Violeta, una famosa diseñadora, lo tenía todo... Incluyendo una mala reputación. Santiago, era todo lo contrario.
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# 17
VIOLETA
Cuando Santiago me colgó el teléfono, lo último que pense, era que llegaría a mitad de la noche, con aliento alcohólico a hacerme el amor hasta que nos cansamos.
Aún hay algo que tengo que decirle, ese día por la tarde, Benji vino a mi casa y me invitó a una relajante tarde de comprás. Yo acepte, por qué ¿A quien no le encanta comprar? Fuimos a varias tiendas, incluso visitamos las tiendas infantiles, por qué según Benji, nunca es demasiado pronto, estábamos tan entusiasmados viendo la cantidad de accesorios y ropa que existen para esas pequeñas vidas. Que no pude evitar comprar algunas.
Sin embargo, nuestra felicidad duro poco, ya que al salir al estacionamiento, cuando mi amigo fue a buscar el coche, para que yo no caminara más, no entiendo por qué, apareció Fernando.
- Así que los rumores de un embarazo son ciertos.- Me dijo con sarcasmo al ver las bolsas que llevaba, obviamente con la marca de la tienda. -Ya dime una cosa, ¿ Sabés quién es el papá?.-
Me acerque a el y le contesté en el mismo tono que el hizo la pregunta.
- Eso no es de tu incumbencia, sin embargo, hay algo de lo que si estoy segura, TUYO NO ES. Gracias a Dios, no tengo tan malos ratos.- Le dije mientras le sonreía con cinismo, en cambio el, cambio su semblante a odió, me tomo de los hombros y me obligó a besarlo.
En ese momento llegó mi amigo con el coche y freno muy fuerte, se bajó y alzó los puños en señal de pelea.
- Sueltala o veras al hombre que aún hay en mi.- Grito Benji.
- Un par de niñitas como ustedes no me asustan, pero, solo por esta vez, me voy sin hacer escándalo. Pronto sabrás de mi Vi, arruinaron mi carrera.-
- Será mejor que lo superes, perdedor.- Le gritó Benji.
- ¡Ay, que susto! Pensé que se iba a regresar. Tienes que contarle a Santiago, esa amenaza no era para mí, era para el.-
- Ya lo se. Cuando llegue a casa le cuento, ahora vamonos, estoy muy cansada.-
Justo en ese momento llamó el, no quise que fuera por mi al centro comercial, tenía miedo de que ese inútil, anduviera rondando y al vernos juntos, hiciera una escena, recordemos que somos figuras públicas, no quiero meterlo en problemas.
Sentí pena cuando dijo que no lo vería ese día, así que me fui a dormir temprano, entonces cuando el llegó a mitad de la noche, no podía ni mantener los ojos abiertos.
Entro, creo que cerró la puerta y me subió a la habitación y hasta que el cansancio nos venció, nos quedamos dormidos, abrazados. Me gusta mucho dormir así.
Por la mañana, yo desperté primero, me dedique a observarlo, era tan hermoso, su cabello oscuro, sus pestañas largas y negras, su nariz perfecta, y esa boca, que me tiene prisionera, me ha enseñado tantas maneras de besar, de su entrega sincera. Espero que no esté enamorándome de el, no podría soportar la separación que se que llegará.
Abrió un ojo y me sorprendió mirándolo, sentí que se me subió el color e intenté huir, pero el me atrapo, se subió encima de mí, sujeto mis muñecas encima de mi cabeza y comenzó a besarme el cuello, yo no podía moverme, pero no era algo que me molestará.
- Buenos días, pequeña, ¿Cómo amaneció está linda señorita?- Preguntó con los labios aún en mi cuello, me sujeto las dos manos con un a suya y con la otra comenzó a recorrer todo mi cuerpo, deteniéndose en mis pechos, que ya habían despertado a su contacto, estaban duros y solo querían más.
