar. En ese entonces era tan solo una adolescente...
La chica caminó lo más alejada de Lawrence, su mente se llenaba de malos recuerdos. En palabras que escuchó y que jamás iba a revelar.
_ Nunca lo he negado, fui amante de ese hombre, como muchas chicas lo soy. Te ayudé mucho en su momento, y por eso estoy en este lugar, ¿O me equivoco?.. ... _ Contestó Samantha.
_ Es verdad, fuiste una pieza importante, para vencer a Marcelo, en su momento... Pero, como toda una mujer inteligente, guardas secretos, que te pueden servir en un futuro... _ Comenzó a decir Lawrence.
_ Yo, soy una mujer de Club. Complacer a los hombres importantes que vienen a mí, es mi trabajo... Todo lo que escuchó debo guardarlo y quedarme callada por mi bien… Y lo sabes... _ Contestó Samantha.
_ Quiero saber todo, lo que me has estado ocultando... ¡O serás testigo de mi furia!.
Samantha volteó a ver a Lawrence, asustada. Ella trató de disimular su nerviosismo con una sonrisa coqueta, sin embargo, no le funcionó.