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SÓLO SI ES CONTIGO

SÓLO SI ES CONTIGO

Status: Terminada
Genre:Completas / Contratadas / Malentendidos / Matrimonio por contrato / Matrimonio antes del amor / Novia subastada
Popularitas:818.6k
Nilai: 4.5
nombre de autor: Dairon Canfel

Leya es obligada por su madrastra a casarse con el hijo de los Foster, Edgar.
El joven de 33 años se esconde del mundo después del engaño de su futura esposa.

Sin embargo Leya descubre la verdadera identidad de Edgar...

NovelToon tiene autorización de Dairon Canfel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

14: Conociendo a Miranda

Después de que ambos fueran a arreglarse, Edgar estaba esperando a Leya en la puerta. Estaba nervioso y sus manos en sus bolsillos no paraban de moverse .

Cuando Leya bajó las escaleras lo encontró mordiéndose el labio inferior mirando hacia abajo.

—Hey...

Edgar la observó y esbozó una sonrisa.

Al encontrarse con el último escalón juntó sus manos y suspiró.

—¿Estás seguro? Porque yo no necesito esto, si te hace mejor quedarte pues, nos quedamos y...

—Leya... yo necesito esto. ¿Cuando será la hora que salga? Tengo que dar el primer paso, no puedo estar siempre huyendo y escondiéndome.

—Si, pero ... ¿Seguro que estás preparado?

Él se acercó y le agarró la mano.

—No lo sé. Pero me gustaría intentarlo.

Leya asintió con la cabeza. Y se acercó a abrir la puerta.

Ambos salieron cogidos de la mano, primero Leya y luego Edgar.

Leya lo soltó un momento para cerrar la puerta. Edgar quedó observándola y luego volvió a estirarle la mano.

— No lo haré si no me agarras de la mano.

Ella sonrió en tono burlón.

— Pareces un niño.

Leya le agarró la mano.

Al principio Edgar notó un poco de mareo al caminar. Pero logró acostumbrarse cuando fueron más allá del portón.

Apretó unas cuantas veces la mano de Leya sin querer, cuando una persona pasaba o un vehículo.

—Oh, me olvidé de Coco!! -dijo Leya-.

— Tranquila. Dejé la puerta abierta del patio trasero por si quería ir al baño.

— Ufff, qué bueno, espero que no haga travesuras estando a solas.

—Volveremos enseguida, ¿qué tanto podría hacer?

—¿Quieres volver?

—Leya... —dijo en tono bajo -.

Pasaron por la pastelería en donde trabajaba Thomas y éste estaba afuera. Cuando levantó la mirada dejando de lado el cartel de los precios parecía haber visto un fantasma.

—¿Edgar...?

Él le sonrió fríamente.

—¿Qué sucede?¿Acaso te sorprende verme, "amigo"? —dijo sarcásticamente — solo paso tiempo con mi esposa.

Thomas observó las manos entrelazadas de los dos.

—¿Es ... Esposa?- Thomas miró a Leya-.

Está le sonrió tímida.

—Hola Thomas.

—¿Eres esposa de Edgar?

Edgar se adelantó.

— Así es. Perdón por no invitarte a la boda, se me olvidó por completo.— miró a Leya y volvió a caminar — Vamos cariño, me muero por seguir conversando contigo pero se nos hace tarde.

— Adiós Thomas.

Thomas se giró observando cómo se iban , y se sintió asombrado por ver a Edgar fuera de casa y más por enterarse que Leya era su esposa.

La sangre le hervía por dentro y apretó los puños sintiendo rabia.

—No puede ser...-susurró y entró a la tienda molesto-.

Edgar había sentido qué el corazón le aceleraba de vuelta pero no dejó que ésta vez le fallara la respiración. Cuando lo vió había tomado el valor y se había permanecido tranquilo.

— ¿Tenías que decirle qué era tu esposa?-lo miró -.

Edgar se sintió algo molesto.

