Atrapados

Sky esperó hasta la hora del almuerzo para llamar de manera pública al señor Cornamenta. Más de uno se extrañó que la chica se dirigiera hacia él con total normalidad. Más aún cuando le cuestionó el por qué este no les había ofrecido lápices ni ningún otro tipo de utensilio para escribir, sobre todo porque ellos mismos tendrían que añadir las reglas en sus libretas cada vez que él las actualizara. El señor Cornamenta había indicado que él mismo se iba a hacer cargo de reescribirlas cada noche, pero ante la negativa de todo el mundo a dejarlo ingresar en sus habitaciones, el cabeza de ciervo tuvo que aceptar la petición de la pelirroja. Aún así, el anfitrión dejó claro que a cada quién le dejaría su propio lápiz en el buró de su cuarto.

Después de ese evento, los muchachos iniciaron con sus planes para emboscar al señor Cornamenta con el fin de sacarle información y poder escapar de una buena vez de ese lugar. Sky advirtió que entre menos personas supieran sobre lo que ellos querían hacer, menos probabilidades tenían de fallar. Germán sugirió en medio de la conversación que incluyeran a Julio en el plan, ya que desde su punto de vista, para él Julio era una persona precavida, eficiente y metódica. Sky estuvo de acuerdo, aunque quedó con que sería ella misma quién se encargaría de hablar con él después del almuerzo, pues el muchacho de morado se había sentado en otra mesa. Neo por su parte también quiso incluir a Lilith en el plan, pero el mismo Blonde se negó argumentando que la chica parecía actuar por su propia cuenta y no creía que ella estuviese interesada en cooperar. Neo estaba seguro de que Lilith podía ser de gran ayuda, pues sabía que ella sí que se tomaba en serio cualquier propuesta de escape medianamente factible, pero decidió que lo mejor era que él mismo se lo comunicara a ella a escondidas de los demás.

Después de que hubieran terminado de lavar las lozas del almuerzo, Sky se despidió de los chicos y tal como había prometido, salió de la cocina en búsqueda de Julio.

Neo recordó que él necesitaba revisar la puerta trasera de la cocina que conducía hacia el pasillo del área del empleados y les advirtió a Germán y a Blonde. Los chicos asintieron y cruzaron el comedor para empleados hasta llegar a la delgada puerta de madera. Neo se percató de que como tal, esta no tenía una cerradura, sólo la manija. Aún así, al intentar presionarla hacia abajo, se dio cuenta de que también estaba trabada. Neo sintió unas ganas de llamar al señor Cornamenta para preguntarle por qué la dichosa puerta no cedía si es que la misma no necesitaba una llave para ser abierta. Sin embargo, se contuvo: sabía que sería muy extraño para el anfitrión que hasta ese momento no hubiesen articulado palabra alguna. Viendo que no lograrían nada con la puertecilla, decidieron irse de ese lugar.

La tarde transcurrió con normalidad. Sky había acordado con todos reunirse ahora junto a Julio en la piscina. Les había encomendado cambiarse de ropa por los trajes de baño para disminuir las sospechas. Neo, aprovechando que estaba solo y que nadie lo observaba, se acercó a la habitación de Lilith, aunque esta no respondió por más veces que él tocara a la puerta. Le preocupó que los demás le descubrieran ahí, así que se giró para marcharse a su propio cuarto. En el camino pudo ver a lo lejos la silueta esbelta de la chica INTJ que salía de la puerta de emergencia. Llevaba uno de los platos de la cocina lleno de comida, más unos cubiertos y un vaso de jugo en las manos. Recordó no haber visto a Lilith en el almuerzo y no pudo evitar percatarse de que lo que llevaba en el plato era diferente a lo que él, junto a los demás, habían comido. Lilith al verlo, hizo el intento de retroceder por las escaleras de emergencia, pero Neo se acercó a ella tan rápido que no le dió tiempo de huir.

_No hace falta que te escondas, Lilith. No le voy a decir a nadie lo que estás haciendo.

_¿Y según tú, qué estoy haciendo? ¿Y qué hacías husmeando en mi puerta? ¿Acaso pretendías forzar la cerradura? -respondió Lilith irascible.

_Claro que no, Lilith ¿Cómo se te ocurre pensar eso?

La chica suspiró frustrada.

_¿Qué quieres? ¿Por qué no me dejas ir? Si intentas hacer algo raro, déjame decir que estoy armada y no temo defenderme.

