Prohibido Amarte "El Desenlace"

Narra Alex

Aumenta la tensión y el ambiente se vuelve denso como neblina, Robert sigue estupefacto observándome, el muy imbécil pensó que había logrado deshacerse de mí, pero no, aquí estoy para destruirlo a él y a su familia si es necesario

- ¿Por qué estás aquí? – pregunta Robert con cinismo

- Esta es mi familia, donde más debería estar – agrego con ironía implícita

- Por tu culpa papa murió – me condena el muy desgraciado y yo muerdo mi lengua para no confesar que él es el culpable de toda la miseria de esta familia

- Todos tenemos un momento de nacer y tiempo de morir, lastimosamente papa no soporto el dolor de ver a su hijo preferido muerto, eso no me hace culpable, pues en ese momento ni yo mismo era consiente de mi existencia – explico tratando de sonar inocente

- ¿Qué quieres decir? – pregunta expectante Samanta y yo la observo con desconcierto por su interés

- ¡Samanta! – exclama su padre como tratando de evitar cualquier contacto entre nosotros

- Alex estuvo inconsciente por meses – explica Elena

- ¿y esta quién es? – pregunta Robert con malestar en sus ojos para dirigir su vista hacia ella

- Ella es Elena, mi esposa y de ahora en adelante ella y mi hija vivirán aquí, conmigo – explico ante la cara roja de Robert

- ¿tu hija? ¿tienes una hija?– pregunta Robert incrédulo mientras posa su mirada sobre Samanta

- Así es, Alex y yo tenemos una hija – responde Elena con altivez

- ¡quiero que te largues de mi casa! – exclama con soberbia mi querido hermano

- Robert, Robert, como es posible que después de tantos meses en un hospital y otros tanto recuperándome sin un solo recuerdo de lo sucedido en mi cabeza y vengo con alegría donde mi familia, todo ¿para qué?, para ser recibido de esta manera tana abrupta, somos familia y he venido para que hagamos las paces y convivamos en armonía y unión – hablo con falsedad evidente

- Pues tu tono no suena nada pacificador – habla la madre de samanta

- Señora Jones, es un milagro escuchar su voz, ¿le han permitido hablar? – agrego con sarcasmo

- ¡Alexander! – exclama Samanta en un grito

- ¿Qué sucede sobrina? – pregunto con una sonrisa satisfactoria de estar logrando mi cometido

- Por favor solo cenemos tranquilos – dice la madre de samanta

- ¿Hermano y cómo va la empresa? – pregunto mientras tomo asiento

- Esto no puede estar pasando, todo esto es una maldita pesadilla – grita Robert saliendo del comedor mientras su esposa se levanta para seguirlo

- Creo que solo seremos tu y yo amor – le digo a Elena – ha y tú, sobrina – hablo con indiferencia

- ¡Idiota! – expresa ella con una mueca divertida, ya extrañaba yo todas esta peleas con ella

Pasamos la cena en silencio y siendo constantemente observados por Samanta, Elena es la mejor ficha en este juego ya que se acerca coqueta y melosa para hablarme muy cerca la oído, evitando ser oída por samanta

- ¿Sabían que es tan inmaduro lo que hacen? – dice Samanta llevando la cuchara a su boca y evitando mirarnos

- No nos interesa tu opinión – responde molesta Elena

- ¿A no? Hum, entonces qué ironía que mi querido tío se halla colado a mi habitación justo cuando estaba casi desnuda, solo para saber qué era lo que yo tan descaradamente te había dicho, creo que debes controlar mejor a tu esposito, pueda que pierda el control – comenta Samanta sin levantar la mirada hacia nosotros, pero logró ver una sonrisa triunfal en su rostro, es obvio que le dio a Elena donde más le duele

- Fui para dejarte en claro que tú no eres nadie – explico con frialdad

- Pues eso no fue lo que yo vi – dice ella levantando su rostro y dando una mirada retadora

- Confió plenamente en Alex – expresa Elena mientras me toma del brazo y me da un beso

- Seguridad mato a confianza – dice Samanta con una sonrisa retorcida

- ¡basta Samanta! – grito

- Está bien tío, no te estreses, ve a descansar con tu querida esposa, eso sí, no sueñes conmigo – me dice con un guiño que ignoro

Voy con Elena directo a nuestra habitación en donde ella de inmediato me suelta y me lanza una mirada de decepción

- ¿es enserio Alex? – pregunta ella

- Elena no comiences, por favor – le pido clemencia

- No es sino que ella hable para que tu caigas rendido, piensas volver a ese juego retorcido entre ustedes, no te quedo claro que tienes prohibido amarla, Alexander, ella es tu maldita sobrina – grita Elena con llanto en sus ojos

- Solo fui a su habitación para aclararle que ella es solo un pasado y un mal recuerdo en mi mente, casualmente salía del baño y estaba en toalla, lo demás es historia, no la toque, solo quise herir su orgullo, nada sucedió entre nosotros – explico la verdadera versión

- ¿Te exc¡taste al verla? – pregunta Elena

- ¿Qué…? – pregunto haciéndome el desentendido

- ¿Que si te exc¡to verla? – repite la pregunta

- Ya te dije que estaba en toalla – evado la pregunta

- Esa no fue mi pregunta – responde Elena

- Elena por favor, no comencemos con esto – evito seguir con una discusión que no nos llevara a nada

- A mí no me tocas, pero a ella con solo mirarla con poca ropa ya te enciendes al punto de tener que encerrarte en el baño – reclama

- No es lo que piensas – explico tocando mi frente con frustración

- Alex por favor, vámonos de aquí, comencemos un nuevo futuro lejos de toda esta mierd@, sé que puedo hacerte feliz, pero no aquí, no rodeados de todo este ambiente – me dice ella suplicante y llorando

- Parece que ya olvidaste a Marcus, acaso ¿no recuerdas la forma en cómo murió y por culpa de quien murió? – hablo con enfado de su indiferencia por hacer justicia por el hombre que amo

- No Alex, no lo he olvidado, tú te encargas de mantenerlo vivo entre nosotros, es por el que tu ni me tocas – dice ella sollozando

No respondo nada y en cambio salgo de la habitación y voy directo a mi vehículo para visitar el antiguo club, en algo tiene razón Elena, samanta tiene la capacidad de hacerme perder el control y esto necesito dominarlo así sea con otros métodos u otros cuerpos.