Capítulo 11

                                     "El tiempo no se será un impedimento para comenzar otra vez"

Después de oír los regaños del director de escuchar cómo chillaba Loaiza al tener su nariz partida y que sus padres me miraran como una cosa insignificante vinieron las miradas penetrantes de mis padres...

Mi madre estaba molesta y sus ojos verdes me miraron sin poder creer lo que había ocurrido y a la vez preocupada al ver los arañazos de la víbora gata. Por su parte, mi padre se mantuvo neutral como si no tuviera nada que decir.

—Lo siento— solté toda apenada, porque si estaba avergonzada al ver a mis padres, ahí recibiendo reclamos de mi educación.

Lo que sentía era un complemento más de lo que era denominado salir huyendo.

—La violencia no lleva a nada bueno. Milai —su tono era duro, pero era cierto, la violencia no llevaba a nada bueno. —Sin embargo ganaste, y eso es un punto.

Eso me dejó con la cabeza en estado de shock, mi madre decía que gané y que eso era un punto favorable. No lo podía creer.

— Coff....Coff ... Sin duda Milai salió a mi — completo mi padre todo enorgullecido.

—Como a ti, ella tiene el mismo coraje de su madre —argumentó mi madre en contra de mi padre.

Antes de que se arme una batalla por saber a quien de los dos salí, les di un fuerte abrazo, no recibí regaños como esperaba pero sí advertencias de que no debí golpear a mi compañera por más mala que sea. La madre de Rebeca solo suspiró al encontrarse con mis padres afirmando "mi hija siempre fue un caso perdido" lo sabía, Rebeca era así, por eso no quiero perderla. Una amiga que te defienda hasta la muerte no la encuentras en ninguna parte. Si en el pasado ella hubiera estado conmigo estoy segura que me hubiera prohibido estar con Logan, me habría encerrado, lo cual no creo que sea bueno, pero en mi situación hubiera sido lo mejor.

Al vernos las dos todas parecidas como a la loca de los gatos de los Simpson nos reímos apuntando nuestros dedos una a la otra, para después darnos un abrazo demasiado fuerte...

— ¡Ganamos! — dijimos las dos casi en coro, disfrutando del momento.

Nuestros padres no pararon de suspirar resignados y a la vez felices de vernos sonrientes. Me despedí de Rebeca asegurando que le iba a ir a visitar porque no nos lo dejaron pasar fácil, y quedamos suspendidas tres días. Las cosas pasan, de un día para otro me golpeó con una chica mala, y para no parar las tragedias recibo una sospecha.

Hiroshi no tarda en aparecerse y pedir disculpas a mis padres por mi comportamiento. De solo verlo me dio la sensación de que solo quería ganarse el favor de mis padres y lo logró.

Si bien él no tenía nada que ver para pedir disculpas como todo un inocente del fatal comportamiento de alguien conocido es afirmar que eres alguien de buen corazón.

Solo yo sabía que ese tirano para nada era un buen sujeto, era el diablo en persona, e hizo que mis padres me esperaran para después acercarse a mí. Su rostro de ángel había cambiado a uno de tirano sin duda.

—¿Enserio te disculpas? —pregunté frunciendo un poco el ceño al mismo momento que mis manos se cruzaron.

La típica escena de los pica pies donde Vilma pide explicaciones a Pedro.

— Claro, como no disculparme por la pelea de mi futura esposa — afirmó el tirano con esa sonrisa peculiar que lo caracterizaba, mientras se acercaba.

—Qué gracioso— me reí con un poco de dificultad por las pequeñas heridas que tenía en mi rostro.

—Esto me enoja —tocó con delicadeza las heridas que tenía en mi rostro— Si hubiera llegado más temprano esto no hubiera pasado— su voz se tensó, como tan bien sus labios, frunciendo el ceño.

Sus ojos estaban entornados, llenos de preocupación, como todo un ninja después de ver a alguien lastimado, Hiroshi no tenía nada que hacer y aunque hubiera llegado temprano no podría detenerme como tampoco a Rebeca. Esos ojos me sobrepasaron. Él estaba enojado, preocupado, impotente que me dio ternura.

