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Como Un Conejo Asustado

Como Un Conejo Asustado

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Posesivo / Mafia / Omegaverse / Dominación
Popularitas:31k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Leidy Rojas

⚠️ Contiene suicidio, depresión, transtorno de estrés postraumático, dependencia emocional, violencia, abuso, rasgos de psicopatía, sadismo, contenido +18 (censurado) y una relación poliamorosa.

John, un omega que se ha cansado de vivir. Decide que ya no hay sentido alguno, se sumerge en el lago pinos susurrantes y allí deja escapar su vida. Tercer intento fallido, pero ahora todo es diferente. Al parecer en ese mundo nadie conoce a los omegas y la persona que más le hizo daño, ha muerto. John descubre en este mundo la delicadeza que las personas pueden tener pero que él nunca conoció en su antiguo mundo, el doctor Jeison. El Dr se muestra amable, atento y cuidadoso de una manera que John no ha experimentado. Lleno de cicatrices tanto en su cuerpo como en su corazón, ignora el hecho de que quien acaricia su nariz es un lobo disfrazado de oveja.

NovelToon tiene autorización de Leidy Rojas para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Abrazar y jamás soltar.

John.

Esto no era bueno. No estaba bien, pero sobreviviría. No era saludable sentir tanta dependencia hacia una persona. No era correcto. Lo sabía, entonces, ¿por qué lo permitía?

Quería disfrutarlo, gozar del júbilo de la luz del sol y la suavidad de las almohadas. Eso se sentía bien. Estaba bien confiar en el Dr., me sentía seguro con él.

Esparta y Dom aparecieron de repente. Esparta subió a la cama y Dom lo siguió. El Dr. no estaba, pero llegaría pronto. La razón de que no estuviera era que fue a traerlos.

–Vamos, deben bajarse ahora–, me subí a la cama y traté de empujar a los lobos, pero ya se habían acomodado. Esto no funcionaba. El Dr. no permitía que ellos se subieran a la cama y yo los había malcriado. Regañarían a los perros y luego me regañarían a mí.

–Esparta, Dom. ¡Vengan acá! – supliqué. Ambos eran necios, me miraban y aun así me ignoraban.

Me levanté y miré por la puerta, el Dr. aún no se veía y ambos lobos se pararon en la cama, pero no se bajaro. Eso me ayudaría. Salí de la habitación y cuando me detuve a esperarlos, ellos salieron a la puerta. Escuché los pasos del Dr. y me sentí dichoso por haber conseguido bajar a los lobos. Ellos se acercaron a mí y yo me agaché para sobarles las cabezas.

–Son muy astutos, pero yo también lo soy…– sonreí. Quería besarlos. Como si Dom hubiera leído mis pensamientos, lamió mi mejilla.

–Es bueno que no te estén comiendo la cara– dijo el Dr. cuando se acercó a nosotros.

–Ellos no lo harían– declaré.

–Ya lo han hecho, conejito. Si no tienes cuidado con los lobos, pueden comerte cuando menos lo esperes–. Me levanté. Ellos no parecían ese tipo de perros; habían sido amables y cuidadosos desde el principio. No tenía por qué temer.

–Confío en ellos, son considerados y atentos–. Eran una gran compañía, el hecho de tenerlos era valioso. Dejé escapar una ligera sonrisa que se mezclaba con agradecimiento. Eran excelentes compañeros.

–Vamos al jardín–, dijo el Dr. Lo seguí todo el camino, al igual que los lobos. Era curioso y desesperanzador verme caminar entre sus mascotas. Ya tenía una buena vida, era suficiente.

–¿Qué vamos a hacer ahí? Ven aquí–. Ni siquiera había notado que me había quedado con Esparta y Dom en el césped. Tomé asiento al otro lado de la mesa.

–Es bueno que salgas de la casa. ¿Te acuerdas de lo que hablamos antes? Sobre la terapia–. El Dr. hizo una señal a los lobos y ellos se acercaron. –La psicóloga que vendrá es una conocida de la universidad. Yo... solo quiero que mejores. Aun así, no puedes salir de la casa–, anunció. Podía sentir la inseguridad del Dr. Temía que escapara. Sus palabras eran gentiles, pero aun así podía percibir el miedo de perder su objeto preciado. –Traeré una televisión para que te distraigas, así no te aburrirás–. No me molestaba la idea, pero si pudiera elegir mi hobby, optaría por arreglar el jardín y llenarlo de flores hermosas.

