Luego de vivir una vida de forma sumisa, pensando que de esa forma todo era mejor, Luna muere en manos de un asesino, fuera de un supermercado a sus treinta años, arrepentida por no vivir de la forma en que quería, pide fervientemente una segunda oportunidad. ¡Que luna tan hermosa la de esta noche, lástima que no la podre ver más! piensa antes de morir desangrada. ¿Qué ocurrió?, desperté en un hospital, pero este no es mi cuerpo y ¿porque tengo orejas de conejo? Reencarnada en otro mundo, ocupando otro cuerpo, descubre que la chica tambien se llama Luna y la dificil vida que llevaba, ademas de que la intentaton asesinar y el principal sospechozo es un hombre que aparece en sus sueños, como un recuerdo de lo ocurrio, quien ademas es uno de sus compañeros de clase y un lobo blanco, uno de los principales peligros para los conejos. Asi comienza esta trama dondd Luna buscara al culpable para tomar venganza
NovelToon tiene autorización de Gabriela Kienzler para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPITULO 2
Este mundo en el que he renacido, es un reino donde algunos animales lograron evolucionar, reprimiendo sus instintos hasta poder convertir su apariencia animal en la misma que la de los humanos, con la diferencia de que no perdieron su esencia, provocando así que la apariencia de su especie pueda ser revelada en ciertas ocasiones, cuando se encuentra: molestos, con miedo, nerviosos, ansiosos, excitados o hasta incluso cuando están felices, dejando expuestos ciertos rasgos que los caracterizan como especie, mayormente son: la cola, las garras (en el caso de los carnívoros), los colmillos y las orejas. Estos son denominados como Jujin (hombre bestia), separándolos de esa forma de los animales comunes. También, además, al igual que sus antepasados, estos experimentan ciclos de celo de forma periódica, el cual su regularidad puede variar según la especie. Los conejos, como es en su caso, suelen tener un celo cada quince días, pero su duración no es muy larga, por el caso contrario, los lobos, osos, leones, panteras y otros en su mayoría depredadores, suelen tener un ciclo de celo de dos veces o una sola vez por año, pero su duración es de una semana hasta quince días, dependiendo del caso. Para poder controlar los ciclos de calor se suelen utilizar una serie de medicamentos llamados, “supresores”, estos pueden ayudar a calmar los síntomas, haciendo que sea más sencillo controlar las feromonas que provocan el impulso del apareamiento, y que suelen afectar a los machos o hembras que se encuentren presentes, según sea el caso.
Por otro lado, los ciclos de celo pueden ser calmados de forma más rápida, efectiva y menos dolorosa, si el afectado tiene pareja, con la que pasara todo su ciclo de calor sin tener que tomar supresores, llegando a obtener mejores resultados. Las parejas que se suelen conformar para dicho propósito suelen ser de las mismas especies, sin embargo, también puede darse el caso de un cruce entre dos especies diferentes: un cuy y una ardilla, aunque ambos son diferentes siguen siendo herbívoros y no ocasiona mayor problema al emparejamiento. En muy raras ocasiones el cruce suele darse entre carnívoros y herbívoros, pero son altamente peligrosos y alarmantes para la seguridad, ya que no se debe olvidar que, siguen siendo presa y depredador, habiendo muchas advertencias sobre los sin fin de riesgos, que este tipo de emparejamiento puede ocasionar, para sí mismos.
No todos los animales de todas las especies evolucionaron, por lo que se sabe, solo algunos carnívoros en especial felinos, caninos, y reptiles, mientras que los herbívoros fueron algunos roedores, ciervos y conejos. Para mantener una sociedad estable, se crearon muchas normas y reglas para las distintas especies, para su protección y cuidado. Ya que incluso en una sociedad de este tipo, se han dado los casos en los que se ha perdido el control de la situación, y algún carnívoro decide atacar, atraído por su instinto de depredar. Aunque desde la llegada de los supresores, los eventos han sido casi nulos, aun se toman las previsiones adecuadas.
