¿Qué Tiene De Especial?

Feng Lanxi había dicho que solo dos sobrevivieron, no mintió, pero tampoco dijo la verdad. Fueron 5 los que quedaron vivos en total mientras protegían al Comandante Shue Nanyu, sin embargo, luego de eso, comenzaron a suicidarse.

Shue Leilei no era tan tonta como para creer que todo esto era pura coincidencia, simplemente no podía creer que ellos se suicidaran luego de recuperar su libertad ¡Es ridículo! La joven cerró los ojos y frunció los labios.

-Lo más probable es que los estén cazando para guardar los secretos de las misiones o más bien ¿De la última misión?- Shue Leilei creía en esta conjetura.

¿Qué robaron en la última misión que hizo que Nanyu renunciara a sus mejores soldados con tal de enterrar esa información con ellos?

Por supuesto, normalmente, luego de que algo o alguien dejara de ser útil, lo mejor era eliminarlo para evitar cualquier daño futuro. Al final, sería como apuñalarse a sí mismo si ese alguien trata de vengarse tomando represalias con lo que sabía. Por lo tanto, borrar esa posible molestia era lo esencial, este punto, Shue Leilei lo conocía perfectamente.

Pensando profundamente en la información recibida, Shue Leilei se puso de pie y camino hacia la ventana, viendo en el jardín al hombre entrenar, su cuerpo algo corpulento brillaba gracias al sudor producido por el ejercicio.

Su cabello ligeramente largo estaba pegado a su frente y su piel bronceada se veía exquisita bajo la suave luz del sol.

Mientras se ejercitaba, las gotas de sudor se deslizaban entre sus abdominales bien formados hasta caer en esa zona V y perderse de vista en el borde de su pantalón.

El cuerpo de Shue Leilei se estremeció y se dio la vuelta, no era el momento, tenía mucho trabajo que hacer.

Ella regresó a su silla e hizo todo lo posible para concentrarse, sin embargo, su mente traicionera estaba en lo que sucedía en el jardín.

La imagen de como los músculos se tensaban y su espalda tonificada se relajaba, esas gotas de sudor deslizándose hasta el fruto prohibido de la satisfacción...

Shue Leilei sintió la garganta reseca y el calor la rodeó, se puso de pie y fue a la ventana, abriéndola de golpe.

-¡Mierda, Lanxi, ve a ejercitarte a otro lado! ¡No puedo concentrarme si estas provocándome justo delante de mis narices! ¡Ve a otro lugar o deja de hacer lo que estás haciendo! ¡VAS A VOLVERME LOCA!- Con esas exclamaciones, la ventana se cerró una vez más de golpe.

Feng Lanxi se quedó de pie allí con los brazos extendidos, confundido y conmocionado ¿Ahora cómo la ofendió? Solo estaba haciendo ejercicio cerca para tenerla vigilada, pero ¿Enserió se ganó un regañó?

El joven se sintió tan miserable que tenía ganas de llorar sin lágrimas, recogió la toalla y su camisa con indiferencia con intensiones de alejarse.

Volverla loca dice ¡Pues si ya le hacen falta una decena de tornillos! Bien loca ya esta.

Aunque Feng Lanxi creía que su Maestra iba un poco mejor con un manicomio, no se atrevió a decirlo. Cuando sus manos cayeron sobre su móvil, este se iluminó casi al instante, no pudo evitar sorprenderse.

Este móvil no se había encendido desde hace un año.

Él abrió el mensaje "Ahora están detrás de mí, preocúpate, pronto irán por ti. Si no te escribo en dos semanas, ya sabes el resultado." Era lo único que el texto decía.

El número no tenía nombre, pero no hacía falta que lo tuviese para que Feng Lanxi supiese de quién se trataba.

-Ese maldito no ha perdido el tiempo, Shen Da se había escondido muy bien durante estos dos años ¿Cómo es que lo encontraron de repente?- Los puños de Feng Lanxi se apretaron con fuerza, una luz oscura brillo en sus ojos.

¿Ese tipo no sabía cuando rendirse? No logró matarlos a todos en la última misión y ahora solo los cazaba para cubrir sus asquerosos trapos sucios.

¿Quién diría que obtener sus ubicaciones le llevaría dos largos años? Mató a tres de sus compañeros y ahora estaba detrás de otro, no faltaba mucho para qué lo encontrarán también.

Los ojos de Feng Lanxi cayeron sobre la chica que escribía apresuradamente en las teclas de la computadora.

Recién había comenzado a vivir una vida normal, tenía un trabajo y una Maestra amable, no tenía nada más que pedir, ahora,, sin embargo,, ¿Tenía que irse, justo cuando comenzaba a sentirse libre?

Feng Lanxi sintió un profundo sentimiento de desgana, realmente no quería irse, al menos aún no. Él mismo había saltado a la fosa del tigre al volverse el guardaespaldas de Shue Leilei, la sobrina de Shue Nanyu, aunque claro, esto era algo que él mismo desconocía.

Perdido en sus pensamientos, Feng Lanxi seco el sudor de su cara y se dirigió a la piscina detrás de la villa, situado justo en el centro del jardín, sus ojos negros se mantuvieron fijos al frente, pensativo.

Por alguna razón, sentía que Shue Nanyu los seguía por un motivo ¿Qué cosa tan importante habrá desaparecido de las manos de Shue Nanyu para que los busque con tanto desespero?

Feng Lanxi estaba extremadamente seguro de que Shue Nanyu no los buscaba por qué simplemente quería matarlos, no, algo muy importante había sucedido y esto tenía que ver con ellos y la última misión.

El hombre ya se sentía cansado de ser perseguido y de seguir huyendo.

-Creo que... ya es hora de dejar de esconderme.- Murmuró Feng Lanxi con una expresión fría, apretando el agarré sobre su camisa.

-Señor Feng, el almuerzo esta listo ¿Gusta comer ahora?- Una voz suave y delicada vino desde la puerta trasera de la villa.

Feng Lanxi vio a una mujer de unos 23 o 24 años, de rostro atractivo y cuerpo esbelto de pie allí, retorciendo el pañuelo en sus manos con nerviosismo.

Al ser el guardaespaldas de la Maestra de la villa, todos lo trataban con mucha cordialidad y educación, eso lo hacía sentir extraño.