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Hilos Del Pasado: Entre Recuerdos Y Sacrificios

Hilos Del Pasado: Entre Recuerdos Y Sacrificios

Status: En proceso
Genre:Romance entre patrón y sirvienta / Amor en la guerra / Secretos de la alta sociedad / Batalla por el trono / Mundo de fantasía / Mundo mágico
Popularitas:63.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Rosaline Reinhart

En los misteriosos bosques del Imperio de Thaloria, Zaida despierta en un carruaje, sin memoria y rodeada de desconocidos. Pronto se encuentra en medio de una lucha por la libertad liderada por la valiente princesa Ariadne y sus caballeros.

Pero su destino toma un giro inesperado cuando Zaida encuentra un misterioso collar y libera a Anika, una poderosa bestia divina encerrada en su interior. A medida que la relación entre Zaida y Anika se desarrolla, enfrentarán desafíos y complicaciones, mientras Anika se convierte en una fiel sirviente de Zaida.

Mientras descubre oscuros secretos y poderes ocultos, Zaida atrae la atención de varios príncipes del reino, cada uno con sus propios intereses y motivaciones.

Nota: está es una historia que salió de mi cabeza xd, pero probablemente sufra modificaciones, aún cuando ya esté publicado (es que soy mujer y no sé lo que quiero jajaja) que la disfruten :)
Extra: Contiene imagenes para una mejor imaginación :3

NovelToon tiene autorización de Rosaline Reinhart para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 19 - SALÓN DEL TRONO

—Su Majestad, la Emperatriz Elena solicita audiencia —anunció el heraldo.

Magnus asintió, y la Emperatriz entró, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto.

—¿Qué sucede, mi Emperatriz? —preguntó Magnus, permitiéndole hablar.

—Magnus, ha habido un incidente en el Palacio de William. Un incendio provocado por Rowan en un ataque de furia. William hizo todo lo posible por contener la situación y salvar el mapa estelar —dijo, esperando que su tono calmara la ira del Emperador.

Magnus frunció el ceño, su expresión oscureciéndose.

—¿Rowan? ¿Qué motivos podría tener para causar tal destrucción? —preguntó, su voz cargada de indignación.

—Parece que fue un arrebato de desesperación y ambición, Magnus. William logró salvar el mapa, pero el daño es considerable —explicó Elena, manteniendo la calma.

El Emperador, furioso al escuchar la noticia, convocó a Rowan de inmediato. Ordenó a sus guardias traerlo, ya que lo que había hecho era una falta muy grave. La entrada del Palacio de Rowan fue interrumpida por un grupo de guardias Imperiales que, bajo la orden directa del Emperador, detuvieron a Rowan con una eficiencia implacable.

—Por orden del Emperador Magnus Thaloria, el Cuarto Príncipe Rowan Thaloria debe presentarse ante su Majestad —anunció el Capitán de la Guardia, ignorando las protestas y miradas curiosas de los sirvientes.

—¡No pueden tratarme así! ¡Soy un príncipe! —protestó Rowan mientras los guardias lo sujetaban firmemente.

—Lo siento, Príncipe, es una orden Imperial —respondió fríamente uno de los guardias.

En el gran salón del trono, Magnus esperaba con una expresión severa. William, al ser anunciado, entró, intentando mantener la compostura, acompañado por Letio y Zaida, quienes se mantenían un paso atrás. Rowan ya estaba en la sala del trono, sostenido de rodillas por dos guardias. La Emperatriz y sus hijos, junto con sus guardias y doncellas, también estaban presentes. La audiencia era privada, destinada a resolver la situación sin que el pueblo supiera todos los detalles.

—Magnus Thaloria, Emperador del Imperio de Thaloria y Protector del Reino... —comenzó a anunciar el eunuco con solemnidad, pero fue interrumpido por Magnus, limitándolo a mencionar los títulos de los demás príncipes y la Emperatriz. Magnus se levantó de su trono, su mirada fija en Rowan.

