BILOGÍA: OBSESIÓN - II
Tessa Jones, una universitaria estadounidense, con sobre peso, decide viajar a México para empezar una nueva vida después de la muerte de su madre. En su búsqueda de trabajo conoce a Daniel Ferrer, un millonario dedicado a su empresa. Consiguiendo Tessa trabajo como secretaria en la empresa de Daniel, conocerá poco a poco a su jefe, un hombre que en sí mismo, formará una persona obsesiva, posesiva, e impulsiva por su secretaria.
Ambos son totalmente diferentes, mientras que ella es alegre, él es un total amargado.
Daniel la quiere solo para él, pero no sabe cómo enamorarla.
Tessa no está interesada en el obsesivo de su jefe, sino en un hombre que no le conviene.
Daniel siguiendo los consejos de su mejor amiga, hará todo lo posible para enamorarla y tenerla cerca de él.
Tessa no entiende por qué si ella siempre ha sido rechazada por todos los hombres por tener un cuerpo fuera de los estereotipos, su jefe está interesado en ella.
Lo que no entiende Tessa es que Daniel quedó obsesionado con su cuerpo desde que la conoció, convirtiéndose las curvas de la chica en La Debilidad Del Jefe.
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Episode 11
...TESSA...
-- ¿Le gusto?-- empiezo a reír y me suelto de él al borrar la sonrisa de mi rostro-- Lo siento pero ahora soy yo la que no siente nada por usted. No es cuando a usted se le dá la gana, señor. Mis espectativas con usted cambiaron cuando supe cual era la realidad; usted es un patán, arrogante, prepotente, un hombre que no se merece a una mujer como yo. Porque yo sé que valgo mucho. Así que manténgase alejado de mí si no quiere problemas con el jefe-- sonreí-- Ahora si me permite...-- lo miré de pies a cabeza--...bye-- le hice la mano y me subí al primer taxi que vi, alejandome de él.
¿Por qué será que no sentí ni un poquito de felicidad cuando Taylor dijo que estaba enamorado de mí? ¿Acaso será que en mi corazón ya no está él si no...el jefe?
...DANIEL...
Sonrío al escuchar las palabras de Tessa y al ver la cara molesta de Taylor y como resopla. Aplaudiendo me acerco con una sonrisa a Taylor.
-- Vaya Taylor, hasta te lo creí-- reí y me miró molesto-- Acaso pensaste que Tessa te iba a abrazar y decir lo mucho que te amaba? Que iluso. Sabes actuar. ¿Mi padre te pidió que lo hagas, no?-- sonrió y llevó su mano a su barbilla.
-- No sé de qué estás hablando.
-- Enamorar a Tessa. Mi padre no quiere que Tessa forme parte de mi vida, y como te adora, de seguro te pidió que la enamoraras-- rió-- Te advierto Taylor, si lastimas a Tessa-- lo agarré de la camiseta-- Te saldrá muy caro. Tessa es mía. Ella es la mujer que quiero, y no permitiré que nadie la haga llorar. Porque te juro que si derrama una lágrima por tu culpa...
-- ¿Qué? ¿Qué me vas a hacer? Que mala suerte tienes Daniel. Primero te interésaste en la mujer de tu mejor amigo, y ahora de tu secretaria, y claro, las dos te rechazaron-- iba a golpearlo pero Theo me detuvo agarrandome del brazo.
-- No lo hagas Daniel. Solo quiere provocarte, sueltalo, no pierdas tu tiempo con él-- lo solté.
-- Tienes razón. Tengo cosas importante que hacer como para perder tiempo en este imbecil-- me acerqué a Theo y cuando estaba por subir al carro el imbecil volvió a hablar.
-- Ten por seguro Daniel que Tessa volverá a fijarse mí. Te la ganaré-- sonreí de lado sin mirarlo a la cara.
-- Ella no es un juego para perder y ganar. Yo la conquistare con paciencia, y con amor. Además quien sabe, puede que ella ya esté sintiendo algo por mí-- reí y junto con Theo me subí a mi carro-- Novenos primo. Y dile a mi padre que nada de lo que haga me alejará de Tessa, y que ella es la mujer que amo.
