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CECIL EL FINAL DE LA VILLANA

CECIL EL FINAL DE LA VILLANA

Status: Terminada
Genre:Completas / Traiciones y engaños / Secuestro y encarcelamiento
Popularitas:14.4k
Nilai: 5
nombre de autor: CINTHIA VANESSA BARROS

Cecil Moreau estaba destinada a una vida de privilegios. Criada en una familia acomodada, con una belleza que giraba cabezas y un carácter tan afilado como su inteligencia, siempre obtuvo lo que quería. Pero la perfección era una máscara que ocultaba un corazón vulnerable y sediento de amor. Su vida dio un vuelco la noche en que descubrió que el hombre al que había entregado su alma, no solo la había traicionado, sino que lo había hecho con la mujer que ella consideraba su amiga.

NovelToon tiene autorización de CINTHIA VANESSA BARROS para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 2

Capítulo 2.

"¡Por favor sáquenme de aquí, no puedo estar en este lugar! Yo lo hice por amor, sáquenme de aquí, por favor". Mis gritos resonaban una y otra vez en esas paredes frías y grises, pero nadie me hacía caso. Era inútil. Nadie me escuchaba. Pedí disculpas, rogué, lloré, y, aun así, nada cambió. Al final, fui condenada a 10 años de cárcel,  por un crimen que cometí. Todo por aferrarme a un hombre que jamás me quiso, a alguien para quien nunca fui más que una diversión temporal.

En mi celda, sola y acurrucada, el silencio solo era interrumpido por mis sollozos, en la soledad de esas cuatro paredes, entendí la magnitud de mis errores. Me di cuenta de cuánto me había perdido, de cuánto había sacrificado. Era una idiota. Si tan solo hubiera escuchado a mi tía, si hubiera dejado que la razón ganara al corazón, nada de esto estaría ocurriendo. Pero no lo hice. Fui necia. Pudo más mi amor enfermizo y, ahora, estaba pagando las consecuencias. A los 22 años, tenía el resto de mi vida arruinada, y 10 de esos años los pase encerrada. Marginada. Juzgada por todos.

Cecil despertó de esa horrible pesadilla y se maldijo por permitir que sus emociones la dominaran, emociones que prometió no volver a sentir, pensó que Adrián se había convertido en algo negativo y estaba decidida alejarlo, pero la idea la entristeció, fue una de esas noches en las que no podía dormir, cerro lo ojos para recordar el pasado.

Flashback.

El traslado a la prisión fue mi primer contacto con la cruda realidad. Las miradas de las reclusas me evaluaban con desprecio y con un dejo de perversión, como si ya supieran que yo no estaba hecha para este lugar. Mi llegada fue el anuncio de que algo se rompería: mi espíritu, mi dignidad, quizás ambos.

Esa noche, mientras intentaba descansar en mi litera, dos mujeres que compartían celda conmigo decidieron darme la "bienvenida". Sin previo aviso, me empujaron al suelo. Sus manos eran fuertes, curtidas por una vida de lucha. "Aquí no hay princesitas", dijeron antes de propinarme una golpiza. Me dejaron tirada, adolorida y llorando en silencio. Aprendí rápido que mostrar debilidad era peligroso.

Al día siguiente, la rutina continuó. Las duchas, que deberían ser un espacio privado, se convirtieron en una zona de peligro. Apenas me quité la ropa, una pandilla de mujeres se acercó. Sus burlas se convirtieron en empujones, y los empujones en golpes. Me patearon hasta que mi cuerpo no podía más. "Esto es para que aprendas tu lugar", dijeron entre risas mientras me dejaban sangrando en el suelo frío.

Finalmente, las guardias llegaron y me llevaron a la enfermería. La doctora Oriana me atendió con una mezcla de compasión y pragmatismo. "Eres nueva, ¿verdad?", preguntó mientras limpiaba mis heridas. Solo asentí. No tenía fuerzas para hablar. Me administraron analgésicos, pero el verdadero dolor no estaba en mi cuerpo, sino en mi alma. Oriana intentó animarme: "Sobrevivir aquí no es fácil, pero es posible. Solo debes aprender a moverte con cuidado". Pero ¿cómo podría? En este lugar, cada esquina parecía acecharme.

Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. Aprendí a soportar el dolor físico, pero el peso emocional era abrumador. Los insultos eran constantes. "Villana", "asesina", "loca". Cada palabra se clavaba en mí como un recordatorio de que no solo estaba presa entre estas paredes, sino también en la mente de quienes me juzgaban.

Una noche, mientras intentaba dormir, una reclusa llamada Marla se acercó a mi cama. "Te vi en las duchas", susurró con una voz cargada de amenaza. Antes de que pudiera reaccionar, me sujetó con fuerza, sus uñas clavándose en mi piel. "Aquí, si no tienes aliadas, no sobrevives". Su "propuesta" de alianza no era más que una fachada para someterme a su control. Me negué y recibí otra golpiza como respuesta.

