Alana conducía tranquilamente, mientras escuchaba música a todo volumen y bebía aquella costosa botella que le había quitado a Maximiliano Kingsley, cantaba a todo pulmón hasta que freno toscamente al ver a un hombre encapuchado parado en medio de la carretera, ella suspiró molesta, apagó el coche y se quitó del cinturón, bajo con la botella en sus manos y sus pies descalzos.
- ¿Qué mierda te pasa? – Pregunto molesta\, el hombre no respondió\, solo saco una daga y la lanzó contra ella\, Alana abrió los ojos de sorpresa\, esquivo rápidamente aquella daga que cayó al suelo\, ella lo miro molesta- Pudiste haberme matado con eso\, hijo de puta- Lo miró molesta\, el hombre sin decir nada se lanzó contra ella.
Alana comenzó a esquivar los ataques de ese hombre, agradecía a su padre quien siempre la obligo a aprender defensa personal y no solo depender de su magia, esquivo cada golpe de ese hombre, pero su cuerpo dolía demasiado, Kingsley la había dejado destrozada y para el colmo se encontraba con ese hombre quien no sabía quién carajos era.
- ¡Ya\, joder! - Gritó mientras expulsaba el vapor de su cuerpo\, no podía seguir peleando\, todo le dolía sobre todo su entre pierna\, quería llegar a casa y dormir\, descansar\, tal vez tomar unas pastillas para el jodido dolor. El hombre lanzó dagas tras dagas contra ella\, pero el vapor que desprendía Alana las derretía a centímetros de llegar a ella\, para sorpresa de Alana el hombre apareció frente a ella y le dio un golpe en el rostro\, tirándola al suelo\, su trasero se llevó un gran golpe\, grito de dolor- ¡Te voy a matar hijo de perra! - Grito con lágrimas en los ojos\, su trasero dolía y el dolor en su entre pierna se volvió insoportable.
El fuego azul comenzó a rodear a Alana, aquel encapuchado comenzó a retroceder, por ese ardiente fuego, Alana reunió fuego en sus manos y lanzo varias bolas de fuego contra ese hombre quien esquivo mientras retrocedía, hasta que una dio en su rostro aquella capucha comenzó a quemarse, el hombre logro apagar el fuego, pero dejo un poco descubierto su rostro, dejando a la vista parte de su frente y unos mechones de cabello negro.
Alana comenzó a acercarse de manera amenazante, no dejaría a ese hombre vivo, por su culpa ahora el dolor que ya tenía por culpa de Maximiliano, era insoportable, lo mataría, eso es lo que quería, pero antes de llegar a él, ese hombre lanzó unas dagas contra ella, Alana esquivo y derritió algunas, pero cuando busco a ese hombre ya no estaba.
- Que perro\, huyo – Soltó molesta\, miró la botella de Whisky hecha pedazos en el suelo- Debí matarlo- Infló sus mejillas y después comenzó a caminar a paso lento hasta el coche\, soltó un chillido por el inmenso dolor que sentía y subió al coche\, dejándose caer en el asiento\, saco su teléfono de su bolsa y marco el número 1\, después de dos tonos contesto- Ven por mí...- Dijo derrotada\, escuchó la risa de Sebastián del otro lado
- ¿Otra vez\, Bambi? – Hablo Sebastián\, Alana lo insultó y él solo rio.
- Apúrate\, estoy en medio de la carretera y un hijo de perra me ataco- Soltó molesta\, Sebastián dejo de reír de inmediato.
- Llegó un cinco minutos- Dijo tomando seriedad y colgando la llamada
Alana coloco los seguros al carro y miro por el parabrisas comenzaba a llover, maldijo, al ver como también relampagueaba, odiaba eso, mejor dicho, les tenía miedo a los truenos, esperaba que Sebastián llegará rápido, se acurruco en aquel incomodo asiento y se abrazó a sí misma.
***********
Sebastián llegó lo más rápido que tuvo, por suerte estaba cerca de la ubicación de Alana, salió del coche, era acompañado por uno de sus hombres, le entregó la llave de su coche y le ordeno que se marchara, se asomó por el coche de Alana y la miró acurrucada, apretando sus ojos con fuerza, estaba lloviendo con fuerza, la oscura noche se iluminaba con relámpagos silenciosos, aun así sabía que para Alana eran aterradores, toco la ventana de la puerta, ella abrió sus ojos y sonrió con sus ojos llenos de lágrimas, no dudo en abrir la puerta y salir del coche, abrazando con fuerza a ese hombre, Sebastián respondió al abrazo desesperado.
