ALMA SIN PIEDAD

Entre gritos y lamentos, Bastian tomo aquella bolsa negra, y con delicadeza la bajo del vehículo, saco fuerzas para abrirla, preparándose para ver al amor de su vida inerte, la cremallera fue bajando cuando él vio a Alma toda golpeada, su rostro estaba hinchado su boca goteaba sangre aún, su corazón se contrajo la tomo entre sus brazos, no quería soltarla quería quedarse con ella para siempre, le susurro al oído las palabras que siempre quiso decirle, pero nunca se atrevió por las condiciones en las que se habían conocido, “Alma... mi hermosa Alma, te llevas mi corazón contigo, aquella noche fue inolvidable para mí, estuve esperando por ti durante mucho tiempo, Dios quiso que te conociera, no he dejado de pensar en ti ni un solo momento, aunque no me escuches en estos momentos, quiero que sepas que... te amo, te juro que me encargaré de hacer pagar a aquellos que te hicieron esto, aunque me tomé una vida entera, espero tomarnos de las manos del otro lado, junto con nuestro hijo que no pudo venir a este mundo, pero que lo amo ai como te amo a ti...

Sus sentidas palabras fueron acompañadas de un tierno beso, él se acercó, a sus labios, atesorando lo más valioso de su vida, se quedó inmóvil a sentir bajamente un jadeo, provenía de aquella mujer moribunda, él no espero ningún segundo y la cargo, camino directo al helicóptero.

- Está viva, está viva... Vamos directo al Hospital.

- Si señor. Le respondieron, viajaron hasta la azotea del Hospital Marabella, era de su propiedad y un equipo médico del más alto nivel, los estaba esperando, él no se separó de ella hasta cuando fue ingresada a la sala de cirugía, el hombre estaba impaciente, en la sala de espera caminaba de un lado para otro, lloraba maldecía, de vez en cuando hablaba con Dios, pidiendo que no se la llevará.

Fue un alarga espera, hasta que las luces del quirófano se apagaron, un médico salió, lo miro seriamente, tal vez las noticias no eran las mejores.

- Sr. Grey, fue una cirugía muy complicada, la paciente fue trasladada a la unidad de cuidados intensivos, las próximas 48 horas son decisivas, perdió mucha sangre, fue drogada, aún estamos analizando la sustancia utilizada, podría dejar secuelas si logra despertar, el bebé, no pudimos hacer nada, las heridas le provocaron un aborto espontáneo, lo lamento.

Bastian se quedó allí, un largo silencio se produjo, quería matar con sus propias manos a los malditos, pero cualquier evidencia fue minuciosamente eliminada, no había pistas, solo uno de los matones que había quedado vivo, pero él se encargaría de ese maldito después.

Las 48 horas habían pasado, en la sala de cuidados intensivos, estaba Bastian, con todos los protocolos de bioseguridad, Alma se había estabilizado pero, no daba señales de despertar, estaba en coma, los médicos, no se atrevían a desconectarla, Bastian dió orden de esperar todo el tiempo posible, si tenía que esperar un na década lo haría, el estaba seguro, no perdía la esperanza de que ella despertara, en ese proceso habían pasado 4 meses, el estaba atendiendo una reunión, con unos socios, casino recibió la llamada del hospital, Alma había despertado.

En el hospital el grupo médico, relanzaron varios exámenes, para verificar su estado actual, ella no hablaba solo los miraba con miedo, la enfermera que la había cuidado durante todo este tiempo se le acercó.

- Sra.Grey, que bueno que este fin nosotros, su esposo llegará pronto.

- ¿Esposo? Pregunto la paciente en su estado de desconcierto, ella no recordaba nada, ni siquiera su nombre.

- El Sr. Bastian Grey, él la ama tanto, siempre está esperando su regreso, es algo hermoso tener a alguien así a su lado, pero no sé agüite, tómelo con calma.

Alma miró su mano, tenía un anillo de bodas Pero eso no le decía nada, no sentía nada.

- Sra. Recuerda algo, ¿su nombre, edad, dónde vive?

- ¿Cómo me llamo, no lo sé? Que paso, dónde estoy. Ya estaba alterada y su respiración agitada se quitó las agujas que la tenían conectadas a los aparatos.

