Amor en Éxtasis

Fernando. – No creo, tu y yo no tenemos nada de qué hablar, si buscas una disculpa no te preocupes eso ya es pasado…

Samuel. – Por favor dame una oportunidad, no he dejado de pensarte de…

Fernando. – ¿Es en serio Samuel? ¡Oportunidades tuviste, no fue fácil sacarte de mi vida, yo no tengo nada que hablar contigo no me interesa…!

Samuel. – ¿Hay alguien más? ¿Es el chico que está detenido?

Fernando. – ¡Disculpa, pero no tengo por qué darte explicaciones, ni somos nada, ni amigos somos como para ponerme a platicarte de mi vida!

Samuel. – ¡Tranquilo, no es para tanto… no es para que te pongas a la defensiva!

Fernando. – No es eso, pero las cosas quedaron muy claras entre nosotros, y no hay nada más que podamos decirnos.

Samuel. – ¡Me equivoque, y no hay día que no me arrepienta!

Fernando. – Es tarde para arrepentirse, no te guardo rencor, pero no hay nada que podamos hablar no es necesario…

Samuel. – Y si te ayudo a que puedas verlo…

Fernando. – ¿Me estas chantajeando?

Samuel. – Si así lo ves sí, no me dejas opción, yo puedo hacer que lo veas o que te nieguen el paso, solo te pido una salida a cenar y me dejes hablar…

Fernando. – ¿Cuando…?

Samuel. – Cuando salgas de verlo nos ponemos de acuerdo, ven vamos al consultorio para prestarte una bata y puedas entrar como un colega que está haciendo una maestría sobre medicina forense…

Valeria. - ¡Mi amor, hijo! ¿cómo estas, no te duele nada, estás herido?

Alejandro. – ¡Estoy bien mamá! Esta sangre no es mia ¿Caro como esta…?

Valeria. – Ella está bien, mi vida tú no te preocupes por eso ahora, todo va a salir bien.

Alejandro. – ¡Mamá perdóname…!

Valeria. – ¡Mi vida, no tengo nada que perdonarte al contrario hijo no me va alcanzar la vida para agradecerte lo que hiciste por tu hermana! ¡estoy muy orgullosa de ti gracias a Dios por haberme dado un hijo como tú!

Alejandro. – ¿Que va a pasar conmigo, cuanto tiempo voy a estar aquí?

Valeria. – El abogado ya está arreglando eso, hijo tal vez tengas que pasar la noche aquí, pero te juro que todo va a salir bien., pero hay que ser fuertes hijo, aquí estoy contigo.

La verdad es que estaba muerto de miedo, jamás paso por mi mente, que estaría ante una situación como esa, pero a pesar del miedo no me arrepentía de nada, si tuviera que hacerlo de nuevo no lo dudaría ni un segundo, fuera por mi hermana o mi madre estaba dispuesto a todo, aun a pesar de los barrotes de la celda pude sentir el abrazo de mamá, sentía un nudo en la garganta con ganas de llorar, pero no quería preocuparla aún más y claro está que no quería que Erick me viera llorar, a pesar de que él seguía inconsolable, aun nadie había preguntado por él.

Roger. – Cris, deberías ir a descansar un rato, nos espera una noche muy larga…

Cristina. – Lo sé, pero no quiero separarme de ella, es la última vez que vamos a estar juntas…

Roger. –Ya se hermanita, pero tenemos que ser fuertes, sé que de ahora en adelante ese hueco nos acompañara de por vida…

Cristina. – ¡No sé si vaya a poder! a mí no solo va acompañarme ese hueco si no él remordimiento, pensé que si me portaba así con ella la haría reaccionar, ¡fui una estúpida no supe cómo hacerle ver las cosas…!

Roger. – Ven dame un abrazo, te aseguro que desde allá arriba debe estar tranquila de vernos así juntos, y sé que no tenía nada que perdonarte…

Tan solo de pronto lo que parecía ser un día común y monótono como cualquier otro habia resultado ser el peor de nuestras vidas, sin imaginar siquiera lo que tan solo un segundo, una hora, un día cualquiera deja de serlo para marcar nuestra existencia de forma definitiva, a tal grado que debemos cambiar de rumbo nuestra vida.

