Emma tenía 23 años y cursaba su último año de la universidad cuando aquel doctor le dio la noticia de que estaba embarazada.
Separada de Nicolás el padre de su hijo decide cambiar sus planes y quedarse en Seattle para criar a su hijo junto a su familia y amigas.
Cuando el pequeño Oliver nació su vida cambio por completo, luego de miles de sitas a la dirección del colegio y muchas sesiones con psicólogos, terminaron por informarle que su pequeño hijo, era un niño prodigo con un coeficiente intelectual de 180.
Ahora criaba un pequeño genio, lo que ella no sabía era que su pequeño ángel sería el encargado de encontrar al amor de su vida.
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Tú me vas a explicar de una puta vez que mierda es todo esto – abro los ojos, cuando Nicolas se adentra en mi oficina hecho un demonio.
- Discúlpame… - me levanto de mi escritorio – A ti que carajos te pasa.
- No te hagas la mosquita muerta Emma – su mirada es fría y llena de rabia - ¿Qué mierda hace mi hijo con tu jefe? Ahora eres vicepresidenta, ¿Qué paso te acostaste con él y te dieron un ascenso?
Mi mano fue directamente a su mejilla, esté no es el Nicolas que recuerdo, pareciera que ya no queda nada de él, solo veo esta nueva versión desagradable y agresiva que Oliver menciono en la mañana.
- Primero… tú a mí no me faltas el respeto – aprieto los dientes – Segundo, te vas ya mismo de acá… Oliver me dijo que estabas agresivo y no quiere hablar contigo, asique vuelve por donde viniste – estoy a punto de volver a mi escritorio, pero su mano me sujeta con fuerza del brazo.
- No me voy a ningún lado… - su rostro está cerca del mío – Imagina mi sorpresa cuando voy a retirarlo del colegio y me entero que ya no va a ese lugar o cuando veo fotos de él con ese cabrón al que pone como su héroe o peor como si fuera su padre.
- Me estas lastimando… - mis ojos se llenan de lágrimas.
- No te confundas Emma, puede que no quieras estar más conmigo, pero ustedes son míos y volveremos a ser una familia cuando tú te dejes de joder con todas esas mierdas de exclusividad – lo empujo y saco mí brazo.
- ¡¿Volver?! – me río – Estas loco y demasiado agresivo, no me vuelvas a poner una mano encima, si Oliver no quiere hablarte es tú problema por ser como sos, no mío… Ahora lárgate de aquí o llamo a seguridad.
Escupo las palabras con tanto asco y le hago frente, pensé que se retiraría, pero lo que tuve a cambio fue la mano de Nicolas contra mi cara, sentí como mí mejilla comenzaba arder, su mirada está cargada de odio, mientras sus labios formaban una sonrisa socarrona. Mis ojos se llenaron de lágrimas gracias al dolor y el enfado, levante mi mano para golpearlo, pero me empujo contra el escritorio.
- No la vuelvas a tocar – la puerta se abrió dejando ver a Theo furioso – Merly llama a seguridad – la muchacha asintió y salió corriendo.
La mirada de Theo viajo de Nicolas a mí, cuando sus ojos se detuvieron en mi mejilla se abrieron grandes y luego cambiaron, su cuerpo se tensó, su mandíbula estaba contraída. Nicolas lo observo enojado mientras arremangaba su camisa, quería parar lo que se venía, pero mi cuerpo no respondía, estaba asustada y totalmente paralizada.
Nicolas quiso golpear a Theo, pero esté lo esquivo con agilidad y le dio un golpe en la panza, haciendo que el idiota del padre de mi hijo terminara en el piso maldiciéndome e insultando a mi jefe. En ese momento Carlos y Jay, los guardias de la empresa entraron a mi despacho y se quedaron helados con la escena, Carlos observo mi rostro y su mirada se tornó obscura inmediatamente.
- Señorita Wood ¿Está bien? – me pregunto haciendo que Marco y Theo me observaran.
- Le pego… - fue lo único que dijo Jay y procedió a tomar del cuello a Nicolas - ¿Te gusta golpear mujeres?
- Ustedes no tienen por qué meterse en esto, es un problema familiar – responde Nicolas y me mira para que hable.
- Llévenselo – Theo da la orden y ambos lo sacan.
Sigo callada mientras Nicolas me amenaza con quitarme a Oliver y llevárselo con él, Merly está en la puerta observándome y Theo a su lado.
- Emma… - Levanta las manos mientras se acerca – Ven conmigo vamos a mi despacho así te pongo hielo.
- Bu... bueno – tartamudeo un poco, pero tomo su mano y lo acompaño.
Theo le da indicaciones Merly y le indica que traiga hielo, abre la puerta y entramos, la hermosa cuidad de Seattle se hace presente en el gran ventanal juntos a los sillones, el cielo esta totalmente encapotado y las nubes tan grises como los ojos de mi jefe quien me vuelve a hablar para pedirme que me siente en el sillón mientras busca algo en la mini heladera que está cerca de las bebidas. Merly vuelve con una bolsa y sale del lugar.
- ¿Cómo estás? – se sienta en la mesita frente a mí – Es una pregunta tonta, pero pareces estar en shock.
- ¿Dónde aprendiste a pelear? – es lo único que puedo preguntar mientras coloca la bolsa en mi mejilla y me remuevo por el frío.
- Clases de defensa personal, hace algunos años – su perfume invade él ambiente – Me quieres decir que paso.
