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AFABLE

AFABLE

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Mafia / Traiciones y engaños / Romance entre patrón y sirvienta / Diferencia de edad / Jefe en problemas / Secuestro y encarcelamiento / Enfermizo
Popularitas:27.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Irwin Saudade

Janet tiene un futuro prometedor, pero su padre la fastidia a que ya debe casarse. Como ella se niega rotundamente, la obliga a aceptar un trabajo en la ciudad. Así es como termina cuidando de un hombre ciego llamado Nicolás. Este hombre es hijo de un mafioso.

Será que, el haber ido en contra de los deseos de su familia, ¿Podría significar el inicio de su felicidad?

NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

AÚN CUANDO LAS FLORES SE SECAN

Volver a la ciudad. Ver el paisaje cambiar. Llevar un corazón latiendo nervios y muchas cuestiones que me hacen sentir muy descabellada. ¡Quería saber la verdad! Pero también me daba miedo estar equivocada de querer saber. El verano estaba por acabar, había pasado una semana desde que supe que mi abuelo es Raymundo de la Vega.

Mis metas se estaban pausando a causa de mi sangre y el nervio constante también se acompañaba de una hormona enamorada.

—Todo va a estar bien. ¡Tranquila! Yo estoy a tu lado para lo que necesites. ¡Seré tu ramo de flores!

¿Mi ramo de flores? De pronto no entendía a qué se estaba refiriendo.

—Espero que así sea. Me da miedo pensar que mis verdaderos padres no me quieran en su vida. ¡Ahora soy adulta! Y no sé qué clase de vida llevan ellos. ¿Tendré que cambiar para agradarles? ¿Me darán su cariño rápidamente? ¿Podré acostumbrarme a ellos? ¡No quiero olvidarme del pueblo!

Su mano atrapó a mi mano. ¡Estar a su lado era una calma constante! De cierto modo si me había acostumbrado a él.

—Todo a su tiempo. Con calma podrás conquistar lo que te hace sentir preocupada.

—Tienes razón.

—¿Quieres poner música?

—Bueno.

Él y yo veníamos sentados en los asientos traseros de la camioneta. Ernesto era nuestro chofer y mi familia del pueblo me dio su bendición cuando les dije que iría a averiguar sobre mis padres.

Tanto Tanto, de Ángel Gallardo empezó a sonar. Quise recostar mi cabeza en el hombro de Nicolás y su brazo me cobijó para hacerme sentir mejor.

Te anhelo tanto, tanto

Y no puedo dejar de soñarte

Te dije que te quiero

Te dije que te extraño,

me haces mucho daño

Me aferro al pasado,

Pasan días pasan años y yo sigo aquí pensando en ti

No quiero lastimarte, no quiero olvidarte

Pero ya no eres la misma de ayer.

Y el viaje se terminó cuando nos detuvimos al lado de una casona enorme. Mi abuelo vivía en un fraccionamiento súper grande y las casas eran muy similares. ¡Mucha gente rica en esta zona de la ciudad!

Tome un poco de aire, Nicolás me miraba con atención.

—¡Tranquila! Todo estará bien.

—Eso espero.

Sus manos subieron hasta mi rostro, en mis mejillas se detuvo y su tacto me aceleró el corazón. Sus labios se impregnaron en mi frente y su beso me reconfortó muchísimo.

Era momento de bajar.

Camine hasta la puerta de madera. Toque el timbre. Pasaron varios segundos. Abrieron.

—¡Buenos días! —Era la ama de llaves.

—¡Buenos días señorita! ¿Se encontrará el señor Raymundo? —Pregunté.

—¿Quién lo busca?

Estuve a punto de decir, “su nieta”, pero sentí que eso sería algo intenso si aún no estaba confirmado al cien por ciento.

—Janet.

—Claro. Permítame un momento.

Entrecerró la puerta. Me giré a mirar a Nicolás. Le dije que prefería que él me hiciera compañía. Le regale una sonrisa y de su boca, me mando un beso.

—¿Usted me busca? —Preguntó Raymundo.

Su voz me sorprendió y sin dudar, me giré a mirarlo.

—¡Buenos días señor!

Se le iluminó el rostro.

—¡Que sorpresa! Eres tú. Pasen por favor.