Estaba segura de que la cinta amarilla de peligro que había puesto hoy se rompería. Más por esos labios que me besaron dos veces.

—Qué lindo es el tirano —tomé su rostro acariciando con delicadeza esas mejillas —Estoy bien así que sonríe si —le mostré mi puño como si de un arma se tratase —Y gane, esa nariz respingada ahora está rota —alardeó un poco mi comentario.

Hiroshi solo se río, era lo que esperaba en este momento sus labios se toparon con los míos, sus ojos me miraron fijamente iba a caer una vez más ante él, pero una voz nos interrumpió y lo ¿odie?

— Mila ¿Estas bien? —preguntó un Logan todo abatido y sin respiración.

Era claro que había venido corriendo después de enterarse de la situación.

—Ah, Logan estoy bien— respondí mejor de lo que creí.

No sabía cómo afrontarlo, tardé mucho en centrar una idea pero ahora al verlo no fue nada como lo había pensado, estoy tranquila, es como si Logan solo fuera un amigo y ya, ¿donde quedó todo ese amor? Tal vez me sentí más segura porque estaba sosteniendo la mano de Hiroshi, sí, por alguna razón desde que apareció Logan él tensó su puño y mi instinto me dijo que lo iba a golpear si no lo agarraba.

—Eso me alegra— observó nuestras manos. —Así que es cierto que ustedes están saliendo —sonrió amargamente— No pensé que fueras tan cruel Milai.

Eso me hirió, de una manera brutal. Una bomba que se prende y causa muchos estragos, ¿era cruel? Lo era porque yo no merezco ser feliz después de todo el daño que le ocasione, mi corazón se aceleró y mi mente me manda escenas borrosas difíciles de explicar. Era como un flashback. Pero no logre descifrarlo.

Mis ojos se tornaron en llanto, y de solo verlo sentí como si un Logan del pasado me recriminara por mis acciones de esa vez. ¿Qué es este sentimiento de que nada es como parece?

Antes de solo responder Hiroshi quien tomaba mi mano se apartó y no fue para nada bueno. Otra pelea se armó pero esta vez por suerte no había expectantes alrededor. El coraje de Hiroshi estaba a otro nivel. Dejó a Logan en el suelo de solo un golpe, y lo abrazó por detrás para que lo deje. Mis fuerzas desaparecieron, había soportado mucho, mi cuerpo no aguantó quedarme cerrando los ojos, con unas manos frías en mi rostro gritando mi nombre.

Era todo, pero esta vez solo quería descansar.

                                                                                Hiroshi Sato

Al verla en el suelo me sentí abatido con ganas de destrozar a todo aquél que se acerque a ella, y no podía evitar recordar el pasado, un pasado al cual no quiero volver.

La levanté entre mis brazos no escuché al idiota de Logan, solo quería buscar ayuda fui directo a la enfermería en donde rápidamente la puse en una de las camillas, los padres de Milai estaban preocupados tuve que calmarlos.

Pero yo no podía estar calmado. La doctora dijo que era cansancio además de estrés.

Sus padres me preguntaron qué había pasado pero no supe qué responder, ellos solo asintieron con la cabeza, dejándonos solos, por alguna razón ellos ya sabían de mis sentimientos hacia ella, y estaba aprobado.

—Mi duquesa, no me dejes otra vez —besó su mano con mucho cuidado.

En el pasado todo estaba cubierto por una neblina negra en mi vida: padres que se preocupaban en sí mismos y una hermana la cual solo se quedaba callada guardándose todo para sí misma. Menuda familia donde la palabra familia llevaba comillas y mucha burla a su nombre...

Lo mejor que me pudo pasar fue la transferencia de instinto, no tenía nada que perder, amigos no eran amigos, solo me respetaban o llamaban por el poder que ejercía mi padre en una de sus empresas además de tener una madre bastante famosa.

Esa transferencia hizo que por primera vez sintiera que era el blanco de las personas no por mi dinero si no por el talento y claro no estaba demás lo atractivo que era.

