"Nada es como lo imaginas todo cambia sin dudarlo"
Las palabras de Logan retumbaban una y otra vez en mi cabeza haciendo que pierda el control de mis emociones. Todo el mundo nos miraba expectante a lo que sucedería, esperando mi repuesta, una respuesta que no tenia pregunta si no una imposición por parte de la persona sonrojada y avergonzada que tenia al frente.
Mis manos tomaron esa camiseta apretándolas sin medir la fuerza, mire a Keiko quien tenia la mirada triste, sus ojos estaban apagados, la mirada de rabia de Loaiza al ver tal espectáculo era demasiado para afrontarlo.
Me pregunte a mi misma ¿Qué hubiera pasado, si en el pasado Logan hubiera actuado de esa manera? Tal vez sólo tal vez hubiera brincado hacia él, con la más grande felicidad robándole un beso, olvidando cada detalle de Keiko dejando el odio atrás.
Realmente hubiera sido feliz, pero ahora no quiero esto. La emoción mas fuerte que siento ahora es que nada esta bien, volví para hacerte feliz, volví para no cometer el mismo error, porque me lo complicas. Ahora mismo estoy agotada.
— ¿Que significa esto Logan?—pregunte con mucha seriedad, con desconcierto al saber su respuesta.
— No es claro, tu me gustas — respondió todo avergonzado mirándome fijamente a los ojos.
Sus ojos castaños mostraron cierto interés a unos ojos que no dudaron en evitar su mirada, Logan lo era todo para mi, cuánto entregue sólo por oír esas palabras, cuánto tuve que cambiar sólo para que me notara y ahora que lo hace quiero huir, salir de aquí, pero mis piernas no funcionan. Empezaron a temblar por la impotencia y rabia que siento, quiero gritarle la verdad pero no puedo, quiero decirle cuánto lo ame, quiero hacerle recuerdo que si estoy a su lado no tendrá un futuro feliz.
Mis ojos estaban apunto de derramar un millón de gotitas con una sonrisa para nada sincera, estaba tan avergonzada de mi misma, que antes de cerrar mis ojos y dejar que el llanto me invada una mano fría cubrió mis ojos.
— Entiende esto Logan Harper — me quito la camiseta — Milai es muy especial para mi y no dejare que idiotas como tu, la hagan sentir de esta manera. Tu camiseta nadie la necesita y ella menos — su voz estaba llena de enfado, nunca había oído así a Hiroshi.
— ¡Como siempre metiéndote en lo que no te importa verdad maldito imbécil!
Logan quiso dar un golpe, lo supe cuando todos empezaron a susurrar, a comentar como si no tuvieran nada más que hacer, no dudo que lo estén grabando, antes de que ese golpe llegue a Hiroshi lo detuve.
Mi corazón se acelero al ver a Logan confundido, al verlo en transe dejando caer aquel puño que estaba destinado a Hiroshi, por su parte Hiroshi me tomo de la mano, estando ahí para mí, no dejándome sola...
Ame a Logan más de lo que podía creer, lo ame tanto que no me importó hacer lo que fuera para que estuviera conmigo, y cuando intenté arreglar las cosas resultaron más terribles de lo que pensé, me preguntó si regresaría por esa razón. Sólo para que el destino juegue conmigo, con mis sentimientos. Como lo odio, porque ahora gracias a él me siento una completa basura.
—Escucha Logan, no quiero esto— mis lagrimas cayeron, lo mire fijamente sonriendo como siempre.
Antes de escuchar alguna objeción de su parte, apreté la mano de Hiroshi camino a la salida del campo deportivo, y mientras caminaba escuché muchas cosas de mí, como el hecho de quitarle el chico a alguien más o ser muy creída para rechazar al chico popular.
—Hiroshi lo siento— solté su mano. —Ve con Keiko, ella estaba triste.
Recordé que ella estaba de la misma manera que yo estuve en el pasado y eso no se lo deseo a nadie. Ese día lloré tanto, quise acabar con todo, pero a pesar de ese día las estrellas seguían brillando y mi amor por Logan también lo hizo.
