Soy Raymundo ...

Narrado por Raymundo ...

" ¡*Hermano no me mates !"

" ¡ No cometas este pecado contra ti* ! "

Imploró mi hermano mayor Héctor de la dinastía Omanen .

Había terminado de acabar con todos en el palacio donde él y su gente se escondían, hace tiempo atrás el se escapó de mí, manche con sangre las paredes del palacio celestial, cada exclavo, sirviente y noble fue aniquilado por mí y mis hombres; sus cabezas fueron arrancados de sus cuerpos o desgarrados por las decenas de espadas que entraron de improviso arrasando con todo a su paso.

El hermoso lugar donde antes solía jugar con barriletes, ahora era una escena macabra. Ya no era ese lugar que veía con gran inocencia y admiración, el cual siempre permanecía reluciente como un diamante.

Ese era el lugar favorito de mi hermano y yo, siempre solíamos refugiarnos cuando tomábamos nuestros caballos y nos escapabamos de nuestras madres. Naturalmente ambos debíamos ser enemigos por qué al morir nuestro padre, uno de nosotros tomaría el trono y eso incluía asesinar al otro o condenarlo al exilio para evitar futuras disputas Nuestro padre arregló esto por que según el aquel hijo que venciera al otro en una pelea a muerte, sería el único digno de tomar la corona.

Mi hermano siempre me decía que el jamás se atrevería a levantar una mano contra mí. Almenos eso es lo que me hacía creer a mí un pequeño niño de 11 años de edad que era su más fiel acompañante.

Al tener 15 años terminaría siendo el rey por orden de designio de sangre, me matase o no.

Al principio nuestras madres siempre nos incentivaban a competir con el otro para ganar más aliados a nuestro favor . Los miembros de la corte siempre estaban divididos, no sabían a quien apoyar, yo era bueno en las armas y entendido en historia, literatura, ciencias y matemáticas, mi madre me instruyeran muy buen..

Antes de que pudiera aprender a hablar con propiedad ya estaba practicando esgrima y cortajeando a los pobres que tenía como maestros.

A los 7 años ya sabía hablar en francés , arameo, español, chino y ruso por si necesitara algún día algo de ñl reino vecino. En cambio mi hermano caresia de todo de lo que yo sabía, entendía lo básico, confiaba mucho en si mismo, por eso no se esforzaba en aprender.

El tenía algo que yo no.

Paz...

Sus ojos celestes siempre se mostraban serenos cada vez que me saludaba, jamás mostró preocupación, siempre fue bien tratado, era muy apuesto, se parecía a Lancelot la leyenda que contaban en Camelot, con sus rizos dorados al sol.

Siempre tenía una cálida bienvenida cada vez que venía de algún reino al que fue invitado. Vivía de fiestas en fiesta en cada región del continente y más allá, se encargaba de hacerle saber a todos que debían conocer a su futuro Emperador.

Por lo que a mí restaba yo no era bienvenido ni en mi propio palacio, todos me veían como el cordero que algún día sería sacrificado, hasta mis propios sirvientes susurraban a mis espaldas diciendo " Pobre alma ", " Que disfrute mientras que su padre sea el que está en el trono " .

Esas palabras siempre me dejaban en shock, sentía que en cualquier momento podría ser envenenado por parte de ellos, ya que les era conveniente ayudar a su futuro gobernante, así como también los nobles de mi propio palacio, todos me miraban de la misma forma con ansiedad, en sus rostros yo podía ver que no podía confiar en nadie.

Héctor era algo más que mi hermano mayor, era mi pesar y mi ídolo pero así como los ídolos caen, Héctor también cayó el día que lo escuché hablando con sus invitados en un gran banquete. Yo no sabía que estaba festejando pero en el momento que el mencionó que brindaba por qué la hora de tomar el trono yo me petrifique tras aquellos muros .

El daba victoreos con gran alegría ahora que mi padre lo designó a él como suplente para que ya se vaya acostumbrando a tomar posesión de la gran silla dorada, que sería el reposo de su espalda .

Yo no me había enterado de ésto, debía frenar mis impulsos antes de pensa erróneamente en por qué nadie me lo había informado. Supuestamente yo tenía que estar en Macedonia, fui designado a ese palacio, pero no quería irme sin despedirme de él; ¿Por qué todo me llevaba a pensar mal de Héctor ?. ¿ Por que hacía una fiesta justo cuando yo me iba ? .

Pero antes de que me sintiera mal por pensar así, un aliado suyo exclamó " ¡ Pronto estaremos bebiendo licor del cráneo de Raymundo !" mis ojos se abrieron mostrando sorpresa, al mirar al Impertinente que dijo esas palabras, mi hermano mayor le llamo la atención " Ah, ah, no, no del cráneo de mi hermano nadie beberá licor " todos enseguida se callaron pensaron que él me estaba defendiendo, yo también lo creí hasta que oí,

" Solo beberemos en él, ponche del mejor"

Ahí fue donde caí en cuenta de quién era en verdad mi hermano mayor, al ver cómo curvaba sus labios de modo perverso .

Todo este tiempo el me había estado manipulando para que llegado el momento yo no viera venir su ataque.

