La Loba Y El Dragón

¿qué te parece si me explicas quien demonios te crees que eres para atacar así a mi gente?- el frío en su voz no me movió un solo pelo, tampoco baje mis manos, solamente miré a la mujer que se encontraba en el piso llorando.

Si no metieras putas enfermas en tu cama no habría pasado nada- le escupí con bronca.

Oh ¿acaso estás celosa y por eso le pegaste?- el cinismo me hizo poner los ojos en blanco. Se creía Brad Pitt el pelotudo este.

¿Celosa?- pregunté riendo -¿por qué estaría celosa de alguien como tú o como ella?- mierda sus ojos se oscurecieron y su sonrisa se borró, se ve que le pegue justo en su ego.

Nadie decía nada, los de atrás solamente miraban todo conmocionados, nadie se acercó a los caídos y siendo francos esperaba que disparara.

Tío- El grito de Leo nos hizo voltear a todos.

El pequeño con su valentía, se interpuso entre Neo y yo. No necesito decir que automáticamente apareció, el arma que me apuntaba se guardó, era obvio que nadie quería que el niño viera esas cosas, pero aun así ni baje los brazos ni deje de sonreír. Pude ver de reojo qué Rumi se acercaba también corriendo y se ponía frente a mí.

Su niñera le dio un cachetazo al niño y mi empleada lo defendió, lamento si le dijo algo que lo ofendiera a veces no controla su lengua- Rumi prefiero que no me defiendas.

La madre del pequeño se acercó hasta él y constató el golpe, pude ver como sus lágrimas caían desesperadas y le preguntaba que había pasado, Leo como todo niño rompió en llanto cuando contó que ella lo trataba mal y que esto venía desde hacía tiempo, también le dijo que según ella era culpa de él que su tío no quisiera tenerla más en su cama, aunque él no entendía que significaba eso y que lo había amenazado con matar a sus papás si llegaba a decir algo. Todos se tensaron cuando Hank se acercó a la chica y la levanto por el pelo, los gritos no se dejaron esperar y la madre tomo al niño en brazos y tapando sus oídos se lo llevo corriendo a la casa.

Dos de los de seguridad se habían despertado, me miraban con enojo, pero a mí que me importaba.

Llévenla al cobertizo- la voz de Hank era mucho más grave que la de Neo -después vengan a levantar a sus compañeros y llévenlos al cuarto de empleados para revisarlos- se acercó a mí mirándome sin una sola pizca de superioridad, parecía ¿agradecido quizás? -¿Estás bien? ¿Llegaron a herirte?- su voz suave no se comparaba con la de recién, me hizo bajar los brazos y reviso mis manos y mis muñecas.

Estoy bien, ninguno llegó a golpearme- le dije encogiéndome de hombros, cuando levante la viste lo note sorprendido.

Nunca había visto a nadie defenderse solo con sus manos de nuestros dragones- por primera vez el viejo Lee hablo -debes ser bastante te ágil y fuerte a pesar del pequeño cuerpo que tienes- su mirada era rara, no pude notar que emoción escondían sus ojos.

sé defensa personal, de esa manera puedo andar segura de noche- mentí lo sé, pero tampoco puedo ir por la vida contando la verdad.

Aun así pareciera que hay varias artes marciales en tu DEFENSA- entendí la forma en la que se dirigía a mí, pero si hay algo que había aprendido de madre era a que jamás tenía que dejar ver mis emociones.

No sabría decirle, mi profesor dijo que me enseñaba defensa personal, nunca me dijo si había o no algo de algún arte marcial en ello- otra mentira más y ya vamos, ni idea perdí la cuenta.

Interesante empleada la que tienes, aunque debo admitir que la mentira se le da bastante bien- Neo se había acercado a Rumi mientras Hank se dirigía adonde los de seguridad había llevado a la chica.

Quiero que sepas que te hago responsable de esto hijo, por ende debes pedirle disculpas a tu hermano y a su mujer, pero muchas más a tu sobrino. De no haber sido por esta jovencita, ese monstruo hubiese seguido torturando a Leo- el viejo se dio la vuelta y se fue rezongando.

Debemos volver a nuestro trabajo- dijo Rumi tomando mi brazo y tirando de este para caminar con él hacia la cocina, aún podía sentir la mirada de Neo sobre mi espalda, aunque no lograba ponerme nerviosa.

Una vez que pasamos la puerta solté todo el aire que estaba conteniendo dentro mío, Rumi como todo hermano mayor me dio un golpe en la cabeza.

Te dije que no te metieras, si no es porque el niño se me escapo en cuanto vio la situación podrías haber muerto- agache la cabeza sabiendo que me merecía el reto.

Estaba en peligro, no podía no hacer nada- le contesté sin mirarlo, es cierto por ser impulsiva pudieron haberlo matado a él también y después, si a mí no me mataban, de seguro Yoriko lo hubiese hecho.

sé que eres noble Nat, pero a veces es mejor pasar desapercibidos- dijo suspirando.

Perdón, en serio lo lamento- un ruido en la puerta nos hizo darnos vuelta de pronto.

La madre de Leo venía rápido hacia mí y me abrazo, lloraba dándome las gracias y acariciando mi cabello, al principio me quedé estática, no esperaba esta reacción, pero luego de un rato solamente pude corresponderle el abrazo, entendía su dolor, porque si alguien hubiese salvado a mi hermana de algo así de seguro le estaría agradecida de por vida.

Una vez que se calmó, nos explicó que Leo se había quedado dormido de tanto llorar y nos pidió, bah en realidad a Rumi le pidió, que mientras estuviésemos trabajando el niño se quedara con nosotros en la cocina, al menos hasta que encuentre a alguien de confianza para cuidarlo. Nos dijo que él era muy bien portado y estaría sentado en todo momento, también nos explicó que obviamente nos pagaría extra por eso y aunque Rumi quiso decirle que no era necesario, nos dimos cuenta de que no aceptaría un no por respuesta, así que suspirando él le dijo que sí.

Se fue luego de un rato y terminamos de cocinar lo que faltaba, Neo ingreso un momento antes de que sirviéramos todo en las bandejas.

No es necesario que pruebes la comida- me dijo acercándose a mí, el tenerlo cerca me daba muy mala espina.

Como ordene- le dije sin mirarlo. Se ve que mi contestación no le gustó, porque cerró los puños de manera fuerte y volvió a irse.

Rumi sirvió todo, mientras yo limpiaba como siempre y una vez que todo quedo perfecto nos fuimos. No voy a negarlo, solamente cuando estuvimos cerca de la casa de Nana fue que realmente me pude relajar.