—¿Cómo te atreves a irrumpir en el palacio de tu hermano y causar tal destrucción? —

—Padre, yo... —

—¡Silencio! —gritó el Emperador—. Tus acciones han puesto en peligro el legado de Thaloria y la estabilidad del Imperio. ¡Eres una vergüenza para esta familia! —.

—Lo hice porque estoy cansado de estar en las sombras —dijo Rowan, su voz temblando de ira y desesperación—. Siempre son ellos quienes reciben toda la atención, todo el reconocimiento —.

—¿Y crees que incendiar su Palacio te dará lo que quieres? —replicó Magnus furiosamente—. Me has demostrado que no debo darte tales deberes —.

Magnus se sentó de nuevo en su trono, suspirando mientras consideraba la situación.

—Creo que es hora de que William y Cecilia se casen —declaró Magnus.

William se sorprendió por la decisión, ya que finalmente había aceptado que amaba a Zaida.

Letio miró a Zaida con pesar, sabiendo que esto complicaba aún más las cosas para William y ella.

Zaida, aunque intentó disimularlo, sintió que su corazón se rompía. Anika, quien estaba a su lado, puso una mano consoladora en su hombro.

William, sintiendo la presión de las expectativas y la ira de su padre, intentó defender sus acciones.

—Padre, hice lo que pude en una situación impredecible. Rowan ha demostrado ser una amenaza para la estabilidad del Imperio —.

—Entiendo tus razones, pero si estuvieras casado con Cecilia, habrías tenido el apoyo de su familia para manejar esta situación —dijo Magnus con firmeza, recordándole a William la importancia de las alianzas políticas.

William no supo qué decir. Quería que su padre retirara esa decisión.

—¿Quién te ayudó en esta falta, Rowan? —preguntó Magnus con frialdad, sospechando que pudo haber cómplices.

Rowan, bajo la mirada inquisitiva de su padre, insistió en que actuó solo, pero Magnus no estaba convencido.

El Emperador, decidido a mantener el orden dentro de la familia y el Imperio, sentenció a Rowan a un castigo severo.

—Rowan deberá enfrentar las consecuencias de sus acciones. No podemos permitir que su ambición ponga en peligro todo lo que hemos construido —sentenció Magnus con firmeza.

—Habrá un juicio público. Tus pecados serán leídos y serás sentenciado a muerte —sentenció Magnus, mirando a su hijo con una mezcla de decepción y determinación.

Rowan, al escuchar esto, sintió un escalofrío recorrer su espalda, no podía creer lo que había dicho su padre.

La decisión de castigar a Rowan creó tensiones adicionales dentro de la familia real. A William ya le daba igual lo que sucediera con él. Por culpa de Rowan, el compromiso con Cecilia, que había estado retrasando, se aceleraba. Aunque había aceptado que amaba a Zaida, la furia y la desesperación lo abrumaban.

La Emperatriz, preocupada por la estabilidad familiar y el "qué dirán", intentó mediar entre el Emperador y sus hijos. Pero Remesis habló.

—Padre, ¿es realmente necesario llevar esto a un juicio público? —preguntó Remesis—. ¿No sería mejor manejarlo internamente? —.

Ariadne, quien detestaba las ejecuciones, también se puso de pie.

—Un juicio público solo sembrará dudas sobre la familia real entre nuestro pueblo. Podemos castigar a Rowan sin necesidad de exponer nuestros problemas internos —argumentó ella.

La Emperatriz, intentando suavizar la situación, intercedió. —Debería reconsiderar su decisión, Majestad —.

El Emperador, aunque aún enfadado, comenzó a considerar las palabras de su esposa e hijos.

—Muy bien —dijo Magnus finalmente—. Rowan no será llevado a juicio, pero será castigado y confinado. No podrá salir y solo recibirá visitas bajo estricta supervisión hasta nuevo aviso —.

—Llama a Lady Anwen para que se encargue de su confinamiento inmediato —ordenó Magnus al eunuco.

El eunuco pareció incómodo por un momento.