De seguro al lugar donde estaba llendo era mi propia tumba o un exilio bien preparado. Lo último no se veía tan mal, pero no podía quedarme a averiguar qué es lo que me esperaba en Macedonia.

El tendría que matarme en algún momento si quería la confianza de aquellos hombres a quien les acaba de prometer que bebería de mi cabeza el mejor ponche .

Yo me fui de la escena y al llegar al carruaje donde sería transportado, degolle al que tenía que arrear los caballos, llevándome conmigo a mi hermana recién nacida y a mi madre para ponerlas en situación.

Luego las escondí con las hijas de los nobles, las entrevere para que no levantarán sospechas . Mi madre ya tenía un plan el cual era esperar a sus aliados de la Madre Rusia, pero decidí hacerme cargo yo antes de involucrar a otros .

Reuní a los niños de la realeza de los otros reinos lcon los que solía jugar cuando sus padres hacían visitas formales a mi reino . obtuve de ellos su favor cada uno me prestó sus mejores hombres reuniendo para mí mismo inomerables soldados.

Con ellos tome desprevenido a mi padre en el palacio de las flores , a quien fue el primero que maté, ya que estaba custodiado por unos pocos soldados. El no se sorprendió al verme levantar mi espada contra su cabeza es más solo se rió diciendo " Nunca pensé que mi propio edicto me terminaría matando a mí " yo le respondí un " así es " cuando partí su cabeza por la mitad .

Pensé que iba a sentir algo por ese hombre al quitarle su miserable vida, pero no sentí absolutamente nada, quizás yo jamás lo quise o él no logro esforzarse para que le tomara aprecio .Al acabar con su vida me adueñe de su corona y fui con esta en búsqueda de mi hermano mayor quién seguía festejando en el palacio celestial .

Arrase con todo a mí paso y ahora tenia en frente a mi único hermano de sangre.

Yo vi el miedo en sus ojos, pero mi frialdad hacía él no cambio. Nisiquiera sus palabras me conmovieron solo blandie mi espada cubierta en sangre .

Y acábe con su vida de un solo corte veloz en su garganta. La cual tiro sangre a borbotones.

El se la agarró mientras empezaba a combulsionar, yo enfunde mi espada y lo miré con despreció.

— Creo que te hubiera sido mejor una muerte más rápida, pero ésta muerte lenta y dolorosa te dará mucho en que pensar mientras vas de camino al Seol ( Infierno ) —.

Mencioné esto ya que el mintió, también era un pecador, que yo lo matará no cambiaba nada, se lo merecía por haberme manipulado.

Cuando me aparte de los alaridos que el pegaba, yo caminé entre todos aquellos cuerpos asimilando que acabe con mi hermano y mi padre a tan solo mis 11 años de edad ...

Pero seguía sin sentir nada ....

Lo que hice era aberrante ... pero no me perturbaba solo me horrorizaba el no haber sentido aboslutamente nada...

Tomé el trono pero no fue hasta los 18 años que oficialmente fui coronado por el Papa, la máxima autoridad religiosa en nuestro mundo.

Ya a mis 18 había conquistado para mí dinastía 15 reinos y 300 regiones que venían con ellos, más de lo que hizo Alejandro Magno. Estos eran los mismos que me habían ayudado de niño, en mi mente creció la desconfianza por eso preferí tomar posecion de todo lo que estuviera cercano a mi reino para que no sufriera ningún ataque por sopresa en el futuro .

Ya no confiaba en nadie, y no había en mi sentimientos escasamente algo ablandaba mi gelido corazón cuando mi dulce hermana me sonreía y me abraza cuando volvia se cada expedición. Sus primeras palabras fueron mi nombre; es que en mis ratos libres solía apegarme a su cálido ser, admirado su ser inocente sin corrupción.

Ella era como un recordatorio de lo que era un ser sin falsedades antes de conocer la traición, por eso me esforcé en mantenerla así, pura y feliz para que no se convierta en lo que yo me volví cuando choque con la realidad .

Así fue como me volví en lo que soy, el primer hombre de raza inglesa en dominar más territorios en todo el globo .

Y es que a mi querida Babilonia no la detenía nadie ...

Pero desde aquel día en que conocí a esa chiquilla, mi oscurecida alma experimenta algo que hace estremecer mi cuerpo.

Su inocencia muy parecida a la de mi hermana me ponen extrañó, eso hizo que me riera, realmente estoy roto, ella podría ser mi propia hija, pero no lo es...

Su virginidad no me la quiso dar apesar de que se me insinuó hasta dejarme como estoy ahora ...

Con insomnio ... sin dejar de verla en mi cabeza ...

Su hermosa voz empalago mis oídos desde aquel día que rompió mi jarrón.

Me la pasé pensando toda la noche en que hacer con ella .

Por alguna razón no la he tomado a la fuerza aunque podía hacerlo, pero solo me contuve cuando grito que era católica ...

Debe ser la culpa lo que estoy experimentando, no lo sé ...

Pero una cosa si sé...

Que voy a mantenerla a raya...

Muy cerca de mí, hasta el punto de poder ver cuáles son sus verdaderas intenciones

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