Entre Siglos Y Maldiciones

Catalyn no había despertado durante un día entero y Derek empezaba a sentirse realmente preocupado por su salud.

Después de lo que había sucedido con la señora Lillian y el padre Nicolás, Derek había llevado a Catalyn al lugar más seguro que Victoria y él conocían: una de las bases del aquelarre. Para su suerte, no quedaba muy lejos de su casa y nadie sabía su ubicación con certeza, excepto por ellos dos y los brujos que trabajaban escondidos en ese lugar. Probablemente él no supiera cómo llegar después de un tiempo.

La base estaba bajo una casa abandonada que parecía el escenario de una película de terror. La puerta de la entrada y las escaleras del sótano que descendían hasta la base chirriaban con cada paso, pero al bajar más kilómetros, la decoración se transformaba de vieja y tétrica a elegante y sobria. Grandes candelabros torneados en bronce colgaban de las paredes y una bola de luz flotaba sobre ellos. Las escaleras eran de roble oscuro y descendían en caracol hasta llegar a la compuerta principal. Derek dudó sobre si lo dejarían entrar, pues solo los brujos con autorización y con un hechizo secreto podían atravesar el umbral.

Pero Victoria siempre estaba preparada.

Los brujos los recibieron con miradas de asombro y murmullos, pero todos continuaron sus labores como si no fueran más que robots a la espera de órdenes. Unos parecían hipnotizados mientras revisaban una y otra vez sus computadores, otros escribían sobre pergaminos que tapaban las mesas circulares y otros simplemente leían en las salas de descanso. Derek reconoció un par de rostros y de voces y decidió ignorar los recuerdos que le producía estar de nuevo en un hogar del aquelarre. Catalyn era más importante en esos momentos que su consciencia.

La habían llevado a una de las habitaciones que usaban como consultorios para los brujos heridos en misiones y de inmediato le habían puesto una máscara de oxígeno e intravenosas. Su ritmo cardíaco era muy lento, como si hubieran drenado toda su energía. De hecho, Derek temia que así fuera. Estaba tan pálida como los copos de nieve y se veía tan frágil que le daba miedo poder quebrarla. Aún un día después, ella seguía inconsciente, aunque a veces murmuraba cosas entre sueños.

- ¿Cómo está? - preguntó Victoria, entrando a la habitación con una bandeja llena de comida.

Derek no había salido de la base ni un solo momento y la mayor parte del día permanecía al lado de Catalyn. Leyéndole libros, contándole historias, hablándole sobre cualquier cosa. No sabía si podía escucharlo, pero al menos quería que oyera una voz familiar al despertar. En ese momento, solo lo tenía a él. Y aunque Derek temía que fuera una mala idea quedarse a solas con ella estando en ese estado, realmente no quería separarse de su lado. Se estaba arriesgando, pero valía la pena si significaba cuidarla.

- Sigue dormida - respondió Derek, recostandose a su lado en la cama. Las manos de Catalyn seguían heladas -. ¿Tanto poder le arrebataron?

- No puedes simplemente quitarle la magia a una bruja, Derek. Lo sabes.

- ¿Pero entonces por qué está así?

- Bloquearon su magia, es como prohibirle a un humano beber agua por unos días. A algunas brujos le hacen lo mismo cuando son recién nacidos. Su poder es frágil y tenue, pero aún así sí no desbloquean su magia permanecen toda su vida enfermos y débiles. Ahora, Catalyn es mayor de dieciocho años y su poder es intenso. Es como si le quitaran el aire de golpe. Podría estar toda su vida enferma o incluso volverse loca.

- Demonios, Victoria. Debí haber descubierto antes el plan de ese maldito padre Nicolás.

- Ella nos advirtió. La dejamos sola -. Victoria se sentó a su lado -. Ahora tenemos que ayudarla y enmendar ese error.

Derek se pasó las manos por el rostro.

- Estos días ha sido terriblemente difícil, ¿sabes?

Victoria lo miró asustada.

- ¿Crees que está cerca?

Derek asintió.

- Hago lo mejor que puedo - respondió bajando su voz -. Por ella.

