Completa
La vida nos da siempre segundas oportunidades y donde hubo fuego cenizas quedan, eso decía mi abuela.
Ari conoce a Álvaro cuando apenas tenían 16 años, ellos se enamoran, Pero por las circunstancias de la vida hace que cada quien tome un camino distinto a lo que ellos pensaron.
El destino los junta reviviendo el pasado amor de adolescente que tuvieron y ahora con mas fuerza.
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Cap. 3: ¿Quieres salir conmigo?
ARI BLANCO
Había pasado una semana desde que empecé mis clases. No hacía nada, ni salía al recreo para evitar hablar o sentir las miradas de desprecio de los demás. Quería mantener un perfil bajo en lo que quedaba del año.
A veces, podía observar a Álvaro desde la ventana y él se había vuelto ese amor secreto. La única vez que platicamos fue por el balonazo que me dio en la cara.
Un día como cualquier otro, me senté en mi lugar y en la hora de recreo me ponía a ver a Álvaro desde la ventana, a él le gustaba jugar fútbol. Para mí, él brillaba en el centro de esa cancha.
— ¿A quién ves tanto, Ari? — me giré un poco asustada, evidenciándome que me gusta alguien.
— No veo a alguien en particular— salí del salón.
Era la misma chica que había preguntado por mi apellido. Que ganas de molestar. Caminé un poco por los pasillos y llegué sin querer a la cancha. Me detuve a verlo.
El timbre sonó.
Álvaro salía de la cancha todo sudado. Se dirigía hasta donde estaba.
— Hola Ari.
— Hola Álvaro— las chicas empezaron a ver y a murmurar. Solo bajé la mirada.
— Recuerda que este fin de semana es mi cumple, ¿Vendrás?
— Aún no lo sé. Tengo que pedir permiso a mi mamá.
— ¿Permiso? Okay. Entonces pídelo. Nos vemos— él salió corriendo cuando uno de sus amigos lo llamó.
¿Por qué se sorprende que pida permiso? Si somos menores de edad. No entiendo a esta gente.
Terminando las clases, Álvaro se acercó.
— Hola de nuevo.
— Hola— él me sonrió.
— ¿Quieres que te lleve a tu casa?
— No te preocupes, puedo ir sola.
— Okay— él sacó su celular y se puso a escribir— revisa tu celular, te envío un mensaje. Ahí está la ubicación de donde será mi cumple, no faltes— tocó la punta de mi nariz.
— Está bien— sentía mis mejillas arder.
Álvaro se marchó.
— Ari detente ahí— era la pesada chica que siempre me buscaba como molestar— no te Quiero cerca de mi Álvaro.
— ¿Mi Álvaro? Lo siento no sabía que ustedes estaban en una relación.
— Aunque no lo creas lo estamos. Su familia y la mía son amigas.
— ¿Cómo te llamas? He querido preguntarte eso.
— Anne Mackenzie, la futura esposa de Álvaro Grubstein. Así que, deja de coquetear con él.
— Yo no he coqueteado con él, así que puedes estar tranquila — puso su dedo en mi frente y lo empujó.
— Más te vale — sonrió y pasó dándome en el hombro con su hombro.
Hija de su p... Quien le coquetea a ese, él es quien me habla primero. No soporto este maldito colegio. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Salí del colegio llena de rabia, llorando. Debo admitir que soy una llorona.
Caminé un poco. Un auto de color negro se detuvo. Realmente me asusté.
— Ari, sube— era Álvaro, no sabía que el ya conducía auto.
Él al verme llorar se bajó del auto. Yo miré hacia todos lados buscando a Anne, no quería tener más problemas con ella. No me gusta pelear menos que me molesten. Empecé a caminar más rápido. Alvaro me siguió y se puso enfrente.
— No me sigas. Quítate, quiero llegar a mi casa.
— ¿Que te sucede? ¿Por qué lloras?
— No quiero meterte en problemas con tu novia. Quiero llevar lo que queda del año en paz.
—¿Cuál novia?
— Anne Mackenzie. Ella.
— Ella. Mmm... Ella no es mi novia— puso una cara sería— ¿Ella te dijo algo?
— Que era tu futura esposa. Sabes, yo soy nueva aquí, y la verdad es que no me interesa si ella y tú son novios.
— Ella no es mi novia. En cambio, tú si me gustas— me quedé con la boca abierta.
Esto no puede ser real.
— ¿Hoy es día de los inocentes? No digas esas cosas tan fácilmente.
— ¿Por qué no puedes creer que me gustas?— Él tomó mis manos. Mis ojos se abrieron como platos. Jalé mis manos y salí corriendo.
Hui de la situación. Sí, soy una cobarde. Nunca había tenido novio, es la primera vez que me gusta alguien. Es la primera vez que alguien me dice que le gusto.
Llegué a mi casa y me encerré en mi cuarto. Mi corazón parecía un tamborcito.
Mi celular sonó. Era él.
💌 Corriste rápido, puede ser que seas una atleta en el futuro. Mañana te veo en la hora de recreo en la azotea del colegio.
No respondí. Llevé mis manos a mi boca, sonreí y suspiré unas diez veces. Todo esto es una experiencia nueva, Pero tenía dudas. ¿Por qué yo? Habiendo tantas chicas guapas y adineradas en el colegio, porque se fija en alguien tan sencilla. ¿Y si me está jugando una broma?
Llamé a Eloisa y le conté lo que estaba pasando.
— Amiga, no pierdes nada con probar. Si te gusta date una oportunidad. Mañana te llamo para que me cuentes. Te extraño mi Ari, el Cole se siente diferente.
— Yo también te extraño Eloi, en vacaciones iré a visitarte.
— Estudiemos la misma carrera cuando vayamos a la universidad.
— Es una promesa — sonreí. Cada vez que hablaba con ella, me daba ese valor.
Al día siguiente.
Llegó la hora del recreo. Dude un poco si debía ir o no. Más porque Anne estaba en el mismo salón y me tiraba unas miradas fulminantes.
💌Te estoy esperando — era Álvaro, mordí mis labios, tomé valor y fui a la azotea.
Ahí estaba él sentado en el piso.
— Hola— me saludó.
— Hola— tartamudee.
— Wao, estoy un poco nervioso— él sonrió— ayer dije algo que parece que te tomó por sorpresa y pido perdón por eso, no tuve tacto.
— Sí, está bien.
— ¿Quieres salir conmigo?
— Ehhh— lo miré fijo a sus ojos, mordí mis labios del nervio, mi estómago empezó a temblar. Él se acercó y me dio mi primer beso.
Caí rendida a sus labios. Mi primer beso a los 16 años. Bajé la mirada. Quedé muda.
— Perdón. No esperé una respuesta, me emocioné un poco.
— Si— respondí sin hacer contacto visual.
Alvaro me abrazó. En ese momento solo éramos dos jóvenes de 16 años viviendo una bonita experiencia.