Su casa tenía un aroma a café. La decoración era mínima y el estilo de este lugar era minimalista. Me invito a tomar asiento en el recibidor principal de la casa.

—¿Y cómo has estado? Pensé que no necesitarías de mí ayuda.

—¡Estoy bien! Lo que pasa es que tuve que viajar a mi pueblo —se sorprendió.

—¿No eres de aquí? Juraría que no pareces ser una chica de pueblo.

—Soy de un pueblo que está a una hora y media de distancia.

—¿Tienen un rancho?

—No —sonreí—. ¿Usted si es de aquí?

—Sí. Nací en la ciudad de Puebla. Me gusta mi ciudad.

—Es muy bonita.

Asintió.

—¿Cómo supiste donde vivo? Ese día solo te di mi número, pero no me llamaste. ¿Tú…?

—Vine a verlo porque quiero decirle algo importante —interrumpí—. Un familiar de mi novio lo ubica a usted y por eso di con su dirección.

—Es que soy algo popular a pesar de estar viejo.

—Supongo que sí. Descubrí que tiene una empresa enorme. ¿Venden frituras?

Asintió.

—Somos competencia a nivel nacional y también internacional.

Sonreí, quise aparentar alegría por el logro de su esfuerzos. Hicimos contacto visual y supe que debía ser certera con mis palabras. ¡No me andaría con rodeos!

—Don Raymundo. ¿Usted tiene un hijo que se llama Julio?

—Sí. ¿Lo conoces?

—Solo por fotografías.

—¿Por qué me preguntas por él?

Me arme de valor. Este era el momento.

—Acabo de describir que posiblemente él es mi padre y eso me tiene angustiada. Por eso vine a verlo.

¡Quedó pasmado! Sus ojos se llenaron de mucha sorpresa y de pronto, parecía haberse quedado en shock.

—¿Se encuentra bien? —Pregunté al ver que no reaccionaba?

Sus pensamientos volvieron al presente.

—¿Quién te dijo que Julio es tu padre?

—Bueno, es una larga historia en realidad.

—Con razón desde la primera vez que te vi, sentí una conexión contigo. ¡Eres idéntica a tu madre!

—¿La primera vez que me vio?

Asintió.

—Ese día, justo antes de que mi nieto te diera el balonazo, te mire a lo lejos y sentí una sensación extraña. Como un presentimiento. Desde ese día, siempre he estado pensando en ti.

Trague saliva.

—¿Usted ha pensado en mí?

—Sí. Como bien dijiste, es una larga historia.

Asentí.

—Pues yo no tengo ningún presentimiento, pero, todos en mi casa ya saben que no llevo la sangre de ellos. Y mis padres me dijeron que yo no soy su hija de sangre.

Él me miraba con atención y curiosidad. Era como si me estuviera examinando nuevamente.

—Puede que tú y yo si seamos familia.

Asentí.

—Sé que esto va a sonar extraño, pero me gustaría pedirle si es posible, que hiciéramos una prueba de ADN para confirmar los presentimientos y verdades que cada uno tiene.

—Creo que es una petición aceptable. ¿Estas ocupada esta tarde? Mis hijos han organizado una convivencia familiar y Julio llega de San Luis para poder estar en la fiesta.

¿Una fiesta familiar? ¿No era muy pronto? Sentí nervios de repente.

—Me gustaría ir, pero, me da miedo.

Su mirada se tornó curiosa.

—¿Por qué te da miedo? Después de todo, podemos pactar con ellos cuando realizar la prueba de ADN, ¿no te parece?

Supongo que tenía razón. Voltee a mirar a Nicolás para saber lo que él opinaba y asintió.

—¡Está bien! Aceptaré su invitación. Asintió.

—¿Y cómo fue que descubriste la verdad?

...💐💐💐...

Eran las cuatro de la tarde cuando entre a la biblioteca de aquella casa. Nicolás me acompañaba y ellos esperaban sentados en el sofá.

Cuando hice contacto visual con ella, la que es mi verdadera madre, se le iluminó el rostro con sorpresa.

—¡Buenas tardes! —Saludé.

—Toma asiento Janet.

—Claro.

Y quedamos de frente a ellos.

—Ella es Janet. ¡Su hija! —Informó el abuelo.

