vidas diferentes que su suerte les da conexión
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que momento... universo VIII
En una noche fresca de primavera, Robert y Chandler decidieron escapar del estrés de la semana y celebrar su aniversario en la acogedora cabaña de campo que habían alquilado en las afueras de la ciudad. La cabaña, rodeada de altos árboles y con vistas a un pequeño lago, ofrecía el escenario perfecto para una escapada romántica. Ambos llevaban semanas anticipando este momento, ansiosos por
disfrutar de una noche especial juntos.
Robert, alto y de cabello oscuro, era conocido por su sentido del humor y su habilidad para encontrar soluciones creativas a los problemas cotidianos. Chandler, más reservado, pero igualmente carismático, destacaba por su pasión por la música y su habilidad innata para calmar a Robert cuando las cosas se ponían difíciles.
Al llegar a la cabaña, se sorprendieron gratamente al descubrir que el lugar era aún más encantador de lo que habían imaginado. La chimenea de piedra estaba encendida, creando una atmósfera cálida y acogedora en el salón principal. La cocina, equipada con todos los utensilios necesarios, invitaba a preparar una cena juntos, mientras que el dormitorio principal ofrecía una cama grande y cómoda con vistas al lago.
Decidieron empezar la noche con una cena romántica. Robert, con su habilidad culinaria improvisada, preparó una deliciosa pasta con salsa de tomate y albahaca, mientras Chandler se encargaba de la ensalada fresca y el vino tinto que habían traído para la ocasión. La conversación fluyó fácilmente entre risas y confidencias mientras compartían la cena a la luz de las velas.
Después de la cena, decidieron relajarse en el sofá frente a la chimenea, disfrutando de la calidez del fuego y la tranquilidad del entorno. Se abrazaron, compartiendo besos suaves y caricias, recordando momentos especiales de su relación y expresando su amor el uno por el otro.
La pasión creció lentamente entre ellos mientras se perdían en el calor del momento. Decidieron llevar su amor al dormitorio, donde la cama grande y mullida los esperaba con sábanas suaves y almohadas esponjosas. Se entregaron el uno al otro con ternura y pasión, explorando cada centímetro de piel como si fuera la primera vez.
Sin embargo, la mala suerte decidió hacer una entrada sorpresiva esa noche. Justo cuando estaban en el punto álgido de su pasión, escucharon un fuerte crujido seguido de un ruido sordo. La cama, que parecía tan robusta al principio, decidió romperse bajo su peso combinado, enviándolos al suelo con un estruendo.
Ambos se quedaron atónitos por un momento, mirando el colchón roto y las tablas sueltas en el suelo. Luego, estallaron en risas, incapaces de contener la situación absurda en la que se encontraban. Se levantaron del suelo, tratando de arreglar la cama de la mejor manera posible, aunque sabían que no sería cómoda para continuar la noche.
Decidieron reírse de la situación y hacer lo mejor con lo que tenían. Extendieron mantas y almohadas en el suelo, convirtiendo el incidente en una nueva experiencia divertida y diferente. Continuaron su noche de pasión de una manera improvisada pero igualmente íntima, disfrutando del momento y de la compañía mutua.
La mala suerte, sin embargo, tenía otros planes. Mientras se acurrucaban juntos en el suelo, escucharon el sonido de la lluvia golpeando contra el techo de la cabaña. Al principio, disfrutaron del sonido reconfortante, sintiéndose aún más cerca el uno del otro en medio de la tormenta. Pero luego, el ruido se intensificó, y comenzaron a notar goteras en el techo.
Con un suspiro, Chandler se levantó para
Investigar y encontró que el techo tenía varias goteras que dejaban caer agua en diferentes puntos de la habitación. No era exactamente el ambiente romántico que habían imaginado. Decidieron colocar recipientes debajo de las goteras y moverse hacia un rincón más seco de la cabaña, llevando consigo las mantas y almohadas improvisadas.
A pesar de las circunstancias, se negaron a dejar que la mala suerte arruinara por completo su noche. Se acurrucaron juntos en el rincón seco, riendo de nuevo por la serie de eventos desafortunados que habían experimentado. Encendieron algunas velas para añadir un poco de luz y continuidad a su noche, creando una atmósfera íntima y acogedora incluso bajo las circunstancias menos ideales.
Decidieron contar historias y compartir recuerdos mientras escuchaban la lluvia afuera. Robert habló sobre su infancia y las veces que había visitado cabañas en el bosque con su familia, mientras Chandler compartió anécdotas de sus viajes musicales y sus sueños para el futuro juntos. La conversación fluyó fácilmente entre risas y momentos de ternura, fortaleciendo aún más el vínculo especial que compartían.
A medida que la noche avanzaba y la lluvia comenzó a amainar, decidieron salir al porche de la cabaña para respirar aire fresco y disfrutar de las últimas horas de la noche juntos. El cielo se despejó lentamente, revelando un mar de estrellas brillantes sobre ellos. Se abrazaron bajo el cielo nocturno, sintiendo una profunda gratitud por la oportunidad de compartir momentos tan especiales y significativos juntos.
Finalmente, regresaron al interior de la cabaña y se acurrucaron juntos en el sofá, cansados pero felices por la noche que habían compartido. A pesar de la mala suerte y los contratiempos inesperados, habían encontrado una manera de convertir cada momento en una nueva aventura y una historia que contar.
Mientras caían en un sueño reparador, abrazados el uno al otro, sabían que las noches como esta, imperfectas pero llenas de amor y conexión genuina, eran las que recordarían con más cariño en los años venideros. La mala suerte podía haber intentado intervenir, pero no había podido apagar la chispa de su amor ni robarles la felicidad de estar juntos en esa noche especial.