Alana salió del baño de aquel club, a refrescarse un poco, sentía que todo le daba vueltas, pero eso era lo que más le encantaba cuando tomaba alcohol, se sentía libre, como si volara, se dirigió nuevamente a la pista y continúo bailando, hacía rato que había perdido de vista a Sebastián, pero no era como que le importara, él sabía cuidarse y por supuesto que ella también. Miro como uno hombre se le acercaba a ella mediante el baile, lo observo de pies a cabeza, no estaba nada mal, pero no era totalmente su tipo, lo aparto cuando sintió como sus caricias llegaron a sus muslos, quería algo de diversión, quería sexo, pero ella elegiría con quien, miro la botella en sus manos estaba vacía, camino hasta la barra nuevamente y miró a los lados, ni señales de Sebastián, le pidió al barman otra botella, él la miro y suspiro, por supuesto que la conocía, era cliente frecuente, además de que también era famosa por su apellido, le entrego la botella y la miro seriamente.
- Tenga cuidado, señorita Rosental – Dijo con una leve sonrisa, Alana asintió ante esa advertencia sin preocupación, tomo la botella y nuevamente entro a la pista de baile, sin percatarse que había captado la mirada de un hombre poderoso.
*****
En la zona de arriba, especialmente en la zona vip, había un hombre de cabellos oscuros y ojos color ámbar, bebía delicadamente whisky, sentado en aquel lujoso asiento, frente tenía una gran ventana que podía ver todo lo que ocurría afuera, pero nadie podía verlo a él, tenía un par de horas que su mirada no dejaba de seguir a aquella mujer que había bebido más de tres botellas de whisky caro y seguía como si nada, tenía aguante para el alcohol, lo que le hizo preguntarse si también para el sexo, le gustaban las mujeres que aguantaran y no se quejaran o cohibieran durante la intimidad, en belleza aquella chica cumplía con su estándar, faltaba comprobar cómo era en la cama, hizo una señal a uno de sus hombres para que fueran por aquella chica y la trajeran ante él, bebió su bebida y observo todo desde aquel lugar, dos de sus hombres llegaron ante aquella mujer, le dijeron algunas palabras al oído, ella dirigió su mirada hacia aquella ventana de la cual no podía ver nada, mantuvo su mirada fija por unos segundos, sin ella saberlo aquellos ojos ámbares la miraban con deseo, luego la chica miro a esos hombre y negó con la cabeza, continuo con su baile, sus hombres tenían órdenes claras, llevar a esa mujer por las buenas o por las malas, ya lo habían intentado por las buenas, ahora tocaba hacerlo por las malas, pues ninguna mujer se negaba a él, miró como sus hombres la sujetaron de sus brazos y trataron de llevarla a la fuerza, pero increíblemente aquella mujer no se dejó, puso su resistencia, sus hombres la soltaron con sorpresa y miraron sus manos quemadas, él no pudo evitarlo y sonrió.
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Alana miraba a ese par de hombres, el vapor de su cuerpo aumentaba, todos se alejaban de la pista al sentir el fuerte calor que desprendía esa mujer, bueno esos dos hombres no, además llegaron otros tres a ayudarlos, soltó un suspiro pesado, bebió de aquella botella y luego escupió el líquido convirtiéndose en fuego en segundos, los hombres esquivaron sorprendidos.
- ¿Quieren morir? Entonces vengan- Lanzó la botella con fuerza y se puso en posición de combate, sino tenía sexo esa noche, se desquitaría golpeando a esos tipos, odiaba a los hombres que mandaban a otros a cumplirles sus caprichos, si su amo o lo que fuera quería conocerla, él debió acercarse personalmente.
Los hombres trataron de atrapar a aquella chica, pero fue inútil, era hábil en batalla y no podía herirlas, no tenían permitido lastimarlas, pero no pensaron que esa mujer fuera difícil de llevar ante su señor. Alana golpeo a cada uno de los hombres, notó que ellos solo se defendían, eso le facilito dejarlos en el suelo, suspiro y miro la botella que había tirado, estaba casi entera, había desperdiciado su botella favorita, se dio la vuelta, pediría otra al barman, todos la observaban con sorpresa, la chica actuaba como si nada hubiera pasado.