En ese instante apareció Bastian, la tomo entre sus brazos, sonrío la alegría más grande al verla despierta, pensó que tal vez no lo lograría, pero él estamos en el que estaba como un cachorrito asustado, le dolía, intento decirle unas palabras acariciando su cabello.

- Alma, estoy aquí, nadie te hará daño, te lo prometo, escúchame... Después de unos minutos ella entre sus brazos se relajó, su cálido cuerpo y sus suaves caricias, la llenaban de paz.

Ella lo miro a los ojos, esos ojos ella estaba segura de que lo había visto antes, durante el tiempo que permaneció en como sus sueños se repetían, veía a este hombre sonriéndole, con amor y fervor, luego alguien le disparaba y ella moría, era algo que la atormentaba.

- Tú... Ella hizo una pausa...- ¿Tú eres mi esposo? Ella acarició sus mejillas, peino una de sus cejas y luego la otra, seguía hipnotizada con los ojos del hombre, aún estaban tirados en el piso, todos los miraban, ellos eran una pareja perfecta, ella no recordaba nada, pero sus ojos se iluminaron al verlo, Bastian la cargo entre sus brazos, como un tesoro invaluable, la acostó en la cama, le hizo una señal al personal médico para que saliera, quería privacidad, y que ella no se alteraba.

- ¿Recuerdas algo?

- Solo recuerdo tus ojos, tu sonrisa... ¿Estamos casados?, no recuerdo nada

Bastian, no quería mentirle, pero en el estado en el que ella se encontraba no quería lastimarla, decidió seguirle el juego hasta que esté estable y pudiera decirle la verdad de lo sucedido.

- Soy tu esposo... Eres la mujer a la que amo, mi nombre es Bastian Grey.

- Mi esposo... Debo ser la mujer más feliz del mundo al tenerte, eres el hombre más guapo del mundo, y dime ¿nos amamos?

- Yo te amo... Con locura... Eres lo mejor que me pudo pasar, y quiero tenerte a mi lado por siempre.

La sonrisa de Alma se iluminó, no paraba de mirarlo, él le acariciaba el cabello y su rostro, ella parecía una niña inocente, que no había sufrido tantas desgracias juntas, él quería evitarle más sufrimientos.

- Esposo... Y... ¿Tenemos hijos?

Esa pregunta fue como cortarle el corazón en dos, recordar que si hijo no pudo seguir creciendo y lo asesinaron, así como quisieron haber con ella, lo llena de rabia, él deseaba que Alma le dijera quien le había hecho esto, él sospechaba de su esposo, pero no tenía las pruebas para atacarlo, debía ser cuidadoso, que nadie supiera que Alma estaba viva, reprimió sus emociones, y le respondió a Alma.

- Aún no, pero podemos buscarlos cuando gustes.

Eso la hizo reír, era la sonrisa más Angelical y dulce que él jamás había visto, él la miraba, con algo de nostalgia, sabía que ella tuvo que asumir, responsabilidades que no le correspondía a una temprana edad, nunca conoció el verdadero amor, ni la felicidad, solo era la mujer dura en el mundo de los negocios.

- Los dos siguieron hablando hasta que Alma se quedó dormida entre los brazos de su "Esposo", él le agradeció a Dios por escuchar sus plegarias, ordenó todo para trasladarla a Dinamarca, no quería que nadie la viera, he intentarán terminar el trabajo, Alma se había recuperado con ayuda de terapeutas y equipo médico, Bastian, era el príncipe azul que toda mujer deseaba, la despertaba cada mañana llenado la de besos, desayunaban juntos en el jardín, él llegaba para cenar y ella lo recibía cada noche, con el sonido de las notas del Piano, era una escena de vientos de hadas, Bastian sabía que la bola de nieve iba creciendo, cada día, inventaba una historia nueva, quería construir una nueva vida para ella, pero ellos nunca la tuvieron, ella era feliz con cada relato que salía de su boca, habían pasado así 5 meses más, vivían una luna de miel constante, pero está noche era especial se cumplan dos años desde su primer encuentro, él quería que ella se sintiera amada, decidió que la cena de hoy fuera especial.

Un fuerte aplauso se escuchó al terminar la pieza del piano, ella lo miro con una gran sonrisa, salió corriendo con su cabello, largo castaño, suelto en hondas, un vestido rosa, ella era una princesa en los hijos de su príncipe, él la recibió entre sus brazos y giraron juntos ella emocionada, lo tomo entre sus manos y le dio un beso en sus labios, ella gritaba, como una niña pequeña.

