En la época medieval todo es complejo y los matrimonios forzados siempre son la cereza del pastel ¿será nuestro príncipe capaz de afrontar su amor o dejarlo ir y sufrir en un matrimonio forzado?
NovelToon tiene autorización de Roberto Carlos López Escalona para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
La Búsqueda
El caos en el vestíbulo del palacio se desvaneció lentamente, pero la inquietud permanecía en el aire. Aric y Kael se encontraban en un rincón, observando cómo los guardias intentaban reanimar al noble caído. La tensión palpable era un recordatorio constante de que su llegada a Aetheria no sería fácil. Mientras Aric se preocupaba por las repercusiones de este incidente, Kael sentía que su corazón latía con fuerza, no solo por el miedo, sino también por la incertidumbre de su futuro en el reino.
—¿Crees que esto es una señal? —preguntó Kael, sus ojos oscuros llenos de inquietud mientras miraba a Aric.
Aric frunció el ceño, sintiendo cómo el peso de la responsabilidad comenzaba a aplastarlo nuevamente. —No lo sé. Pero no podemos permitir que esto nos detenga. Debemos encontrar una manera de estar juntos, sin importar lo que pase.
Kael asintió, pero su mirada se desvió hacia el suelo, donde un libro desgastado y polvoriento había caído de la mesa cercana durante el tumulto. Se agachó para recogerlo, sintiendo una extraña atracción hacia él. El título, apenas visible entre las páginas desgastadas, decía: "Amor Prohibido: Historias de Corazones Valientes".
—Mira esto —dijo Kael, mostrando el libro a Aric.
Aric tomó el libro entre sus manos, sintiendo cómo una chispa de curiosidad encendía su mente. —¿Qué es?
—No lo sé, pero parece interesante —respondió Kael, hojeando las páginas con cuidado.
A medida que leían, las historias de amor prohibido entre príncipes y plebeyas, guerreros y hechiceras, comenzaron a cobrar vida ante sus ojos. Cada relato estaba impregnado de emociones intensas: la lucha por el amor, los sacrificios realizados y los peligros que enfrentaban aquellos que se atrevieron a desafiar las normas establecidas.
—Es hermoso —murmuró Kael, sus ojos brillando con admiración—. Pero también doloroso. ¿Cuántas personas han tenido que sufrir por amar a alguien que no podían tener?
Aric sintió un nudo formarse en su garganta. Era un reflejo de su propia situación. —Es un recordatorio de lo que estamos dispuestos a arriesgar. Pero también muestra que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo.
Kael cerró el libro y lo miró fijamente a los ojos. —¿Crees que nuestra historia será así? ¿Lucharemos contra todo para estar juntos?
Aric sintió cómo su corazón se aceleraba al pensar en ello. —No tengo dudas de que lo haremos. Pero debemos ser inteligentes al respecto. No podemos permitir que nadie nos separe.
Mientras discutían sobre las historias del libro, Liora se acercó a ellos con una expresión grave en su rostro.
—¿Qué están haciendo? —preguntó, mirando el libro en manos de Kael.
—Encontramos esto —respondió Aric—. Habla sobre amores prohibidos y las luchas que enfrentan aquellos que aman sin restricciones.
Liora frunció el ceño al escuchar las palabras "amor prohibido". —Eso puede ser peligroso. Deben tener cuidado con lo que leen; algunas historias pueden inspirar decisiones imprudentes.
Kael sintió un escalofrío recorrer su espalda ante la advertencia de Liora. —No pretendemos hacer nada imprudente; solo estábamos buscando respuestas.
—Las respuestas no siempre son lo que parecen —dijo Liora con seriedad—. A veces, es mejor permanecer en la sombra y evitar llamar la atención.
Aric se sintió frustrado por la falta de comprensión de su hermana. —No podemos vivir así, Liora. No podemos escondernos para siempre.
Liora suspiró, mirando a Kael con una mezcla de preocupación y curiosidad. —Solo quiero protegerte a ambos. El mundo en el que vivimos no es amable con aquellos que desafían las normas.
Kael se sintió abrumado por la presión y la tensión en el aire. ¿Acaso su amor era realmente tan peligroso? Sin embargo, algo dentro de él anhelaba la libertad de amar sin restricciones.
—¿Y si encontramos una manera de hacer que nuestra historia sea diferente? —preguntó Kael, buscando el apoyo de Aric.
Aric asintió lentamente, sintiendo cómo la determinación comenzaba a tomar forma en su interior. —Podemos buscar formas de demostrar que nuestro amor es verdadero, que vale la pena luchar por él.
Liora los miró con preocupación, pero antes de que pudiera decir algo más, un grito resonó desde el interior del palacio. Todos giraron la cabeza hacia la fuente del sonido, sus corazones latiendo al unísono con la adrenalina del momento.
—¡Vamos! —exclamó Aric, tomando la mano de Kael mientras corrían hacia la sala principal.