- Me gusta las reacciones de tu cuerpo, nunca me van a poder engañar le gusta lo que hago, vamos a ver qué más le gusta.-
Siguió bajando, hasta mi parte más íntima, metió un dedo y susurro a mi oído:
- Parece que alguien, no puede esperar.-
El metió otro dedo mientras entraba y salía, podía sentir como me humedecía por el contacto y cuando el comenzó a frotar mi clítoris, lancé un fuerte gemido, al que el respondió besando mi boca, con una pasión salvaje, entonces se acomodo entre mis piernas y sin dejar mis labios, comenzó a embestirme, primero lento, después más rápido, hasta que solo se escuchaban nuestros cuerpos chocando. Cuando llegue a mi clímax, el lo sintió, así que con un par de embestidas más fuertes, sentí como el llegó también, mientras se escuchaba un gruñido de el.
Sin salir de mi, se puso de lado y me observo, yo no estoy acostumbrada, así que volteé hacia otro lado.
- Esta es la mejor manera de empezar el día, me encanta ver tu cara de satisfacción y como me haces llegar a lo más alto.-
- A mi también me gusta, pero, tengo hambre y también me quiero bañar, recuerda que hoy tenemos la cita con el doctor.-
- Cierto, señorita, entonces vamos a bañarnos.-
Salimos de la cama y nos bañamos juntos. Era como si fuera algo natural.
Estaba secando mi cabello e intentaba sujetar mis rizos con una liga, pero es tan rebelde, que nunca puedo, el me observaba mientras se cambiaba, se acercó y me quitó la liga.
- Me gusta tu cabello así, es como tú, nadie le va a decir que hacer.- Me dijo sonriendo.
- Aunque no quiera tengo que llevarlo así, si no lo aliso, no puedo manejarlo- Le dije con resignación. - Y bien ¿ Que se te antoja desayunar, es tarde y tienes que ir a la oficina.-
- Tengo algunas ideas, pero tienes razón, es tarde, vamos a comer algo rápido, ¿quieres acompañarme a la oficina?-
- De acuerdo,¿ te parece si comemos algo en el camino?-
- Lo que quieras pequeña.-
- Bien, por qué tengo algo que contarte, voy por mi bolsa.-
Me vio desconcertado, pero no sabía cómo empezar.
Apenas iba bajando las escaleras cuando sonó su teléfono. Lo checo y cuando llegue a el, me vio con furia, mientras me enseñaba una foto en el teléfono. Era del día de ayer, Fernando y yo besándonos, como si fuéramos amantes.
- ¿Me puedes explicar que es esto? Pensé que teníamos un acuerdo.
- Las cosas no son así, déjame explicarte, ayer cuando fui de compras...-
- Por eso no querías que fuera por ti, no estabas con tu asistente, estabas con el. ¿Cuanto tiempo ibas a engañarme? ¿De verdad ese niño es mío?-
Lo único que se escuchó fue la bofetada que le dí.
- Yo no te pedí que te hicieras cargo. Es tuyo y tú lo sabes, que no quieras aceptar las cosas, es diferente. No estaba con el, el apareció ahí y me dijo que iba a saber muy pronto de el, ahora entiendo a qué se refería, hace un minuto, te dije que tenía que contarte algo.- Estaba decepcionada de el, una vez más me juzgaba sin escuchar. - Ahora, por favor, retiraré, necesito estar sola. Y no te molestes en llegar a la consulta, de ahora en adelante, somos mi bebé y yo, no necesitamos a nadie más.
- Violeta... Yo- Le hice una seña para que se fuera.
Se dio la y y se fue. Hable al consultorio y cancele la cita, la reagende, dentro de dos días y hora diferente, no me iba a arriesgar a qué se apareciera por ahí.
Me la pasé todo el día llorando.
No sé a qué hora m quedé dormida, pero un dolor en mi vientre me despertó, cada vez era más fuerte. Llame a la única persona en la que puedo confiar, Benji.
Cuando llegamos al hospital, el dolor era tan insoportable que me desmaye, no pude evitar pensar que mi bebé no estaba bien...