—Majestad, Lady Anwen aún no ha regresado de su misión en las provincias del sur. Ha sido enviada para supervisar la distribución de grano debido a la sequía y la escasez de cosechas —informó el eunuco con respeto.

—Entonces, llama a Lady Cecilia. Dile que la necesito aquí de inmediato —ordenó Magnus.

El eunuco asintió y se retiró apresuradamente para cumplir con la orden del Emperador.

Remesis observó la situación con atención. Sabía que el matrimonio de William con Cecilia aseguraría su ascensión al trono. Aunque no simpatizaba con Cecilia, entendía la necesidad política detrás de esa unión. Después de que su padre se retirara a su oficina, Remesis lo siguió, decidido a expresar sus preocupaciones.

...----------------...

Antes de que el Emperador pudiera entrar a su oficina, Remesis lo alcanzó.

—Padre, ¿podrías considerar retrasar tu decisión por un tiempo más? —preguntó Remesis.

Magnus lo miró con una mezcla de curiosidad e impaciencia. —Hablemos en mi oficina —dijo Magnus, abriendo la puerta y entrando con Remesis siguiéndolo de cerca.

Una vez dentro, el Emperador se sentó en su gran escritorio y miró a su hijo con seriedad.

—¿A qué te refieres con retrasar mi decisión?

—Padre, me refiero al matrimonio entre William y Cecilia. —

El Emperador frunció el ceño. —¿Por qué deberíamos retrasarlo? La situación en el Palacio de William es un ejemplo claro de la inestabilidad que podemos enfrentarnos. Fue solo un pequeño incidente, pero ¿qué pasaría si atacaran el Castillo Imperial? La familia de Cecilia, su padre, el Duque, tiene un ejército casi tan poderoso como el nuestro. Ahora mismo, podrían ser una amenaza. Pero si William se casa con Cecilia, se convertirían en nuestros aliados, en nuestra familia. —

Remesis consideró las palabras de su padre, comprendiendo la lógica detrás de ellas. —Entiendo su punto de vista, Majestad. Pero... William no ama a Cecilia. No quiero que mi hermano sea infeliz. Si le das más tiempo, tal vez pueda encontrar una manera de cumplir con su deber y ser feliz al mismo tiempo. —

El Emperador reflexionó sobre las palabras de Remesis. Pensó en su propio matrimonio con la Emperatriz Elena. Nadie le había impuesto casarse con ella; él la había elegido porque se había enamorado de ella. Aunque su relación se había enfriado con el tiempo, especialmente tras la llegada de las concubinas, recordaba los días en los que la amaba profundamente.

Magnus suspiró, recordando esos sentimientos. —No me impusieron casarme con tu madre, Remesis. La elegí porque la amaba. Tal vez he olvidado la importancia de eso con el tiempo —dijo el Emperador, sus palabras llenas de nostalgia.

Remesis observó a su padre con cuidado, notando el cambio en su expresión. —Padre, William también merece encontrar su propia felicidad, al igual que tú la encontraste con madre. Si le damos un poco más de tiempo, es probable que William se enamore de ella, pero si lo obligas ahora, solo le tendrá rencor. —

El Emperador asintió lentamente, comprendiendo la sinceridad y el deseo de su hijo. —Está bien, Remesis. Creo que puedo darle más tiempo a William —

Remesis se emocionó internamente, sabiendo que esta decisión haría feliz a William. —Gracias, padre. Estoy seguro de que William apreciará este gesto y hará lo correcto cuando llegue el momento —

Magnus asintió, pero aún dudaba de su decisión. Sin embargo, aceptó porque sabía que si Remesis lograba convencerlo, William se alegraría y apreciaría más a su hermano. Esa confianza y vínculo más fuerte entre ellos era exactamente lo que Magnus deseaba. Sabía que una relación cercana entre Remesis y William facilitaría la transición cuando llegara el momento de que Remesis subiera al trono.

Remesis se inclinó agradecido antes de salir de la oficina, sintiendo una mezcla de alivio y esperanza. Sabía que William apreciaría su intervención.