Valeria. – ¿Y bien licenciado que procede…?

Iván. – La ley nos otorga 72 horas para comprobar la legitima defensa de Alejandro, de lo contrario será trasladado al reclusorio… me dijo que hace poco cumplió los 18.

Valeria. – Así es licenciado… ¡pero mi hijo es inocente el solo defendió a su hermana…!

Iván. – Yo sé y nos va ayudar mucho la declaración de Carolina, lamentablemente no está la, Ministerio Publico, tendrá que pasar la noche aquí por lo mismo, no pudimos presentar la declaración de Carolina, solo levantamos la denuncia correspondiente por secuestro e intento de violación.

Eduardo. – ¿Iván qué más podemos hacer…?

Iván. – Ahora ya no podemos hacer nada, más que esperar a que amanezca, este presente la, Ministerio Publico y demostrar la inocencia de Alejandro, tenemos todos los elementos a nuestro favor no se preocupen les aseguro que mañana estará libre, pero voy a tener listo un amparo y el oficio para extender las 72 horas de ser necesario, veo imposible que ellos puedan demostrar lo contrario.

Valeria. – ¡Gracias licenciado y por sus honorarios no se preocupe…!

Eduardo. – Mi amor, de eso, no te preocupes ahora yo lo veo con Iván…

Valeria. – De ninguna manera, Eduardo como crees, Oscar tiene que hacerse responsable.

Eduardo. – De eso ya hablaremos después, ahora debemos ir a descansar amor, mañana nos espera un día difícil…

Valeria. – Lo sé, pero no creo que pueda pegar un ojo en toda la noche, solo de pensar que mi Alex pasara aquí la noche, Dios sabe cómo…

Iván. – No será nada cómodo, pero estará bien no se preocupe, me retiro buenas noches y nos vemos mañana aquí a medio día.

Eduardo. – ¡Gracias hermano…!

Valeria. – Otra vez, gracias licenciado…

La verdad es que me sentía agotado y la barra de cemento que servía de cama era bastante incomoda y fría, deseaba tanto poder darme un baño caliente y meterme a mi cama, y dejar de sentir la frialdad de la celda, por otro lado, los sollozos de Erick, me impedían poder concentrarme en otra cosa ya que no podía dormir por más que intentaba, cuando escuche mi nombre, inmediatamente me levante y ahí estaba él, es tendimos los brazos para abrazarnos aun cuando los barrotes nos separaban.

Fernando. – ¿Cómo estas, estas bien?

Alejandro. – Solo estoy algo cansado, aun cuando no sé qué vaya a pasar estoy bien y ¿tu cómo has estado…?

Fernando. – Bien pero aquí quien importa eres tú, él es un viejo amigo, Samuel me ayudo para poder entrar a verte…

Voltee la mirada para verlo, asenté con la cabeza para agradecerle, sabía quién era jamás imagine conocer al tal Samuel, sabia cuando Fernando se refería a un viejo amigo, pude sentir como me barría con la mirada, pude sentir sus celos a flor de piel, pude ver en su mirada cuanto se arrepentía de haber dejado a Fernando, pero así es el amor un día te das cuenta de todo lo que perdiste, que siempre estuvo ahí, tan seguro que pensaste siempre te iba amar por los siglos de los siglos, sin imaginar, que a la vuelta de la esquina siempre habrá alguien más, una nueva esperanza, me imagino que debe ser muy triste ver que después de ser el centro del mundo tan solo hoy eres un viejo amigo.

Fernando. – ¿Y necesitas algo que puedo hacer por ti, ya comiste…?

Alejandro. – No he comido nada, no habido oportunidad siquiera de pensar en eso, estoy bien y significa mucho para mí que estés aquí. Voy a tratar de dormir un rato…

Fernando. – Voy a mandarte algo de comer con Samuel y unas cobijas por lo menos para que sea menos pesada la noche aquí.

Samuel. – ¿Como?

Fernando. – Es un favor Samuel…