¡PERDIDOS!

Al oír el grito precedido de su nombre por la voz de Clío, su instinto atisba en correr directo a su habitación en donde estaba la joven.

—¡CLÍO!

Perturbado, sube las escaleras pensando en los peores escenarios posibles que verían perjudicada a Clío, admite que ni aunque estuviera el mismísimo infierno sobre ella gritaría de tal forma, al llegar a la habitación encuentro a un hombre joven, demasiado alto a la población normal quien ahorca a Clío con prisa acelerada.

—¡Lo sabía! ¡Malditos espectros del infierno!

Thomas toma sus reservas de agua bendita y las lanza al demonio, considera que de algo valió sus precauciones como loco desquiciado por seres demoníacos, a la espera de que Clío no haga preguntas.

Un grito estridente sopesa toda la habitación y el olor a muerto recae en toda su propiedad, por suerte basta para soltar a Clío, la cual tose y su cuello está enrojecido,

—¡Maldito gusano! ¿Cómo llegó y entró tan fácil?, ¡había hecho un exorcismo! Aún si fuera por Internet lo hice.

Clío tose un poco débil, de su agitada voz y entrega su celular a Thomas…

—¡Llama a Nour!

—¿Qué? ¡Nour! ¡El demonio con el que tuviste contacto! ¡Estás demente nos matarán ahora si con él presente mientras nos salen las almas por la garganta!

—¡Thomas! ¡MALDITA SEA! SÓLO LLAMALO Y DALE TU DIRECCIÓN.

—¡¡BIEN!! —toma el celular de Clío y llama, deseando que el demonio no contestara o podría complicar la situación en su irremediable odio por las bestias del infierno.

Pero Nour contesta —¿Quién es?

—Soy Thomas, te llamo desde el celular de Clío, acaba de ser atacada por un demonio de su calaña y… ¡Este bastardo me colgó!

—¡THOMAS CUIDADO!

El joven voltea la vista para descubrir al ente oscuro sumergido en un tornado pequeño pero tumultuoso, siente miedo por Clío y sus pocos pero efectivos reflejos logran liberar a Clío de sus garras perturbadas, sopesando gracias a la adrenalina un dolor por la caída directa al primer piso de su casa, cuando la bestia los empujó, preocupado voltea su vista al rostro de Clío, suspira aliviado, ya que su cuerpo cayó encima del suyo y no hay moretón que demuestre un futuro dolor en su cuerpo.

—Clío es momento de correr, ¡salir de aquí antes de que esta bestia con rostro desfigurado nos maté!

—¡BIEN!

Justo cuando huían, el ruido de vidrios rotos descubre una nueva sombra, Thomas y Clío se cubren de inmediato, ¿será el? ¿será Nour?

Thomas molesto grita a todos los presentes sin inmutarse —¡Sí a mi casa le ocurre otra cosa no respondo por la próxima bestia que se apoye en mi propiedad!

—Nour… ¿Eres tú? —Clío se asoma temblorosa de su escondite.

Nour un tanto risueño, dice —veo que finalmente confías en mí.

Clío sale de su escondite sin dejar de ver al lugar donde antes se encontraba el demonio que la ahorcaba hace poco.

—No, en un demonio no se confía, sólo pensé en ganar tiempo… Pero aún si mencionaba tu nombre este monstruo no se intimidaba con nada.. hablando del monstruo, ¿Dónde está?

Nour contesta divertido —En el infierno, ¿por qué? ¿tan rápido te encariñas?

Thomas se levanta y menciona en voz baja — Púdrete.

—¿Qué has dicho?

—Oh dije cúbrete, —mencionó para reír un tanto exagerado —Aún puede haber restos del demonio...

—Nour, pensé que eras una entidad demoniaca peligrosa, pero esa bestia no le importo tu nombre en lo absoluto.

—Clío, ese nombre que utilizas para llamarme no sacude a ningún alma oscura, verás…Existe aquel odio que me consume, sale tan lejos de cualquier lógica humana, ocasionando que las actitudes malignas recaigan sobre mí ser, de eso estoy compuesto, persigo los pasos de mi deseo, y mi proceder es contado por mis actos oscuros, un nombre tan simple como Nour no haría temblar ni a una legión de ellos, mientras que el manipular al ser humano compone bases para el crecimiento de mis poderes, en donde si llegase a ver cabida de que el hombre se abstuviera de cometer los mandatos malignos, la imposibilidad para seres como nosotros de igualar a Dios o incluso superarlo se vuelve imposible.

—¡Eres un Demonio! ¿Por qué te convendría decirme esto?

Nour se acerca peligrosamente a Clío rozando su pecho, sus cuerpos se encuentran, su mano sube alrededor de su ombligo hasta la altura de su cuello, mientras su rostro se balancea a la oreja izquierda de Clío susurrando;