Mientras tanto, en el Palacio de Rowan, el ambiente era tenso. Escoltado por guardias imperiales, Rowan llegó a su residencia. Al bajar, entró al Palacio y se cerraron las grandes puertas detrás de él, simbolizando su confinamiento.

El cierre de las puertas significaba que Rowan estaba confinado en su propia casa. Rowan ordenó que no entrara nadie a su oficina. Aunque aún no había nadie designado oficialmente para encargarse de su confinamiento, por lo que aún podía seguir recibiendo visitas, pero el Duque aprovechó esto para entrar.

Sin embargo, su orden fue rápidamente desobedecida cuando el Duque, su tío, llegó al Palacio. Los guardias del Duque, más numerosos y mejor preparados, forzaron su entrada.

—Bienvenido seas, tío —dijo Rowan con sarcasmo al ver entrar al Duque.

El Duque lo miró con desdén. —¡Eres un estúpido, Rowan! ¿A quién se le ocurre atacar de día? —

Rowan lo miró desafiante. —¿A qué debo el honor de tu visita, querido tío? ¿Vienes a regañarme o a ofrecerme sabios consejos sobre cómo ser un buen traidor? —

—¡Cállate! —gruñó el Duque—. Estoy aquí porque tu imprudencia ha puesto en peligro nuestros planes. ¿No puedes entender lo delicada que es nuestra posición? —

—¿Delicada? —Rowan dejó escapar una risa amarga—. ¡Estamos siempre a merced de las decisiones de Magnus y su adorada familia! Al menos intenté hacer algo para cambiar nuestra situación —

— ¡Intentaste, y fracasaste! —

Rowan apretó los puños, sabia que su tío tenía razón en parte. Su ataque impulsivo había fracasado, y ahora estaba confinado en su Palacio, sin poder actuar.

—¿Y qué sentido tiene ahora? —Rowan levantó un trozo de tela—. El mapa resultó ser solo esto. Un simple pedazo de tela, no sirve de nada, no te lleva a ningún lugar. Ni siquiera al tenerlo me convertí en Emperador. Solo es un objeto simbólico para la ascensión al trono. —

El Duque lo miró incrédulo. —¿Lo viste? —preguntó, con una mezcla de incredulidad y decepción.

—Sí, lo vi —respondió Rowan—. Es una mentira, tío. Todo lo que nos contaron sobre el mapa de Thaloria es falso. —

El Duque no podía creerlo, todos conocían la leyenda del mapa. —Eso no puede ser posible —murmuró el Duque, tratando de procesar la revelación. —¿Le dijiste al Emperador que yo te apoyaba en esto? —preguntó el Duque finalmente.

Rowan negó con la cabeza. —No, le dije que lo hice todo solo. —

El Duque se quedó pensativo por un momento antes de llamar a su sirviente, que entró al despacho de Rowan e inclinó la cabeza ante ellos.

— Llama a los demás, nos vamos—ordenó el Duque al sirviente, que obedeció de inmediato.

Rowan, confuso, observó al Duque. —¿Qué estás haciendo? —

El Duque se giró hacia Rowan antes de salir. —Ya no me sirves. Buscaré una manera de volverme más fuerte, como cuando salvé al Emperador —dijo con una sonrisa siniestra.

Rowan avanzó hacia la puerta, enojado. —¡No puedes abandonarme! —

—Ya no eres útil, Rowan. Nunca lo fuiste —respondió el Duque fríamente, saliendo del despacho y cerrando la puerta detrás de él.

En su furia, Rowan golpeó su escritorio, lanzando todo lo que había sobre él al suelo. Se desplomó en su silla, sintiendo la rabia y la desesperación mezclarse en su interior.

Rowan se arrepentía de lo que había hecho, no por el hecho de que fuese moralmente incorrecto, sino porque el mapa no había servido de nada. Había arriesgado todo por una leyenda falsa y ahora estaba pagando el precio.

