Dorothea y Kendall se toman de las manos.
Dorothea y Kendall se dan besos en la boca.
Dorothea y Kendall se dicen te amo.
Dorothea y Kendall duermen juntos.
Pero, ¿son novios o mejores amigos?
¿Qué pasará cuando los sentimientos de ambos empiecen a hacerse presentes y difíciles de ignorar?
¿Pasarán a la siguiente etapa de su relación o se distanciaran?
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Capítulo 12.
Decir que estoy molesta es poco, estaba cansada de todo esto juego que se trae Kendall junto a las demás personas. Es cansado todo esto.
—¿Por qué siempre bromeas con el tema de ser novios?— Mire a Kendall molesta.
—No empieces con eso, ¿quieres?— Me miro como si estuviera cansado del tema.— Solo déjalo pasar.
—¿Qué lo deje pasar?— Me cruce de brazos.— Hace poco escuche a varias personas decir que piensan que somos novios y luego vienes aquí y bromeas sobre eso.
—No vale la pena seguir con este tema.— Paso por un lado de mi dirigiéndose a la puerta de la habitación.
—Kendall estoy cansada de que les hagas creer a las demás persona de que somos novios cuando ni siquiera nos gustamos.— Me voltee hacia él.
—¡A mi me gustas!— Detuvo su paso volteándose hacia mi.— Me gustas desde hace mucho.
Lo mire sorprendida. Nunca noté ninguna señal de que yo le gustara. Todo este tiempo nos la pasamos juntos teniendo conductas cercanas pero crei que era porque convivimos mucho tiempo juntos, aparte de que nos conocemos desde hace mucho y pensé que solo estábamos experimentando el uno al otro.
—¿Desde cuándo?— Di un paso al frente.
—No quiero hablar sobre esto.— Abandono la habitación dejándome ahí parada.
No lo seguí. Escuche la puerta principal siendo cerrada y su auto alejarse pero es lo mejor para los dos. Me pasé una mano por mi rostro sintiéndome frustrada y me dejé caer en la cama. Mire el techo pensando en todo lo que había pasado. A Kendall le gustó pero no creo sentir lo mismo que él.
Me talle los ojos cuando las lágrimas empezaron a salir nublando mi vista. No quiero perderlo. Es la segunda persona que más amo en este mundo aparte de mi madre y no quiero arruinar nuestra amistad y lo que sea que tenemos solo por unos tontos sentimientos.
Solté un grito desde el fondo de mi pecho, ¿por qué no me di cuenta desde antes? ¿Acaso las demás personan también lo habían notado? Soy una tonta. Me senté en la cama sintiendo un nudo en la garganta y mi pecho doler. Mire mi habitación tratando de procesar lo que había sucedido.
Mire la ventana viendo el sol ocultarse pero no me moví, me quedé ahí sintiéndome miserable por hacerlo sentir mal. Kendall es la persona más maravillosa que conozco y me preocupa haberle hecho daño, él no se merece eso y en el fondo de mi corazón sé que yo tampoco.
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Observe la pared de mi habitación dejando salir las lágrimas recordando lo que había sucedido el día anterior. Ninguno de los dos nos hemos comunicado con el otro. No sé que pensar. Todos estos años nuestra relación estuvo bien hasta que él y las personas a nuestro alrededor empezaron a soltar esos comentarios.
—Dorothea despiértate.— Mamá abrió la puerta de la habitación de golpe.— Tienes que ir a clases, te dejaré camino al trabajo para que no molestes a Kendall.
Cubrí todo mi cuerpo al oír su nombre sin detener las lágrimas que descendían por mi rostro directo a la almohada.
—Me siento mal.
—¿Qué te duele?— Dio dos pasos dentro de la habitación.— Te daré medicamento.
—Mi corazón.— Sorbí mi nariz.— Tengo miedo de que todo se estropee y se rompa en mil pedazos así como sucedió con papá.
Escuche a mamá suspirar y caminar hasta sentarse al lado de mi en la cama. Sentí sus brazos envolver mi cuerpo dándome un abrazo.
—Dorothea todo va a estar bien. Lo que sea que haya sucedido si vale la pena se va a solucionar y vas a estar bien.— Dejo un beso en mi hombro.— Sabes que lamento lo que sucedió con tu padre pero con él, todo fue diferente porque así lo decidió.
Talle mis ojos sin salir de debajo de las cobijas, hipé sintiéndome triste. No quiero perder mi amistad con Kendall, él es mi mejor amigo y lo ha sido toda mi vida, fue un error experimentar el uno con el otro.
—¿Mamá?— Quite las cobijas de mi rostro.— ¿Realmente piensas que mi problema con Kendall se solucione?
