Renací En La Sirvienta Del Emperador

En la mañana siguiente, entre el ámbar del sol naciente, dos cuerpos se encontraba unido en un abrazo bajo las sábanas. Los pájaros posarse sobre la ventana abierta, dan su canto avisando que ya era de día. Solamente la conciencia de Midori estaba despierta, con los ojos cerrados se encontraba cuando piensa.

Humn... ¿Que?... Siento que algo no me deja levantarme y su respiración muy cerca de mí. Movía mi mano y sentía unos abdominales perfectos, bajaba mi mano inconscientemente y la quité de inmediato al sentir algo fuera de lo común.

De una abrí los ojos y veía a Isao en todo mi frente, pues me estaba abrazando con su brazo en mi cintura, miré bajo las sábanas y ambos estamos completamente desnudos. Como Isao tenía los ojos cerrados, pensé que estaría aún dormido, pero me toma desprevenida al decir lo siguiente...

— ¿No quedaste satisfecha con lo de anoche que de nuevo buscas de mí?

¿Anoche?... Ahora lo recuerdo todo, yo me entregué a Isao. Por la resaca del té sexual no me acordaba al despertar.

Midori saca una pequeña sonrisa, se pega más al pecho de él y lo abraza, pues eso momento son lo mejores que jamás había vivido, por supuesto que la promesa la recuerda. Isao le corresponde el abrazo. La joven se sentía cómoda, pero tenía que preparar el desayuno, así que le pregunta al emperador...

— ¿Que hora es?

— son más del mediodía...

— ¡¿QUE?!— Midori se sienta de golpe—... ¡¿Como fue que dormí tanto?!

— ah, no lo sé... Quizá porque lo hicimos más de 4 veces...— respondió Isao con ironía, éste no despegaba su mirada de Midori y la recorre entre su cuerpo desnudo...— ¿Quieres hacerlo otra vez?

— ¡¿Me quieres matar?!

— solo pregunto...— Isao se sienta cerca de ella, y la abraza—... ¿Por qué tanto alboroto?... ¿Hum?... Tómate este día libre, ¿Acaso no tienes ayudante en la cocina?

Ah, esos ayudantes. No sé si ahorcarlos o... Bueno, al final, no me siento molesta por ellos, lo que si quiero es una buena explicación sobre sus acciones. Isao me sigue hablando al oído.

— yo también haré lo mismo. Salgamos solo nosotros al imperio.

— ¿Al imperio?... De acuerdo, si mi señor lo sugiere.

Ambos se levanta y decididos con darse un baño juntos. Luego de haberse arreglado, Midori hace una pequeña parada en la cocina Isao sigue de largo y la esperara en la entrada.

Los compañeros de Midori picaban las verduras y dándole la espalda a la entrada, sin imaginarse lo siguiente, pues hablaban sin compromiso...

— ¿Como le habrá ido a la jefa?

— no sé. Pregúntale a ver...

— ni loco, nos matará al saber que Yue le dió afrodisíaco en él té. Fue su idea.

— y nosotros su cómplice al guardar el secreto... Bueno, solo esperamos que la jefa jamás se enteré...

— con qué así fue la vaina ¿Eh?...

Siendo dos hombres, gritaron como niñas al escuchar la voz de Midori a sus espaldas.— AAAAh!...

— ¿Donde esta Yue?— preguntó Midori.

— n-no lo sabemos...— se arrodillan y pegan la cabeza al suelo— ¡Jefa, no nos mates, solo queríamos ayudarla en su relación con el emperador!

— es cierto, pero Yue fue de la idea. Si nos mata a él igual...

Llega otra compañera y responde la pregunta.

— si no me equivoco, Yue debe de estar visitando a su esposa, ya que esta enferma y cayó en cama, él me lo dijo.

— ¿Eh?... ¿Esposa?

— si, muy poco la ve. Antes el antiguo cocinero no le permitía que él la visitará, y te iba a pedir permiso para hacerlo, pero al parecer le llegó una carta donde le informaba lo sucedido y salió de imprevisto... No vendrá si no hasta la noche.

Midori suspira pues se apena por la noticia, tal vez dejara pasar lo del afrodisíaco...

— chicos, levántese por favor, no lo mataré... Pero cuando llegue Yue, quisiera hablar con él... Yo saldré un momento.

— como usted ordene, jefa...— digieron los chicos aún postrado en el suelo, pues le tenían miedo de Midori.

Ella solo sonríe ligeramente y se despide. La joven mientras caminaba, no podía evitar sentirse un poco mal por Yue, pues si tenía tiempo sin ver a su esposa, y al encontrarse con esa noticia de que está enferma, debió ser algo muy duro, sin embargo, cuando él regresé, ella lo ayudará, ya que el es un chico de buen corazón y que la ha ayudado mucho de distintas formas

Su baja mirada la sube al ver a Isao en toda la entrada del palacio. Ligeramente sube su rostro y sonríe despacio.