Toda la vida soñé con el príncipe azul, un hombre maravilloso que llenara mi vida de colores. No me culpen; soy una romántica empedernida. Amo las novelas con mucho drama, romance y pasión, deseaba algo así para mí vida, con lo que no contai mucho mayor que yo conocí a Lían De la Fuente: mi hermanastro. Aunque cuando lo vi por primera vez, no sabía quién era él, y así empezó mi camino por el amor y desamor.
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Capítulo I Primer día de clases
...Hola mis queridos lectores, aquí les traigo una nueva novela espero les guste, me dejen sus comentarios y le den me gusta a cada capitulo. Escribo para ustedes y por ustedes y cada línea la hago pensando en sus gustos y preferencias. Un fuerte abrazo 🤗....
Soy Danna Miranda, tengo quince años, única hija de Amanda García y Carlos Miranda. Mis padres se separaron cuando cumplí catorce, y aunque siempre me dijeron que fue por falta de comunicación, en el fondo sabía que había algo más. Pero ¿quién era yo para cuestionar sus palabras?
Mi piel es color canela, mis ojos verdes y mi cabello castaño y ondulado. A veces me siento bien con mi cuerpo, aunque aún me falta un poco de crecimiento. En casa, la rutina siempre comienza con un grito.
"Danna, ¡el desayuno!", gritó mi madre desde la cocina.
"¡Ya voy! No hay necesidad de gritar", respondí mientras salía de mi habitación con una pereza que ya me era familiar.
"Niña, deberías cuidar un poco más tu apariencia. Eres muy hermosa, pero pareces no darte cuenta de eso", me decía mamá mientras yo intentaba ignorar sus regaños.
"Este es mi estilo, mamá. Si alguien me quiere, lo hará sin importar cómo me visto", le respondí, restándole importancia a su preocupación habitual.
"Eres incorregible. Mejor termina tu desayuno; el transporte no tarda en llegar".
Me senté a la mesa y disfruté de mi desayuno con calma; todavía tenía tiempo antes de irme a la escuela. Media hora después, estaba lista y justo a tiempo llegó quien me llevaría. Era el primer día de clases y yo estaba en el último año de secundaria; a pesar de ser más joven que muchos, mi inteligencia me había permitido saltar algunos grados.
Al llegar a la escuela, vi a mi amiga Linda esperando en la entrada. Su padre era un pez gordo en el mundo de los negocios, pero eso nunca nos hizo populares. Y sinceramente, no me importaba.
"¡Amiga, al fin llegas! Te estaba esperando para que fuéramos juntas a clase", dijo Linda emocionada. A pesar de ser dos años mayor que yo, nuestras almas eran como dos piezas encajando perfectamente; éramos las raras del instituto.
"Sabes que mi transporte siempre llega a la misma hora", le respondí mientras caminábamos hacia nuestro salón.
“¡Brujas a la vista!”, comentó Linda al notar cómo un grupo de chicas se acercaba por el pasillo.
Las miré sin prestarles atención; eran las mismas de siempre que buscaban molestarnos: yo por ser becada y Linda por su carácter reservado.
"Vienen haciendo su aparición las lucer del instituto", dijo Catalina, la líder del grupo popular. Siempre hacía su entrada dramática desde hace años.
"¡Guau! Qué ingeniosa eres. Lo llevas haciendo desde el jardín. ¿Tu mente no da para más?", respondí sin pensar mucho en lo que decía; mis palabras salieron como si fueran flechas.
"Al parecer, la gallina quiere pelea", replicó ella con una sonrisa burlona. "Déjame decirte algo, pequeña lagartija: aquí quien manda soy yo. Así que baja tu tono".
"Es un milagro, has logrado articular dos oraciones en un mismo día". Las personas a nuestro alrededor empezaron a reír de mi comentario; yo sabía que esto me traería problemas. Pero ya estaba harta de Catalina y sus horribles amigas.
