Emelie, una joven de 17 años regresa de visitar a su familia durante las vacaciones para descubrir que su novio y su mejor amiga la han traicionado y jugado con ella. Pero las vueltas del destino le demostrarán que siempre hay que dejar algo atrás, para que algo mejor llegue a nuestras vidas, en su caso, podría ser Sebastian, el joven profesor que se ha mudado recientemente a la ciudad.
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Consensuado
Una vez dentro, lo invité a sentarse en el sofá de la sala y me uní a él, luego de traerle un zumo de frutas.
- Así que aún vas al colegio?- Comenzó a hablar.
- Sí, estoy en el último año-
- ¿Qué edad tienes?- Preguntó, como si no quisiera escuchar la respuesta a su pregunta.
- Tengo 17- Respondí. Al oír esto, él se tomó el cabello con la mano, ahora se lo veía preocupado.
- Pero no puedes ingresar al Holl si eres menor de edad-
- El padre de una amiga es el dueño y como era su cumpleaños decidió hacer una excepción-.
No entendía a que se debía tanto interrogatorio, pero solamente me dediqué a quitar sus dudas.
-¿Entonces por qué estuviste bebiendo tanto?- dijo él, ahora expresando su enfado.
- ¿Cómo?- pregunté sorprendida y confundida.
- Está bien que tomes un poco, la mayoría de los chicos lo hacen. Pero debes conocer tus límites y no tomar como lo hiciste, hasta embriagarte-. Me sermoneó.
- Yo no bebí hasta embriagarme como dices- le contesté. Su comentario me había hecho enfadar. ¿Por quién me tomaba? Y ¿quién se creía él para hablarme y reprocharme de ese modo?. - Solo tomé unos sorbos, pero como no acostumbro a beber, me cayó mal- le dije con notable enojo.
- No lo sabía, discúlpame. Si no no hubiera...- No terminó la frase, pero sabía a lo que se refería. Se estaba disculpando por haberme hecho el amor.
- Pero a mí me gustó.- Me sinceré. - Realmente la pasé bien contigo-.
- Solo eres una niña- dijo, avergonzado.
- No lo soy.- Después de decir esto, me acerqué a él y lo besé. Quería sentir sus labios sobre los míos, mi mente no dejó de pensar en lo mucho que deseaba sus besos, desde que nos habíamos subido al auto.
Él respondió a mí, sujetando mi cuello con su mano y besandome apasionadamente. Pero de repente se apartó de mí.
- Debo irme a casa- Exclamó. Mientras se levantaba del sofá.
- Si es por mi edad, en algunas semanas más cumpliré 18. Además, si es consensuado, no es ilegal.- Le dije.
Este comentario lo hizo reír. Lo que lo hizo ver aún más apuesto y no pude evitar morder mis labios, al observar su gesto tan sensual. Realmente lo necesitaba, era como si me hubiera vuelto adicta a él.
- Deberías ir a descansar, mañana tienes que ir al colegio. Me dijo, mientras me daba un beso en la frente. Luego salió de la casa, subió a su auto y se marchó.
Sebastian:
Había regresado a casa y como no encontré a mu hermana por ninguna parte, imaginé que estaría aún en la biblioteca. Por lo que me dispuse a buscarla allí, pero vaya sorpresa me llevé al encontrarla acompañada de la joven del Hotel, aquella mujer que se aparecía en mis sueños desde aquel día que se había escapado de mi cama, sin siquiera decirme su nombre.
Mi hermana la presentó como Emelie, su amiga del instituto. En ese momento me sentí palidecer. ¿Qué tan probable era que aquella joven que me encontré en el Holl, fuera al colegio con mi hermana?