Victoria permaneció en silencio, mirando a Catalyn con pesar.

- Aún me cuesta creer... que ella podría morir. Solo mírala. Es una joven bruja y no merece nada de esto.

- ¿Crees que no lo sé?, ¿crees que no intento cada maldito día mantenerla a salvo? Estoy cansado de soportarlo, estoy cansado de todo - le respondió Derek, alzando su voz, aunque los ojos se le llenaron de lágrimas y tuvo que apartar la mirada para que Victoria no se diera cuenta -. Lo siento, solo estoy...

- No tienes que disculparte - lo interrumpió ella -. Yo entiendo, tal vez soy la única persona que realmente te entiende, pero aún así... no puedo imaginar lo que has tenido que pasar.

Derek alzó los hombros.

- No puedo hacer nada más que seguir, así que... -. Derek cogió la mano de Catalyn. Aún estaba fría - al menos tenemos que desbloquear el hechizo que le quitó sus poderes.

- Tal vez lleve un poco de tiempo, tendríamos que borrar toda la magia oscura que le inyectaron.

- ¿Qué le haría eso a Cat?

- No le dolerá, pero toda la magia que no le pertenece a ella se borrará.

- ¿A qué te refieres? - preguntó Derek, apretando la mano de Catalyn.

- Cualquier hechizo que le hayan hecho en su vida será borrado si desbloqueamos sus poderes. Ella solo tendrá su magia, pero si alguna vez le hicieron otro hechizo o conjuro se eliminará.

Derek la miró a los ojos y, por un momento, dejó que la esperanza y la ilusión le llenaran el rostro.

Victoria lanzó un suspiro y negó con la cabeza.

Derek asintió, sintiéndose ridículo y estupido por solo considerar la idea, pero entonces se percató de que había un hechizo que se podría romper si desbloqueaban la magia de Catalyn y sintió un profundo terror en su pecho.

- Espera, ¿los hechizos de memoria pueden ser borrados de esa manera?

- Si, esos hechizos no son tan difíciles de romper. ¿Por qué?, ¿Catalyn tiene uno?

Él asintió y escondió su rostro en sus manos. No podían devolverle sus poderes sin causarle aún más dolor.

- ¿Por qué Catalyn tiene un hechizo de memoria?, ¿quién le borró sus recuerdos?

Derek permaneció en silencio.

- Oh, Derek, ¿por qué lo hiciste?

- Me prometí hacerla feliz, el tiempo que pudiera. Ella no puede recordar lo que pasó. Tenemos que buscar otra forma.

- ¿Qué recuerdos le borraste, Derek? - insistió Victoria y él apartó la mirada.

- Prometí no decirlo, no sigas preguntando - dijo, intentando sonar firme y seguro, pero la verdad era que se sentía exhausto y pensativo.

Los poderes de Catalyn eran su verdadera naturaleza. Ser bruja estaba en su sangre, en sus genes, en su historia. Bloquear su magia era como prohibirle respirar. Sin ella, estaría enferma la mayor parte de sus días y perdería su esencia. Sus poderes eran hermosos, intensos, fuertes; pero no podían devolvérselos si eso significaba que ella descubriera la verdad. Solo le causaría más dolor y Derek estaba cansado de escucharla y verla llorar.

- Hay otra forma - dijo Victoria cuando se dio cuenta que Derek no iba a hablar más sobre ese terrible secreto -, pero tomará mucho más tiempo.

- ¿Cuál?

- Ella misma puede liberar sus poderes sin romper el hechizo. Pero tiene que esforzarse, descubrir de nuevo su magia, enfrentarse a ella sin miedos ni inseguridades. Podemos entrenarla, pero tomará semanas, incluso meses. Es más, tal vez nunca llegue a desbloquear sus poderes. ¿Estás seguro de que no quieres que intentemos romper el hechizo?

- Completamente seguro.

- Pero no es tu decisión, es de ella.

- No, no le diré que hay una forma más rápida de romper el bloqueo de su magia. Victoria, créeme. Es mejor así.