El hambre era otra tortura constante. Aunque había un horario establecido para comer, muchas veces no lograba llegar al comedor. Las líderes de la prisión decidían quién comía y quién no. Algunas veces lograba robar un pedazo de pan, pero la mayoría del tiempo subsistía con el agua sucia que salía del grifo en mi celda. Mi cuerpo, antes fuerte y sano, comenzó a debilitarse. Perdí peso rápidamente, y con cada kilo que desaparecía, sentía que mi espíritu se desvanecía un poco más.

En medio de este infierno, mi tía seguía siendo mi único contacto con el mundo exterior. Llegó una tarde, con el rostro lleno de preocupación. No quería que viera cuánto sufría. Ella me tomó las manos, sus ojos buscando los míos. "No puedo dejarte aquí sola. Prometí cuidarte, y lo haré hasta mi último aliento". A pesar de mis protestas, seguía visitándome cada semana, trayendo no solo comida y ropa, sino también un rayo de esperanza.

Sin embargo, estas visitas no eran suficientes para llenar el vacío. Cada vez que se marchaba, el silencio volvía a devorarme. Mis pensamientos eran mi peor enemigo. Recordaba la traición, y a mi propia ceguera. Me odiaba tanto como odiaba este lugar. La culpa y el remordimiento eran cadenas que, a veces, pesaban más que las rejas de la celda.

En uno de esos días grises, una oportunidad inesperada surgió. Una guardia me llamó a la oficina del alcaide. "Hemos recibido un programa de rehabilitación artística", explicó el alcaide. "Las reclusas podrán participar en talleres de pintura, escultura y otras actividades. Si decides unirte, podrías ganar puntos para reducción de pena".

Mi primera reacción fue de incredulidad. ¿Arte? ¿Aquí? Pero algo en mi interior, una chispa que creía extinta, se encendió. Acepté. Comencé a asistir a los talleres, aunque no esperaba mucho. La primera vez que sostuve un pincel, mis manos temblaron. Pero a medida que las semanas pasaban, los colores y las formas comenzaron a llenar el vacío. Era como si cada trazo en el lienzo arrancara un pedazo del dolor que llevaba dentro.

Fin del flashback.

Esa noche, los colores del día no lograron disipar las sombras en mi mente. Las pesadillas volvieron con fuerza: el eco de los gritos en las duchas, los rostros de mis agresoras, las miradas de desprecio. Me desperté sudando y jadeando, sintiendo las paredes de mi habitación cerrar sobre mí como las de una celda.

Adrien. Su rostro amable apareció en mi mente como un reflejo incontrolable. La calidez de su sonrisa y el brillo de sus ojos parecían perforar la coraza que había construido a mi alrededor. Pero ese era el problema: estaba sintiendo algo, y había jurado que jamás volvería a hacerlo. El amor me había llevado a la ruina, y no podía permitirme repetir el error.

Decidí no volver al taller. Lo borré de mi agenda, ignoré las llamadas de Adrien y me sumergí en una rutina solitaria. Evité pasar cerca del lugar, temiendo que mi voluntad flaqueara. Si lo veía, si volvía a sentir esa chispa, estaría perdida.

Pero en el fondo, sabía que el vacío regresaba, más oscuro que antes.

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Martha Patricia Henry Anaya
es cierto que la gente puede cambiar pero se está pasando de confiada
Blanca Ramirez
excelente historia
Teresita Milano
Excelente
Anonymus
Cinismo y egoísmo en su máxima expresión 😡
Evelyn Osorio Ramirez
Excelente
Edy
Felicidades aurora a mi me encantó, estubo muy bonita, excelente trama y más que nada la reflexión... Aprende, vive, respeta y continúa ❤️
Ophelia Palafox
y que pasó después??? 😬😬😬😬😬😬
Edy
🙊
Edy
❤️❤️❤️❤️ gracias autora
Edy
pública lo que falta autora porfa, no nos dejes con la intriga, está súper interesante🥺❤️
Edy
🥺su capacidad de perdón es sorprendente
Elizabeth Yesenia Rojas
Excelente
Andrea G
la trama es interésante y un poco diferentes a como suelen ser las novelas de venganza que empieza contando el pasado de la protagonista
Andrea G
Se ve interesante la historia y el prolongo es un atrapante /Smile/
Juana Paz Cabrera
Excelente
America Guzman
atrapada con esta novela /Drool//Drool//Drool//Drool//Drool/
Booteliel Marian: gracias por leer, 😊
total 1 replies
Ophelia Palafox
me encanta tu historia, /Drool//Drool//Drool//Drool//Drool//Drool//Drool/
Booteliel Marian: gracias por sus comentarios 😊
total 1 replies
Ophelia Palafox
esta capítulo me encantó, sobre todo la frase de la tía matilde, "no se necesita el permiso de nadie para ser feliz "
Ophelia Palafox
ohh!! ¿cual será esa historia de los tres?
Ophelia Palafox
muy buena, me gusta mucho como vas desarrollando la historia
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