Amelia Xhu, es la joven y única sobrina del Patriarca de la familia Xhu, quien la ha criado desde su niñez. Al cumplir los 23 años, Amelia fue obligada por su tío a tener citas a ciegas con hombres que no conocía para que pudiera asentarse y tener algo de vida amorosa, y quien sabe, hasta casarse y tener hijos.
Sin embargo, cada cita a ciegas terminaba en fracaso cuando los hombres escuchaban a que se dedicaba, estos huían inmediatamente con excusas al saber su profesión. Finalmente terminó frustrada y se dio por vencida con su vida amorosa.
Pero lo que no sabía era que un pequeño descuido la llevaría a conocer al hombre con quien había soñado en incontables ocasiones.
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Pedido a Su Majestad.
-El Comandante Liang, es el único apto para ser tu esposo...- Respondió Mark con total calma, mirando el paisaje cambiante con tranquilidad, su tono fue tan relajado que parecía no estar diciendo algo de suma importancia.
-Lo que tu quie ¡¿QUÉ?!- El grito de Sasha resonó por todo el bosque, espantando inclusive a las aves en los árboles, las cuales se fueron volando para mantener distancia en el lugar.
El rostro de Mark se frunció ante el comportamiento inadecuado de su hija, ya era la segunda vez que lo hacia y de alguna manera le frustraba ¿Ahora le era tan difícil mantenerse calmada cuando se trataba de su ídolo?
-Cariño, se más educada, conserva tu comportamiento de dama, no te alteres.- Regaño su padre con tranquilidad, haciendo que Sasha cayera en cuenta de lo que había hecho.
-Padre ¿Estás seguro de esto? Deberías considerarlo un poco más.- Dijo Sasha con seriedad, el matrimonio era algo serio, y tal y como le enseñó su amado tío en su vida pasada, era algo que solo se llevaba a cabo una vez en la vida.
Solo deseaba casarse una vez y con un hombre que la aceptará tal y como era, realmente no estaba dispuesta a sufrir abusos por las palabras de algún hombre.
En su vida pasada, los hombres despreciaban que las mujeres supieran artes marciales, por eso huían cada vez que les decía que era luchadora profesional de artes marciales mixtas.
-No te preocupes, miralo como un matrimonio contractual por el momento, estoy seguro de que ambos se llevarán bien con el paso del tiempo.- Dijo Mark tratando de calmar a su hija con una sonrisa.
Sasha frunció el ceño, aunque no estaba muy dispuesta, en su corazón lo deseaba, tan solo que... no sabía como tratar con ese hombre que ocupo su mente durante muchos años en su vida pasada.
No se alegró, pues no sabía que sucedería realmente, el hecho de que el Emperador aceptará era difícil.
Pará dicha de todo, el viaje transcurrió sin problemas. Llegaron al sexto día de viaje hasta la capital.
Sasha se quedó en el carruaje, ya que su padre había sido llamado de forma inmediata al Palacio Imperial junto con el Eunuco Su.
-Ojalá que le valla bien, es triste de tengo que retirarse tan joven.- Murmuró Sasha con frialdad, mirando la puerta del palacio imperial con frialdad, esperaba que el Emperador no le pusiera las cosas difíciles a su padre.
Dentro del palacio:
Un hombre de mediana edad, vestido con túnicas doradas con bordados de dragón y una corona yacía sentado en el trono centrar del estudio del Palacio. Un aura majestuosa se desprendía desde su cuerpo, asustando a cualquiera que lo viese.
Sus ojos negros eran tan profundos como abismos sin fondo, peligrosos e indiferentes, y a pesar de su edad, se veía bastante atractivo para el género femenino.
Dos enormes dragones de oro fueron construidos a ambos lados del trono, como si custodiarán al hombre de túnicas doradas sentado en el trono del Emperador.
-Su Majestad, el Gran General Kun está aquí.- Un Eunuco aviso desde las puertas doradas del estudio, llamando la atención del Emperador -Hazlo pasar.- Ordenó este con indiferencia.
Muy pronto, Mark Kun apareció delante de él, se arrodilló respetuosamente, mostrando su lealtad y respecto al Emperador -¡Larga vida a Su Majestad!- Exclamó el hombre con sinceridad, llevando sus puños delante de su pecho con la cabeza baja en muestra de sumisión.
-No hacen falta las formalidades, por favor, levántate.- Dijo el hombre soltando una risa sonora con una sonrisa en los labios, mirando a Mark con esos intensos ojos que parecían dejar salir poderosas cuchillas afiladas.
De hecho, hace muchos años, Mark ayudó al actual Emperador a conseguir el trono con su poder militar, ambos eran muy cercanos en su juventud. Sin embargo, el actual Emperador se alejó completamente de Mark.
