Última parte de la saga Casualidad o Destino, continuando y culminando con la historia de Carlos y Lizbeth, así como de su descendencia, mostrando las experiencias, que puede vivir una persona sin importar, la edad que se tenga o la época en la que se encuentre.
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SOLUCIONES
La reunión, de Carlos III y su familia, se extiende, por largo tiempo abordando cada punto de manera tranquila, tratando de hallar una solución, a tales predicamentos, pensando en las exigencias de Natalia, las cuales son un
chantaje en todo el sentido de la palabra, hallando una solución a estas, por lo que le mandan un mensaje, para reunirse en el restaurante, al día siguiente.
La hora de la reunión llega, y como es su costumbre, Natalia llega temprano más confiada y soberbia que nunca, además de una sonrisa extremadamente burlona, sentándose como si fuera alguien de la realeza, sin inmutarse por la presencia de las tres cabezas principales.
Natalia:
Bien, aquí estoy, veo que has decidido contarle a tu familia, de nuestro pequeño predicamento, bien se los pondré fácil si no quieren darme dinero, demandaré a Carlos, no solo por pensión alimenticia, sino por abuso sexual y violación, y pasará un buen tiempo en la cárcel, si no quieren que eso pase mi oferta es la siguiente, quiero el 50% de las acciones de Carlos y no volverán a saber de mí ni de mi hijo, a si yo tendré la vida que merezco, él podrá seguir con su noviecita y su patética vida.
Carlos III:
Ja, ja, ja, mi contraoferta, no te doy ni una sola acción, reconozco a mi hijo, me hago cargo de todo el embarazo y cuando nazca inmediatamente, me lo entregas y puedes conservar tu puesto como gerente de sucursal, pero en la más alejada y no puedes decir que tuvimos una relación; ya que obviamente nunca te tome a la fuerza, tú me sedujiste y fue consensuado.
Natalia:
Claro que no aceptaré algo así, o me das lo que pido o te demandaré, es tu palabra contra la mía, y no tienes pruebas de que te seduje y en esta sociedad nos dan prioridad a las mujeres sin importar si decimos la verdad o no, ya que las investigaciones tardan muchísimo.
Aldebaran:
Ya vasta, muchachita ingenua, claro que hay pruebas, desde que te conocí, tuve una mala espina, así que puse cámaras en la oficina y está grabado todo lo que hicieron.
Carolina:
Natalia, nunca imagine que fueras alguien tan chantajista y convenenciera, sedujiste a un chico que apenas cumplió los 18 y no tienen gran experiencia con mujeres, para poder amenazarlo y cumplir tu capricho de vivir una buena vida sin trabajar, pero no creas que aceptaré tan fácil que el niño que llevas en tu vientre es mi nieto,
en cuanto nazca se realizara una prueba de paternidad, y si es mi nieto, se hará lo que ya se te dijo, es mejor para ti y para nosotros, ya que si no lo haces se te puede demandar por difamación y no solo perderás tu empleo sino tu libertad.
Carlos II:
Es mejor, que aceptes, lo que se te ofrece, es una buena oferta, así que o aceptas nuestros términos o renuncias, a tu trabajo y se te demandara, por difamación y si es mi sobrino nieto, jamás lo volverás a ver.
Natalia:
Hash, está bien acepto, en cuanto nazca dejaré que le hagan una prueba de paternidad, no tengo nada que temer, pero eso si no me quedare callada con tu noviecita, nada dentro de la ley me impide decírselo.
Carlos III:
No te preocupes, yo mismo ya se lo dije, obviamente, no fue fácil que me disculpara, pero aceptó porque en verdad me ama, incluso si tú rechazas a mi hijo, ella lo aceptará como suyo.
Natalia:
¿Cómo es posible?, ninguna mujer aria tal cosa después de una infidelidad.
Al decir esto, alguien inesperado sale, de detrás de Natalia, dejándola totalmente pasmada del asombro.
América:
Te equivocas, tengo mucho orgullo propio, pero amo a mi novio, y él me juró con la biblia en la mano que todo lo que me comento sobre su relación, y como lo sedujiste, es hombre y lamentablemente muchos no pueden controlarse, ya que piensan con la cabeza equivocada.
Natalia:
No puedes estar segura siempre de que no lo volverá hacer con otra mujer, puede engañarte las veces que sea y mientras no haya consecuencias nunca lo sabrás.
América:
Puede que tengas razón, pero como mis padres son demasiado tradicionalistas en muchos aspectos, no me permitirán tener a mi hijo fuera de matrimonio, y ambas familias se pusieron de acuerdo para un contrato prenupcial, donde cualquier engaño, no será perdonado y perderá cualquier derecho sobre cualquier hijo que
tengamos, en el futuro y tendrá que seguir manteniéndolos.
Natalia:
Hash, está bien, ustedes ganan, pero gritaré a los cuatro vientos, que este hijo es suyo.
Carlos III:
Hazlo no me importa, ya que digas lo que digas no me afectara para nada.
Natalia, al sentirse derrotada, se marcha acariciando su estómago, con lágrimas en su rostro, ya que sus planes no resultaron, como ella había pensado, y no podría tener la vida que tanto deseaba, y creía merecer con todo su ser, mientras la familia y América seguían regañando a Carlos III, quien no podía refutar ninguna de las afirmaciones y condiciones que le imponían.
La boda se realiza, muy rápidamente, ya que el embarazo de América, es de alto riesgo, y no podían arriesgarse demasiado con una boda lujosa como sus abuelos, siempre lo habían deseado para sus nietos, así que se realiza por civil, con gran velocidad, con una fiesta un poco íntima, sin gran lujo.
Durante la fiesta, Carlos III, encuentra una carta de sus abuelos en su cuarto, la cual estaba sellada con el sello de la familia, lo cual era la característica personal de su abuelo y un beso con el labial favorito de su abuela, lo cual lo
sorprendió.
Carlos III, amado nieto:
Si estás leyendo esto, quiere decir que cometiste un error y embarazaste a tu novia antes de terminar la universidad, no te preocupes, no estamos, enojados ni decepcionados de ti, recuerda que nadie sabe si lo que pasa es casualidad o destino, pero todo pasa por una razón y si ese o esos pequeños, te hacen feliz,
para nosotros es más que suficiente, ya que estamos seguros de que ellos te aran tener un amor infinito.
Atte.:
Carlos y Liz.