Julio me examinaba detalladamente y Elsa, bueno, no sabría explicar a detalle los sentimientos que su semblante irradiaba.

—¿Nuestra hija? —Julio preguntó.

—¿Lo olvidaste ya? —Cuestionó Raymundo.

—¡La bebé que nos robaron! —Dijo ella—. Julio, ella es Merari. ¡Nuestra hija!

Sin pena alguna, la mujer se acercó a mí. Quiso examinarme más de cerca. Sus manos me tocaron el rostro, me tomo de las manos y me envolvió en un abrazo. ¡Esto era muy sensible! Mi corazón se sentía extraño y frágil al mismo tiempo. ¿Debería ponerme a llorar como ella?

—¡Hija! ¿De verdad eres tú?

—Sí. Pero mi nombre es Janet.

—¿Cómo la encontraste? —Preguntó Julio.

Él parecía estar procesando todo esto.

—Ella nos encontró a nosotros.

Julio se puso de pie. Camino hasta mí, me miró directamente a los ojos y parecía que estaba llorando. ¡Me abrazo con todas sus fuerzas! Y yo también me puse a llorar. ¿Está era mi verdadera familia? ¿Por qué me sentía como si también estuviese en una mentira? ¡Me dolía mucho! ¡Pero también me sentía feliz!

—Iré a avisarle a tus hermanos que estás aquí, yo…

—Esperé —la detuve—. Antes de hacer pública esta noticia, quiero pedirles algo.

—Pídenos lo que quieras —me respondió Julio.

No sabía si debía llamarlos por sus nombres o decirles papás.

—Aunque es evidente que hay un parecido muy grande físicamente, quiero corroborar todo con una prueba de ADN —dije.

—¿Una prueba genética? —Ella preguntó.

—Sí. Quiero estar segura al cien por ciento de que esto no es una mentira.

—Claro que no es una mentira. Yo perdí a una hija días después de que nació y tú eres idéntica a mí. ¿Por qué habría duda de ello?

Mi corazón comenzó a latir más fuerte que antes. Mi sentir estaba abrumado y poder ver a mis verdaderos padres era algo inexplicable. ¿Por qué? Muy en el fondo, yo creía que esto era falso.

—Imagino que en este momento todos tienen diferentes emociones, pero, por favor. Lo que Janet pide no es tan difícil. Ella busca con certeza a sus padres. ¿Podrían ayudarla con eso? —Nicolás habló esta vez.

—¡No hay ningún problema! Haremos la prueba —dijo Julio.

...💐💐💐...

—¿Cómo te sientes? —Él tenía preocupación por mí.

Sonreí. Estábamos sentados alrededor de una mesa, cenando tacos árabes.

—Estoy bien. Creo que todo está pasando muy rápido.

Bebí un poco de jugo. Boing de mango.

—¿Te dio gusto conocer a tus padres?

—La verdad no. Es que, no sé cómo explicarlo, pero sentí muchas cosas en ese instante. Si me sentí feliz, pero también me sentía falsa. Como si nada de esto hubiese sucedido.

—¿Te sentías dividida?

—Yo me sentía así.

Di una mordida a mi taco. El sabor era delicioso. ¡Grasoso picante!

—Supongo que es normal.

—Ya lo creo que sí.

Él comió su taco.

Al terminar la cena, Nicolás quiso que fuéramos a caminar. A esa hora no hacía frío, la noche era muy agradable y la Estrella de Puebla en el fondo era increíble.

—¿Te acuerdas de la primera vez que te traje aquí?

—Sí. Tú me hiciste recordarte.

Sonrió.

—Lamentó no haber conseguido flores para esta ocasión.

—No te preocupes. No hacen falta. Estoy contigo y eso me hace sentir bien.

Nos sentamos en una banca, justo enfrente de una fuente de piso que lanzaba chorros de agua en forma coordinada.

—Yo seré tu ramo.

—¿Mi ramo de flores?

—Sí. Aunque me gusta regalarte flores, sé que esas se mueren con el tiempo. ¡Se marchitan y se secan!

—Yo tengo el ramo de flores que me diste en mi última graduación. Parece que mi mamá lo dejó secar y esta vez que estuve en mi habitación, lo vi.

—¿Lo piensas guardar?

—Es un buen detalle.

—No es necesario que lo guardes. Son flores secas. Mejor, piensa en mí.