La personalidad del Emperador cambio por completo, se volvió alguien cruel en la oscuridad pero gentil y generoso en la superficie. Dificultó de muchas maneras el crecimiento de Mark en su poder militar al permitir que algunos príncipes le causarán problemas, con tal de que este no se volviera una amenaza.
No importa cuantas veces Mark tratará de mostrar su más sincera lealtad, el Emperador no cedió, aun cuando perdió a más de la mitad de su ejército en la guerra hace cinco años.
Ahora, incluso estaba tratando de quitarle el poco poder militar qué le quedaba y sacarlo de su puesto como Gran General encargado del Campamento del norte.
Mark hizo un informe detallado de lo sucedido en la zona fronteriza norte, de como el Comandante Liang les presentó refuerzos y como derrotaron al enemigo. Lo único que omitió fue la participación de su hija en la batalla.
El Emperador asintió con satisfacción antes de decir -Debes estar cansado luego de una gran batalla y tener que volver a la capital ¿Has recibido el edicto imperial?- Dijo el hombre con una sonrisa amigable en su rostro.
-Así es, Su Majestad, agradezco mucho su consideración con mi hija, le estaré eternamente agradecido.- Mark dijo mientras hacía una reverencia profunda ante el Emperador una vez más.
-No hace falta ¿Y ya has pensado con quien quieres casar a tu hija? ¿O prefieres esperar hasta la Selección de Flores para que ella conozca a algunos nobles y príncipes y elija? - Cuestiono con 'preocupación' y curiosidad el hombre.
Al escuchar aquello, Mark se arrodilló nuevamente, llevando sus manos en puños al pecho -¡Pedido a Su Majestad, ya tengo un candidato para mi hija! Como mi última voluntad, deseo que él sea mi yerno.- Exclamó Mark con total seriedad.
El Emperador lo miró con desconcierto, preguntándose quien sería el hombre al que se refería Mark. Esperaba que eligiera a uno de sus hijos, aunque había escuchado que la hija de Mark no era más que una joven que apenas y podía caminar.
A causa de la preocupación que le causaba la chica, la había llevado con él al campamento militar, temeroso de que su hija falleciera lejos de él.
A pesar de que le habían dicho que Sasha Kun se estaba recuperando bien después de 5 años enferma, él no lo creía del todo. Tampoco era que quisiese de corazón que uno de sus hijos se casará con una mujer tan inútil y enfermiza.
Lo que le interesaba era que el poder militar completo de Mark Kun cayera en sus manos bajo una unión matrimonial. Estaba seguro de que Mark elegiría a algún príncipe o noble que podría manipular después.
-¡Oh! ¿Y quién es ese ser tan afortunado de llamar tanto su atención, Gran General?- Preguntó con curiosidad el Emperador, golpeando sus dedos rítmicamente sobre el descansa brazos de su trono.
Una sonrisa ligeramente fría apareció en el rostro del hombre mientras entrecerraba los ojos con un brillo de satisfacción.
-Le pido a Su Majestad el Emperador que tome en cuenta todas las batallas que he luchado a lo largo de mi vida para proteger el país, de las veces que tuve que dejar a mi esposa sola con mi hija en casa. Lo único que me importa es mi hija, deseo que ella pueda casarse con un buen hombre...- Dijo Mark, deteniéndose un poco.
-Pedido a Mi Señoría, le pido que conceda un matrimonio entre mi hija y Matthew Liang, el Comandante del Oeste.- Terminó de decir el hombre con seriedad, sin mostrar una pizca de broma.
La sonrisa en el rostro del Emperador Pehia Chen se borró por completo, un rastro de enojo brillo en sus ojos, pero rápidamente fue remplazado por una expresión astuta.
-¿Estás seguro? Está claro para todos que la personalidad del Comandante Liang es muy fría, es muy indiferente y despiadado hacia las mujeres.- Comentó Pehia con preocupación fingida, como si simplemente le diese un consejo.
-Muchas gracias por su consejo, Su Majestad, pero es el hombre con el que deseo que mi hija se case. Es el único joven en la capital que aún no ha contraído matrimonio y espero de todo corazón que mi hija sea esposa única, de ese modo, no tendrá que sufrir del abuso de otras concubinas.- Excusó Mark, esperando que el Emperador no se negará con esta escusa.
El ceño Pehia se frunció, pero ya no podía volver a su palabra, ya había hecho un edicto imperial donde permitiría que Mark podía elegir con qué hombre podría casarse su hija.
Si se retractaba, sus ciudadanos pensarían muy mal de él al incumplir en su palabra.
No logro lo que quería...
Es más divertido por estos lares latinos 🤣😂🤣🥂🍾🍷🍻🍺💃🕺💃🕺💃🕺
Me encantó este encuentro de Sasha con la madre