- ¡¡Amor llegaste!! te estaba esperando, la cena la hice yo misma, Gladis me está enseñando a cocinar, quiero que disfrutes de tu esposa en todos los sentidos, esto lo dijo con algo de picardía, y vergüenza, sus mejillas estaba rojas como un tomate, él le encantaba verla así, su vida perfecta era aún sueño, que él nunca pensó vivir.

- Te amo, mi reina hermosa, ya quería estar aquí contigo.

- yo también, me aburro mucho cuando tienes que trabajar, quiero acompañarte a la empresa, quiero hacer algo que me haga distraer, me da miedo estar sola, creo que alguien vendrá a hacerme daño.

- No digas eso, a mi lado estás segura, nunca permitiré que salgas lastimada.

Ella lo escucho y un puchero tierno se dibujó en su boca, sus labios rosados, eran cautivadores, ella lucía su belleza natural, era otra persona que habla encarnado en esta mujer, Bastian entrelazó sus manos y la llevo hasta el jardín, dio órdenes al personal de servicio, que llevar la cena al jardín.

- El ambiente era romántico, en el jardín a la luz de la luna, solo unas farolas iluminaban el lugar, las estrellas estaba en su mayor esplendor, en el suelo habían colocado un tapete y unos cojines para, poder admirar la hermosa noche, cenaron entre risas besos y abrazos, Bastian sabía que en cualquier momento la dicha podría acabar, cuando ella recobrará su memoria, está vida perfecta llegaría a su fin, tal vez ella lo odiara por llenarla de mentiras, pero él estaba dispuesto a correr el riesgo, ella era su prioridad y nada lo haría cambiar de opinión, saco de su bolsillo una pequeña caja rosa, ese era el color favorito de Alma.

- Amor... En muchas ocasiones me has pedido que te cuente sobre nuestro matrimonio, pero quiero que lo volvamos a vivir, para que tengas unos recuerdos nuevos, Alma Grey, ¿quieres ser mi esposa?

- Bastian... Ahhh, ella grito emocionada, para ella era la primera ves que le proponían matrimonio, y en la realidad fue así, Chris nunca lo hizo solo fueron al registro civil, nunca hubo recepción, ni fiesta, solo una improvisada luna de miel, dónde otro paso la noche con ella, ese otro era el hombre al que ella miraba con tanto amor. - Claro que sí, amor... Sí.... Si una y mil veces me quiero casar contigo.

Ella se arrojo a sus brazos, y le dió un beso lleno de amor, Bastian tomo su mano y coloco el anillo, retirando el otro, ese que el sabía perfectamente, que era el causante de todas sus desgracias.

- Gracias amor, te prometo que te haré la mujer más feliz de todo el Universo, sus labios se juntaron en un acalorado beso, una música suave a lo lejos, era una orquesta, la melodía de violines, era muy romántico, él la llevo tomada de la mano, en el lago que estaba en la mansión, estaba construido un muelle, estaba completamente iluminado, la decoración llena de rosas Blancas, formaban un aro en forma de corazón, allí estaba un sacerdote, la emoción de Alma era evidente apretó con fuerza la mano de su amado, ella se sentía en el mejor sueño de su vida.

- Bastian ¿cuándo hiciste todo esto? Es hermoso.

- Tengo mis trucos, para mi esposa todo lo mejor de este mundo.

Ella brinca, y abría los brazos disfrutando del lleno, el sacerdote los llamo, pasaron tomados de la mano, ella estaba nerviosa, las manos le sudaban, su respiración era agitada, el podía sentir sus nervios, él está feliz por llegar al altar con su amor.

- Allí el sacerdote, le dio la bendición y los declaro marido y mujer, la música seguía sonando y ellos tuvieron su primer baile nupcial, danzaron abrasados, el amor era puro, y verdadero, la felicidad se reflejaba en sus ojos.

- Sra Grey, Gracias, por hacerme el hombre más feliz del mundo, te amo, hoy y siempre.

- Y yo te amo más, mira esas estrellas, cuando termines de contarlas, hasta allí termina el amor que siento por ti, dijo ella de la forma tan dulce y amorosa.