                                   ***

Para cuando Catalyn despertó, Derek había estado soñando con Dimitri y Daniel. Su hermano menor siempre lucia relajado y feliz, pero Derek sabia que era el más racional y fuerte de todos y que había soportado uno de los peores castigos entre ellos. Dimitri, en cambio, siempre mantenía su mirada serena, un poco seria, y su moral recta e imborrable, a pesar de haber sido el primero en presenciar los horrores de su vida. No habían hablado mucho, pero había sido suficiente para que Derek no se sintiera tan solo. Sabía que era su responsabilidad cuidarlos, pero a veces solo necesitaba sentir que no era únicamente él contra la marea, sino una tripulación entera remando para no hundirse por completo. Dimitri y Daniel le dieron ánimos para continuar y consejos para ayudar a Catalyn, y para cuando estaba despertando y sus rostros se hicieron difusos, sintió la mano fría de Catalyn acariciandole el cabello.

Derek alzó su mirada y sonrió aliviado al verla despierta. Aún estaba pálida y se veía débil, pero al menos sus ojos habían recuperado su característico brillo y color castaño.

- Hola - le dijo ella con voz suave -, ¿dónde estamos?

Él no le contestó y solo se acercó para abrazarla. Le gustaba el olor de su cabello, le traía buenos recuerdos. Se separó lo suficiente para verla y cogió su mano entre las suyas y agradeció a la poca esperanza que tenía porque ella estuviera viva.

- En una de las bases del aquelarre de Victoria - le respondió, observando su rostro.

La respuesta pareció sorprender a Catalyn y miró a su alrededor, pero solo había equipos médicos en una gran sala blanca con poca luz. Afuera estaba lo verdaderamente interesante.

- ¿Por qué estoy aquí?, ¿dónde está Victoria? - preguntó, sentándose en la cama con lentitud.

- Te desmayaste y te trajimos aquí, donde podíamos cuidarte.

- ¿Y mi mamá? - siguió preguntando, aunque la voz le tembló.

- Ha estado llamando... todo el día. No sabe dónde estamos, tampoco ese padre Nicolás. No sé qué pasó con Vanessa...

- ¿Qué dijo ella?

- Está preocupada..., quiso venir por ti, pero creo que estás mejor aquí -. Él tenía miedo de decirle sobre sus poderes -. Catalyn..., sobre lo que pasó anoche...

- Puedes decirme - insistió ella y puso la mano sobre la de él. Catalyn mantenía una leve sonrisa y Derek deseó tener esa habilidad de sonreír incluso en los peores momentos.

- Ellos bloquearon tus poderes - le dijo y temió porque Catalyn empezara a llorar o a hacer más preguntas, pero ella solo permaneció en silencio escuchándolo -. Llegamos a tiempo para que no los encerraran por completo.

Catalyn asintió y soltó un suspiro.

- Me siento diferente. Débil, como si hubiera corrido por horas o como si hubiera hecho un gran hechizo. Mi alrededor no se siente... vivo. Hay silencio, pero no me gusta.

No sabía lo que Catalyn sentía, pero una bruja que perdía sus poderes siempre terminaba terriblemente enferma o perdiendo la cordura.

- Hay una forma de desbloquear tus poderes, pero tendrás que hacer tu mayor esfuerzo. Puede tomar tiempo, pero estoy seguro de que lo lograrás -. Ella no respondió, así que Derek continuó hablando -. Victoria te va a enseñar, te va a entrenar. Aprenderás nuevos hechizos y podrás estar con el aquelarre.

Catalyn bajó la mirada a sus manos. Extendió su palma izquierda, pero no sucedió nada. Antes habría una pequeña bola de fuego flotando sobre su mano.

- Podrás controlar los elementos de nuevo - la animó Derek -. Estaré contigo, lo prometo.

Catalyn lo miró directamente a los ojos y él sintió un vacío en su estomago. No parecía ella, no tenía su característico brillo y su mirada segura y llena de poder.

Lo que más lo sorprendió fue lo que ella dijo después.

- Derek, creo que no quiero recuperar mi magia.