He estado aquí durante más de dos semanas, debido al gran número de lesiones que tiene este cuerpo, todavía sigo en el hospital recuperándome, no sé qué le habrá ocurrido para quedar tan atrofiado, quizás la mujer a la que le pertenecía tuvo algún accidente, dejándola en este estado. Para mi suerte, los doctores asimilan mi falta de conocimiento acerca de donde me encuentro, y el no reconocer a ninguno de los que dicen ser mi familia, con la pérdida de memoria por una fuerte contusión en la cabeza, así que de esa forma he logrado aprender muchas cosas sobre este lugar, las personas que son mis familiares e incluso sobre la dueña de este cuerpo.
La especie a la que pertenece esta chica es a la de los conejos, por lo tanto, tengo que tomar supresores cada semana de por medio, aunque hasta ahora no he llegado a sentir efecto alguno de la ola de calor, las últimas tres noches he tenido una serie de sueños extraños, en la azotea de un edificio, rodeada de un grupo de personas y un hombre, mi cuerpo tiembla siempre que lo recuerda, como un reflejo involuntario. En sus sueños no se muestran más imágenes, solo esa, recordando cada detalle de su rostro, unos ojos llenos de malicia y una sonrisa tenebrosa, ¿Quién es ese?, ¿Por qué aparece en mis sueños?, y ¿Por qué este cuerpo tiembla de solo recordarlo?, he estado pensando en las posibles causas, sin encontrar respuesta alguna.
- Luna, ¿no tienes apetito? – la mujer de las preguntas, es mi madre, o al menos mientras me encuentre en este cuerpo. Ha mostrado ser amorosa y cálida, me siento segura a su lado, es agradable ser querido de esa forma.
- Sí, es solo que quiero terminar de leer este libro primero – pasa las páginas. Por suerte puedo entender a la perfección las escrituras de los libros, algo que me ha permitido aprender la mayoría de las cosas.
- Debes comer algo – le dice quitando el libro de sus manos – el doctor dijo que necesitas recuperar mucha fuerza para que puedas terminar de sanar más rápido – le coloca la bandeja en el regazo - ¿sí? – sonríe
- Muy bien, comeré – sonríe tomando la cuchara.
- Después de que termines de comer debemos ir a la terapia de control – le dice tocando una de las orejas. Control de forma, para poder controlar mi instinto animal y ocultar mis rasgos debo aprender a hacerlo, es por eso que cada dos días debo asistir con una doctora, quien me ayuda, enseñándome a dominarlo – Tus orejas aún permanecen a la vista incluso mientras duermes – su rostro mostraba preocupación al mirarla – de esta forma no podrás volver a la academia, luego de tu recuperación.
- Tranquila, mamá – sonríe y la mira – podre dominarlo antes de salir de aquí, lo prometo – aunque no sé cómo.
Esa misma noche, en mis sueños volvía a repetirse la misma escena que había estado viendo las últimas tres noches, lo miro desde abajo, sus labios se mueven, está diciendo algo, pero, no logro oírlo. Aunque luego de terminase la escena, algo más sucedió esta vez, hubo un cambio de escenario, en donde ahora me encontraba corriendo entre unos pasillos largos, lleno de puertas corredizas, llego al final y comienzo a subir las escaleras los más rápido que puedo, llegando hasta la azotea, donde fui acorralada por el hostigador, buscando una escapatoria de allí, no voltee a verlo hasta que sentí el primer zarpazo en mi espalda, luego de caer al suelo por el dolor infringido, vi nuevamente su cara, ¡era él!.
Me desperté sudando y temblando, quizás esos sueños no eran simples sueños, sino recuerdos guardados en la memoria de este cuerpo, eventos que le sucedieron y causaron una especie de trauma y por eso tiemblo al recordarlo, acompañado de un temor tan grande que quisiera salir corriendo, y si mis suposiciones son ciertas, entonces tal vez, quien la hirió de gravedad, casi provocando su muerte, ¡fue ese hombre!.