La Hermana De La Villana

Lucían ya en la mansión del príncipe Hadiel se dispuso a escribirle una carta al príncipe pues no sabía cómo actuar ante los últimos acontecimientos, en cambio, Nadia se encontraba con su familia pensando si lo que le dijo Lucían era cierto, es posible que Cora este tras el ataque, podía ser una posibilidad pues en el ataque Cora y la princesa salieron ilesas.

 - Nadia ¿te encuentras bien?.- pregunto Alida un tanto preocupada por su hermana.

 - Si, no te preocupes.- dijo tratando de tranquilizar a su hermana.- ¿Sasha ya despertó?

 - Aún no, sus heridas fueron profundas, es posible que este inconsciente algunos días más.

Esto a Nadia le preocupo, no se perdonaría si algo malo le pasará, si bien Sasha es su dama la aprecia mucho, además Sasha estaba herida porque quiso salvarla, Alida vio como su hermana bajaba la cabeza con un gesto de tristeza.

 - Estará bien, nuestro padre pidió que se la atendiera bien y hay una enfermera con ella.- lo dijo con una sonrisa.

A Nadia esto la tranquilizó un poco, y decidió despedirse de su hermana para ir a su habitación, mientras se dirigía a su habitación vio como un carruaje llegaba a la mansión, decidió acercarse para ver de quién se trataba, grande fue su sorpresa cuando vio bajar del carruaje al primer ministro, el mismo que apoyo la versión acusatoria de los criminales hacia su padre. Vio como el hombre se dirigía a la oficina de su padre, Nadia quería acercarse y escuchar la conversación de su padre con el primer ministro pero había guardias en la puerta.

 - Claro porque no se me ocurrió antes.- dijo en voz baja para luego dirigirse al jardín.

Al llegar al jardín se dirigió a la ventana de la oficina de su padre, por suerte la oficina se encontraba en la planta baja de la mansión y tenía vista al jardín, se acercó sigilosamente y se quedó en un arbusto afortunadamente la ventana se encontraba abierta de esa manera escucharía mejor la conversación.

 - Ministro a qué debo su visita.- menciono el duque con una clara sorpresa y una sonrisa fingida pues al duque no le agradaba el ministro.

 - Vine a hacerle una propuesta.- respondió para luego dirigirse a un sillón que se encontraba en la oficina.

El duque quedó confundido, que tipo de propuesta le haría el ministro, pero algo le decía que no era nada bueno.

 - ¿Qué tipo de propuesta?.-pregunto.

 - Un compromiso.- dijo rápidamente, y con una notable sonrisa.- Entre su hija y mi nieto.

Al mencionar aquello el duque queda más confundido pues su hija ya está comprometida, Nadia también queda confundida al escuchar al ministro.

 - Discúlpeme, pero usted sabe muy bien que mi hija ya está comprometida con el príncipe.

 - No me refería a su hija mayor.

El duque luego de escuchar aquello cayó en cuenta de que se refería a Nadia, pero ella aún no ha debutado y no podía comprometerse, Nadia se quedó congelada al escuchar aquello ella no quería comprometerse con nadie, pero se tranquiliza un poco porque sabe que su padre no permitiría que ella se case con alguien a quien no ama.

 - Mi hija menor aún no ha debutado en sociedad y no puede comprometerse.

 - Usted sabe que el debut de las jóvenes es solo una formalidad.- menciono tranquilo.- Si usted acepta su hija y mi nieto pueden comprometerse y anunciar formalmente el compromiso cuando su hija debute.

 - Discúlpeme pero no acepto, mi hija será quien elija a su futuro esposo, no la obligaré a que acepte un compromiso con alguien a quien no conoce.

El ministro al escuchar la respuesta del duque se molestó, pero de manera tranquila se dirigió al escritorio en dónde se encontraba el duque y le lanzó algunos papeles, sabía que después de leer esos documentos aceptaría el compromiso.

 El duque se dispuso a leer los documentos y cuando lo hizo quedo perplejo pues en esos documentos estaban las pruebas para acusarlo de intento de asesinato contra la princesa, uno de los documentos era un contrato con los criminales que ya se encontraban en la cárcel y en dicho documento se encontraba estampado su sello.

 - Si no acepta el compromiso, esos documentos llegarán a manos del rey.

 - Yo no contraté los servicios de criminales.- el duque menciono molesto.

 - Estos documentos dicen lo contrario.- tomo asiento.-Se imagina usted en la cárcel, su esposa y sus hijas en la calle desamparadas, quien sabe a donde irán a parar.

El duque apretó los puños, no podía permitir que su esposa e hijas sufran, y esto le confirmo que el ministro está tras el ataque, pero lo que lo desconcierta es como consiguió su sello. Nadia tras escuchar aquello se preocupó, pero de algo estaba segura el ministro es el verdadero villano, posiblemente él está ayudando a Cora.

 - Que me dice duque, ¿acepta el compromiso?.- pregunto con una notable sonrisa.

 - Sí.-menciono resignado, pero haría algo para averiguar la verdad sobre esa acusación en su contra.

 - Bien, pues los novios ya deben empezar a conocerse no lo cree.- menciono a lo que el duque asintió.- Mañana traiga a su hija a mi mansión.

Después de aquella pequeña confrontación el ministro se retiró feliz por lo que había logrado, parte de su plan ya estaba listo solo faltaba lo más importante, por un instante pensó que su plan fracasaría por el ataque en donde casi Nadia muere, en cambio, Nadia ya en su habitación caminaba de un lado para el otro sí estaba en lo cierto el ministro estaba tras el ataque, pero porque razón el ministro quiere comprometerla con su nieto, si realmente está ayudando a Cora y ella logra casarse con el príncipe Káiser sus planes tendrían éxito, esto hacia dudar a Nadia, la historia era totalmente diferente a lo que había leído alguna vez, tal vez la historia cambio por los cambios que ella causó.