Mi Querida Maestra

Franco

Cómo cuando algo está prohibido y lo deseas tener aún con más fuerza. Así se volvió la maestra para mí. Algo prohibido de anhelo tener.

— Está noche no vendré a cenar — ella y yo nos acostumbramos a reunirnos luego de yo dejar a Ghinger al colegio.

— Ah ok, ¿ya le dijo a Ghinger? — me pregunta. Hoy lleva una de esas camisas que no dejan ver nada, pero mi cabeza siempre la ve mostrándome sus pecas. 

Desvío mi mirada.

— No, en realidad he salido siempre que ella duerme, porque no sé cómo decirle — rasco mi cabeza — sabe cómo es, quiere saber todo. Y no le puedo decir lo que hago.

Se queda en silencio.

— Si, sí claro. Yo hablaré con ella, no se preocupe. Pero sería bueno que si se hace costumbres sus salidas debe hablarle usted sobre eso…

Nos miramos, ella es inteligente, sabe que mi salida es con una mujer. Desde que ella llegó no he salido, antes lo hacía a escondidas de Ghinger y volvía a media noche. 

No sé si quiera seguir así, o solo le digo a la maestra para ver su reacción al saber que estoy con alguien. No lo sé.

— No creo que a ella le guste…

— Usted es su padre, ella debe aceptar que usted también tiene su vida — habla con tanta seriedad.

— ¿Y usted maestra? ¿No quisiera también tener su…vida? — hablamos de tener alguien no de vida, ambos lo sabemos.

— No, mi vida ahora es mi hija, no necesito nada más — la manera en que habla me hace creer que está dolida o aún piensa en ese hombre. No lo ha olvidado.

— Es hermosa maestra, puede conseguir un hombre que la quiera y quiera a Alison también — veo como se levanta incomoda por mi comentario.

— Si no tiene nada más que decirme sobre mi trabajo, me marcho. Que tenga un buen día — me levanto para retenerla, mi intención no era que se fuera, solo quería saber sobre ella, pero la maestra se niega a que la conozca.

— Maestra lo… — se fue sin esperar mi disculpa.

Es incómodo querer conocerla y ver cómo ella solo me ignora. Por eso decidí salir con Karla. He estado con ella antes. Es una mujer bella, apasionada y le gustó mucho. Pero pasar algo más que una noche en una cama, es algo que no me siento seguro.

— Franco te ves muy bien — me dice cuando me levanto de mi silla al verla llegar al restaurante.

Me da un beso en cada mejilla.

— Tu también Karla, Gracias por venir — me mira con coquetería.

— ¿Porque no aceptaría? — estuve con ella hace más de un mes y no la llame más, creí que ese sería un buen motivo para que no me respondiera hoy, pero lo hizo y aquí está. 

— Quizás estabas ocupada, no sé — Karla es hija de un empresario que posee varias galerías, ella es artista, bueno, dicen que el compro las galerías para que ella exponga su arte, que para mí parecer, aun no lo entiendo.

Pero Karla es graciosa, simpática, y ardiente en la cama. Eso último es por lo cual la llamé está noche, no mentiré, necesito estar con una mujer y ella es una excelente candidata.

Luego de comer y tomarnos no una, sino dos botellas de vino, ella y yo estábamos muy calientes. Fuimos a una suite en un hotel donde he venido antes con alguna otra.  Lo he dicho, no soy un santo, pero tampoco lo hago muy a menudo y estar con Karla me quitará tantas ganas que he acumulado.

La maestra es una que me ha tenido muy ansioso, verla ahora, sentir su olor, odio a Robert que me hizo pensarla con deseo, cuando lo evite mucho.

Los labios de Karla son carnosos y pequeños, puedo comerlos solo con un beso, y su lengua es juguetona, se esconde y sale haciéndole espacio a la mía para explorar su boca y encontrarla ansiosa llena de deseo. 

Apesar de que es delgada, tiene buenos pechos, grandes, se que son prótesis, no digo nada, pero tiene una marca en su p3zón que me dijo que su operación no fue hace mucho. 

He salido con Karla estas últimas semanas, su cuerpo me gusta para pasar la noche, no cenamos solo nos encontramos en el hotel de siempre y disfrutamos. Quisiera más de ella, pero me consigo en conversaciones vacías que en ocasiones no entiendo, ¿quizás si la conociera un poco más? 

¿A quién engaño? si luego de poseerla quiero volver a la casa, quisiera encontrar a la hermosa maestra y saciar mi deseo en ella, es solo una sustituta que luego de tenerla me aburre.

Llego a casa mucho más temprano que las otras noches, hoy no pude quedarme cuando ya había descargado mis ansias con Karla, está noche me enloquecí, recordando como esa mañana las piernas cruzadas de la maestra me pudieron a sudar.

Me sirvo un vaso de whisky y me voy a la piscina techada. Fue una de las cosas que hice cuando Ghinger tuvo su trasplante, la llevé ahí para ayudarle a recuperar fuerzas. Mi pequeña flotaba mientras yo dirigía su cuerpo para que no se ahogara. Tengo tiempo que no voy, desde que Ghinger comenzó la escuela y conoció a su querida maestra prefirió, hacer cosas para llamar su atención y el tiempo con su papá ya no era lo mismo.

Me meto al vestidor y me quito el traje, las marcas de haber estado con una mujer aún las tengo, me cubro con una bata y entro. Me quedo paralizado al ver el cuerpo desnudo de la maestra flotando en el agua mientras de fondo la música de Taylor Swift  (Shake It Off), me acerco sin que me note y me saco la bata, entro a la piscina y es ahi que me mira, mis ojos bajan a su dorso desnudo, tan natural que me hechizo. Noto mi mirada y tapó sus senos con sus brazos, sin embargo, ya mi mente se grabó lo redondo y perfecto que som, empuño mi mano deseando poder apretarlas.

— Buenas noches maestra — digo y ella está inmóvil frente a mí, mirándome.