- Tranquila\, ya estoy aquí- Dijo acariciando con ternura su desordenado cabello- Vamos- Dijo guiándola hasta el lado del copiloto para que subiera\, después el subió del lado del chofer\, encendió el coche y antes de arrancar su teléfono sonó\, miró que era Anastasia\, estaba con ella cuando Alana le llamo.
- Tengo algo que atender\, te veo en un par de horas- Dijo mirando de reojo a Alana perdida en sus propios pensamientos.
- Trae a Alana- Dijo Anastasia de manera autoritaria- Aún debe asustarle los días así- Continuó.
- Bien – Contesto sin rodeos y colgó la llamada\, miró a la chica- Quédate esta noche en mi departamento - Sugirió\, Alana lo miró y asintió con cierta sorpresa\, normalmente Sebastián se quedaba con ella en la mansión\, nunca antes se había quedado en su departamento\, es más ni siquiera sabía dónde vivía.
Sebastián sonrió ante su aceptación, sabía que Alana se sorprendería ver a Anastasia, pero sería feliz, nuevamente se reuniría con su hermana mayor, durante el camino pensó en el ataque que acaba de sufrir, no era normal, que eso pasara, tenía que empezar a investigar sobre ello y también debía contratar a unos hombres para que custodiaran a Alana, aunque sabía que ella se negaría. Al llegar Alana miró aquel edificio con sorpresa, no podía creer que había regresado, miró a Sebastián y suspiró.
- ¿Qué pasa? – Pregunto al ver como aquella chica soltaba una que otra maldición.
- ¿Por qué vives aquí? – Pregunto molesta\, Sebastián se encogió de hombros- Aquí vive esa Bestia – Soltó\, Sebastián la miró con sorpresa.
- Ah\, me entere que alguien compro el último penthouse – Respondió despreocupado quitándose el cinturón de seguridad - ¿Bajaras? – La miró\, Alana suspiro y se quitó el cinturón.
- Bueno\, sí\, total ya terminé mi jornada laboral- Dijo dándose ánimos\, Sebastián rio ante su comentario.
Alana comenzó a caminar adolorida hasta el ascensor, Sebastián se burló de ella durante el camino, al llegar hasta penthouse, las puertas del elevador se abrieron en par, miró a los lados, todo era lujoso, aunque realmente el de Maximiliano lo era aún más, comenzó a caminar por aquel lugar, observando a todos lados, llegó hasta la sala, sus ojos azules se posaron en aquella bella pelirroja quien la miraba con una tímida sonrisa.
- ¿Anastasia? - Preguntó mirando de pies a esa belleza de mujer\, aunque habían pasado tantos años la reconocía\, era su hermana mayor.
- Hola\, Alana- Respondió con ternura\, Alana miró a Sebastián quien asintió con una sonrisa\, Alana corrió hacia su hermana hasta el dolor se le olvido.
- ¡Te extrañe tanto! - La abrazo con fuerza\, Anastasia respondió al abrazo\, por un momento pensó que ella le reprocharía por haberse ido tanto tiempo.
- Y yo a ti- Dijo Anastasia\, se separaron y miraron a los ojos\, ambas lloraban.
- Papá murió- Dijo con su voz entre cortada. Anastasia asintió apretando sus labios\, por supuesto que le dolía la muerte de su padre\, no tuvieron siquiera tiempo para reconciliarse. – No te vayas de nuevo\, no quiero estar sola- Dijo tan triste mientras trataba de controlar sus lágrimas.
- No más\, lo prometo\, me quedare contigo- La abrazo de nuevo- Ay\, Alana lo siento tanto- Dijo con arrepentimiento\, miró a Sebastián\, él solo observaba aquel reencuentro con una tierna sonrisa. – Ven vamos a sentarnos- Dijo guiándola al sofá\, Alana se sentó muy despacio y frunció el ceño de dolor. - ¿Qué te paso? ¿Te hirió ese tipo? – Pregunto asustada.
- Más bien esa Bestia- Se burló Sebastián llegando con una botella de whisky y tres vasos\, Alana lo fulmino con la mirada.