— Duquesa lo acabo de decir frente a todos — me da un golpe en la frente que hizo que lo mire desconcertada — Para mí eres especial, lo siento si crees que soy un mal hermano pero ahora la que me importa eres tú — limpió mis lagrimas con la yema de sus dedos — Además dejaste de llorar ¿verdad?
La sonrisa de Hiroshi era contagiosa, hizo que todo lo que sentí hace poco se esfumara, sonreí de la misma manera porque esta vez yo no fui quien cometió el error, aunque muchos piensen diferente no lo hice yo.
—Hiroshi ¿crees en el destino? —pregunté al ver las estrellas, que hoy como ese día también salieron.
Hiroshi no respondió, en cambio me llevó a un lugar lejano, casi corriendo, el hecho era de que en ese lugar que parecía un puente de madera pero era más bien un lugar dónde era un buen sitio para comer, se veían mejor las estrellas...
El restaurante era elegante y el lugar donde estábamos era el jardín de este restaurante por eso se veía muy hermoso de noche, aunque dudo que nos permitieran estar en este lugar. No quiero que me arresten por allanamiento de lugar.
— ¡El destino se puede ir a la mierda! — dijo sin importarle si alguien podía escucharlo, respondiendo a la pregunta de antes — De qué sirve el destino cuando yo mismo puedo forjar otro para mí — me dio una mirada junto con una brillante sonrisa.
Siempre creí que el destino había hecho que vuelva, que ellos dos estén juntos, pero si escucho a Hiroshi él tiene razón, el destino no existe, sólo es un camino que tú formaste, sólo es un medio para que encuentres tu camino, después de todo lo resuelves tú.
—Cada vez me impresionas más Hiroshi Sato— doy un toque a esas mejillas, que de un momento a otro se volvieron un poco rojas.
La noche estaba brillante, las estrellas junto con la luna alumbraban sin detenerse. Era como esas historias donde los protagonistas se dan su primer beso. Lo lamento pero ahora no quiero saber nada del amor.
— Duquesa ¿Quieres unas cervezas? —preguntó sin inmunidad en su rostro; él no bromeaba.
—Desde cuando el espléndido Hiroshi toma cerveza— me sorprendió bastante.
En el pasado tomaba unas cuantas copas al sentirme agotada por el comportamiento de Logan, así que me aferre a las bebidas, y por más que llegara tomada, Logan sólo se quedaba encerrado en su habitación. Tocaba la puerta en pequeños golpes, y al no recibir respuesta me sentaba en su puerta, expresando mis sentimientos...
Nunca te emborraches, sólo consigues hacer el ridículo y por un demonio te atreves a decir lo que nunca dirías si estuvieses en tu sano juicio. Mi suerte o maldición era que Logan nunca escuche mis desatinadas confesiones de amor.
— Pareces inteligente pero das mucho que desear —se va soltando tal disparate en mi cara, con las manos en el bolsillo.
Corrí donde él y salté en su espalda, y no tardó en sujetar mis piernas y llevarme a ¿dónde?
Estaba todo oscuro, sólo algunas lámparas estaban prendidas, en ese lugar parecía que las residencias eran de lujo y de gente que tiene mucho dinero. Me preguntó qué hacemos aquí, para mi pregunta hubo una respuesta cuando Hiroshi entró en un edificio bastante majestuoso, las paredes blancas desde afuera, por dentro era más adornado que nunca, había un colgante de luz que parecía un diamante gigante.
Las ventanas estaban cubiertas por una cortina de tercio pelo y ni hablar de los muebles que para mi suposición eran un lugar donde pasar el rato.
Las personas que habían ahí, eran tipo, qué hace aquí esa plebeya, fue su mirada cuando me vieron en la espalda de Hiroshi, por instinto oculté mi rostro. Hiroshi no tardó en subir al ascensor para dirigirnos a un no sé.
—¿Te incomodan sus miradas?— preguntó enojado, lo pude ver por el espejo del ascensor.
Diablos no sabía que había un espejo en el ascensor, Milai en qué mundo vivís.
—Un poco— lo abrasé un poco más fuerte de lo que estaba.
—No les hagas caso, la gente con dinero piensa que puede hacer lo que quiera cuando quiera —soltó una risa agria—. El dinero puede comprar todo, menos un corazón.