- Disculpen, aquí no ha pasado nada, continuemos con la fiesta- Dijo alegremente. Aquellas personas comenzaron a retroceder más, al ver al hombre imponente que se acercaba detrás de Alana, ella al sentir su presencia, se giró rápidamente tratando de darle un golpe, pero fue detenida fácilmente por las grandes manos de ese hombre, esos ojos azules profundos y aquellos ámbares se encontraron, la mirada de ese hombre la devoraba, el cuerpo de Alana reacciono solo con eso, trago en seco.
- Hablemos- Dijo con una voz profunda que hacía que el cuerpo de Alana temblara, ella suspiro y con su mirada busco a Sebastián, ese idiota desaparecía cuando más lo necesitaba, ¿Lo necesitaba? Se preguntó, recorrió a ese hombre con la mirada, era muy alto, mucho más que es estúpido de Joan, vestía una camisa negra, arremangada hasta los codos, dejando a la vista sus fuertes y musculosos brazos con tatuajes, tenía una barba de días y unos labios delineados perfectamente, que comenzaban a tentarla.
- Bien- Se soltó de su agarre y trato de portarse lo menos desinteresada que pudo, no quería verse fácil a la primera, tampoco es que lo era, pero ese hombre realmente era su tipo, mejor dicho, era algo nuevo para ella y tenía ganas de probar. Ese hombre le dio paso, ambos comenzaron a caminar rumbo a aquella sala privada, al llegar Alana miro desde la ventana sí que tenía buena vista, ya había escuchado de aquellas salas vips, pero no le había interesado tomar una, prefería divertirse con los demás, miro la botella de Whisky costosa, no dudo tomar el vaso servido y beber todo el líquido de un trago, aquel hombre la observo y soltó una silenciosa risa.
- ¿Tu nombre? – Pregunto el hombre sin rodeos, ella lo miró mientras se servía más alcohol, frunció el ceño.
- ¿Importa? – Respondió, el hombre asintió, realmente le daba igual quien era, solo sería una noche de placer que ambos disfrutarían.
- No, realmente no – Cruzo sus brazos y la recorrió con la mirada, sus piernas eran largas y fornidas, tenía caderas anchas y cintura pequeña, su busto no era tan grande, pero para él estaban del tamaño perfecto, en su camino a la sala, no perdió la oportunidad de observar su trasero, redondo y grande, perfecto para él, su mirada se centró en su rostro, su nariz era pequeña y fina, sus mejillas estaban rojas tal vez por el maquillaje o el calor de tanto bailar y beber, sus labios eran ovalados y perfectamente delineados, ya quería saber que tan buena era usando aquella boca, aquellos azules lo miraban con detalle, podía entender que ella también lo estaba detallando.
- Entonces ¿Aquí? – Pregunto con la botella en una mano y el vaso en la otra, él sonrió divertido, aquella chica sabía lo que hacía, realmente esperaba que pudiera satisfacerlo esa noche.
- Vamos- Señalo hacia una puerta que había a un lado, ella no se había percatado de ella. Alana camino hacia esa puerta, tomo todo el líquido de aquel vaso y lo dejo sobre la mesa, pero no dejo la botella, sabía que la necesitaría.
