Sacando de encima estorbos

Para yo ser la única en hayar complacencia ante la reina madre, tenía que hacer que las otras sirvieran tan mal que solo mi ama y yo fuéramos las únicas útiles.

Para lograr eso debía meter cizaña,...

Tan solo éramos 6 sirvientas a la disposición de esa mujer, las demás no salían de limpiar el palacio hasta el cansancio. Por lo menos a mí no me castigaban tanto con esas áreas, a menos que claro las malditas concubinas no me mandarán a lavar los pisos como castigo.

Las 6 mujeres a su disposición éran, yo mi ama, la Australia ( La que fue a servír a su majestad la noche anterior), dos griegas y una polaca. Todas jóvenes a excepción de mi dueña ..

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Primero empezaría por la Austriaca, era la rival que más podría hacerme sombra. Llevaba sirviéndole a la reina madre por años, sería difícil que se aparte de su vista .

Un día mientras que la reina madre presindia sus servicios, me animé a pisar el borde su vestido, por detrás mientras ella caminaba hacia adelante, obviamente esto hizo que cayera con la jarra y los utensilios que traía para la reina madre.

La reina madre grito en desagrado por su alfombra arruinada.

— D-Discúlpeme, P-Por favor m-mi señora— Rogaba ella mientras bajaba la cabeza.

Obviamente que no la disculparía, es más hasta la miró con ojos envueltos en llamas, ella jamás perdonaba la inoperancia.

—¡ Largate de aquí ! —ordenó mientras le apuntaba la puerta ...

Para mi mala suerte no la mando a castigar, después de todo sabía que no sería fácil Después de ésto busqué otra oportunidad para hacerla quedar mal, y me aproveché que yo y las demás teníamos que hacer su almuerzo. La Austriaca era la única que podía acercarse a ella con la bandeja de su comida, así que rompí su calzado la noche anterior. Y como su zapatilla, estaba abierta, tambaleaba algo nerviosa de un lado a otro, tratado de hacer todas las tareas como pudiese sintiendo los pies doler.

No podía quitárselos, y andar descalza, tampoco podía ir a cambiárselos, ya era muy tarde para todo eso desde que salió con ellos puestos . Al momento de servirle a la Reina madre notó su mal caminar y temiendo que otra vez le tirará las cosas encima, me llamó a mí. Dejándola a ella a un lado, nadie más que una sirvienta podía servirla y yo solo era menos que una esclava al servir a una criada, no era más que basura en el viento.

Toda esta semana también estube embaucando a las otras mujeres, mientras me concentraba en Derba la Austriaca. Pusé en sus vestidos pelos de melocotón, estos causaban picazón a cualquier piel yo lo sabía por qué cosechaba de estos en mis tierras, como resultado esas criadas estuvieron rascándose día y noche, hasta dejar roja su piel por la irritación.

Cuando yo le quité la bandeja a Derba para dársela a la reina madre, las demás empezaron a rascarse y a llamar la atención de sus altezas.

No podían disimular, era demasiado para ellas .

— ... ¿ Tu nombre era ?— me Preguntó la reina madre al servirle la bandeja en su mesa de mármol.

— Hada... — Le dije con voz frágil y dulce, sonriendo con ternura.Debía fingir ser toda una palomita blanca .

Ella se quedó pensativa — Hada ... que lindo nombre ...— me alago y luego paso a almorzar de lo que le serví.

Después de alejarme de ella su hija quién siempre comía a su lado ya se sentía incomoda al ver como se rascaban las exclavas.

— Mujeres. . ¿ Que les sucede?, ¿ Acaso tienen sarna ? — preguntó con molestia.

Si cara cambio a una de espanto al ver la irritación en sus cuellos.

— ¡Madre!, mirá su piel — le dijo apuntando hacia ellas, la reina madre dirigió su vista hacia aquellas mujeres con la comida todavía en la boca y al verlas, la escupió de la impresión.

En esa época todos le temían a las enfermedades, temían que fuera lepra o algo peor, como la viruela . Llamó urgentemente a sus guardias y ordenó que las matarán afuera, para evitar contagios. Nisiquiera pensó en aislarlas o en fijarse si capaz no era algún error. No, simplemente las mando a degollar .

Creo que esas dos fueron mis primeras víctimas, no creí que las mataría, mínimo pense que las sacaría del palacio.

Derba estaba horrorizada, mi dueña también, por qué desde afuera se escuchaba como ellas lloraban suplicando que no las mataran, mientras eran arrastradas. Yo no mostré expresión alguna, algo que llamó la atención del esclavo de mi dueña que estaba afuera junto a los guardias esperando a que saliéramos.

Después de varios errores más de parte de Derba, producidos por mí, ella estaba al límite de perder el estima de la reina madre ..

Sabía que alguien la saboteaba y no tenía idea de quién o por qué, mucho menos creía que era yo, por qué jamás me vió las agallas para tramar esas cosas. Y es que yo delante de la reina madre era toda una dulzura, la peinaba mientras le cantaba sonetos de mi país . Aprovechaba mi buena voz para relajar a esa mujer, y también tuve mucho cuidado en no jalar demasiado su cabellera.

Yo era muy modesta, cuando en preguntaba de dónde sacaba mis facultades para relajar los músculos, siempre negaba que fuese algo que no aprendí por mi madre.

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Era obvio que si lo aprendí de algún lado, mi madre me lo enseñó como método de relajar a un hombre . Solía hacer masajes a mi padre cuando volvía cansado de arar la tierra todo el día .

Después la reina madre mando a Derba a que le pusiera cremas a su piel, yo le mencioné algo al oído mientras pasaba por mi costado.

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" Cuidado Derba, puede que aparezca una serpiente en tu cama está noche " .

Esas palabras la helaron, no se veía venir algo como eso, de una esclava de 14 años de edad . Cuando regreso con las cremas estaba visiblemente nerviosa, por su mente corrían miles de pensamientos entre ellos estaba el que yo pudiese haber sido la culpable de que su calzado se rompiera, o la que haya pisado su vestido y de los demás saboteos a su estabilidad. Me miraba con una expresión atónita en sus ojos, mientras masajeaba a la reina madre. Pero cuando le devolví la mirada, con una sonrisa, ella se turbo y dejó caer la vasija de las cremas untables, dejando caer todo el contenido sobre las piernas de la reina madre.

.Algo que ya causo indignación a la mujer dragón,...

Mando a azotarla con una sola mirada a su guardia personal . Este supo muy bien que hacer, ya que ya conocía lo que significaba esa cara.

Y así ... me libre de todas...

Quedando solo mi ama y yo a su disposición.

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