- Está enojado porque Oliver lo ignora y por las fotos de ustedes dos y las de los tres – despego el rostro de la bolsa – Me trato de puta, piensa que recibí mi ascenso por acostarme contigo y al parecer Oliver no le dijo de su nuevo colegio – vuelve a ponerme la bolsa en la mejilla. – Después dijo que solo iba a estar con él. – sobo mi brazo y Theo lo mira.
- Oli tenía razón, es un idiota – acaricia los pequeños círculos que dejaron sus dedos – Mira lo que te ha hecho Emma… yo debería haberlo matado.
- No… no tienes por qué tener problemas por mí – lo miro - ¿Crees que me lo quite? Digo a Oliver… crees que me lo quiten porque si eso pasa… yo…
- Shh… no llores, yo no dejare que les pase nada – su mano acaricia mi mejilla - Escúchame Emma, nadie te quitara a Oliver, no lo permitiré… además está la grabación de la oficina, tienes que hacer la denuncia y dejar asentado lo que paso.
- Él jamás fue así – limpio mi nariz - ¿Por qué ahora es así?
- No lo sé – me pasa un vaso de agua – Pero debes hacer la denuncia, lo que paso no se puede repetir y él tiene que saberlo.
Asiento con la cabeza, pero no emito ningún comentario, solo me dejo llevar por la tranquilidad que me genera su caricia y sus ojos grises… muerdo mi labio y sus ojos viajan a ellos, su rostro se acerca un poco más al mío y nuestras miradas se vuelven a encontrar, sus ojos parecen pedir permiso para lo que planea hacer, y yo muevo la cabeza de forma afirmativa y sonrío. Los últimos días imagine este momento al menos unas 10 veces, pero nada de eso llego a igual lo que siento en este momento.
Cuando su boca toco la mía fue con tal delicadeza que me embriago, sus labios se movieron con los míos pausadamente produciendo que mi piel se erizara al instante, una de sus manos acaricia mi brazo mientras la otra está en mi cuello, entre abro mis labios y rozo con mi lengua el suyo mientras lo muerdo delicadamente, Theo me toma con más fuerza e introduce su lengua en mi boca. Miles de descargas invaden mi cuerpo mientras nos besamos, sus caricias tienen tanta sutileza que aun sentada siento que me fallan las piernas, un pequeño jadeo sale de mis labios cuando agarra uno de ellos entre sus dientes, luego se separa y apoya su frente en la mía.
- ¡Toc! ¡Toc!
- Adelante – Theo se pone derecho en la mesa y vuelve a colocar la bolsa de hielo en mi mejilla.
- Señor Hamilton, la policía llego.
- Hazlos pasar Merly – abre un poco más la puerta y dos hombres de uniforme azul oscuro entran en del despacho.
- Buenos días, soy el agente Cooper y él, el agente Boss.
- Buenos días Theo Hamilton y la señorita es Emma Wood, gracias por venir tan pronto.
- ¿En qué podemos servirle? – ambos me miran - ¿Quién le hizo eso señorita?
- El padre de mi hijo…
Los siguientes 40 minutos me los paso contando cada mínimo detalle de lo que ocurrió, incluida la cachetada que le di, lo que mi hijo me informo de él y sus amenazas con respecto a quitármelo, ambos anotan todo y dejan la denuncia hecha. Según el oficial Cooper no podrá hacer mucho y menos si manda mensajes amenazando a su hijo solo porque tener buena relación con su padrastro. Estoy esperando que Theo aclare que no es el padrastro, pero no dice nada, al parecer no le molesta que crean que lo es y eso me pone un poco contenta.
Vuelvo a mi oficina para seguir trabajando a pesar que Theo insistió en llevarme a casa, Merly está en la oficina conmigo anotando cada pequeña explicación que le doy sobre los materiales y los programas que utilizamos para hacer el balance semanal. Para mi fortuna entiende rápido cada indicación que le doy, asique no es necesario las repeticiones.
- Veo que no piensas almorzar – Theo está en la puerta observándonos. – Merly tu marido esta afuera.
- Hay lo olvide por completo – parece nerviosa – Emma tal vez tarde un poco más en volver. Perdón te iba a informar esta mañana, pero me olvide con…
- Tranquila Mer, ve y has lo que tengas que hacer y cuando termines vuelves - sonrío y ella sale.
- Parecía nerviosa – mi jefe se acerca al escritorio y coloca una bolsa con comida.
- Creo que está embarazada – deja de abrir el paquete y me mira.
- ¿Por qué dices eso?
- Coloque un aromatizante de ambiente hace un rato y se puso pálida… a los segundos me pidió permiso y salió – coloco las bandejas en el escritorio – Debe ser reciente por eso todavía no nos notifica.
- Vaya… - comenzamos a comer – Eres observadora.
- No lo creo, pero me pasaba lo mismo con Oliver, las náuseas los primeros meses fueron horribles – una carcajada sale de mi boca.
- Bueno esperaremos que nos informe – seguimos comiendo – En un rato voy por Oliver, pero quiero que vengas con nosotros no me parece que te vayas a casa sabiendo que ese va a aparecer por allá.
Me quedo un minuto observándolo en absoluto silencio su expresión es la misma que hace unos momentos, nada en de su semblante cambia, habla con tal naturalidad que parece que hablara con alguien de su familia, sus ojos me observan.
- Ocurre algo – deja los cubiertos.
- No entiendo porque haces todo esto.
- Porque me importan Emma, Oliver y tú son muy importantes para mí.