Latentis

—Solo fue un mal sueño—murmura limpiándose el sudor y acomodándose para seguir durmiendo 

Las flechas del reloj se mueven pasando los minutos uno tras otro y Daphne no logra conciliar el sueño, con su mano libre enciende la lámpara esta no tarda en alumbrar la poca oscuridad porque al ver por el balcón el nuevo día ya está presente.

Una ráfaga de viento entra por el pequeño espacio entre las ventanas abiertas, Daphne se levanta y se coloca una bata para salir al balcón aún no entiende que es lo que le pasa, su cabello se mueve al compás del viento.

Al escuchar un ruido en la habitación vuelve a entrar solo para darse cuenta de que el pequeño tigre se ha caído de la cama, ella se acerca y lo carga para después acomodarlo mejor junto a su madre.

—Quédense aquí yo iré a entrenar—les dice Daphne, entrando al armario y buscando su ropa de entrenamiento que consiste en un pantalón flojo y hoy como está haciendo algo de frío se va a poner una capa de algodón no tan larga para no caerse

Al estar lista se teletransporta al jardín trasero del palacio de invitados, ya que por ese lado casi no transitan muchas personas.

Primero comienza con entrenamientos para calentar el cuerpo, como correr diez vueltas alrededor, luego haciendo sentadillas que son las que menos le gusta hacer, después toma su espada y comienza haciendo movimientos lentos y precisos con la espada cada corte diagonal se siente como si cortara el aire, bloqueos evitando un ataque invisible.

Su rostro muestra concentración en cada movimiento, cuando ella gira sobre sus talones, el aire se arremolina a su alrededor levantando pétalos de rosas que también bailan al compás de sus movimientos.

Se eleva por el aire apuntando al frente con su espada meneando su mano en círculos como si el arma perforara el corazón del aire.

Arthur había salido a caminar alrededor del castillo al llegar a la parte trasera del palacio por donde está el jardín, se detuvo en seco observando como Daphne entrena con la espada a simple vista parece que está danzando rodeada de pétalos de rosas el viento acaricia suavemente su rostro.

No sabe cuánto tiempo ha pasado de que la está observando sin mover ni un músculo, sale de su ensoñación al ver como Daphne recoge la capa y comienza a caminar de regreso al palacio, para él es toda una sorpresa ver a una jovencita de alta sociedad entrenando con espadas aunque también está el hecho de que es una princesa elfo.

Más tarde en la hora del desayuno a Daphne le pusieron una doncella del palacio para que la guíe por la capital, ya que Arthur también debe de aprender lo que conlleva ser un príncipe celestial además tendrá que entrenar para pasar una prueba que es las 7 calamidades del mal puro, cada calamidad vendría siendo como una emoción del mundo humano por decirlo así, en la primera debe de confrontar su mayor miedo, el segundo tiene que dejar salir su ira y ser capaz de poder controlarla, todas estas calamidades las tiene que afrontar en el plano astral un lugar donde solo llegas mediante un enlace mental.

Mientras que por su parte Daphne se encontraba vistiéndose para salir a dar un paseo por la capital y aprovechar para ir a buscar un vestido para el día de la presentación del príncipe heredero.

—Señorita su majestad Selena quiere ofrecerle estos obsequios de regalo por haber ayudado a su alteza Arthur a reencontrarse con su verdadera familia—dice la doncella que se llama Lila 

—Dile a su majestad que le agradezco por estos regalos—dice Daphne 

Las doncellas que venían con lila pasan a la habitación acomodando todas las cajas en el suelo, Ava que estaba ordenando el armario salió para ayudar a su señorita a sacar las cosas de las cajas y colocarlas en la cama Lila no se queda atrás y comienza ayudar a Daphne, ya que se le ha encomendado que estará ayudando a Daphne en su estancia en el reino celestial.

—Este vestido sí que es muy hermoso—dice Ava desempacando una caja de terciopelo 

—Su majestad Selena quiere que use este vestido en la fiesta de presentación de su majestad Melyael— menciona Lila 

—Entiendo, Ava me ayudas a guardarlo—pide Daphne, Ava vuelve a colocar el vestido en la caja y comienza a caminar hasta llegar al guardarropa 

La tarde estaba empezando a caer, para el viaje de Daphne a la capital ya se estaba preparando un carruaje con Pegaso, ella iba caminando para llegar a donde se encuentran los carruajes cuando se encontró con Arthur que regresaba de visitar a su ahora abuelo este le había espulgado que antes cuando su madre aún estaba ella era la heredera del reino por ser la primera hija, pero cuando desapareció los nobles de Celestial pedían que hubiera un heredero así que tomaron la decisión de que su segundo hijo Melyael fuera el heredero, pero ahora que ha aparecido Arthur el hijo de su primera hija.

Así que Melyael habla seriamente con su padre para que le diera el título de príncipe heredó a su sobrino, pero lo que ninguno sabía es que Arthur no quiere tomar el trono de Celestial después de todo su tío ha estudiado para ser el próximo rey del reino Celestial.

Al ver a Daphne que Iba de salida aprovechó para acercarse a ella y preguntarle si podía acompañarla a sea donde va.

—En serio no tienes interés en ser el rey del reino Celestial—le pregunta Daphne

— No, mi tío ha estudiado arduamente para ser el príncipe heredero así que no puedo venir a querer tomar algo, además es mucho trabajo ser archiduque—recarga su cabeza en el sillón del carruaje 

—Y si te digo que puedo ayudarte a tomar el imperio Lunne—menciona Daphne sin vacilar 

Arthur levanta la cabeza rápidamente, eso sí que no lo vio venir porque en su rostro se muestra confundido y algo desorientado ósea si ha pensado en tomar el imperio Lunne, pero nadie sabe que él es hijo del emperador y los nobles apoyan a Theo.