La Princesa de la Mafia Ha Renacido

en la mansión.

"Ahh, qué pereza tener que ir a clases, quiero abrazar a Eve", dijo Areksa.

"Por eso debemos terminar rápido esta clase e ir a ver a mamá y a Eve", dijo Alvaska.

Cuando estaban a punto de salir de la mansión, se cruzaron con Daren, que quería entrar tambaleándose.

Daren llevaba una camisa de manga larga negra combinada con pantalones del mismo color.

"Hermano, ¿qué te pasa?", dijo Areksa.

La expresión de Daren cambió inmediatamente a una de estar bien.

"No pasa nada, ¿ustedes van a clase? Si es así, tengan cuidado en el camino, no causen problemas que hagan que papá se vuelva loco al cuidarlos", dijo Daren, y luego entró.

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"¿Hermano, estás entrenando de nuevo? ¿Por qué no cambias de profesor?", dijo Alvaska.

"No es necesario, estoy bien. Suéltame", dijo Daren, sonriendo a su hermano.

"¿Estás herido, verdad?", dijo Areksa.

"Huh, ¿de qué estás hablando? Ya, dense prisa, su clase va a empezar", dijo Daren, y luego se fue de allí.

"Nos está mintiendo, mi nariz nunca se equivoca, además, conozco muy bien el olor a sangre, sin tocarlo sé que está herido", dijo Areksa.

"Hum, tienes razón", dijo Alvaska, señalando su mano que tenía una mancha de sangre.

"Debemos hablar con papá sobre esto, no dejemos que el hermano Daren siga así", dijo Alvaska.

"Tienes razón, hermano, vamos", dijo Areksa.

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Unos días después, a mamá Velin y a Eve se les permitió volver a casa.

"Mamá, bájame. Déjame caminar sola", dijo Eve.

"No, cariño, tus piececitos se cansarán, siéntate tranquila en el regazo de mamá. Deja que tu papá nos empuje", dijo mamá Velin, que estaba sentada en una silla de ruedas con Damian empujándola.

"Está bien, está bien, mis dos reinas", dijo Damian.

Mientras que Kane, que los seguía, solo podía secarse las lágrimas con un pañuelo al ver lo armoniosa que era la familia.

"Hiks, ¿por qué no fue así desde el principio? El destino los hizo pelear", pensó Kane.

Al llegar a casa, fueron recibidos por Daren, Alvaska y Areksa.

"Huaaa, mamá, Eve, las extrañé", dijo Areksa, que inmediatamente abrazó a las dos mujeres que amaba.

"Hey, yo también quiero abrazar a mamá y a Eve, déjame hacerlo a mí también", dijo Alvaska.

"No, preferí dormir anoche sin abrazar a Eve por hoy", dijo Areksa.

"Isshh, eso no es asunto mío, apártate. Mamá, mira, Areksa es demasiado codicioso", dijo Alvaska, molesto.

"Ya, ya, no peleen, si no, mamá no les cocinará su comida favorita", dijo mamá Velin, separándolos antes de que se encendieran con fuerza.

Después de que los gemelos se cansaron de recibir a Eve y a mamá Velin, Daren avanzó y besó suavemente la mano de mamá Velin.

"Bienvenida de nuevo, mamá, me alegra que mamá se haya recuperado y lo siento, Daren no tuvo tiempo de visitar a mamá", dijo Daren.

"Y parece que la pequeña también se ha recuperado, felicidades", dijo Daren, sonriendo.

"¿Por qué la llamas pequeña, es tu hermana?", dijo mamá Velin.

"Jaja, lo siento, mamá", dijo Daren.

"Sí, cariño, no pasa nada. Te ves cada vez más guapo y sano, mamá está orgullosa de ti", dijo mamá Velin, que quería tomar el brazo de Daren, pero Daren lo evitó.

Esto perturbó el instinto de una madre al ver la reacción de su hijo. No muy diferente a Eve, ella se quedó en silencio observando a Daren, que parecía estar ocultando algo.

