El Dolor De Una Partida

Alejandro llego a la empresa y se dirigió directamente a su oficina, ya que los documentos reposaban dentro de uno de los cajones de su escritorio, de repente la puerta se abrió haciendo que por el ruido levantara la mirada.

- Buena tarde, señor

- Buena tarde, Pedro, necesitas algo?

- Si señor, teniendo en cuenta que soy el más alto ejecutivo de esta empresa, con excepción de usted claro esta! Quería pedirle la oportunidad de asistir con usted a la gala, siento que puedo aprender mucho sobre estrategias de negocio, lo que nos ayudaría, sobre todo ahora que debo hacerme cargo de los negocios con la empresa del señor Smith, que usted sabe que no es nada fácil de lidiar.

- Lo siento Pedro, pero mi esposa ira conmigo, además considero que harás bien tu trabajo frente a los Smith, con los conocimientos que tienes, tal vez en la próxima ocasión me puedas acompañar.

- Entiendo!.. Señor! - dijo el hombre con cara de pocos amigos

Y quien saliendo de la oficina hizo una llamada.

-Te va a tocar hacer esto a ti sola mi querida Silvia, el jefe ira con la esposita.

- No es posible! Él no puede andar con esa estúpida a donde quiera va - dijo Silvia indignada y furiosa.

- Piensa que vas a hacer para que puedas ejecutar tu plan de lo contrario todo te saldrá mal.

- No voy a permitir que esa mocosa me dañe las cosas y tú vas porque vas!! Esto no solo me conviene a mi, recuerda que tu también ganas.

- No se como le vas hacer pero bien sabes que tus deseos son ordenes para mi.

- La gala sera fuera del horario laboral por lo que él no te puede impedir que asistas y yo encargare de que tengas una invitación.

- Bueno, esperaré que me la consigas... Mientras tanto nos podemos ver? Déjame concentirte un rato y quitare todo ese estrés que haz tenido los últimos días.

- No tengo tiempo, debo encargarme de algunas cosas. Mañana te mando la invitación. - dijo Silvia, para luego dar por terminada la llamada.

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A la mañana siguiente, abordaban el jet privado Adhara y Alejandro, con rumbo al lago, primero harían lo de las cenizas de don José.

- Estas bien? - pregunto Alejandro, al ver a la chica mirar por la ventana sujetando con fuerza las cenizas de su padre.

- Esto duele!.

- Lo se, y aquí esta mi hombro si quieres llorar, mis manos para sostenerte, mis oídos para escucharte y mis brazos para protegerte. - expreso Alejandro mientras la miraba directo a los ojos a la vez que le acariciaba el rostro con cuidado. Sus palabras salían desde lo más profundo de su ser, casi sin poder detenerlas ni pensarlas, con ella todo era espontáneo.

- Gracias Alejandro, valoro mucho todo lo que haces por mí.

Ambos se fundieron en un abrazo que disipó en gran parte el dolor que sus corazones sentían y llenado el vacío que había dejado la partida de su ser querido.

Durante el viaje hablaron de cosas triviales, sobre todo temas de la empresa, Alejandro le explico sobre un negocio que realizaría durante la gala el cual les permitiría ganar no solo una buena cantidad de dinero, sino que los consolidaría como los numero uno en gran parte del país, para Alejandro era muy importante poder llevar a cabo dicha negociación, significaba un gran logro en su carrera.

Una hora más tarde llegaron a su destino, fuera del aéreo puerto los esperaba un auto.

- Señores Miller buen día, bienvenidos, adelante por favor, los llevare al lugar donde se hospedarán .

- Gracias!

Luego de unos minutos, el auto se estacionó frente a una casa muy bonita.

- Aquí nos quedaremos, te gusta? - Preguntó Alejandro.

- Si esta muy bonita - le sonrió Adhara

- Señores que tengan una buena estadía, estaré a su disposición para lo que necesiten.

- Muchísimas gracias - Lo despidió Alejandro

Entraron a la casa y cada uno se ubico en una habitación ya que pasarían la noche allí.

- Puedes descansar un poco - te avisaré cuando sea la hora de salir.

- Y tu que harás?

- Estaré en la sala, realizare unas llamadas y luego preparare algo de comer.

- sabes cocinar? - pregunto Adhara curiosa

- Por supuesto, quien me cocinaría si no yo, viviendo solo durante años? Descansa!..

