El Color Del Lienzo.

–La clase de hoy será muy sencilla, nos encargamos de plasmar figuras abstractas así que quiero que sus creaciones se realicen desde su interior-... –Cosas que los apasionan, que los divierten, cosas que los hacen sentir únicos y especiales. quiero que tengan eso en mente –

cómo siempre el profesor de pintura siempre desea que plasmamos nuestro verdadero ser en cada cosa que pintamos,   solo suspiro profundo se muy bien que si lo hago me reprueban o hasta podría suspenderme, ya no soy un niño al cual tienen que hablar a sus padres por dibujar a Bleer con un cuchillo en el pecho y el suelo bañado en sangre, esa fue una de mis creaciones y mi padre la enmarcó.

Extraño esos tiempos donde las cosas eran más simples y sillas.

Tome el color negro y el rojo y me disponía a pintar.

–No crees que tú lienzo se mirara un poco triste con esos colores.- la desagradable voz de Daniela

–¿Qué haces aquí?- pregunté sin prestarle atención a sus palabras.

–Estoy en esta clase, olvidaron presentarme por ser la alumna nueva. ¿Alessandro crees que deba presentarme?– ella se quedó pensativa llevando la punta del mango del pincel a la comisura de sus labios. 

–Creo que si no te han pedido que te presentes es por qué no eres importante, deberías de dejar de estar molestando.- me enfoque en el lienzo enfrente de mi pero ella volvió hablar. 

–Profesor.– 

–¿Si? ¿eres nueva?- 

–Si profesor mi nombre es Daniela, mucho gusto, pero quería preguntar si el trabajo no se puede hacer en equipos– ella volteo a verme con una sonrisa. 

–si muy buena idea, lo haremos en equipo, la simpleza de dos personalidades en una sola. 

El maestro comenzó a hablar de basura emocional, y simplezas del corazón, las emociones y no se que más mierda que salía de su boca. 

–Yo estaré en equipo contigo.- dijo Daniela con una sonrisa más amplia que la del gato de Alicia en el país de las maravillas. 

–No... yo trabajo solo.- la ignore y me puse a hacer mis trazos primero el negro, por el centros y mezclándolo con el rojo. 

–¿Te gusta mucho el negro y el rojo verdad?- preguntó ella viéndome fijo tanto que me incomoda su simple presencia. 

–Puedes cerrar la maldita boca– 

–Tu hermana quiere ser mi amiga ¿Pero tú me quieres tres metros bajo tierra?- voltee a verla y sonreí

–Bueno si estuvieras bajo tierra te enteraría viva después desenterraria tu cuerpo para ver cómo tus uñas se clavan en la madera y te sangran, no solo eso, para ver cómo tú rostro se contorsiona por la falta de oxígeno. 

–Vaya, ¿Qué más?- preguntó ella con una sonrisa. 

Me la quedé viendo a los ojos y después volví a verla a los labios. 

–Donde compraste esa labial?- pregunté sin despegar la vista de sus rojos labios 

–Te gusta?- preguntó con una sonrisa, lo blanco de sus dientes y el rojo carmesí quedan muy bien. 

Ella no los traía pintado cuando pase a recogerla. 

–Si me gusta, Stefy se miraría bien con ese tono ¿Dónde lo compraste? quiero regalarle uno a mi .. 

–Ah, este, si luego te lo digo es un regalo, así que tengo que saber dónde lo compro. 

–No es necesario que me lo digas y aléjate de mí. 

–No... soy tu compañera. 

Ella agarró pintura rosa. 

–Ni se te ocurra poner rosa en mi Lienzo es el color que más odio. 

Ella lavó el pincel y agarró el lila. 

–¿Enserio?- pregunté y ella volvió a lavar el pincel, está vez usó el azul

Cambie mi vista a mi lienzo pero cuando creí que ella pintaría con ese color ella tomó otro un azul pastel, y lo dirigió al lienzo pero cuando estaba apunto de comenzar a pintar estampó el pincel en mi nariz. 

reaccioné antes de que ella retirara el pincel y le sujeté la mano con fuerza. 

–No me gustan estos juegos, no soy un niño, así que no se te ocurra volverlo a hacer o te cortaré las manos. 

–perdon no lo volveré a hacer!- ella tomó una servilleta con la otra mano y me limpio la nariz. 

Le solté la mano y vi su lunar en el brazo. 

Volví a agarrarla del brazo y mire más de cerca su lunar. 

–¿Qué?- preguntó ella. 

–tu lunar ya lo he visto antes. - 

Ella retiró el brazo de mi y se cubrió con la manga de su camisa. 

–Es un lunar de nacimiento, como una marca. 

No se de donde lo vi antes. 

–Esta será tu mitad y está la mía.– puse una línea en medio del lienzo para que ella no pasará mi límite. 

Ella respetó el límite por un buen rato mientras yo no paraba de pensar dónde había visto ese lunar, o quizá soñé que lo había visto, no lo sé. 

mientras pintaba desconcentrado lleve mi pincel a su lado del lienzo. 

–Dijiste que esté será mi lado te has pasado.– protestó ella llevando su pincel a mi lado, creo que por primera vez en mi vida hice algo estupido y lleve el mío a su lado, ella comenzó a reír mientras ambos pasábamos de un lado al otro el pincel, no soy de reír cómo ella pero mientras la miraba reír   sin parar una sonrisa se dibujó en mi rostro. 

–Ese es el punto niños.- dijo el maestro detrás de nosotros poniendo su cabeza entre nuestras cabezas. 

volteo a ver el lienzo y era una Mezcla  alocada de color. 

Después de eso no volví a dirigirle la palabra. 

Las clases transcurrieron con normalidad. 

Cuando volví a  casa fui al despacho de mi padre. 

–¿Puedo pasar?- pregunté. 

–Pasa.- cuando entre el dejo de hacer lo que hacía y se me quedó viendo a los ojos, saque de la bolsa de mi pantalón el dibujo que hice, no me lo podía sacar de la cabeza, era ese lunar. 

–¿Qué con esto?- preguntó él viendo el dibujo y después lo dejó sobre su escritorio. 

–¿Quién es ella y por qué siento que ya he visto ese maldito lunar antes?- dije muy molesto.  Mi padre solo se quedó en silencio y suspiro.

–No hagas preguntas que no deseas saber su respuesta.- .. –Mejor has algo bueno y cuida de ella.

–Yo no hago cosas buenas, Maldita sea Kevin Smith dime quién es!-

–¿Dónde está tu hermana?-

–Seguro cogiendo con algún chico o chica.-