▪︎▪︎▪︎
Sonrío al entrar a la oficina y ver a Tessa arreglando mi escritorio.
-- Buenos días jefe.
-- Buenos días Tessa-- me senté en mi silla.
-- Aquí está su café, jefe-- puso la taza sobre la mesa y la recibí con una leve sonrisa-- Quisiera conversarle algo que sucedió ayer.
-- ¿A sí? Soy todo oídos.
-- Su primo, me dijo que le gustaba-- arqueo una ceja sin quitar la sonrisa-- Pero lo rechacé. Le dejé las cosas en claro. Y para serle sincera no le creí nada.
-- Que bueno saberlo. No tenías la necesidad de decírmelo. Ayer escuché todo.
-- ¿Qué?-- Me levanté y acaricie su cabello.
-- Sigue así Tessa. No permitas que Taylor te engañe. Estoy seguro que todo es un plan para hacerme sufrir. El sabe que mi punto débil, mi debilidad eres tú. No permitas que te caliente el oído con dulces palabras.
-- Descuide, lo tengo muy en claro-- sonrío.
No sabe el alivio que siento al escuchar esas palabras salir de sus adictivos labios. Que gusto saber que ya no siente nada por Taylor.
▪︎▪︎▪︎
Una llamada interrumpe la pequeña reunión que tengo con el Sr. Collins, haciendo que salga de la oficina dejándome a solas con su incomodante pareja.
-- Cuanto anhelaba conocerlo Sr. Ferrer.
-- ¿A sí?
-- Ahora veo que todo lo que dicen de usted no es mentira.
-- ¿Y qué dicen de mí?
-- Que es inteligente, dedicado a los negocios de su empresa...-- Se levantó de la silla-- Que después de Patrick es el hombre más poderoso. Que es muy atractivo. Lo que aún no entiendo es porque no tiene pareja.
-- Digamos que me gusta una mujer.
-- ¿Quién?-- se sentó en el borde la mesa con una sonrisa coqueta.
-- Le aseguro que no es usted-- sonreí y se puso seria.
Tessa entró a la oficina con los documentos que le mandé a copiar.
-- Aquí están los papeles jefe-- los puso sobre la mesa.
-- Muchas gracias Tessa.
-- ¿Necesita algo más?
-- No.
-- Entonces si me permite contestaré una llamada-- asenti y salió de mi presencia.
-- Iré a ver a Patrick.
...TESSA...
📲 -- Daysi, te dije que estoy en horario de trabajo, no puedo conversar contigo ahora, en un par de horas se termina mi jornada de trabajo. En una hora hablamos, te quiero-- cuelgo la llamada de mi amiga con una sonrisa y guardo mi celular.
Volteo y veo a la Sra. Diana cruzada de brazos viéndome de pies a cabeza.
-- ¿Necesita algo?-- sonríe.
-- ¿No te da vergüenza coquetearle a tu jefe?-- ¿Qué...?-- Digo, de todos modos no conseguirás nada, por el cuerpo que tienes.
-- Disculpe, no le estoy entendiendo.
-- Vi como le sonreías a tu jefe, como le coqueteabas hace un rato. Osea, yo me pregunto, ¿Crees que con ese cuerpo podrás seducirlo?
-- Yo no intento seducir al jefe, las cosas no son como las imagina. Y la única que tendría que tener vergüenza aquí es usted, porque estando con el Sr. Collins le coquetea al jefe.
-- Aparte de todo, mentirosa. Te comiste una vaca, digo...por tu cuerpo...
-- Y usted se ha comido plástico? digo...por su cuerpo.
-- Mucho cuidado en como me hablas. Porque yo puedo hacer que te corran de aquí.
-- Entonces vaya, dígale al jefe todo lo que estoy diciendo. Pero no se olvide de decirle quién fue la que comenzó. Veo que lo que dice la Sra. Erika es cierto. Aún no entiendo que le vió de bueno el Sr. Collins, pobre, no sabe con quién se metió. Que tenga buen día señorita...-- iba a salir de la cafeterías pero de nuevo me detuvo.
