Amor Ardiente

Valeria decidió aprovechar su tiempo de separación para concentrarse en su trabajo y en sí misma. Se enfocó en su carrera de fotógrafa, dedicándose a proyectos que había pospuesto por mucho tiempo. Fue en una de estas exposiciones donde conoció a Marcos, un hombre atractivo y exitoso, cuya presencia era difícil de ignorar.

Marcos era alto, de ojos verdes penetrantes y una sonrisa que podía derretir el hielo más frío. Se acercó a Valeria con una copa de vino en la mano, interesado tanto en su arte como en ella misma.

—Hola, soy Marcos. Quería decirte que tus fotografías son increíbles. Capturas algo realmente especial en cada una de ellas —dijo, con una voz cálida y segura.

Valeria sonrió, agradecida por el cumplido.

—Gracias, Marcos. Es un placer conocer a alguien que aprecia mi trabajo. ¿Eres aficionado al arte? —preguntó, tratando de mantener la conversación ligera.

—Podría decirse que sí. Me encanta cómo el arte puede expresar tanto sin necesidad de palabras. Y tu trabajo realmente me ha impresionado —respondió Marcos, con una mirada que parecía atravesarla.

Durante las siguientes semanas, Marcos y Valeria se encontraron en varios eventos artísticos y sociales. Marcos era encantador, atento y claramente interesado en ella. Valeria no podía evitar sentirse atraída por él, aunque su corazón todavía estaba con Daniel.

Una noche, después de una exitosa exposición, Marcos la invitó a cenar. Aceptó, deseando disfrutar de una noche agradable sin las complicaciones emocionales que la habían acompañado recientemente. La cena fue en un restaurante elegante, con una vista impresionante de la ciudad. La conversación fluía con facilidad, y Valeria se sentía relajada y cómoda por primera vez en mucho tiempo.

—Valeria, debo ser honesto contigo. Desde la primera vez que te vi, me he sentido atraído por ti. Me encantaría conocerte mejor y ver a dónde puede llevarnos esto —dijo Marcos, tomando su mano suavemente.

Valeria sintió un nudo en el estómago. Marcos era todo lo que cualquier mujer podría desear, pero su mente seguía volviendo a Daniel.

—Marcos, eres un hombre increíble y me he divertido mucho contigo, pero mi corazón está en un lugar complicado en este momento. Estoy pasando por algo difícil y necesito tiempo para aclarar mis sentimientos —respondió Valeria, tratando de ser honesta sin cerrarse por completo.

Marcos asintió, entendiendo su dilema.

—Lo entiendo, Valeria. No quiero presionarte. Solo quería que supieras cómo me siento. Podemos tomarnos el tiempo que necesites. Estoy dispuesto a esperar —dijo Marcos, con una sonrisa comprensiva.

Esa noche, Valeria volvió a su apartamento con la cabeza llena de pensamientos confusos. Marcos era una tentación real y presente, pero sus sentimientos por Daniel seguían siendo profundos y persistentes. Se sentó en su cama, mirando una fotografía de ella y Daniel juntos, preguntándose qué camino tomar.

La tentación de una nueva relación con Marcos era fuerte, pero el amor que todavía sentía por Daniel la mantenía en una encrucijada emocional. Valeria sabía que tenía que ser honesta consigo misma y seguir su corazón, sin importar lo complicado que eso pudiera ser.

La vida le presentaba una elección difícil: seguir adelante con alguien nuevo y emocionante o esperar y ver si su amor por Daniel podía superar las pruebas del tiempo y la distancia. Mientras tanto, el espectro de la tentación seguía rondando, obligándola a confrontar sus verdaderos sentimientos y deseos.