IDILIO NOCTURNO

Clío avergonzada confíesa —Creo que ya te incomode demasiado por esta noche… Me iré a descansar.

—¡Aguarda!

—¿Qué ocurre?

—Hay bastantes cosas que no te he dicho sobre mi, pero el haberme confiado eso es demasiado, acaso yo... ¿Puedo llegar a ser tu gusto?

—¿Qué?

—He estado investigando... —preocupado Thomas hecha un vistazo al libro negro de su sillón —Aquel protegido por el fuego del infierno, es acobijado por el amor de su trágico destino. El lazo que tienes con el demonio de Nour presagia un nuevo amor junto a él.

—¡¿Te has vuelto loco?! ¡¿En qué maldito libro dice que me puedo enamorar de esa horrenda bestia?! Yo ¡Me conozco más que cualquier historia de futuros turbulentos, ¡Yo! Soy libre...

—No te mientas Clío, crees que todo lo tienes controlado... Pero no debes dejar esta historia por sentada, aún tienes una salida para ese final.

—¿A qué salida te refieres?

—La única posibilidad aceptable es amar a un humano, alguien que te ame de igual forma y rompa el hechizo provocado por Nour al momento en que te ayudo y en consecuencia creo su vínculo.

—¿Y eso qué? ¿Acaso pensaste que esa es tu oportunidad? ¿Crees que caeré rendida a tus pies por lo que dice un estúpido libro antiguo? ¿O sólo me presionas para que deje tu casa?

Thomas ríe molesto, tocando su barbilla —No lo sé, tal vez me gustan las mujeres atrevidas, Podríamos intentarlo una noche, ¿Quién sabe? Quizás después del sexo ya no me quieras soltar.

—Y por eso eres tan detestable.

—¿Oh vamos, no crees que te tomaría enserio como mujer?

—Falso, tu esperas que me acueste contigo para después burlarte de mí ante todo el campus universitario, esto es un error... Yo puedo ser peor que el mismo infierno, así que no te fíes.

—Aunque en tu cabeza no se pase la más mínima posibilidad de que estemos juntos, yo si deseo que ocurra, no sólo busco una noche, esto es más serio... —sujeta firmemente la mano derecha de Clío —Yo, busco muchas más noches de las que alcance tu vida.

—Tengo que irme a descansar Romeo, olvida esta conversación, de lo contrario, me iré sin pensarlo dos veces. —menciona mientras se marcha a su habitación.

El séptimo día llegó, concretando la venida tardía de Nour al mundo humano, al ser digno a un instante humano su rapidez lo llevó a casa de Thomas, sin aguantar su espera perpetro en la habitación de Clío, tan solo eran las seis de la mañana y mientras espera el despertar de ella, sus ojos la observan y sus manos tocan ligeramente su cabellera, ocultando su colapso al tocar los lentes de nuevo.

Clío despierta asaltada —¡llegaste!

—Pensé que él te vigilaba… —Observa pensativo los moretones alrededor de los brazos y piernas de Clío debido a la pelea con el demonio.

—¡Pues no hay nada observando lo que ocurre, salvo bestias que me quieren muerta! ¿Por qué no mandaste algún demonio para asegurarse de esos días mi supervivencia y así evitar un daño a la tuya?

—Ay Clío… ¿Un demonio vigilar un alma que puede acabar con su superior? —ríe abiertamente —es como si encargaras a un gato que cuide el atún. ¡Es imposible! Para el incauto que requiera tales peticiones, ¡habrá un hambriento por cumplirlas!

Nour clava sus ojos serio a la dama —Siquiera llegaste a imaginar que un demonio tendría sentido de la lealtad, fallaste como una mujer precavida. Somos peores a todo ser humano, te estaré haciendo un gran favor con el hecho de decir que hasta yo intentaré jugar y mentir en contra tuya.

—Nour, Por favor, responde ¿La sensación del espacio tiempo puede hacer conversión en distintos momentos vividos por los seres humanos? ¿Es segura nuestra expresividad a los actos dulces y abrasivos de los compartidos sucesos? ¿Requerimos señor Nour oscuridad para apreciar luz? ¿Acaso no puedes admirar lo dulce y bello sin recurrir a un tormento forzoso y esclavizante?