Al pasar a través de aquella puerta, había una recamará, se sorprendió de que en aquel lugar hubiera tal cosa, no sabía de ello, de haberlo sabido habría hecho uso de la zona vip con el estúpido de Joan tiempo atrás, se acercó a la ventana enorme que daba vista a la ciudad, ya era de noche, miró su reloj de mano, era casi media noche, no se había percatado ni siquiera de la hora, sintió a ese hombre detrás de ella, su respiración se agitó, comenzaba a dudar de lo que estaba por hacer, el hombre la tomo de la cintura y la atrajo a él, sintió en su espalda baja, algo duro, suspiro, ya estaba ahí, no podía acobardarse, se giró para quedar frente a él, aquellos ámbares la miraban con deseo ardiente, ella abrió sus labios levemente y paso su lengua sobre su labio inferior, el hombre sonrió y se inclinó a ella, atrapo aquellos labios en un feroz beso, Alana respondió a la ferocidad de aquel beso, ese hombre comenzó llevo sus manos a su perfecto trasero y lo apretó, ella gimió en aquel beso, sin pensarlo mordió el labio inferior de él, el hombre gruño y detuvo el beso, la miro con intensidad, la jalo hasta llevarla a la cama, donde la lanzó con cierta brusquedad, ella trató de levantarse, pero ese hombre se subió sobre ella, le quito la botella que tenía en su mano y bebió de ella, después la beso nuevamente, Alana sentía como aquel liquido pasaba a través de su boca, las manos de ese hombre comenzaron a recorrer su cuerpo sobre aquel vestido, hasta llegar al inicio de sus muslos, metió su mano hasta llegar a su entrada, Alana jadeo al sentir como sus dedos comenzaban a acariciar aquella zona, el hombre detuvo nuevamente el beso, bajo hasta su entrada, coloco sus piernas sobre sus hombros y en segundos su lengua ya recorría su húmeda intimidad.
- ¡Ay, Joder! - Gritó de placer Alana, ese hombre sabía lo que hacía, era experto con su lengua y no solo su lengua, sus dedos se movían de manera exquisita dentro de ella, apretó las sabanas de aquella cama, disfrutando el placer de aquel hombre, no podía contener sus gemidos, salían sin control de su boca, pronto sintió que llegaba al clímax, rodeo sus piernas alrededor de él y arqueo su espalda, un fuerte grito lleno de placer salió de su boca, miro el techo, su respiración estaba agitada, no podía creer que ese hombre haya hecho que terminara solo usando su boca y dedos en tan poco tiempo, ni siquiera Joan había logrado tal cosa, sus piernas aflojaron el agarre, el hombre se puso de pie y la miro con una orgullosa sonrisa, mientras se quitaba la camisa, después comenzó a desabotonar sus pantalones, arqueo las cejas de manera divertida, sin dejar de mirarla, Alana entendió todo con aquella mirada, ahora le tocaba a ella dale placer a ese hombre, se sentó en la cama y su entrepierna quedaba perfectamente a la altura de ella, bajo los pantalones dejándolo solo en bóxer, miro ya el bulto crecido, paso su lengua sobre aquella tela, el hombre jadeo, bajo el bóxer, abriendo sus ojos de sorpresa al ver el tamaño de lo que estaba por saborearse, levanto su mirada a aquel hombre, él no la dejaba de ver con una mirada divertida y oscura a la vez, ella sonrió, sin dejar de mirarlo comenzó sus caricias con sus manos, el hombre coloco sus manos sobre su cabeza y enredo sus dedos en su sedoso cabello, guiándola hasta su intimidad, ella no se negó, ya él le había dado un gran placer, ahora le tocaba a ella y quería devolverle el favor, deslizo sus lengua, se tomaba su tiempo en sus caricias, pero ese hombre prefería tener el control, comenzó penetrarla con rapidez, Alana trato de controlar sus ganas de vomitar, aquel hombre continuaba con su brusco asalto, poco a poco se fue acostumbrando a los movimientos y empezó a tomar el control, el hombre jadea, esa mujer era buena en su labor, fácilmente se había acostumbrado a su ritmo, sentía como tomaba nuevamente el control, su lengua se deslizaba majestuosamente, sintió que pronto terminaría, se hundió en su garganta hasta soltar todo su liquido en ella, la soltó y salió de ella, sonrió al ver como ella tragaba aquel espeso líquido y lo que había escurrido por sus labios lo saboreaba con su lengua, sería una larga noche, lo sabía, esa mujer lo complacería como a él le gustaba.
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Comments
Marien Jose💕🇻🇪
Si señoritas la bestia debe portar una gran zanahoria 🥕🤣🤣🤣🤣
2025-03-17
3
mercedes segura corro
haci es no dejes darle pelea jajajjaja
2025-03-28
1
Lisbeth Gutierrez
wooo de lo que disfruto Alana 🤭
2025-03-17
1