Sus palabras estaban en lo correcto, de sólo verme ya me juzgaron, pero me lo acaba de decir el tirano que hace lo que quiera cuando quiera y que además me está llevando a un lugar que es más claro que sólo es para personas de narices respingadas.
— ¿Por qué me miras así? — preguntó al ver como lo miraba desde el espejo, mi mirada estaba escrita "si estoy viendo uno" a lo que él solo se río.
Quise reírme pero ahora esa risa sólo sería falsa, porque a pesar de estar aquí con Hiroshi no se me olvida lo que sucedió hace una hora...
Al salir del ascensor, sacó unas llaves y abrió la puerta negra. Era tarde para preguntar donde estábamos ¿verdad? El lugar era cálido, estaba desordenado, con ropas de aquí para allá, los muebles negros combinaban muy bien con la paredes blancas y cortinas del mismo color. En el sofá estaba una colcha azul y en la mesita había muchos platos de comida. Era bastante obvio dónde estaba.
—¿Por qué me trajiste a tu departamento Hiroshi? —pregunté al ver el lugar por segunda vez.
—¡Por qué aquí hay cervezas! —sacó dos botellas del refrigerador.
Había un mesón grande de forma horizontal con una cocina de cajonería alta y baja, en la parte derecha de la sala, también estaba un refrigerador del cual el tirano sacó las cervezas pero mire el lugar, lo mire a él que estaba junto a las cervezas y no dude en hacer de ese lugar uno limpio.
Milai enseña cómo ser un buen limpiador al tirano.
Empecé por decirle que lleve su ropa a la lavadora, después comencé lavando los platos que había en la sala, y pasó unas dos horas para que dejemos el lugar bastante limpio.
—Ni mi madre me había hecho limpiar a sí en mi vida— se quejó.
—Pues ya era hora de que sepas mantener tus cosas limpias —dije al mirarlo con el ceño fruncido y mohín de fastidio.
—Por eso y nada más cásate conmigo Milai— soltó de un momento a otro.
Hice como si no me importara diciendo que no se haga el chistoso, pero Hiroshi me respondió con un "no es una broma". Antes de que dijera algo más, el timbre sonó, otra vez una de las que me salvan.
El tirano aseguró que una buena cerveza es mejor acompañarla con una pizza. Lo cual no negué porque a mí me encantaba la pizza.
Hace tanto tiempo que no había probado una cerveza y al momento que lo hice parecía desesperada, olvidé la vergüenza y recordé que mi cuerpo tenía 17 años y que a los 23 años era resistente pero ahora estoy apenas con mis 17.
Recuerden que el alcohol es malo, me dije a mí misma después de haber perdido la cabeza.
En las tres etapas del malito alcohol, vienen la loquera, la lloración y por último el desmadre. Lastima que la mía fue la lloración, me quejé de todo y de nada, solté muchas verdades que Hiroshi no debía saber y que tal vez me consideraría una loca. Pero no pude parar cuando le dije porque me había enamorado de Logan, porque odie a Keiko cuando apareció, como también contarle acerca del incidente de Logan.
En unos pocos minutos no dejaba de hablar y soltar todo como una bomba.
Hiroshi no dijo nada, solo me sonrió, y sentí como sus labios me atrapaban en un arranque lo cual no me disgustó, su beso era más cálido que nunca, su agarre era fuerte pero a la vez amable y por dios ese beso era delicioso. Hiroshi me dio una pequeña mordida para después completarla con un beso lindo en la frente. Mi primer beso fue el mejor, ni hablar del beso que le di a Logan en el pasado y se sintió tan pesado y agotador sólo por esa mirada de arrepentimiento que me dio.
—Mi duquesa te amé en el pasado, te amo el presente y no dudo amarte en el futuro.
Lo último que dijo me dejó con la mirada perdida, los labios hinchados y como toda persona en estado etílico me quedé dormida en los brazos de aquel besador que de seguro mañana no recordaría nada de lo que acababa de suceder.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 26 Episodes
Comments
Maria Vázquez torres
cómo también volvió el
2024-07-03
0