✨ EL DESEO POR RYLER Y LOS LOBOS ALFA ✨
"Cuando el deseo traspasa las barreras de la predestinación, no hay escapatoria. Aunque intentes resistirte, aunque el destino te obligue a huir, terminas cayendo... en sus brazos, en su poder, en su amor o en su condena."
"Soy Ryler Vaspieris, y así fue como conocí a los lobos Alfa.
Draven, Josh y Cauis... mis tesoros o mis verdugos."
🔥 Un amor prohibido, tres almas marcadas y un destino imposible de evitar.
🐺 ¿Hasta dónde llegarías por un deseo que lo consume todo?
➡️ ¿Te atreves a entrar en su mundo?
NovelToon tiene autorización de LUZ A FEDER para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cap 12. Diferente.
La Confrontación
Pov Ryler.
El aire nocturno roza mi piel, frío y tenso, pero no más que la tormenta que llevo dentro.
Hace más de un mes que esto comenzó. “Draven y yo”. O lo que sea que somos.
No sé cómo llamarlo. Cada noche toca a mi puerta, el resultado es el mismo: se mete en mi cama y yo en su piel.
Nos amamos... o eso quiero creer. Pero cuando todo termina, huye como un cobarde, dejando tras de sí un vacío que no logro llenar.
Durante el día apenas cruzamos palabras. Siempre hay excusas, conversaciones con terceros que nos mantienen a distancia. ¿Qué somos? ¿Amigos? ¿Amantes? ¿Un simple juego de cuerpos? No lo sé, y cada vez que pienso en reclamarle, exigirle respuestas, su presencia me desarma.
Su toque borra mi resolución. Mi poca voluntad se derrumba al primer roce de sus labios y otra vez caigo, otra vez lo dejo entrar.
Esto tiene que cambiar. Hoy será diferente. Estoy harta de esta incertidumbre que me consume.
Me levanto de la cama, la bata de seda apenas cubriéndome, y camino decidida hacia su habitación.
Nunca he estado ahí; él nunca me ha invitado. Tengo entendido que fue el lecho de su primera esposa.
Cada paso resuena en el pasillo silencioso, un eco de mi propia determinación tambaleante. No sé qué haré cuando lo vea, pero no puedo seguir así. Necesito respuestas.
Golpeo la puerta con firmeza, mi corazón late con fuerza contra mis costillas. No espero mucho cuando la puerta se abre.
—¡Draven! —Ahí está, su torso desnudo bañado por la luz tenue del corredor.
Sus ojos oscuros se fijan en mí, primero con sorpresa, luego con algo más peligroso.
Espero que me deje entrar, que hagamos el amor como siempre, y luego por fin hablemos.
Pero no.
Antes de que pueda articular una palabra, su mano atrapa mi brazo con fuerza. El calor de su piel contrasta con la frialdad de su expresión.
Me arrastra sin decir nada, sus pasos pesados resonando en el suelo de madera. Cruzamos el umbral de la habitación que él ha mantenido cerrada todo este tiempo y me guía de vuelta a mi cuarto.
Esa habitación... la que alguna vez perteneció a su compañera.
Mis pensamientos se arremolinan cuando me empuja suavemente pero con firmeza dentro de mi habitación.
Su mirada es dura, sin rastro de la pasión que suele encendernos.
—Escúchame bien, Ryler —su voz es baja, cortante como una daga—. Tú nunca serás la dueña de esa habitación. Eso es sagrado. Fue de Lyra, y ahora será para mi verdadera compañera.
Las palabras caen como piedras, aplastando cualquier esperanza que hubiera albergado. Mis labios tiemblan, pero no por frío, sino por la rabia y la humillación que luchan por salir.
—¿Y qué soy yo, entonces? —mi voz se quiebra, aunque intento mantener la compostura.
Draven no responde de inmediato. La tensión entre nosotros es palpable, su mandíbula apretada mientras su pecho sube y baja con fuerza.
—No mereces estar ahí —dice finalmente, su tono firme, pero menos cruel—. Esto no es amor, Ryler. Es solo un error que ambos seguimos cometiendo.
Niego con la cabeza, pero me derrumbo totalmente cuando escucho de sus labios esas palabras.