_¿E-Es por eso que te preparaste esta comida? ¿P-Para evitar que alguien la envenene? -expresó Neo asombrado- pensé que simplemente no querías comer junto al resto para estar sola y ya.

_Voy a gritar si no te alejas -le lanzó con un tono de amenaza.

_Lilith, cálmate. No pretendo hacerte nada. Sólo quería hablar contigo.

_¡No tengo nada qué hablar contigo!

_Lilith, ¡te estás comportando como una niña! ¡Peor que Sol! En serio que necesito comentarte algo sobre...

Neo alzó las manos y se tapó la boca de repente. Se dio cuenta de que no podía seguir hablando en voz alta. No había logrado tomar su lápiz del cuarto y aún así no estaba seguro de si había cámaras en ese pasillo como para sacar su libreta.

_¿Ahora qué? ¿Pretendes crear misterio tapándote la boca para hacerte el interesante?

Neo sabía que no podía seguir hablando. Trató de pensar en algún mentira, cualquier cosa que pudiera funcionar. Vio por el rabillo del ojo que Esmeralda se disponía a entrar a su cuarto junto a Olivia y se le ocurrió una idea.

_Lo siento, Lilith -susurró- sé qué esto no te va a gustar pero lo que te tengo que decir es vital.

Dirigió la mirada hacia las chicas y les hizo seña para que le prestaran atención.

_¡Olivia! ¡Esmeralda!

Las dos mujercitas se sorprendieron por el llamado de Neo y se acercaron, aunque Esmeralda se echó para atrás involuntariamente cuando vio a Lilith. Sin embargo, se acercó dudosa a la puerta de emergencia.

_H-hola, Neo... ¿Lilith? -le tembló la voz.

_¿Sucede algo, Neo? -preguntó Olivia con dulzura.

_Sí, vaya. Es sólo que le estaba comentando a Lilith que estamos creando grupos de limpieza para ayudarnos entre nosotros con las labores en la cocina y esas cosas. Entonces ella me dijo que quiere colaborar también.

_¡¿Qué?! -preguntó alterada Lilith.

_¿En serio? -inquirió Olivia incrédula al ver la reacción de su compañera que se había puesto pálida como un fantasma.

_¡Yo jamás...! -comenzó a bufar Lilith.

_¡Vamos Lilith! -insistió Neo- todos estamos poniendo de nuestra parte para mantener la buena convivencia -ni él se creyó a sí mismo diciendo eso- ¿no están ustedes de acuerdo de que ella también debería ayudar?

_B-bueno, S-si ella no desea no podemos obligarla -soltó Esmeralda con una risita nerviosa.

_Bueno, yo no tengo problema en suplirla con esa tarea...

-O sea, que no me necesitan para nada -dijo Lilith con apuro y tratando de hacerse camino hacia su cuarto.

Neo le hizo seña con los labios a Olivia que lo ayudara y la chica asintió. Le puso la mano en el hombro a Lilith.

_...Pero creo que Neo tiene razón -dijo en un tono severo- es importante que empieces a colaborar porque no estás sola en este lugar.

_¡¿Qué?! ¡Yo ni siquiera estoy comiendo en el restaurante!

_¡Si Olivia dice que tienes que lavar los platos como lo está haciendo el resto, es porque lo tienes que hacer y punto! -dijo Esmeralda con repentina valentía pero luego se le desinfló el pecho y se puso detrás de Olivia.

_Empiezas esta noche. Te veo a las 7:15 p.m. en la cocina.

Y con eso, las dos muchachas se alejaron e ingresaron en el cuarto de Esmeralda.

_¿Por qué haces esto? -Le encaró la chica INTJ.

_Lo lamento -susurró- te veo en la cocina esta noche.

Neo cruzaba los dedos para que su plan funcionase. ¿Haría Lilith caso a las palabras de Olivia? Deseó desde lo más profundo que la chica no faltara esa noche a la cena. Se cambió de ropa y salió de su cuarto con unos shorts de playa con palmeras, sandalias verdes y su traje de baño bajo los shorts. Entró al gimnasio y observó a Tyrone sudando en la máquina de cardio. Se dirigió a la piscina y notó las caras bravas de sus compañeros nada más al verle.

_Ven aquí -le dijo Sky haciéndole la seña con el dedo.

Neo se quedó de piedra. La cosa no pintaba nada bien.

_¿No te dijimos que no le dijeras nada a Lilith? -susurró Germán aunque se podía notar la molestia en su voz.

