CONQUISTANDO A UN MUJERIEGO

HENRY

Saber que mi Angie, puede perder su trabajo por las influencias de sus padres y sus amigos, me molesta y muchísimo, quisiera ayudarla, más y creo que sé cómo hacerlo, de niños recibí la herencia de mis padres, aunque la verdad no la quería.

Mis padres siempre me vieron como un objeto para ganar dinero y eso me lleno de rencor hacia ellos, por eso esa herencia se todo únicamente cuando yo era un niño y no podía negarme a que pagarán mi educación con ese dinero.

Así que toda esa fortuna está prácticamente intacta, pues yo vivo de lo que gano con mi trabajo y estoy considerando darle el dinero de la herencia a Angie y a Fabricio, que abran una editorial independiente y que sus padres no puedan hacer nada para evitarlo.

Sé que Angie, se va a resistir a que yo le dé todo ese dinero, así que se lo plantearé como un préstamo, préstamo que nunca aceptaré que pague o que me convierta en un socio capitalista, después de todo estudie administración en la universidad, les puedo ser de mucha ayuda.

Pero primero haré que sufra e relajen con ese tema, no quiero dejarlos pegados al teléfono toda la noche esperando a que Claudia llame, dijo que esperaría hasta la media noche para entrar al despacho de su padre, así que tenemos tiempo para cenar y tomarnos unos tragos.

Cuando los primos se fueron a arreglar para salir yo hice lo mismo, tome una ducha rápida y me coloque ropa aunque sencilla, elegante, peino mi cabello, me coloco loción y estoy listo para salir, pero Angie, seme adelanta y llega a mi habitación más hermosa que nunca.

Quiero ir despacio con ella, no quiero que sea una más con la que e estado, más sin embargo ella me la pone difícil, como va a entrar a mi habitación, con un vestido corto el cual me provoca arrancarlo y hacerle mis cosas.

—Eres la novia más hermosa, todos me van a envidiar —me acerqué a ella y le di un beso rápido en los labios, luego tomé su mano para sacarla de la habitación, pues si nos quedamos más tiempo ahí a solas de seguro no saldremos a ningun lado.

—Espera Fabricio, aún no está listo —Angie me detuvo en la puerta de la habitación y me besa con pasión y deseo.

Yo no pude resistirme y le seguí el beso, listo manos tomaron vida propia y comencé a acariciar su hermoso cuerpo no quiero dejarla ir, pero no es una opción, ya que Fabricio, toca la puerta.

—Chicos estoy listo vámonos —Fabricio del otro lado de la puerta.

—Ahí vamos —more a mi hermosa novia sonrojada, con su carita traviesa y lo único que puedo hacer es darle un pequeño beso en los labios y salir sujetando su mano de la habitación.

Camino de la mano junto a Angie y está vez al llegar al estacionamiento es Fabricio quien conduce mientras Angie y yo vamos en los asientos de atrás abrazados y dándonos algunos besos.

Le indiqué a Fabricio, en que restaurante cenaríamos, pues es un lugar muy bueno y que me gusta mucho, porque el piso de abajo es un restaurante y arriba hay un club con muy buen ambiente.

Al llegar al lugar, pedí la misma mesa de siempre, ya que vengo seguido aquí y cuando nos ubicaron en la mesa, perdimos rápidamente a Fabricio, porque se encontró a un amigo suyo y dijo que no vería arriba en el club.

—Fabricio, a pesar de todo lo que a pasado tiene buenos amigos y siempre está feliz, eso me alegra mucho —comenta Angie mientras esperamos la cena que ordenamos.

—Es tan fuerte como su prima —exprese antes de dejar un beso en sus labios.

—Me alegra tanto haber vuelto, mientras estuve fuera no deje de pensar un solo día en las personas que deje aquí, cada día esperaba volver y reencontrarme con ustedes —confiesa Angie.

—Créeme cuando te digo que a nadie le alegra más que hayas vuelto que a mí —ambos sonreímos y nos dimos algunos besos, hasta que llego nuestra cena, aunque si por mí fuera ella sería mi cena.

ANGIE

Sabía que mis padres no se quedarían de brazos cruzados e intentaría acabar con mi carrera, pero jamás pensé que pudieran llegar a meterse en la editorial para la que trabajo, espero que Claudia, si pueda averiguar algo en el despacho de su padre, necesito tener informado clara para saber que hacer luego.

Mi plan aunque era quedarme junto al teléfono hasta que Claudia, llamara no pude realizarlo, pues mi guapo novio dijo que es mejor salir y disfrutar para no matarnos la cabeza esperando esa llamada.

Así que los tres nos arreglamos para salir, pero antes de salir fui a la habitación de Henry, a buscarlo, ahí el quiso salir rápido, pero yo moría por besarlo así que lo hice, en ese beso sentí demasiado deseo por estar con el, la verdad es algo que me encantaría.

Sé que el está acostumbrado a tener a todas las mujeres con solo una mirada el la convence, y no quiero ser una más, por eso creo que debo controlarme y esperar, pues lo amo de eso no hay duda, pero quiero que él me diga que me ama también, no quiero ser la única enamorada en esta relación.

Sé que el siente cosas fuertes por mí, lo veo en sus ojos, sin embargo, quiero que el me exprese todo eso mirándome a los ojos, una aveces necesita escuchar que la aman no simplemente saberlo, también hay que escucharlo.

En la habitación nos interrumpió Fabricio, pero ya cuando llegamos al restaurante, Fabricio, se fue con un amigo que se encontró en el ligar y nos dejó a solas, por supuesto me alegra saber que a pesar de todo mi primo tiene amigo, que lo quieren.

Aun así quiero ayudarlo a conseguir un buen trabajo que construya un buen futuro, y para eso primero debí saber con exactitud que es lo que traman mis padres.

Después de una deliciosa cena junto a mi novio ambos subimos al club en donde Fabricio, baila en la pista de baile disfrutando de la noche.

Henry y yo sonreímos divertidos al verlos y sin pensarlo mucho nos unimos a él y comenzamos a bailar sin parar, por supuesto si hacíamos pausas para tomar algunos tragos, además volveríamos temprano al departamento para recibir el informe se Claudia.