"¿Te sientes mal, cariño?", dijo mamá Velin.

"No, mamá, Daren está muy sano. Ah, sí, Daren quiere ir primero a la base, Daren quiere entrenar un poco con los miembros en la base", dijo Daren.

"Está bien, no te esfuerces demasiado", dijo mamá Velin.

"Está bien, mamá", dijo Daren.

Daren se fue de allí dejándolos, mientras que Alvaska y Areksa miraban la partida de su hermano mayor.

Eve frunció el ceño al ver la expresión de Areksa y Alvaska como si lo miraran con lástima.

"Bienvenida de nuevo señora, señor y señorita", dijeron Amelia y el jefe de mayordomos.

"Felix, Amelia. Los extrañé", dijo mamá Velin.

"Tía, Eve ha vuelto", dijo Eve, que finalmente habló.

"Hum, bienvenida señorita", dijo Amelia.

"Amelia, gracias por cuidar a mi hija, no podría devolverte todo este favor", dijo mamá Velin.

"No pasa nada, señora, es mi deber servir a esta familia, además, los servicios y la bondad de la señora que me salvó no se comparan con lo que hago por esta familia", dijo Amelia.

Al escuchar esto, Eve recordó a alguien cuyo destino era el mismo que el de Amelia.

"Haider, ¿volveré a verte?", pensó Eve.

"Papá, es mejor dejar que mamá y Eve descansen primero en la habitación, su energía aún no está completa", dijo Areksa.

"Además, queremos hablar de algo con papá", dijo Alvaska.

"¿De qué están hablando? ¿Por qué parece tan misterioso?", dijo mamá Velin.

"Secreto, esto es solo asunto de hombres, mamá", dijo Areksa, guiñándoles un ojo.

"Qué cosas dicen ustedes", dijo mamá Velin.

"Está bien, espérenme en el estudio", dijo Damian.

"Algo anda mal", pensó Eve.

"Mamá, quiero estar un rato con la tía Amelia. Extraño a la tía", dijo Eve.

"También debes descansar, cariño", dijo Damian.

"Eve tiene hambre, papá, Eve quiere la manzana que la tía Amelia corta como un conejo", dijo Eve.

"Jaja, está bien, Amelia, por favor, cumple la petición de mi hija. Después de terminar, llévala a mi habitación y déjala dormir con mi esposa", dijo Damian.

"Está bien, señor", dijo Amelia.

"Lo siento por molestarte Amelia", dijo mamá.

"No es ninguna molestia", dijo Amelia.

Eve extendió sus brazos y fue recibida por Amelia y ahora Eve estaba en los brazos de Amelia.

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Eve se sentó en la silla esperando que Amelia pelara la manzana, pero cuando Amelia se dio la vuelta para lavar la manzana, Eve saltó de la silla y rápidamente se fue de allí.

Eve caminó escondiéndose cuando pasaban los sirvientes o guardias.

Finalmente, Eve llegó frente al estudio de Damian y a través de la rendija de la puerta que estaba abierta escuchó su conversación.

"Papá, Tomás no es bueno entrenando al hermano Daren. Ayer mismo, el hermano llegó a casa con muchas heridas en su cuerpo", dijo Alvaska.

"Sí, aunque trató de ocultarlo y no lo vimos, pero la nariz de Areksa no se equivoca y la mancha de sangre es real", dijo Alvaska.

"Papá, ¿qué tal si vamos a la base? Me temo que le pasará algo al hermano Daren", dijo Areksa.

"Huff, está bien, cambiaré de profesor para guiar el entrenamiento de Daren", dijo Damian.

Eve, al escuchar eso, abrió mucho los ojos.

"Herido, con razón se apartó cuando mamá quiso tocarlo antes", pensó Eve.

"Señorita, ¿qué...?"

"Shhh", señaló Eve.

Luego Eve sacó a Kane de allí.

"Kane, necesito tu ayuda", dijo Eve.

Continuará