-- Para enamorar a un hombre se necesita tener un cuerpo como el mío. Una cara bonita como la mía.
-- Y también inteligente, algo que usted no tiene, ya que si la tuviera, no discutiera conmigo por un hombre que ni siquiera es su novio.
-- Respondona has salido, gorda-- volvió a mirarme de pies a cabeza y rió-- que patética, sin gracia, vulgar, gorda, fea, sin clase. Quien se enamoraría de una mujer como tú...asco-- rió.
-- Yo-- entró al jefe a la cafetería y respiré profundo para no llorar-- Yo soy el hombre que está enamorado de la mujer que está criticando-- me apegó a él-- Y puedo saber por qué?
-- Yo...
-- Que sea la última vez que le falte al respeto a mi secretaria, Sra. Diana, porque de caso contrario tendré que prohibirle la entrada a mi empresa, algo que no quisiera para no tener problemas con mi socio, así que no me provoque. Retirese de aquí.
-- Con permiso-- salió de la cafetería.
-- Gracias por defenderme. Pero yo también le respondí...
-- Escuché todo. Y me dá gusto que te des tu lugar Tessa. ¿Pasa algo?-- pregunto al ver mis ojos cristalizados.
-- No...yo voy al baño, disculpe-- caminé hacia el baño y me miré en el gran espejo que se encontraba en él y tapandome la boca empecé a llorar-- tienes un cuerpo horrendo...-- le hablaba a mi reflejo-- eres fea, sin clase, gorda...eres una estúpida sin gracia Tessa. ¡Una estúpida sin gracia!-- vi en el espejo al jefe el cual se puso detrás de mí.
-- ¿Puedo saber por qué te estás hablando así?-- me habló en un tono algo molesto.
-- Jefe...
-- ¡Te prohibo que te vuelvas a hablar así Tessa! Te prohibo que le vuelvas a hacer caso a los estúpidos que te hablan mal. Mírate-- levantó mi mentón y me hizo verme en el espejo-- ¿Acaso mis palabras no cuentan? ¿Cuantas veces te he dicho que eres hermosa? ¿Cuantas veces te he dicho que eres una belleza de mujer?-- continué llorando-- Tienes un rostro de angel. Un corazón tan puro. Una gran inteligencia. Y un cuerpo que se ha convertido en mi total debilidad. Entiende de una vez por todas que debes quererte tal y como eres Tessa-- me soltó el cabello-- Mírate, eres una belleza de cuerpo entero.
-- No es cierto...
-- ¿Que no es cierto? Ignora todo lo que te dicen los demás Tessa. Y recuerda siempre que eres hermosa, por fuera y por dentro.
-- Nadie se va a fijar en mí.
Me volteó y levantó mi mentón.
-- ¿Y yo? Yo te amo Tessa. Amo todo de ti. Sé que te sientes incómoda cuando te hablo así, pero es la verdad-- pegó su frente en la mía-- Te amo. Y no descansaré hasta conquistarte, hasta que te enamores de mí. Hasta que aceptes ser mi novia-- lo miré fijamente-- esperaré el tiempo necesario para que saques a Taylor de tu corazón...
Lo interrumpi con un beso. Él estaba sorprendido ya que no me respondió al beso. Mis lágrimas empapaban su rostro sorprendido. No tardó mucho en seguirme la corriente. Llevó su mano a mi nuca, y la otra a mi cintura, mientras yo solo tenía mis manos en la parte de atrás de su cabeza, sin dejar de besar sus labios.
Nunca eh conocido en mi vida un hombre que hasta me regañe por hacerme sentir la mujer más especial del mundo, nunca en mi vida eh conocido un hombre como el jefe.
Me alejé un poco de él con la respiración agitada, y como no, con ese beso...
-- No hay nada que esperar. Mis sentimientos están claros. Yo también estoy enamorada de usted...yo también estoy enamorada de ti, Daniel-- el pobre no sabía si reír, llorar o simplemente besarme-- acepto...ser tu novia. Yo...yo también te amo-- me ruborizo yo misma ante mis palabras y antes de seguir hablando, ahora él es el que me interrumpe con un apasionado y delicioso beso.