Al llegar allí, encontraron a varios nobles reunidos alrededor del cuerpo del noble caído. La atmósfera era tensa y llena de murmullos inquietos. Aric sintió cómo su estómago se retorcía al ver la escena; había algo extraño en todo esto.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Liora a uno de los guardias presentes.
El guardia, visiblemente preocupado, respondió: —Parece que fue envenenado. Nadie sabe quién pudo haberlo hecho.
Kael sintió un escalofrío recorrer su espalda; la idea de un asesinato en el palacio era aterradora. La lucha por el poder y las intrigas políticas podían arrastrar a cualquiera al abismo.
Aric miró a su alrededor, notando la creciente tensión entre los nobles presentes. Las miradas se intercambiaban con desconfianza y miedo; todos parecían preguntarse quién sería el próximo objetivo.
—Esto podría cambiarlo todo —murmuró Aric mientras observaba a los nobles murmurar entre ellos.
Liora asintió, su expresión grave. —Si hay alguien dispuesto a cometer un crimen así, no podemos permitirnos ser descuidados. Necesitamos estar alerta.
Kael sintió cómo su corazón se aceleraba; la idea de ser parte de un juego peligroso lo aterrorizaba. Sin embargo, algo dentro de él también ardía con determinación; no podía dejar que el miedo dictara sus acciones.
—Debemos investigar esto —dijo Kael con firmeza—. Si hay alguien detrás de este asesinato, podría ser una amenaza para todos nosotros.
Aric lo miró sorprendido por su valentía. —Tienes razón. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras otros luchan por el poder en nuestra contra.
Liora frunció el ceño ante la idea de involucrarse más en esta situación peligrosa. —Pero eso es arriesgado. Podría ponerlos en peligro aún más.
—Tal vez sea un riesgo que debamos correr —respondió Kael, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a fluir por sus venas—. Si queremos proteger nuestro amor y nuestro futuro, debemos descubrir quién está detrás de esto.
Aric tomó una decisión en ese instante; no podían dejarse llevar por el miedo ni permitir que otros decidieran su destino. —De acuerdo. Vamos a investigar juntos.
Mientras se alejaban del vestíbulo y se adentraban en los oscuros pasillos del palacio, una sensación inquietante comenzó a asentarse sobre ellos como una sombra amenazante. El peligro acechaba desde las sombras, y sabían que cada paso los acercaba más a una verdad aterradora.
Con el libro sobre amores prohibidos aún en sus manos y la determinación ardiendo en sus corazones, Aric y Kael se adentraron en lo desconocido, preparados para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino… sabiendo muy bien que lo que descubrirían podría cambiarlo todo para siempre.
El eco de sus pasos resonaba en los pasillos vacíos, mientras la oscuridad se cernía sobre ellos como un manto pesado; cada esquina podía ocultar secretos inconfesables y peligros inesperados. ¿Qué verdades estaban por descubrir? ¿Y quién estaba dispuesto a arriesgarlo todo para mantenerlas ocultas?
La búsqueda de los tres jóvenes comenzó mientras corrían por los pasillos tratando de ocultar a Kael, aunque querían presentarlo antes los reyes aún no era el momento adecuado, empezaron a buscar sigilosamente algunas pistas que proporcionaran algo sólido sobre aquellas muertes.
—¿Deberíamos empezar a buscar en los aposentos? —exclamó Liora la chica de gran entusiasmo y pasión por las cosas misteriosas.
— Eso es lo más razonable. —la voz de Kael era un poco tenue, no quería llamar demasiado la atención.
Los tres jóvenes empezaron a buscar en la torre donde se quedaban parte de los guardias que fueron asesinados, todo estaba muy normal, no había nada que pareciera extraño.
— Vallamos a la cocina. —la idea de Aric no era tan mala, esto tal vez tenga algo que ver.
Al llegar a la cocina real todo parecía normal hasta que Kael fijó su mirada en una pequeña flor azul, como una campanilla.
—¿Qué vez Kael? —preguntó Liora.
Fue esta flor, es una campanilla de Luna, es una flor muy mortal a pesar de su belleza pero....
—¿Qué pasa? —preguntaron los dos rápidamente.
La cara de Kael se veía pálida. —Esa flor solo crece en las partes traseras del río que corre por mi pueblo ¿cómo pudo llegar hasta aquí?
Aric y Liora se quedaron pasmados, ¿quién podría haber sido?, pero lo que realmente les preocupaba es que podían acusar a las personas de ese pueblo y en especia a Kael. Liora miró a Aric.
—Lo mejor será que lleves de regreso a Kael, aún no es el momento.
Kael miró a Aric y asintió sabía que ella tenía razón. Así con la incertidumbre de ese misterioso suceso Aric llevó a Kael a la orilla del bosque cerca del pueblo de Kael y antes de dejarlo ir lo abrazó.
—Mañana hay una fiesta real, haré todo lo posible para que puedas asistir.
Con un beso en la frente soltó su mano y esperó a que entrara en el pueblo.