–Está bien– respondí.

–Supongo que es diferente con los animales. Ellos se distraen cazando o corriendo, pero no sé qué debería hacer contigo–. No pude evitar sonreír. Era evidente que quería consentir a su mascota, ¿pero cómo se consiente a una mascota humana?

–Bueno, soy humano– dije, sin esconder la gracia que el comentario me hacía sentir.

El silencio respondió. Aunque el Dr. fuera la persona más humana que había conocido, no podía verme como uno.

–Ya no soy tu Dr., puedes llamarme Jeison– declaró. Jeison. Jeison. Jeison. Lo repetí una y otra vez en mi mente.

–Dilo– demandó.

–¿Eh?–

–Mi nombre–

–...–

–No desobedezcas, conejito– yo no lo haría, no quería hacerlo.

–Jeison–, respondí. Sentí mi rostro calentarse y mi corazón palpitar con más fuerza. Esto era… era hermoso. Podía llorar por la euforia del momento, pero no podía expresar la alegría de decir su nombre.

–Muy bien, conejito– dijo. Abrió un poco más las piernas y puso sus manos allí. –Ahora ven aquí–

No quise reprimir mi reacción ante sus órdenes. Me levanté de la silla e ignorando mi apocamiento, me senté en sus piernas. En esta vergonzosa posición, no llegaba a estar a su altura. Su rostro se inclinó y con sus manos en mi cintura me besó. Sus dedos se deslizaron por debajo de mi camiseta y acariciaron mi espalda.

–Cuando era pequeño tenía un conejo, se llamaba Milk–. Me recosté en su pecho. Jeison siguió acariciando mi espalda. –Eres igual de suave que él– algo me decía que era un milagro que no me hubiera llamado así.

–¿Qué pasó con él?– quise saber.

–Lo mataron– respondió con indiferencia.

Me separé y miré sus ojos. Serios, apáticos y fríos. No eran los ojos de la persona que había perdido algo importante.

–¿Por qué?– pregunté.

–Mi hermano mayor pensó que así podría molestarme. Y tenía razón. Me molestó mucho–

–¿Tienes hermanos?– seguí interrogando. Estaba sorprendido. No sabía nada acerca de la familia de Jeison. Al único que conocía era a Manuel.

–Ya no– declaró sin emoción alguna. – No parecía que hubiera tenido una pérdida.

–¿Murió?–

–Sí, yo lo maté–, Jeison pasó su índice por mi nariz mientras confesaba su crimen.

–No puede ser cierto–, aseguré. Jeison no parecía un asesino, al menos no cuando estaba conmigo.

–Sí, es cierto. Pensé que te asustarías. ¿El conejito no va a escapar del lobo?–

–Yo... no me siento así... tal vez no tenga el derecho. ¿Pero puedo saber la situación?– Jeison me dio un beso repentino. Me tumbé nuevamente en su pecho e inhalé su olor.

–Él mató a mi conejo cuando tenía 7 años. Él tenía 12. Me abalancé sobre él y se golpeó la cabeza. Cuando empecé a golpearlo, ya no pude parar. Mi madre llegó, pero era demasiado tarde. Después de eso se fue y mi hermano pocos meses después. Él lo había visto todo, no podía evitar llorar y temblar cuando me veía– Sentí mi corazón estremecerse, no por el temor o el pánico, sino por la tristeza. Después de lo que pasó, debió sentirse muy mal y solitario.

–Lo siento–, dije, con mis ojos humedecidos.

–Así que lloras de nuevo– Jeison acarició mi cabeza sin sacar su otra mano de mi espalda.

–Perdón, es que o lo que pasó… – Escuché reír a Jeison. Podía contar con una mano las veces que lo había hecho.

–Entonces no debería contarte lo que pasó después, llorarías con más fuerza– Jeison colocó sus manos en mi trasero y se levantó del asiento.