Me estaba causando curiosidad escucharlo hablar así.

—¿Pensar en ti?

—En mi corazón hay sentimientos por ti. Y cuando estoy contigo, es como si estuvieran floreciendo todo el tiempo.

Se me ocurrió poner mi mano sobre su pecho, en la zona de en medio, allí donde su corazón palpita.

—Que bonita comparación.

—Ojalá nunca tengamos que separarnos. Digo, me gustas, te quiero, te amo, pero esto que siento seguro morirá cuando no estés conmigo y eso es algo que no quiero.

Sentí sus latidos. Nos estábamos mirando fijamente a lo ojos. ¡Este hombre me encantaba por completo!

—Que las flores no se sequen tan rápido. Que nosotros podamos estar juntos una eternidad. ¡Yo también te quiero! Contigo estoy aprendiendo a saber lo que es el amor y hasta el momento, me haces sentir de una manera muy especial.

—Me da gusto saber esto. Ahora somos novios y creo que ya sé cuál es una forma para que nuestras flores no se sequen nunca.

Sus cejas se movieron curiosamente y no pude evitar sonreír.

—¿Te quieres casar conmigo en el futuro? —Mi pregunta era muy sincera.

—¡Me quiero casar contigo!

Sonaba muy bien esa idea, pero el tiempo debía pasar entre nosotros.

Tomó su rostro entre mis manos y lo atraje hasta mí. Quise besarlo, sentir sus labios y ese afecto que ambos deseábamos comenzó a calentar nuestros corazones. ¡Me gustaba sentir que Nicolás y yo podríamos llegar a amarnos hasta viejos!

1
Nancy Hernandez
es bueno, pero se que puede ser mucho mejor
Irma Ordonez
muy hermoso me encanto y espero los demas gracias y muchas felicidades
Irma Ordonez
Excelente
Vero Gomez
Léanla vale mucho la pena se enamoraran.
Vero Gomez
Me encantó llore mucho, fue algo adictivo y fácil de leer pero me quede con querer más felicidades 💐👏👍
Anonymous
hermosa novela 💖 donde estan las otras dos partes que dijiste que tenías el libro
Maria Teresa Ledesma
Me encantó, 👏👏👏
Rosa María Fernandez
muy linda historia me encantó te felicito 😍
Anita Maria Fernandez Campos
/Facepalm/ me he reído como nunca con tu novela, aunque no conozco muchas palabras que aquí en Chile no se usan la disfruto en cada capítulo😉
Lucia Feliciano Falcao
Hay un lapso de tres años en la novela, que pasó con el mafioso y el hijo,?🤔🤔🤔
Lucia Feliciano Falcao
Espero Janet que no estés cavando tu tumba, y dé prioridad a tus estudios 🤔🤔🤔.
Lucia Feliciano Falcao
Las coincidencias de un pueblo pequeño, creo que el cuando sepa que Janet no quiere casarse, los padres harán un complot y el fingirá que es ciego para así tenerla cerca y conquistarla ☺️😊☺️.
Bella Maldonado Beltran
que diablo paso aqui, el padre es mafioso ademas es un maldito sin sentimientos. que no mueran ,merecen estar juntos y ser felices
Bella Maldonado Beltran
yanet si aceptas a nicolas que sea por amor no por su dinero ,no lo hagas sufrir .y tenga una mala imagen de ti .
Bella Maldonado Beltran
por fin yanet te distes cuenta quien es nicolas.
Bella Maldonado Beltran
no me equivoque en mi comentario anterior sí es nicolas el de los claveles
Bella Maldonado Beltran
nicolas date cuenta yanet te quiere solo quiere el bien para ti ,a pasar que aun no sabe que tu eres el chico de los claves.
Bella Maldonado Beltran
nicolas date cuenta yanet te quiere solo quiere el bien para ti ,a pasar que aun no sabe que tu eres el chico de los claves.
Bella Maldonado Beltran
es muy bonita la novela, ya se quien es nicolas es el chico de los claveles de la graduación el que usaba lentes poto de botella .por eso los padres llevaron a que ella lo cuudará .
Bella Maldonado Beltran
yo igual creo que el recupero la vista ,pero le gusta estar con ella ,y srguro se van a enamorar .
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