Las animas un lugar de misterio dónde el amor surge sin esperarlo.
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capitulo 14
Leonardo regreso a la hacienda, a la mañana siguiente no hablo de lo que había visto más quería averiguar que era lo que estaba pasando así que decidió ir al mismo lugar, en aquel árbol había un corazón con los nombres de Susana y Alfonso, acaso sería Susana su tía de la que el abuelo tenía prohibido hablar, la vida de su tía Susana siempre había sido un misterio además no entendía porque su abuelo no quería hablar de ella su nombre estaba prohibido decirlo incluso cuando su padre se lo había mencionado el abuelo la había dicho que no quería saber nada de ese asunto para él ya estaba enterrado al igual que ella desde ahí su padre no volvió a mencionar su nombre.
Leonardo cada vez tenía más dudas sabía que tenía que investigar, pero con quién, Leonardo sabía que debía refrescar su mente y dejar de pensar, Leonardo fue hasta aquel ojo de agua que estaba cerca de la hacienda se desnudo y se metió a nadar, en ese lugar había encontrado la paz que tanto le hacía falta.
Janikua tenía mucho tiempo que no nada así que decido ir, sin darse cuenta que Leonardo se encontraba en aquel lugar se desnudo y se metió al agua, ese lugar era su favorito pues ahí encontraba la paz que tanta falta le hacía, sin darse cuenta los dos continuaron nadando hasta que sus cuerpos chocaran, Janikua se asusto pero al ver que se trataba de Leonardo sintió una gran vergüenza, sus ojos se abrieron como platos extendidos, solo de recordar la última vez que lo vio desnudo sintió un gran deseo que hizo que bajara la mirada. Leonardo por su parte vio lo hermosa que era Janikua como escurría la agua por su cabello, ella bajo la mirada y el no pudo contener el impulso por besarla así que la tomo del rostro y la besó, era el primer beso de Janikua, ella sintió como miles de mariposas revolotearan en su estómago, todo parecía un sueño, ella respondió al beso aunque era algo torpe, Leonardo se dio cuenta de eso pero no lo hizo retroceder por lo contrario le causaba una gran ternura, el continuo tocando la, sin embargo ella dijo:
—No puedo —
El se separó de ella pues tenía razón aún era muy pronto, además ella era una mujer inocente.
—Señor no quiero que se moleste conmigo — dijo ella en tono triste.
—No estoy molesto contigo, creo que tienes razón yo todavía tengo heridas que sanar— Leonardo la abrazo y beso su frente.
—Gracias por entender, pero quiero salir del agua me da mucha pena que me veas así, podría voltear en lo que salgo. —
—Esta bien, voy a voltear —
Leonardo se volteo y Janikua salió del agua, sin embargo Leonardo no pudo evitar voltear a verla. Janikua se vistió a toda prisa, Leonardo hizo lo mismo después los dos se sentaron debajo de un árbol y comenzaron hablar de sus vidas algo entre ellos estaba surgiendo, ya casi para oscurecer Leonardo hizo que Janikua se subiera con el al caballo, ella se sentía segura al lado de él, los jornaleros que aún estaban en la hacienda se preguntaban quién era aquella mujer tan hermosa y que había pasado con Janikua la hija de Jacinto muy pronto todos comenzaron a murmuran y a esparcir los rumores. Cuando llegaron a la hacienda Leonardo ayudo a Janikua a bajar del caballo y volvió a reclamar sus labios con un apasionado beso.