Tormenta Del Corazón

Todo estaba fríamente calculado, Gibran encontraría a su esposa y a su hijo, no dejaría que está oportunidad se fuera de sus manos.

Mientras en la isla privada de Sebastián, Silvana había llegado a la recámara principal, ahí tenía todas las comodidades. En varias ocasiones, Sebastián trato de hacerla suya, pero ella nunca permitió que él cumpliera sus bajos deseos.

Silvana: Deja de intentar tocarme, si entiendes que estoy embarazada, puedo perder a mi hijo.

Sebastián: Cariño si lo pierdes podemos tener más, total ese niño no es mío.

Silvana: Eres un desgraciado, no te atrevas a tocarme, aléjate porque mi hijo merece vivir incluso a costa de mi vida.

Sebastián: Por favor no seas tan dramática, sabes que en algún momento tienes que entregarte a mí y no será por qué yo te obligué, tu sola vendrás a pedirme que te tome.

Silvana: Antes me muero, que tuya, no permitiré que lastimes a mi hijo.

Se sabía que Silvana era una mujer sumisa y con mucha paciencia, solo que por su hijo se volvía una leona aguerrida y fuerte.

Ella lucharía incansablemente por qué su hijo estuviera bien en lo que podían volver al lado de Gibran.

Por la mañana el abogado de Silvana, Luke Sanders llegaba a casa de Gibrán, ya estaba James Camacho listo para todo lo que se avecinaba.

Los hombres se reunieron en el despacho de Gibrán, se sentaron y comenzaron a hablar.

Gibran: Licenciado Sanders es importante para mí llegar a un buen acuerdo con mi esposa.

Luke: Mi estimado, señor Smith lo que más buscamos ambos es el bien de la señora Silvana.

James: En eso estamos de acuerdo, pero espero que entienda los intereses de mi cliente.

Luke: Claro comprendo, ambos velaremos por los intereses de nuestros clientes.

Todos esperaban con ansias comenzar los trámites respectivos, nadie quería perder esta pequeña pero importante batalla.

Habían comenzado a fijar acuerdos tanto de manutención, como beneficios al separarse Solo que el licenciado Camacho No hablaría por ahora del contrato de ellos, harían de cuenta que el contrato no existía.

A pesar de todo era En beneficio de Silvana, obviamente en beneficio de los hijos de Gibrán.

En este caso era importante que el contrato no saliera a la luz, ya que Gibrán en este momento sabía que el contrato era su carta más fuerte.

En este punto él ya sabía que Silvana estaba con Sebastián, el muy desgraciado la tenía en sus manos y haría lo posible por recuperar a su amada esposa.

Al final de la conversación llegaron a acuerdos muy interesantes, el más importante y el mejor es que habían quedado en simplemente una pequeña pensión para Silvana y después de eso no tendría nada más y en automático se firmaría el divorcio.

Lo que el abogado Luke Sanders no sabía era lo del contrato, pero ellos sabrían cómo beneficiarse con ese detalle.

Al final de algún modo todos saldrían ganando y pronto se verían las caras.

Esa misma noche Sebastián, quiso saciar sus bajas pasiones con Silvana, al punto en que terminó abofeteándola y ella lo corrió de la recámara.

Silvana: No te atrevas a tocarme tú no eres nadie y nunca lo serás. Podrás tener mi cuerpo, pero jamás tendrás mi amor y mucho menos mi cariño, Así que lárgate y no regreses.

Esa simple respuesta lastimó el ego de Sebastián Así que él le dijo:

Sebastián,: Y a ti quién te dijo que quiero tu amor? A mí dame lo que me corresponde por haberte ayudado a ti y a tu mugroso hermano, no creas que no sé que me deben favores. Así que paga que tu amor es lo que menos me interesa solo quiero tu cuerpo. Digo si quieres ver vivo al tarado de tu hermano y al estúpido de Gibrán.

Silvana: Según tú qué favores te debo? simplemente habernos dado una semana en tu casa o ya sé habernos dado trabajo. Estás muy equivocado porque eso lo pagamos y con creces, no regalaste nada así que no te debemos nada Y sabes qué haz lo que quieras ya no me importa nada al fin al fin y al cabo estar contigo es una prisión.

Sebastián: Ahora sí ya es una prisión? Eso no decías tiempo atrás cuando estabas a mi lado, qué te cambió?, el dinero, la ambición o ya sé el amor. No seas ridícula tú nunca serás suficiente ni para no un hombre como yo, ni para un hombre como Gibran tú eres cualquier cosa que se encuentra fácil.

Silvana: Y si es que se encuentra tan fácil, por qué me tienes aquí? que quieres de mí? No te basta con lo fácil déjame ir, busca a eso que es aún más fácil que yo y quédate con ellas y déjame en paz.

Sebastián: No te hagas la digna que no te queda sí hay más fáciles que tú no diremos que no, es simplemente que quiero cobrar lo que es mío, es todo además tu esposo se entretiene muy bien con su secretaria o no te han llegado unas fotos muy comprometedoras de ellos dos?

Silvana: No te importa si es un buen hombre o no simplemente déjame ir, tú ni siquiera Sabes el por qué estoy con él, Si es por amor o si es por beneficio propio Así que no digas nada y cierra el pico.

Sebastián Vaya, vaya la gatita tiene garras, no sabe qué clase de alacrán se echó encima ese Gibrán, pero ya lo descubrirá, sabía que eras una oportunista, casa fortunas. En fin págame como quiero y te dejo libre.

Sebastián salió de la recámara de Silvana él sabía muy bien lo que quería y aunque mentía, sabía que quería su amor. Solo que Silvana no lo amaba y eso lastimaba su ego profundamente. A pesar de todo esperaba que ella le diera una oportunidad, trataría de buscarla por un camino distinto tal vez así lograría su amor.

Trataría de no lastimar nuevamente y hablarle pestes de su esposo y las cosas que hacía con su secretaria a espaldas de ella.

Quizás esa nueva estrategia le serviría solo esperaba que Silvana le creyera cada cosa que le diría.

La Marea alta nuevamente estaba golpeando con sus fuertes olas,solo esperemos que no hunda el barco que ya zarpó.