Seguro Milai me diría que soy muy humilde con un mohín y una burla en esos ojos verdes llenos de vida.

En el momento que pisé el instituto todo era nuevo pero me llamó la atención una rubia con una sonrisa espectacular y esos ojos verdes fueron un deleite para mi vista, ella era una chica bastante hermosa además de alegre y carismática. El chico que estaba a su lado no era más que otro del montón.

Desde ese día la observé de lejos y ella era amable, no se daba cuenta lo tierna que era o lo brillante que era, pero esa sonrisa se fue apagando al ver al chico que estaba a su lado junto a mi hermana. Sentí enojo por ese chico que lo único que hacía era quejarse con Milai Gensin por los caprichos de mi hermana.

Al ver que su sonrisa se apagaba decidí hablar con Keiko pero ella toda presumida no me hizo caso, era claro que el imbécil de Logan Harper sabía de los sentimientos de Milai pero aún sabiéndolo él muy cobarde le decía y hablaba maravillas de la chica que le gusta. No pude hacer nada porque a pesar de verla triste ella era feliz de sólo estar cerca de ese idiota. Guarde mis sentimientos para mí, me limite a observarla y algunas veces mirar con odio a Logan, lo cual recibía otra mirada desafiante de Milai.

Aún enojada ella era hermosa, sus ojos cuchillo me enamoraron como no se imagina, y por fin a su lado mi vida era de un color diferente. Mis dos colores favoritos se transformaron en amarillo y verde.

Sólo observarla me llenaba de felicidad, ella era una bondad pura pero no lo eran las dos personas que estaban a su lado. Por más que me duela mi hermana no era nada buena, ella lo sabia y a la vez disfrutaba verla triste cuando Logan la prefería a ella y no a Milai. Un día antes del partido Logan afirmó el conocimiento de los sentimientos de Milai y no hizo nada. Para él la baqueta de novia era para Keiko y la banqueta de espera para Milai.

No sólo eso, el maldito bastardo dijo que las quería a las dos, pero había una preferida, no dudé en golpearlo sin detenerme, pero Milai fue directo a él mirándome con desprecio, enojo. Era el momento de parar así que me alejé.

Una vez la vi con el cabello negro y no dudé en ver lo atractiva que se veía con el cabello negro, lástima que se aferro a un idiota que le dijo que no se veía bien.

El tiempo pasó y los rumores de Keiko se esparcieron como pólvora, quien los creyó Milai Gensin, lo cual era un error, ella solo decía pequeñas mentiras difíciles de creer para que otros lo dijeran con más leña al fuego. Una villana hermosa que no hacía nada malo, solo ella se lastimaba. Milai lo dio todo por un idiota del cual sentía envidia.

Se me tensaron los músculos de solo recordarlo. Pero Milai, porque no recuerdas el día que escuchaste la verdad y aún así seguiste a su lado, porque no recuerdas que te declaraste y él solo te despreció, te humilló y aún así te quédate a su lado hasta el final.

¿Porque no lo recuerdas? Y piensas que todo fue tu culpa, su felicidad era solo decisión suya, y a cambio la que no fue feliz fuiste tú.

No hay duda, quiero matarlo, volví para hacerla feliz, volví para que esta vez ella no se aferre a un chico que no vale la pena. Que se aferre a alguien que la ama desde el pasado, que se enamoró de sus defectos y que ahora solo quiere estar con ella.

Odie cuando me aleje de ella, más me odie por haberla dejado sola.

— Enamórate de mi Milai Gensin — tome su mano poniéndola en mi corazón, mierda mi corazón solo latía por esta mujer.

—Cuántos más— respondió viéndome con una sonrisa, una sonrisa que había visto la primera vez que la vi.

— Mierda — Milai al menos avisa que despertaste —lo dije avergonzado, por lo que antes había soltado.

Milai solo sonrió dando un beso a mis manos, y a este paso no sabía quién era el conquistador y quién era el conquistado. Ella era la única que podía sacar esta bendita y maldita cursilería de mi parte.

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