—No veo porqué no lo diría, igual se iba a enterar. ¿Qué sucede?¿Te avergüenzo?

—No pero...

—¿No tengo el aspecto de un príncipe azúl?- dijo sarcásticamente -.

— No quiero que se enteren , eso es todo.

—¿Porqué?

— Hay mucha gente envidiosa... No digo que Thomas lo sea pero y si se corre la voz me etiquetaran como una caza fortuna, y no sería una buena imagen, al fin y al cabo... No me vería tan diferente qué mis hermanastras. - desvió la mirada - y eso era lo que siempre intenté qué no sucediera por todas las cosas.

— Tú no eres igual a ellas, estás conmigo no por dinero, sino por obligación... Cualquiera que sea capaz de hacer esos comentarios de ti empezaré a encargarme yo mismo.

Leya sonrío. Y apoyo su cabeza en su brazo.

— Gracias bestia.

—A tus órdenes, cenicienta.

Llegaron a la verdulería; Leya suspiró hondo antes de entrar, vió a la mujer trabajando con cajones.

Edgar decidió hablarle antes de que Leya lo hiciera, ellos ya se conocían y la mujer solo se alegró volver a ver a Edgar.

Disfrutó conversar con la primera persona que parecía estar feliz por su vida.

Leya se sorprendió; pensaba que se iba a sentir con un nudo en la garganta pero fue todo lo contrario. Aún así se sorprendió que Edgar le dijera que le ayudaría a conseguir un empleado decente para que le ayudara con los cajones de verduras y frutas.

Salieron directo hacia las tiendas de ropa.

—¿Lo dijiste solo por decirlo o en verdad le ayudaras?

—Nunca digo algo por decir -le guiñó el ojo—.

Entraron a la primera tienda de ropa elegante. Todo era de diseñador por lo que Leya abría bien los ojos, sorprendida porque nunca había entrado a una tienda así.

Edgar observaba con detalle los vestidos y le susurraba al oído a Leya.

—Me encantaría verte en un vestido así.

Le señaló un vestido corto y ceñido medio transparente.

Leya soltó una carcajada.

— Cuando se acabe el mundo...-afirmó-.

—Echo.

Una mujer se les acercó. No quiso observar la vestimenta de Leya y enseguida saltó a hablar con Edgar nerviosa.

—¿En qué los podemos ayudar?

—Si, me encantaría comprar los vestidos más caros y elegantes de la tienda, y también los zapatos.

La chica rió.

— Señor, ¿tiene dinero para eso? Solo aceptamos gente que puede pagar y no fiamos. -sonrió divertida -.

Edgar sintió qué se volvía a alterar pero intentó respirar correctamente. Leya se dió cuenta ya que sintió de vuelta un apretón en su mano.

— No lo sé -dijo tranquilizandose- Tal vez debería hablar con mi padre Morgan Foster.

La chica quedó callada y asustada por lo que acababa de oír. Un hombre más grande apareció por detrás de la mujer y le dió una palmadita en el hombro

—¿Es usted el señor Foster?-dijo sorprendido -.

—Debería estar halagado qué alguien me conozca. -rió-.

La mujer quedó de piedra y lo único que pudo hacer era tragar saliva. Leya observaba divertida la situación.

— Yo los atenderé Scarlett — giró y le susurró — ya vete .

La mujer salió corriendo con la cabeza cabizbaja haciendo una reverencia al pasar.

—Y bien, creo que tenemos mucho trabajo aquí... ¿Cuál sería la talla de la dama?

— M.

—¡M! Estás de suerte muñeca todas las prendas están accesibles a esa talla. ¿El galán viene a consentir a su novia? -guiñó el ojo -.

—Si fuera por ella, no estaríamos aquí. —sonrió-.

El hombre empezó a mostrarles las mejores prendas. Leya se sentía avergonzada pensando en qué no le quedaría bien ningún color aparte del negro.

El trabajador agarró unas cuantas prendas coloridas y obligó a Leya a que se las probara.