- Entonces ¿Te estás acostando con Kingsley? - Preguntó con el ceño fruncido\, Alana miró molesta a Sebastián.
- Si\, pero será por un corto periodo\, ese hombre se aburrirá rápido de mí\, hasta lo hice firmar un estúpido contrato\, poniéndole algunas trabas- Dijo emocionada sacando el dichoso contrato de su bolsa y se lo mostro a Anastasia\, Sebastián se lo quitó al ver la cara de molestia de aquella pelirroja.
- ¿En serio? ¿Oral tres veces a la semana? – Preguntó divertido- Debe ser demasiado bestial para ti- Se burló\, Alana le saco el dedo medio.
- ¿Lo es? – Pregunto Anastasia con curiosidad\, Alana notó como la sonrisa de Sebastián se borró de su rostro.
- Oh si\, mírame apenas y puedo caminar- Respondió divertida\, Anastasia comenzó a reír- Debería probarlo también- Sugirió mirando de reojo a Sebastián a él no le agrado esa propuesta.
- No es mi tipo- Respondió Anastasia decepcionada- Aunque…solo sería probar- Cruzó los brazos y pensó por unos segundos\, Sebastián dejo con molestia la botella y su vaso sobre la mesa - ¿Qué me ves? – Preguntó arqueando las cejas\, Alana comenzó a reír.
- Iré a dormir- Se puso de pie y se marchó molesto\, Anastasia lo miró confundida.
- ¿Qué le pasa? – Preguntó\, Alana se encogió de hombros y dirigió la mirada hacia el busto de su hermana\, ella los tenía mucho más grande que ella- ¿Será que esta celoso porque te acuestas con ese hombre? – Pregunto\, Alana volteo los ojos ante la ingenuidad de su hermana.
- No soy su tipo- Respondió molesta.
- ¿Por qué? Eres hermosa- Dijo divertida mirándola de pies a cabeza.
- Me faltan los quince centímetros que a ti te sobran- Le señalo su busto\, Anastasia bajo su mirada y comenzó a reír.
Aquellas dos hermanas comenzaron a platicar de un poco de todo, Anastasia le contó sobre los viajes que hizo durante todos esos años, todo lo que dijo fue la parte buena, no le contó lo desagradable, no quería mortificarla aún, había pasado por mucho en las últimas semanas que prefería guardar algunos secretos un poco más de tiempo. Ambas se dirigieron a la recamará que Sebastián le había preparado a Anastasia, ahí dormirían las dos esa noche, Alana se puso un pijama de su hermana y se acostaron en la cama, ella se acurruco en los brazos de aquella pelirroja, realmente se sentía tranquila de tener de regreso, quería tanto a su hermana y por supuesto Anastasia a ella y haría lo que fuera para verla feliz.
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Maximiliano Kingsley estaba en la sala, sentado en su costoso sofá y mirando por la ventana aquella tormenta, tenía un vaso de su costoso whisky y su celular, recibió un mensaje de uno de sus hombres, envió una imagen de Alana y Sebastián abrazados bajo la lluvia, apretó con fuerza el vaso y se hizo pedazos en sus manos, su sangre goteaba, pero a él no le importaba en lo más mínimo el dolor, después recibió otra imagen, en el estacionamiento de aquel edificio, estaba aquella chica con ese hombre y subían a uno de los elevadores, se puso de pie y camino hacia la ventana, podía verse su reflejo a través de ella, estaba más que furioso, le había prohibido que se metiera con otros hombres mientras estuviera con él y ella le dijo que ni siquiera dormía con los hombres con los que follaba por diversión, ¿Acaso Sebastián Holmes no era de un solo rato? Suspiró, haría pagar a esa chica en su próximo encuentro, le dejaría en claro que nadie la follaría mejor que él.
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Comments
MaryC✨💞🇻🇪💞✨
Ya está enganchado supongo que al ser grande lo aprietan más de lo normal 🔥🤣🤣
2025-03-19
8
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
El amor , siempre ve lo que quiere, tus celos no te dejan pensar bien y tus hombres son malisimos espiando, vieron solonunanparte de la escena , no vieron xiansonla atacaron
2025-03-19
2
Liliana Rios
Cómo que se está poniendo intenso el Maximiliano... me pa que el que va a terminar enganchado va a ser él...
2025-03-19
4