Catalina caminó hasta quedar frente a frente conmigo; no me moví ni un solo centímetro, mantuve mi postura rígida frente a ella. "Esto no se quedará así, eres lagartija muerta".
Catalina continuó su camino, dejándome ahí parada como si fuera nada. "¡Estás loca! Catalina te va a destrozar". La expresión de Linda era de terror.
"No seas dramática, debemos defendernos de esas brujas. Este año pasamos a la universidad y seguramente nos la encontraremos ahí también y nos hará la vida imposible", Linda se veía desesperada y el tono de su voz la delataba.
"Deja el drama; tú tienes la posibilidad de ir a cualquier universidad en el mundo donde no esté la arpía esa, y yo, bueno, me tocará luchar para obtener una beca en cualquier otro lado lejos de las plásticas", dije despreocupada. De igual manera, ya había planeado mi vida y esta no era precisamente continuar en esta ciudad viendo cómo mi mamá se parte el lomo día a día para sacarme adelante, mientras que mi padre vive una vida sin preocupaciones, quién sabe dónde.
"No es drama; sabe que el mundo es pequeño y la podemos encontrar en cualquier lado".
"Tengo mi futuro planeado, así que nada me asusta. Pronto dejaré esta ciudad y me olvidaré de todo esto", dije para mí misma.
Caminamos hasta el salón donde veríamos la primera clase del día: matemática, una materia que realmente me gustaba.
Me senté al lado de la ventana como siempre; me gustaba relajarme con el paisaje que ofrecía el instituto y así captar mejor el conocimiento. El profesor hizo acto de presencia; era un hombre mayor, pero su carácter era temerario.
"Buenos días, jóvenes. Por favor tomen asiento, saquen sus cuadernos y presten atención a la clase. Desde ya dejaremos las cosas claras", dijo haciendo una pausa y mirándonos de manera retadora. "El profesor soy yo; sé que hay estudiantes que sobresalen en conocimientos; sin embargo, aquí quien dicta las normas soy yo. Segundo: la hora de entrada es a las siete de la mañana; quien llegue un minuto después de la hora no se moleste en llamar a la puerta, pues no será atendido. Y tercero y último: no regalo notas; el que quiera un diez deberá ganárselo a pulso. Ahora sí, empecemos la lección del día".
El profesor Tronchatoro empezó su clase; aunque tenía un carácter de los mil demonios, su manera de enseñar era impecable. Era obvio que el sujeto tenía un gran conocimiento de la matemática y además era un excelente pedagogo.
Cada pregunta que hacía yo sabía la respuesta, pero no quería destacar este año; quería ser una chica normal y así quedar fuera del radar de las pesadas. Íbamos a media clase cuando el director interrumpió la clase.
"Buenos días, jóvenes. Profesor Ledesma: disculpe que interrumpa su clase; el día de hoy se incorpora un nuevo estudiante al instituto y hace apenas unos minutos concretamos la inscripción. Le pido por favor recibirlo y hacerlo sentir como en casa". El director sabía las reglas del profesor, pero era un asunto que se le salía de las manos.
"Adelante joven; solo no se le haga costumbre llegar tarde a mis clases", el profesor sonaba muy tenso mientras tanto yo solo estaba concentrada en resolver los ejercicios que el profe había dejado sin importarme lo que sucedía a mi alrededor.
1. El papá de Danna mato a la supuesta mamá de Lian y de su hermano
2. La verdadera madre de lian y el hermano es Amanda y Danna es hija de crianza de Amanda
3. Él señor Martinez no es él papá de Danna porque lo engaño si no que su papá es esté personaje, y hasta ahora lo muestran y así también engaño a este haciéndole creer que era de otro porque por lo visto no tenía seguridad de que fuera su hija
Que tiene de malo que ellos quieran estar juntos como pareja independiente de que sus padres lo sean, porque ellos son tan cerrados y egoísta s los papás en ocasiones sin tener en cuenta a sus hijos