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Mari Garcia
me gusto mucho ❤
luis bencomo
es muy interesante pero triste que nuestros personajes terminen en odio y muerte, siendo una fábula podría tener otra trama, no estoy desmejorando al autor pero podría ser más novelesco
Mariu 323
Excelente desde el capítulo uno quedé flechada por todos los personajes que fui conociendo a medida que avanzaba la novela, usted es increíble, me encanta leer, tanto que mientras más largo la novela mejor.
Anonymous
Que no se muera William ese es el amor de Zaida
Rosaline
Las hermanas de Zaida, se encuentran en Esmiria y Amina murió en manos de Anika 😁🙂‍↕️
fiel lectora
Excelente
fiel lectora
que paso con las hermanas de ella ? y la chica de cabello azul ?
luis bencomo
Hasta ahora no he leido mad que dolor provocado por intrigas y mentiras, espero que ya Rowan falle y se desenlace la verdad sobre las intenciones de este malvado y cese la guerra
Yondri Hernandez
𝕟𝕠 𝕞𝕖 𝕚𝕞𝕒𝕘𝕚𝕟𝕖 𝕢𝕦𝕖 𝕒𝕞𝕚𝕟𝕒 𝕗𝕦𝕖𝕣𝕒 𝕙𝕒𝕔𝕖𝕣𝕝𝕖 𝕒𝕝𝕘𝕠 𝕒 𝕫𝕒𝕚𝕕𝕒 𝕒𝕦𝕟𝕢𝕦𝕖 𝕤𝕚 𝕞𝕖 𝕡𝕒𝕣𝕖𝕔𝕚ó 𝕖𝕩𝕥𝕣𝕒 𝕤𝕦 𝕣𝕖𝕡𝕖𝕟𝕥𝕚𝕟𝕒 𝕒𝕡𝕒𝕣𝕚𝕔𝕚ó𝕟
Rosaline: Solo por qué era una inocente niña, la venganza no tiene rostro 😶‍🌫️
total 1 replies
Mari Garcia
triste estoy tan ilusionada con la historia
Aida Esperanza Camino Villarreal
Qué desconsideración, se leen tantos capítulos para que luego pidan 3 capitulos de actualización para saber el final. /Left Bah!//Awkward/
Mariu 323
no que no podían enamorarse de sus portadores? o si podían si eran correspondidos? las dudas que no me dejan dormir...
Está muy buena la novela
Rosaline: Tienes razón, la ley lo prohíbe, pero qué le pasará después?...
total 1 replies
Mariu 323
es lo justo los padres de Casian también eran inocentes, es bueno que Magnus sufra la perdida de su sucesor, lo siento por Elena, pero todo esto fue culpa del emperador
Mariu 323
Si el príncipe heredero resulta herido de muerte sería lo justo, y para rematar la de Magnus, 2 vidas por 2 vidas es lo justo
Mariu 323
Rowan y sus ambiciones, el emperador y su ceguera, Isabella se mantendrá callada, cuánto misterio igual me gusta aunque si es triste que hayan perecido personas que nada tenían que ver con la ambición de Rowan, eliminará a todo el que se le cruce en su camino, pero cuando al fin Thaloria este en su poder, se vendrá abajo el imperio
Mariu 323
el emperador es bien ciego, vaya no sorprende se dejó llevar por las habladurías, que bajo caerá, se sentirá tan miserable, mandar asesinar. a su propia hermana
Mariu 323
mmmm, con la misma espada obsequiada a Rowan, será que vera su muerte el emperador de manos de su hijo, mmmm tengo la corazonada que podría pasar algo así..
Autora usted es increíble, mis respetos por esta obra tan magistral, me encanta es tan entretenida, lleno de acción, incertidumbre, misterio, magia, amor, todo en un paquete y es digno de felicitarla,, es muy atrapante leerla, espero sigas siempre brindando increíbles obras, Saludos desde Paraguay!!
Rosaline
Holaaaaa, una disculpa, pero me dió una fiebre tremenda, quería escribir pero los ojos llorosos no me dejaban escribir ✏️🥹, pero el lunes regreso sin falta 🫶 ✨
luis bencomo
holaaaa
Mari Garcia
esperando con ansias 😍
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