La mire notando angustia en su rostro que disminuyó al mencionar a Kendall. Lágrimas amenazaron con salir esperando la respuesta de mamá.
—Por supuesto.— Sonrió.— Han sido amigos durante años y pasado por mucho. Lo que sea que haya sucedido entre ustedes dos lo pueden solucionar como siempre lo han hecho...
—¿Y si esta vez es diferente y no volvemos a ser amigos?
La mire asustada. A pesar de que él siempre ha sido lindo conmigo, toda mi vida lo he visto como un amigo. Nunca me planteé la idea de verlo como mi novio.
—Entonces significa que su ciclo como amigos terminó y deben de alejarse o pasar a otra fase. Ambos lo deben de decidir.
No quiero pasar a ninguna otra fase, quiero que todo sea como antes y que lo de ayer no haya sucedido.
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Observe con atención mis manos sintiéndome nerviosa en la espera de que Kendall saliera de su última clase antes del almuerzo.
Levante mi rostro al escuchar el timbre y la puerta del aula ser abierta. Le devolví el saludos a algunos de sus compañeros y a lo lejos lo pude ver agarrar su mochila dirigiéndose en mi dirección. Repase algunos temas rápidamente en mi mente de los que puedo hablar con él. Observe por última vez mis manos y cuando volví a levantar mi rostro Kendall ya se encontraba caminando por el pasillo alejándose de mi.
Ignore el sentimiento de tristeza yendo tras él. Puede ser que me haya ignorado o simplemente no me vio. No puedo culparlo cuando mi estatura es más baja a la del promedio.
—Kendall...— Agarre su brazo deteniendo su andar.— ¿Podemos hablar?
Mire su rostro notando ojeras que apenas estaban apareciendo. No es común verlas en él, pero no es la primera vez que aparecen, siempre que hay un problema que lo inquieta, se presentan como dos pequeñas manchas apenas visibles bajo sus ojos.
Asintió y con ello nos dirigimos fuera del edificio sentándonos en una banca cerca del campo de fútbol americano.
—¿Cómo estás?
Empecé hablando intentando disminuir el ambiente tenso que hay entre nosotros dos. Mire el pasto esperando su respuesta. Me siento nerviosa, a pesar de que mamá dijo que si nuestro problema no se resuelve es un ciclo que debemos de cerrar y alejarnos y yo no quiero eso, quiero seguir siendo su amiga por el resto de nuestras vidas.
—¿En verdad me preguntas eso?— Soltó una risa incrédula.
Lo mire a los ojos, sé que está molesto y no lo culpo, esta en su derecho después de lo que sucedió ayer.
—Solo quiero que olvidemos lo de ayer y todo vuelva a ser como antes.
Lo mire preocupada, intenté agarrar una de sus manos pero él la alejo.
—No.— Me miró a los ojos.— He estado evitando lo que siento por ti durante demasiados años y cuando al fin lo sabes no puedes venir y decirme que ignore mis sentimientos y me hagas sentir mal para que tú puedas estar feliz.— Note sus ojos llorosos, muy pocas veces lo he visto llorar.— No volverá a ser como antes porque no volveré a ignorar mis sentimientos.
Me quedé en silencio, saber que todo este tiempo estuvo ocultando una parte de lo que siente me pone triste. Me siento una tonta por no notarlo antes. Él es una de las personas que más amo en mi vida y saber que hubo momentos en donde se sintió triste por mi culpa me hace pensar en que no lo merezco. Kendall siempre a sido amable y respetuoso conmigo, a estado ahí para mi en los buenos y malos momentos pero yo no estuve para él.
—Dorothea.— Quite mi vista de mis manos para verlo.— ¿Yo te gustó?
Lo mire asombrada, sé que es apuesto y una buena persona, pero estoy segura de que nunca lo he visto más allá que mi mejor amigo.
—No.— Mire tristeza en su rostro.— Solo te veo como mi mejor amigo.
Nos quedamos en silencio por varios minutos, cada uno sumergido en sus propios pensamientos. Sé que le rompí en corazón, pero no es el único roto.
Cuando lo escuche sorber su nariz dirigí rápidamente mi mirada hacia él viéndolo tallarse los ojos y pasar sus manos por su rostro. Lo mire ponerse de pie y alcance a notar sus pestañas húmedas.
—Kendall...— Agarre su mano antes de que se alejara.— Lo siento.
—Lo mejor será que nos alejemos por un tiempo.
Quito mi mano de la suya y se alejó entrando al edificio. No lo segui. Quite las lágrimas que descendían por mis mejillas aunque es inútil porque no dejaban de salir.
Pensar que puedo perderlo por no sentir lo mismo que él me da miedo, también tengo miedo de enamorarme de él, que no funcione y que ambos salgamos lastimados y tengamos que alejarnos para siempre.
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