Los chicos le hicieron saber que habían logrado escuchar la conversación que él había tenido con Lilith desde uno de los ductos de ventilación que conectaban la piscina con el pasillo entre esta y los cuartos. Blonde estaba furibundo, Sky decepcionada y el otro par de muchachos recelosos. A Neo le pareció que todos estaban exagerando un poco más de la cuenta, pero prefirió disculparse y dejar el tema zanjado. A pesar de ello, Blonde continuó reclamándole unos cuántos minutos más hasta que por fin decidieron entrar en materia. Guiándose por el mapa, todos estuvieron de acuerdo en que por medio del restaurante el señor Cornamenta debía ingresar a las instalaciones para proporcionar la comida. Hasta ese momento, Neo no se había preguntado quién había estado cocinando para ellos y se dio cuenta de que no había podido ser el anfitrión porque Olivia y Esmeralda se habían encontrado con los platos sucios de la noche anterior. La respuesta la tenía Julio, quien explicó por medio de notas y con una caligrafía estilizada que las dos chicas se habían encargado del desayuno completamente solas; mientras que en el almuerzo, además de ellas, se habían unido él y Arturo. Todos concluyeron que el momento más idóneo para volver a surtir la nevera y despensas era justo en el horario nocturno. Era imposible ingresar al restaurante en esas horas pues estaba fuera de los límites, e iba en contra de las reglas. Lo que no iba en contra de nada y podía ser seguro era tratar de entrar a la cocina en ese espacio de tiempo, cosa que había comentado Neo en voz queda, pero que rápidamente descartó Julio, pues la puerta seguía trabada.

_Debería existir una forma de abrirla -susurró Sky.

_<> -escribió Blonde en su libreta con una letra poco reconocible.

Neo se dio cuenta de que a Blonde le costaba escribir y supuso que debía ser diestro, pero que se veía obligado a usar el lápiz con la izquierda porque su mano derecha estaba lastimada y vendada.

_<<¡¡¡VIOLACIÓN A LAS NORMAS!!!>> -afincó Julio en el papel de tal forma que Neo pensó que podría haber roto la hoja.

_ya lo sé, hombre -susurró Blonde.

A Neo se le ocurrió que quizás la puerta les podría servir para vigilar cada cuánto y más o menos a qué hora solía entrar el señor Cornamenta a la cocina para restituir la comida en las despensas, pero Julio advirtió que eso podría no ser muy buena idea pues sería raro para el anfitrión que alguien se quedase toda la noche junto a esa puerta mirando la ventanilla. Por otro lado, Julio insistió en que hasta que no se pudiese destrabar, poco o nada les servía saber cada cuánto aparecía el cabeza de ciervo dentro de la cocina. Sin embargo, Blonde aseguró que tenía una forma convincente para justificar tanto el destrabo de la puerta como la vigilia, pero en el momento en el que Julio empezó a reclamarle por querer ponerse él en peligro de manera innecesaria, Blonde simplemente le escribió <>. Julio seguía sin estar de acuerdo, pero entonces Sky le hizo ver que Blonde ya era un hombre adulto, y si él se ponía en riesgo, entonces era algo que corría por su cuenta.

_<> -intervino Germán.

Hasta ese momento todos se habían enfocado únicamente en la salida del restaurante debido a que la cocina era un punto ciego para el señor Cornamenta. El pasillo de empleados no parecía tener mucha utilidad para ellos porque presumían que debían haber cámaras en todas las salas de esa área. Entonces Germán explicó que quizás podría funcionar una técnica parecida a la de los lápices, pues de todas formas, el cabeza de ciervo había aprovechado que la mayoría estaba en el restaurante para colarse en las habitaciones de los demás y dejarlos encima de las mesitas de noche. <> indicó Germán usando el folleto de Neo. Todos admitieron que no era una idea tan descabellada, pero que iban a necesitar una muy buena excusa para obligar al anfitrión a ingresar de nuevo, y además, bloquear ambas entradas para que no pudiese salir después. En cierto modo, ya se encontraban un poco agotados de tanto pensar en soluciones, así que decidieron tomarse un descanso y disfrutar del agua.

Sky y Blonde comenzaron una competencia para dictaminar quién nadaba más rápido, mientras que Julio y Germán se quedaron hablando sentados en los bordes de la piscina, dejando los pies en el agua. Neo pensó que era bueno relajarse un poco, pues no lo había hecho desde que había despertado en esa habitación blanca. Se preguntó cómo iba a abordar a Lilith en la cocina, pero por primera vez se obligó a dejar de sobrepensar las cosas y se lanzó a la piscina haciendo un cañón de agua que salpicó en todas partes.