–Vamos a la habitación– dijo. Me aferré a su cuello.

–Esto... es un poco vergonzoso–, sentí la sangre ascender a mi rostro.

–Tu cara está roja–, mencionó. Podía sentirlo. El calor se intensificaba en mis hombros y rostro y no podía evitar que se notara. –Pero así te ves hermoso– agregó deteniéndose frente a la puerta.

–Yo... realmente no soy tan hermoso–

–Es cierto, no estás en los estándares de belleza convencionales. Eres bajo, delgado, tu cuerpo es demasiado afeminado y, además, demuestras mucha inseguridad– su respuesta me aturdió. –Yo no tengo estándares. Para mí, eres hermoso— Sus ojos verdes se hicieron más brillosos. Todo lo que había dicho era cierto, pero también era verdad que le parecía hermoso. Esta vez, escondiendo mi inseguridad en lo más profundo de mi mente, besé a Jeison. Quería abrazarlo y jamás soltarlo. Me moriría si me alejaba de él. Jeison me daba seguridad; estaba a salvo entre sus brazos.

–Sr. Grey– dijo Stiv con la puerta abierta. –Me parece que debería leer esta carta–

Solté las caderas de Jeison y, así mismo, su cuello. Cuando me bajé, él sostenía mi cintura. No había manera de escapar. No quería escapar.

Stiv le entregó la carta.

–Mmm, parece que hemos despertado el interés de la fiscalía– él siguió mirando el papel. Stiv, aunque se esforzaba, no podía esconder la inquietud que se mostraba en su mirada.

–Está bien, Stiv. Por fin pasa algo divertido. Déjamelo a mí–, devolvió el papel.

Si había problemas con la fiscalía, Jeison estaba en problemas. No sabía nada de su vida, no sabía nada de su familia o de su trabajo. Sabía lo que una mascota debía saber. Respiré hondo. Traté de evitar los malos pensamientos, pero ellos nacían de mí. No podía detenerlos. Era como un agujero negro que no tenía final.

*Me encanta esa diferencia de altura*

1
Yendi Jaramillo Avila
Excelente
Yendi Jaramillo Avila
yo también busque el significado
🏳️‍🌈ZOE GIANNI 🇮🇹🇦🇷
según el traductor dice "es adictivo"
🏳️‍🌈ZOE GIANNI 🇮🇹🇦🇷
q extraño como de un cap a otro salta de escena ...
🏳️‍🌈ZOE GIANNI 🇮🇹🇦🇷
pero si le dijo solo stiv...
Roberta Medrano
estaba tan impresionada cuando apareció un alfa en este mundo donde Jhon por fin no tenía que esconderse y pobre de Manuel con tantos sentimientos encontrados
Wendy Alejandra Ortiz Pulido
hola me encanto pero necesito masSSSSSSSS ME KEDE CORTA
Franshesca Acosta
Está historia es una de las mejores que he leído 🥰😍😍
Franshesca Acosta
pues si lo son mi obsesivo Jeison 😎😈
Wendy Alejandra Ortiz Pulido
Excelente
Rosa Castro
Normal
Rosa Castro
Malo
Ale Must
Jaison necesita más ayuda que el mismo Jhon. El tiene más dependencia hacia Jhon que toda la que Jhon siente hacia él, Dios mío
Ale Must
Ay, me encantó esa frase! me la voy a robar jjjjjj
María auxiliadora Hernández
me gustó mucho tu novela
María auxiliadora Hernández
me gustó muchísimo tu novela
Karla Alejandra Cervantes
me encanta como estás manejando la historia felicidades espero con ancla el próximo capitulo
La Mirtha Fernandez
me gusta mucho es atrapante
Leidy R: Muchas gracias 😊
total 1 replies
La Mirtha Fernandez
me encanta la historia tiene todo me entusiasma mucho me da mucha ansiedad saber lo que viene por favor maraton /Pray//Pray/
Leidy R: Lo intentaré ☺️
total 1 replies
Angely liliana Mora Mojica
Actualiza plis
Leidy R: ¡Está verificando!/Determined/ Ya casi.
total 1 replies
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