Anabel es una joven hermosa y feliz , llena de esperanzas y sueños que se verán truncados , al verse obligada a contraer matrimonio con un desconocido.
Sumérgete en la maravillosa historia de Anabel , vive con ella sus alegrías y desdichas ...
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Boda en la ciudad.
Marlo - Estás lista querida, serás nombrada la novia más bella del año, te lo digo yo.
Anabel se miró al espejo y no le gustó nada su imagen, esa no era ella, lo que vio fue una chica disfrazada de algo que no es. Pero su suegra estaba conforme y ella no tenía ni voz ni voto, además de que no quería hacerle el feo, ya que se estaba esforzando mucho y poniéndole empeño para que fuera una boda perfecta.
Marlo - Antes de que te vayas querida, quiero hacerte una pregunta, me muero si no lo hago ¿Cómo se llama tu perfume, de que marca es?
Anabel - Es solo una esencia que hago yo misma.
Marlo - Pues corre a patentarla, porque te digo yo que te harás rica. Que injusta es la vida, no solo eres bella si no también talentosa.
María - Mi nuera no necesita hacerse rica, mi hijo ya lo es.
Marlo - No mi cielo, perdona que discrepe, los mejores diseñadores y artistas no crean sus obras maestras por falta de dinero, sino por compartir con el mundo su talento.
María lo ignoró y llevo a Anabel a una salita donde se quedaría sentada hasta que lleguen todos los invitados. Fran la esperaba allí -¡Woow estás muy diferente!
Anabel - Lo sé ¿Pero a ti te gusta?
Fran - Si, tú siempre estás bella¿A ti no te gusta tu nuevo vestido y el trabajo que han hecho los profesionales?
Anabel - No es eso , es solo que siento que no soy yo . Pero si a ti te gusta a mí también.
La verdad es que a Fran le gustaba más como la vio esta mañana en la cabaña, esa será la imagen que él guarde para siempre en su recuerdo del día de su boda.
Llegó el momento de salir al salón de bodas, todo era muy elegante y lujoso, Anabel estaba muy nerviosa, pero Fran estuvo muy atento - Tranquila mi amor yo estoy contigo, tú solo respira y disfruta. Piensa que es nuestro gran día y todo esto es en nuestro honor.
Caminaron por un pasillo decorado con Rosas y tul hasta llegar al altar. Allí intercambiaron los anillos e hicieron todo lo que María les dijo.
Después fueron mesa por mesa, saludando a los invitados. Fran presentaba orgulloso a su esposa. Todos se deshacían en halagos hacia ella. Fran al principio estaba contento, pero después comenzó a sentirse algo incómodo. Al lado de Anabel era como si él no existiera, se supone que son sus amigos y conocidos y ella una extraña a la que acaban de conocer, no tenían que rendirle tantas atenciones, ni que fuera miss universo o una premio nobel, solo era una mujer hermosa, tampoco es para tanto.
Llegó el momento del baile nupcial, otro momento incómodo para Anabel, ella nunca había bailado, no tenía ni idea. De nuevo Fran le infundió calma y le fue enseñando. A todo el mundo le pareció una pareja adorable, los dos reían felices, aunque no daban ni una y Anabel ya le había destrozado los pies a su esposo.
Su madre y su hermana también esperaban el turno para bailar con él. Anabel los miraba feliz, un hombre que es cariñoso con su madre y su hermana también lo será con su esposa. Sin duda su suegra lo había criado bien.
Los novios ya no podían más, así que se retiraron a la suite nupcial donde pasarían su noche de bodas. Ambos estaban hambrientos, aunque les sirvieron la cena, ella evitó comer porque no sabía cómo usar todos esos cubiertos y no quería poner en evidencia a su marido y a su suegra y cuñada, que ya le habían dejado claro que no se sentían orgullosos de que sea una campesina, él tampoco comió dijo que ya habían picado algo juntos. Pero de vez en cuando le daba algún bocado en la boca que Anabel recibía encantada.
Fran pidió comida abundante, quería que su esposa pruebe de todo. Ambos comieron con ansias, sin ni siquiera cambiarse de ropa. Allí había cosas que Anabel jamás había comido en su vida y estaba descubriendo por primera vez. Fran era el hombre más atento del mundo y ella se sentía en las nubes junto a él.
Cuando terminaron de cenar, la ayudó a desabrochar el vestido y notó que ella temblaba con el roce de sus dedos, estaba muy nerviosa por lo que vendría después. Él la giro para poder mirarla a la cara - Tranquila amor, sé que estás agotada y hoy has tenido demasiadas emociones. Te ayudaré a quitarte este incómodo vestido y a liberar tu cabello de todas esas cosas que te han puesto, luego nos daremos un baño - Ella ya se estaba relajando, pero al mencionar el baño, abrió los ojos en grande con cara de susto- Por separado, a no ser que tú - Ella negó con la cabeza y él soltó una carcajada - Es broma, dúchate tú primero y luego me ducho yo.
Anabel - Pero no tengo ropa.
Fran - Busca en esa maleta, mi madre ha pensado en todo.
Anabel abrió la maleta y rebuscó algo cómodo, pero solo encontró camisones minúsculos y ropa de salir. No le quedó más remedio que coger uno de ellos.
Al salir del baño, Fran casi se muere - Sé que te he dicho que hoy no haremos nada, pero cielos me lo pones muy difícil, no sé si podré resistirme.
Anabel - Lo ... Lo siento, no había nada más tapado.
Fran - No te preocupes, mi amor.
Fran se metió a la ducha y abrió el grifo de agua fría, ya se las pagaría esa campesina tan tremendamente sexi.
Anabel se quedó dormida antes de que él saliera del baño . Al principio pensó que fingía , pero estaba en el séptimo sueño.