- Adhara se recostó en la cama y sin pensarlo se quedó dormida, no había dormido bien la noche anterior pensando en el viaje y en su padre.

Alejandro preparo algo ligero de comer y organizo la mesa, luego fue hasta la habitación de Adhara a quien encontró profunda, la observo durante un tiempo y luego se decidió a despertarla.

- Bella durmiente, despierta - con voz suave la llamo

- Ya es hora?

- No, aun no, primero come algo

Ambos fueron a la mesa donde estaba todo listo, luego de comer se arreglaron para luego dirigirse al lago.

Durante todo el trayecto, Alejandro sostuvo de su mano a Adhara.

La entrada del lugar estaba adornada por muchas plantas con flores que armaban un arco, el cual continuaba con arboles grandes que entrelazaban sus ramas sin dejar perder dicha figura de arco, la suave brisa desprendían hojas y pétalos de sus flores lo que le llenaba de magia el recorrido hasta lo profundo del bosque, el olor era delicioso y se respiraba una paz infinita.

En cada paso que daba, Adhara sentía la presencia de su madre, era una sensación difícil de explicar, pero llenaba su corazón de tranquilidad, se llevaba esa angustia que sentía de despedir a su padre para siempre. Para ella, la brisa que tocaba su rostro eran las caricias de su madre y el sonido del viento era la voz de ella diciéndole cuanto la amaba.

- Pensé que este era un lugar turístico, pero no veo a nadie - dijo Adhara.

- lo es! - responde Alejandro.

- Entonces porque no hay más personas?

- Porque lo reserve solo para ti - respondió Alejandro

Adhara detuvo sus pasos lo miro y le pregunto.

- Porque hiciste algo así?

Quiero que te sientas cómoda y puedas hacer esto sin que nadie te moleste con sus miradas curiosas.

Adhara apretó la mano de Alejandro en forma de agradecimiento. Al poco tiempo pudieron descubrir el más hermoso de los lagos, con agua cristalina, siendo bañado por unas cascadas altas que se desgajaba por una de sus montañas, rodeado de árboles que se agitaban de un lado para otro al ritmo del viento, se podía atravesar el lago caminando por un puente elevado que lo adornaba, el lugar era como salido de un cuento de hadas, más que hermoso.

En medio del puente Adhara se detuvo, Alejandro al ver esto le dio un beso en la frente y la animo para que lo hiciera.

- Tu puedes! Te estaré esperando al otro lado del puente.

- No Alejandro, por favor quedate, sin ti no soy capaz .

- Pensé que querías estar a solas.

- No, al contrario, quiero que estés conmigo.

Alejandro se posesionó detrás de Adhara, corriendo su cabello al otro lado mientras acercaba su rostro a su cuello y rodeándola con sus fuertes brazos.

- Estas lista? - Adhara asintió con la cabeza.

Juntos abrieron el cofre y Adhara comenzó a esparcir poco a poco las cenizas, mientras Alejandro le acariciaba su vientre con una de sus manos y le daba besos en la mejilla.

- Padre amado, te doy gracias por hacerme sentir amada cada día de mi vida, por darme todo lo que tengo y más de los que necesitaba, hoy cumplo con tu voluntad y te traigo para que te reúnas con mamá quien siempre fue tu gran amor, estoy feliz de que estén juntos, ayudarme aprender a vivir con tu ausencia, a entender y aceptar esta separación, te amo infinitamente más allá de la vida o de la muerte, siempre serás el rey de mi vida y te recordaré como el mejor hombre del mundo. ¡Hasta luego papá!

Habiendo terminado, Adhara se giro y se unió a Alejandro en un abrazo profundo y llorando fuertemente, él le acariciaba su espalda mientras ella sacaba todo ese dolor, le dolía despedir a su amigo, pero más le dolía verla así y solo podía estar con ella tratando de hacer menos doloroso el momento.

- Gracias por estar aquí, gracias por no dejarme sola, gracias por ayudarme tanto - dijo Adhara aún con su rostro hundido en el pecho de Alejandro.

- Siempre voy a estar, siempre que tu desees me quedare junto a ti - al escuchar esas palabras sus lágrimas sesaron, levanto su cabeza para encontrarse con un cálido beso en los labios, que le llenaba el alma al pensar que a él no le importaba que su rostro estuviera bañado en lágrimas, con todo y eso él la beso dulcemente.