Edgar se sentó en uno de los sofá esperando a qué Leya saliera con lo primero que tuviera puesto.

De repente, una voz particular que hablaba con la cajera lo hizo mirar hacia atrás.

Sintió que se volvía pálido enseguida y que se sentía alterado al volver a mirar aquella persona de vuelta que tanto daño le había causado.

Ahí estaba Miranda; protestando con la cajera por intentar devolver un vestido.

Sin pensar se paró de inmediato y abrió la puerta del vestidor que se encontraba Leya.

Leya intentó pegar un grito pero Edgar tapó su boca.

—No te asustes. — Bajó la mano y se apoyó en la pared nervioso—.

Leya se molestó.

Tenía un vestido puesto pero aún estaba con la cremallera baja.

—¿¡Qué pasa contigo!?-lo miró- ¿¡ No ves qué me estoy vistiendo, Animal !?

Ésta vez, Edgar sintió qué le faltaba el aire y una presión en el pecho.

—Miranda está aquí. —dijo con dificultad -.

Edgar cerró los ojos y suspiró pesadamente.

Leya se llevó la mano a la boca, sorprendida.

Se preguntaba por adentro de su mente si ese día podría ir peor.

1
Maria Rosa Ascani
Excelente
Paula Cuenca
Normal
Maria Etcheberry
Excelente
Claudia Gomez
aash otra vez los mismos cuentos! ahora se va y no le dice nada del embarazo y sin investigar le echan toda la culpa a el! admiro la creatividad de los escritores, pero cuando sacan los mismos cuentos me aburren!
Sisi García Navarro
vaya vaya al parecer Thomas no es tan bueno como parece
Gladys Silvero
Excelente
Lili
A pesar de los "cabos sueltos", se las voy a otorgar...
La trama es interesante, entretenida y está muy bien contada.
Sería buenísimo que en una segunda parte la Autora satisfaga las preguntas de sus lectoras.
De mi parte, felicitaciones y muchas muchas gracias por este regalo.
Lidia Baños
No me agrada para nada el giro que ha dado la novela,aunque las intenciones de este señor sean muy buenas,Leya no las conoce y su comportamiento con el es bastante íntimo,además que la perdida del bb la dejo indiferente,no entiendo nada,.El prometió a su padre salvarla Pero no deja de mirarla con deseos .Ah,no entiendo nadaaaas
Lidia Baños
Pobre Leya le persiguen los contratos y las ventas,más que una persona,parece una mercancía.
Lidia Baños
Es terrible ver cómo en todas las novelas sin excepción a los malos las cosas les son tan perfectas.Nadie los ve,nadie los descubre,decepcionante.
Lidia Baños
Que bueno ya Leya ha conquistado el favor de toda la familia.Sara que venía a enjuiciarla ya se sienta a dar consejos.Pobre de Tomas y Miranda cuando salgan a luz todas sus diabluras.
Lidia Baños
bCada uno tiene lo que merece y estos dos son tal para cual.Ya les llegara la hora de rendir cuentas de toda la maldad que han hecho.
Angela Carrasquero
Excelente
Lidia Baños
Siempre guardando secretos,estos entorpecen el amor.Hablebgrutevsu condición,Leya,no pienses por el,solo prueba con la verdad.
Lidia Baños
Bueno confío en que llegué el momento en que Sara pueda corroborar que hay amor entre ellos.Pues es evidente que Cupido está haciendo de las suyas.
josefina lugo
por lo que voy entendiendo el que le robo la empresa y se metió con la novia es el tomas ese he hizo que pareciera el primo del que robo todo lo mantiene drogado por lo que veo
Lidia Baños
Esto va mejorando considerablemente
Lidia Baños
Ahora comienzo a entender.
Lidia Baños
Tim
Lidia Baños: Tomas es un maldito ,mentiroso nada de lo que le contó a Leya es cierto.Esperemos a que reciba su merecido.
total 1 replies
Lidia Baños
Parece que Tomas,no era un verdadero amigo.
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