—Tú solo eres una niña resbalosa que se enreda en mi cama. ¡Eso es todo!
Mi corazón duele como si lo hubieran atravesado con un cuchillo. Estoy enamorada de este hombre. De mi Alfa. Pero para él, parece que no soy nada más que una distracción, un error pasajero.
Las lágrimas amenazan con salir, pero me niego a mostrarlas. Lo miro a los ojos una última vez, buscando algo, cualquier indicio de que lo que hemos compartido no ha sido solo un error, que no he sido su distracción... pero no encuentro nada.
—Entendido, Alfa Supremo —digo con una dureza que no siento, antes de girarme y salir de la habitación.
Camino hacia el patio mientras mi cuerpo tiembla. Las ganas de trasbocar me inundan, imposibles de contener. Apenas llego cuando termino vaciando mi estómago.
Me limpio como puedo y, sin importarme la ligera ropa que llevo puesta, camino hacia el bosque. Los guardias me ven pasar, pero nadie me detiene.
Camino, lloro. Soy una estúpida. Siempre lo he sido. No sé ni por qué lloro si ya sabía su respuesta...
"Una niña resbalosa que se enreda en su cama."
El pensamiento vuelve a inundarme, provocando nuevas arcadas.
Llego a un hermoso claro después de mucho caminar. Me recuesto en unas piedras y, agotada, termino durmiéndome.
Cuando despierto, la mañana me recibe con arcadas horribles nuevamente. No sé qué me pasa, pero no me siento bien.
Camino de regreso a la mansión del ahora Alfa Supremo. No me hallo tranquila y, aunque no lo deseo, termino entrando en esa maldita habitación donde tantas noches le he entregado mi cuerpo y mi corazón.
Me recuesto y, sin querer, caigo dormida...
⋆⋆⋆⋆
Han pasado quince días. Quince días sin verlo. Según Ezra, Draven salió de viaje por motivos familiares, pero no he logrado averiguar nada más.
Lo peor es que ya no tengo acceso a mi herencia; el Alfa Supremo bloqueó mis tarjetas. Solo me queda algo de dinero en una cuenta privada en el mundo humano y una caja con ahorros y joyas en casa de la señora Ágata, la vieja amargada y dormilona.
Estoy en el colegio y Emma me encara con preocupación.
—Ryl, ¿es en serio? ¿Quién es tu enamorado secreto? Esos mareos tuyos y las arcadas son síntomas de otra cosa. —Emma ha estado ayudándome con mis vómitos repentinos.
—Ya te lo dije, Emm, no lo conoces. —Le insisto, pero ella sigue firme.
—Es extraño, Ryl. Sabes que los hombres lobo solo engendran con sus compañeras. Del resto, somos estériles...
Niego, no quiero aceptar la posibilidad. —No. No lo estoy. Es idea tuya. Tal vez algo me cayó mal.
—¿Y tu periodo también se perdió por casualidad? —sus ojos se suavizan cuando ve los míos llenarse de lágrimas. Me abraza fuerte.
—Tranquila, Ryl. Tal vez si le dices a tu amorcito se pondrá feliz. Siempre lo hacen, ¿no?
Su consuelo me da un pequeño rayo de esperanza. ¿Será que si le digo a Draven que estoy cargando a su hijo me aceptará?
Emma me guía a una farmacia. Compramos tres pruebas caseras. En el baño del instituto, me hago las pruebas... y efectivamente estoy embarazada de Draven Thornfire.
Cuando llega la noche, hay una cena en casa. Draven está presente; llegó está tarde.
Me visto con un hermoso vestido blanco, largo y ceñido, que me hace ver espectacular.
Camino al comedor donde los lobos y líderes ocupan la mesa, algunos solos, otros con sus compañeras.
—Buenas noches —saludo. Ezra me sonríe, pero la mirada de Draven es indescifrable y fría.
Robando miradas y sonrisas, avanzo con paso firme. Quizá, solo quizá, su mirada de ira o celos me dé una respuesta diferente esta vez.
...⋆⋆⋆✾ ⋆✪⋆ ✾ ⋆⋆⋆...
a la fuerzas