Unidos Por La Luna

Gastón se despertó sobresaltado, por el grito de Nubia. Un olor metálico llenaba la habitación y la sombra de un presentimiento oscuro se cernía sobre él. Se giró hacia Nubia, quien yacía en la cama con el rostro inexpresivo y una mancha escarlata extendiéndose bajo ella.

Sin dudarlo, Gastón llamó al médico del clan, un ser sobrenatural tan antiguo como sabio. Su llegada fue rápida, su semblante sereno, pero sus ojos reflejaban una comprensión silenciosa de lo inevitable.

El médico revisó a Nubia con cuidado, palpando su vientre vacío y escuchando la ausencia. Luego, se enderezó y habló con voz grave.

—Lamentablemente, el bebé se ha ido.----

Gastón dio un paso atrás como si el suelo bajo sus pies se desmoronara.

—¿Cómo puede ser? —preguntó, tratando de mantener la compostura. Sus ojos ardían, su voz era un rugido reprimido—. Todo estaba bien.---

El médico negó con la cabeza, ---- eso no lo sé, ----

Nubia, sin embargo, permanecía inmutable. Se incorporó en la cama con una elegancia fría y se limpió las manos como si el asunto ya no tuviera importancia.

—En nuestro próximo celo lo intentaremos de nuevo —dijo, sin una pizca de emoción en su voz.

El médico la miró fijamente, estudiándola, buscando algo, cualquier rastro en su mirada, no encontró tristeza, ni rabia, ni siquiera resignación. Solo un vacío inquietante que lo llevó a pensar que esto era más que un simple accidente.

En su mente, no pudo evitar preguntarse si la diosa los estaba castigando. Este clan, con su pasado manchado de sangre y traiciones, parecía arrastrar un karma que los hundía a todos, incluido él. Después de todo, él también había cometido errores irreparables, había abandonado a su destinada y al hijo que nunca llegó a conocer.

Y ahora, le debía la vida a su hijo al Rey Vampiro, quien, en un acto inesperado de misericordia, intervino para salvarlo de los cazadores Murmurian cuando estaban a punto de asesinarlo. Esa deuda lo pesaba como una sombra que nunca podría eludir.

Pero mientras su hijo y amada estuvieran protegidos por el rey vampiro nadie podría tocarlos.

Mientras tanto

A kilómetros de distancia, en un rincón apartado de la ciudad, Williams descansaba tranquilamente en su cama. Parecía estar disfrutando de una paz momentánea, pero su mejor amigo, Sam, no podía relajarse. Estaba inquieto, sus pensamientos eran como un torbellino.

Sam había estado reflexionando sobre los eventos recientes y finalmente llegó a una conclusión que le heló la sangre, Williams había sido marcado por un Murmurian.

La marca era sutil, casi invisible para cualquiera que no estuviera buscando signos específicos. Pero Sam, con su conocimiento de los Murmurian, lo había detectado. Al marcar a su pareja, el Murmurian había sellado su destino. Y cuando ese lazo se rompió, Williams experimentó un dolor inimaginable, aunque lo ocultara tras su fachada tranquila.

Sam no sabía cómo abordar el tema con su amigo. ¿Cómo le dices a alguien que su destino ha sido alterado por fuerzas sobrenaturales fuera de su control? Más aún, ¿cómo lo ayudas a enfrentarlo?

---¿en qué piensas Sam?,--- pregunta Emilia

---- lo marco un Murmurián, --- dice Sam

---- si, también lo embarazo, pero Williams, perdió al bebé, ¿Sam estas bien?,--- dice Emilia

--- si, solo me recordó a mi madre, sabes Emilia, gracias al rey vampiro estamos vivos, los cazadores Murmurian, casi me matan, solo por se un híbrido o como ellos dicen un mestizo, --- respondió Sam

---- ese clan específicamente algún día recibirá su karma, aunque no todos son iguales a ellos, hay Murmurian que son de buen corazón, ---- dice. Emilia

Sam mira a la luna ,---- la diosa Selene sabrá diferenciar entre los buenos de los malos,----

---- tienes razón en eso, bien me iré a descansar,--- dice Emilia

---- yo, lo cuidó, los vampiros no necesitamos dormir, ---- respondió Sam

Emilia se retira dejando a los chicos en la habitación, Williams dormía tan pacíficamente.

Al día al despertar.

--- Buenos días, --- dice Williams

--- Buenos días, ¿ como te sientes?,---- dice Sam

---- estoy bien, gracias, solo que me duele la cabeza, --- respondió Williams

En eso entra Emilia con una bandeja en sus manos, ---- Williams, desayuna, hoy te quedas en cama, estas con fiebre aún, ----

--- gracias, mamá, ---- dice Williams

El ya les decía así a Emilia y Luke, para el chico son sus padres.

---- nos vemos luego, --- dice Sam, se dirige a su casa, al llegar su madre lo esperaba

---- Sam, hijo,---- no termina de hablar, Anabela, una vampiresa

---- mamá, estoy bien, solo vine a cambiarme,---- dice Sam

---- tu padre llamo, --- dice Anabela

---- no, tengo un padre,---- respondió Sam, sube las escaleras, al llegar a su habitación, se da un baño, se cambia y se va a la secundaria

Al llegar ve a averi llegar junto a su padre, entran mientras hablan de muchas cosas.

Williams en cambio estaba aburrido estar en la cama lo aburre, pero Emilia no deja que se levante de la cama.

En Nueva Jersey

Gastón le da la noticia a sus padres, de que Nubia había perdido el embarazo.

--- Diego, creo que el karma nos ha llegado, --- dice Lujan

---¿ porque lo dices?,--- pregunto Diego

--- nuestro hijo le ha hecho mucho daño a Williams y mira lo que pasó, --- dice Lujan

Diego suspira, pero tiene que reconocer que su esposa tiene razón, su hijo en nombre del amor, daño a un ser inocente un joven tan bueno como Williams, no se merecía nada de lo que le pasó.

Mientras tanto

Williams estaba leyendo unos artículos y justo el anuncio del compromiso de Gastón con una bella joven, no pudo evitar que sus lagrimas recorran sus mejillas, aunque no quisiera, sus sentimientos por Gastón le llevarán un tiempo para dejarlos ir y sanar sus heridas.

Trata de pensar positivamente, dentro de poco finalizará el año escolar y podrá ir a la universidad, donde piensa vivir su vida dejando atrás el pasado definitivamente.

Cierra sus ojos y se duerme recordando el engaño de Gastón, definitivamente era hora de dejar el pasado atrás. Y hacer realidad sus sueños de ser un gran arquitecto.

Emilia y Luke hablan de lo sucedido con Williams.