Alma es una humilde y bella joven de un hermoso pueblo peruano amante de la naturaleza y espíritu noble que no tiene idea de lo que es el amor y mucho menos el dolor, pero todo eso cambiará cuando el atractivo, millonario y rebelde Alonso llegué a su vida como un ave de paso que vera en ella la lección perfecta para decirle a su familia que el hace lo que le da la gana casándose con la joven quién rendida ante a su supuesto amor no tiene idea del camino de dolor, deseo y envidia que tendrá que cruzar aunque muchas cosas puedan cambiar en su destino incluyendo un matrimonio en ocasiones tan cruel como romántico.
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MOMENTOS I
ALONSO: Mi abuelo siempre decía que hay pocas cosas de las que realmente te debes de cuidar, un falso amigo, la ambición y la belleza de una mujer
: Definitivamente, tengo que darle la razón, Sandro mi primo es para mí el enemigo a vencer, no me importa que se quede con la presidencia del despacho, pero si me interesa que mis padres y todos sepan que ese arrastrado niño de mami no es mejor que yo.
Encontrar al supuesto amigo que hizo que me trataran como un sucio violador para que pague como la rata que es.
Y Alma, la belleza inesperada de una mujer que cada vez que me miro se me hace más hermosa aún, más ahora que sé lo que es sentir el corazón más noble que he conocido en mi vida, bebo del whisky que tengo en el vaso sintiendo que la plata del anillo de casados hace un pequeño ruido haciéndome entender que esto es tan real como yo he decidido que sea, la emoción que hay en mi pecho al ver cómo se remueve sin despertar no me gusta, lo que si me gusta es ver cómo la sábana no cubre lo suficiente la piel desnuda de ella haciendo que mi cuerpo reaccione viendo el generoso muslo estirado y el cabello negro desparramado, está cansada, cuando entre en ella me di cuenta de que por mucho que estaba preparada no fue suficiente, hace un tiempo no debe tener intimidad y he sido yo quien ha traspasado eso haciéndome apretar los dientes e ir hacia ella, me arrepiento por un segundo, pero se despierta rauda haciendo que bote un tanto del trago en su piel y eso ya no me deja pensar, Alma me pregunta asustada si pasa algo, ve el valle de sus pechos dónde corre el whisky y se quiere limpiar con vergüenza pero al diablo, eso no se puede desperdiciar así, agarro sus manos con fuerza sin lastimarla y me pongo sobre ella con sus ojos en los míos, mi lengua pasa por ese lugar y la forma en la que jadea me pone al millón, la beso con desespero abriendo más sus piernas escuchando sus gemidos delicados cuando succiono su piel y mi mano juega en su intimidad:
Estás tan bien
ALMA: Alonso
:Grito de una forma que hasta me da vergüenza, pero no puedo parar, no puedo hacer nada cuando mi cuerpo reacciona a la sonrisa matadora de él, su mano jugando con mi zona mientras no deja de mirar mis gestos, me estoy derritiendo y me ahogo sintiendo su lujuria cuando entra nuevamente en mí, está vez ya no duele nada, solo el placer de la carne que me lleva a una dimensión nunca antes experimentada, me aferro a las sábanas, mi cabeza se mueve de un lado a otro, pero sus besos me mantienen quieta disfrutando de lo que hace.
Me estoy tirando al precipicio sin paracaídas, me estoy quemando sin precaución y eso me hace salir de la nube cuando termina en mi interior sintiendo pánico, Alonso descansa a mi costado, su cara está en mi pecho y quiero llorar, pero me despegó rápido con miedo por la irresponsabilidad de la calentura:
Muy mal
ALONSO: ¿Qué? ¿No te gusto? — me siento humillado viendo miedo en su cara.
¿Que te pasa? Tus gemidos no me dijeron que no te guste
ALMA: No digas eso por favor — veo el malestar en sus ojos.
Nosotros no, no nos hemos cuidado.
ALONSO: Estoy limpio Alma — hablo con fastidio y no entiendo cómo puede romper la situación así.
Confío en que tú también lo estás.
ALMA: Lo estoy, pero eso no es lo único — me sorprende el poco interés que le da.
¿Acaso esto no puede tener consecuencias? — nos señaló a ambos y ahora sí veo el miedo en su cara.
Ya no quiero hacerlo.
ALONSO: Tampoco exageres — me levanto rápido haciendo que se siente en la silla y tiene razón.
Carajo — reniego por haber sido tan irresponsable.
— Tienes razón — admito mandando un mensaje para que compren pastillas de emergencia, Alma no deja de tronar sus dedos nerviosa y está a punto de llorar.
Hey, no no... No por favor no llores, todo está bien lo vamos a solucionar — me agachó para pedirle calma
¿Has oído de la pastilla de emergencia?
ALMA: ¿De qué? — pregunto sintiendo que me mira como si fuese una niña.
No te rías.
ALONSO: Es que eres lo más dulce del mundo — me rio porque no puedo creer que una mujer de su edad no sepa algo así, le explico a Alma lo que es esa pastilla y tiene la boca abierta preguntando si entonces eso no la va a lastimar o no va a matar a nadie y no puedo parar de reír.
¡Claro que no! — me sigo riendo viendo que se molesta.
Vamos Alma, ahora que pasa.
ALMA: Eso no es inocencia, es ignorancia
:Me levanto sintiéndome tan inferior que me lastima, camino con dolor en las caderas alejando a Alonso de mi y me voy directo a la ducha, no me debo acostumbrar a esto, si quiero luchar pero calentar su cama no va hacer que el me ame y yo me estoy enamorando de él.
Ya no quiero perder más, el agua me ayuda mucho y me enfoco en entender todo lo que me ha explicado sobre esa pastilla milagrosa que no mata bebés si no que impide la fecundación por sus componentes y eso me hace sentir en paz, claramente hay muchas cosas que debo aprender, hay países y lugares donde la educación a veces ni siquiera llega y el líquido de Alonso me acalora y me hace sentir incomoda.
Respiro hondo escuchando afuera preguntando si estoy bien y solo respondo que si aunque no es del todo verdad, estar en la ducha no va a hacer que esto cambie por lo que salgo de la ducha y agradezco las batas que hay en este baño que es más grande de lo que fue mi casa, me rio como una tonta al ver que casi arrastró la bata y salgo viendo que hay una pastilla, agua y comida en el lugar:
¿Eso es lo que me tengo que tomar?
ALONSO: Si, pero primero come — hablo viendo que se niega y solo toma la pastilla.
Alma, no has comido desde hace horas.
ALMA: No tengo hambre — miento porque todo se ve y huele delicioso.
Iré a mi habitación.
ALONSO: No, vas a comer — la jalo y la siento en mis piernas dándole una nalgada que la indigna.
Come.
ALMA: Eres un tarado, como te atreves — me quiero morir por su descarado cuando me mete un poco de pollo a la boca y está delicioso.
Estos momentos no están en el contrato — me calla con verduras.
Alonso
ALONSO: Sudar juntos tampoco pero aquí estamos desnudos y muertos de hambre, come — me mira mal y jala mi oreja diciendo que soy un grosero.
Iremos al centro de Mérida y nos vamos mañana.
Nos vamos a la ciudad.
