Colágeno

¡Oh por Dios! Definitivamente, fue el beso más exquisito que he tenido en mi vida, y he tenido muchos, no sé si será por el hecho que, es ella y lo había deseado prácticamente la mitad de mí, vida.

Doy vueltas en mi cama, aún siento que floto, aunque ella me dijo todas esas cosas, sé que hay algo dentro de ella, algo dentro de mí que me dice que ella será para mí, estoy claro que nos va a tocar duro, pero voy a estar firme con ella apoyándola dándole todo el Valor.

Esta Semana comienzo con el cortejo abiertamente, ya no tengo nada que ocultar por lo menos con ella.

Llegó a la oficina, nada más entrar, mi padre me llama a la oficina.

—Hijo buen día—Mi papá me da un abrazo. 

—Buen día, papá ¿Qué paso, porque esa cara?

—Esta semana tenemos una auditoría.

—Y que con eso papá, nosotros no tenemos nada que ocultar, ¿cierto?

—Claro hijo, por eso la mandé a hacer, es que el antiguo encargado de las fianzas no sé, no me daba buena espina, es solo que ya sabes lo tedioso que son, pero bueno, ahora el encargado de las fianzas eres tú.

—Oh, ya veo me va a tocar fuerte estos días.

—Así es hijo, pero tranquilo el fin de semana puedes descansar tranquilo.

—Gracias por la recompensa—Le digo de forma irónica. 

—Como está tu mamá hijo—Pregunta mi padre cambiando radicalmente el tema.

—Está bien en casa, ¿No te habla aún? —enarco una ceja. 

Mi padre ríe sonoramente —Si tu mamá me ama aún.

—Ay, papá deja lo engreído.

—Si no es así entonces porque aún sigue molesta conmigo ya pasaron muchos años.

Bufo de recordar los días dónde mi madre se la vivía deprimida, y acomplejada por qué estaba vieja.

—Sabes que papá es mejor no hablar del tema, que me molesta.

—Está bien, está bien. Mejor dime qué tal tú con la jovencita.

—No somos nada y no quiero hablar—le digo con toda la seriedad que puedo.

Algunos minutos después nos informan que el auditor ha llegado, voy a su encuentro, bueno está semana, la voy a tener difícil para cortejar a mi reina.

****************

Después de ese día Rodrigo no volvió a buscarme ni acercarse de manera sentimental, no les niego que eso me dejó decepcionada, pero es lo mejor que puede hacer.

 Mi hijo moriría antes que verme en una relación amorosa y mucho menos si es con su mejor amigo, y Lucía ni se diga, no le ha dado la oportunidad a Gustavo solo por ser menor que ella por 5 años, definitivamente no aprobaría una relación entre su hijo y yo.

Bueno seguimos con el trabajo que es mucho por cierto estamos en una temporada donde las visitas al salón de belleza son más abundantes, como ya saben atendiendo clientas exclusivas, hoy tengo una clienta muy importante, es una mujer muy hermosa dueña de una cadena de hoteles, al parecer tiene una inauguración.

—Señora katrina, la señorita Valbuena está esperando por usted.

—Bien, zaida, voy para allá, ordena que le laven el cabello, por favor enseguida voy. 

—Como usted diga, permiso.

Al salir la chica está con su cabello lavado, me indica lo que le gustaría hacerse, solo sería cortar un poco, tratamiento capilar, secado maquillaje.

Eso me tomará unas dos horas terminar.

Mientras estoy en mi trabajo llega mi asistente. Zaida. 

—Señora katrina llegó este ramo de Rosas para usted. 

—¿Para mí? —Le dijo señalando a mí misma. 

—Sí, señora, tiene una nota. 

—Me la lees, ese seguro es José Alfredo. 

“Dije que te iba a demostrar cuánto me gustas, R”

Debí ponerme roja hasta las orejas por qué las dos mujeres a mi lado me vieron divertidas, cosa que hizo que me diera más vergüenza.

—Déjalo en mi oficina, la tarjeta me la dejas en el primer cajón del escritorio por Favor.

Zaida se retira para hacer lo que le he pedido. 

—Es tan romántico cuando un hombre te quiere conquistar—Dice la chica sentada delante de mí. 

—Si lo es—Es lo único que sale de mis labios, joder que no soy antisocial, ni nada que se le parezca, pero esa nota era lo único en lo que podía pensar, solo repetir dentro de mí lo que allí decía, siento que mi interior se humedece, Dios en que estoy pensado.

—Mamá ese ramo en tu oficina ¿Quién te lo envío? Por qué ya le pregunté a mi papá y no fue él.

Lo que me faltaba los cuestionamientos de Douglas.

—Hola hijo, estoy muy bien y tú—le digo con ironía. 

—Se las he traído, yo, responde la rubia. 

—Hola preciosa —se apresura a decir en cuanto se da cuenta de su presencia —Soy Douglas, hijo de esta bella mujer.

—Ya veo, creí que eras su papá, por como le hablaste—le dice con una sonrisa pícara. 

Douglas se apenó un poco, pero no se intimidó —Es mi mamá, solo debo cuidarla —Se encoge de hombros.

—Cuidarla más, no controlarla son cosas diferentes, mira que ver el ramo y preguntarle a tu padre enseguida.

—Puede ser, pero yo no sé diferenciar esas dos, claro tengo que saber de dónde sale eso.

—Pobre de tu novia, no me gustaría estar en su lugar.

—Bueno, no tengo novia a decir verdad, cuando quieras me puedes aceptar una invitación, —Le dice guiñándole un ojo a la rubia, después uno a mí. 

Pero qué niño tan atrevido ahora resulta que no tiene novia, pobre Fer desde que llegó no ha salido nada más que para el jardín.

—Debo irme mamá, tengo cosas que hacer, nos vemos en la noche—Deja un beso en mi mejilla.

—Chao preciosa, cuando necesites un abogado no dudes en llamarme. 

—Chao—dice la chica muy divertida, — tu hijo es un caso—dice después. 

—Ni me lo digas.—Continuó haciendo mi trabajo.

Cómo es sábado le envío un mensaje a Lucía para ir al club, un rato necesito salir con ella.

También le envío un mensaje a Rodrigo agradeciendo las flores.

Sentada en mi oficina con la nota en la mano leyendo esas letras plasmadas en el papel, suspiro cerrando mis ojos y viajando al día del beso, joder que besa divino Rodrigo.