Momentos 2

—¿A dónde iremos ahora marqués?— intrigada, preguntó.

—Como todas sus pertenencias se perdieron en el incendio, debemos resurtir al menos su guardarropa— sonrió, tomándole la mano. —No debe preocuparse por nada, yo me haré cargo de los gastos— pudo notar la mirada de Sophia, reflejaba culpa aún. Además asumía que con sus pertenencias también había perdido su dinero y aunque al final le pagarían por las nuevas armas, quería que no gastara en cosas que no debía o simplemente quería consentirla.

—Gracias marqués, sin embargo de mis gastos me hago cargo yo. Tengo la suficiente solvencia económica como para darme ese lujo— de un círculo casi invisible, Sophia sacó una bolsa con monedas de oro.

—Usted no deja de sorprenderme— Noil, aunque dijo que se sorprendió, fue más su susto, pues de apenas ver cómo desaparecía la mano de Sophia dentro de algo que él no podía ver ni comprender, se asustó.

—Debería ver su rostro en este momento, dice todo lo contrario a lo que dicen sus palabras— ella comenzaba a reír, burlándose del marqués

—Es totalmente cierto que no es ninguna bruja, se puede comprobar por como es con los humanos normales, pero tiene capacidades que no cualquiera es capaz de llevar a cabo. ¿Cómo es que guarda su dinero en un lugar así?— se cuestionaba, y no era para menos, nadie podía hacer eso. Al menos el dinero del imperio se guardaba en bóvedas y solo una persona tenía la llave, además cada noble y plebeyo se hacía cargo de cuidar su propio dinero, él simplemente no entendía como Sophia podía tener algo como una caja de objetos sin fondo.

—Puedo darle una— lo dijo haciendo parecer que no era nada importante o difícil de lograr. —Pero esto debe quedar entre nosotros, nadie más puede tener este lujo, ¿le parece?— sonrió y guiñó uno de sus ojos, acto que hizo sin pensar.

—Eso me haría muy feliz— gustoso aceptó, pues al tener un secreto como ese, era el inicio de algo, por eso su gran felicidad.

Pasado un largo recorrido, por fin habían llegado al pueblo más cercano. Al bajar, Sophia se maravilló, ya que a pesar del tiempo que llevaba en ese mundo, no había podido apreciar las maravillas de éste.

Noil pudo ver la sonrisa en aquella hermosa mujer caminando a su lado, por lo que se ofreció a mostrarle los lugares más concurridos. Desde su pastelería favorita porque hacían aquel pastel de fresas que tanto le recordaba a su madre hasta la tienda de zapatos, donde sus padres le compraron siempre sus zapatos.

—¿Esta seguro que estos son los lugares más concurridos marqués?— trataba de burlarse

—Si. Los más concurridos por mi, solo quiero que me conozca más y tal vez así usted quiera compartir sus gustos conmigo— su expresión era sincera, frente a Sophia se mostraba tal cual era.

—Me gustan las flores, también el color azul, amo a los animales, pero prefiero que vivan en su hábitat, me encanta cocinar y solo lo hago por las personas que me importan, además me gusta diseñar cosas, usted ya lo vio, soy buena para crear cosas— de un momento a otro, dejó salir varios de sus gustos tratando de hacer feliz al hombre que tenía a su lado. —¿Qué más le gustaría saber marqués?— sonriente preguntó

—¿Yo le gusto?— firme y nervioso por la respuesta a su pregunta, la realizó

—No lo voy a negar, usted me gusta, pero eso no es suficiente. Con una persona como yo, el físico no basta— comenzó a caminar, para no entrar en detalles sobre las dudas del marqués.

—Le agradezco, esa era la respuesta que buscaba para decidirme— corrió para alcanzarla y le dijo eso. Algo que no entendió en su totalidad Sophia, aunque pudo intuir que se trataba de su intento de conquista.

Más adelante entraron a una tienda de ropa muy conocida, pero en realidad a Sophia no le gustaban los vestidos tan pomposos que se vendían, además eran colores muy vivos y ella prefería los neutros, así que optó por no comprar nada.

—Marqués, ¿hay aquí algún sitio donde vendan ropa algo más sencilla?— preguntó, pues prefería ese tipo de ropa a la que vio anteriormente.

—¿Se refiere a ropa para el pueblo?— se sorprendió por la pregunta de Sophia

—Usted vio como llegué vestida a este imperio, a pesar de ser simple, con esa ropa me sentía muy cómoda. Si aquí ven esa forma de vestirse de mala manera, será mejor que no lo vean conmigo, pues a menos que sea para un evento muy importante, yo me vestiré de manera sencilla como siempre—

Esperando una reacción negativa de parte del marqués, Sophia dijo eso demostrando enojo, pues sentía que podría ser hecha menos por solo utilizar un tipo de ropa diferente al que normalmente usan en el imperio Solen.

—Me alegro escuchar esto, entonces vamos a la tienda de un buen amigo mío, justo el me hace la ropa— sonrió así sin más.

Cada acto realizado por Noil, sorprendía a Sophia, en este caso, volvió a tomarla de la mano y no se enojó, sino que la admiró aún más porque no le importaba lo que los demás pensaran de ella, algo que realmente describía a las mujeres nobles, que siempre buscaban la aprobación del resto de la gente.

Caminaron por unos callejones hasta llegar a una pequeña tienda, era un lugar pequeño pero hermoso, eso le gustó a Sophia.

—Mi señor, bienvenido. Aún no está su pedido listo, aunque tal vez me equivoqué en la fecha de entrega— un hombre adulto, saludaba a Noil, con una amabilidad admirable

—Aún no es momento señor Oliver, hoy he venido a comprar ropa para esta bella mujer— presentaba a Sophia de esa manera, lo que la hizo sonrojarse un poco.

—Mucho gusto, mi nombre es Sophia Brunet. Me gustaría comprar varias prendas de su tienda, es un gran trabajo el que hace— decía amable

—Mi lord, no sabía que se había comprometido— sonreía por la buena noticia —además es una señorita muy hermosa y amable, de verdad que encontró a la mujer adecuada para usted— lo felicitaba estrechando su mano.

—No tiene una idea de cuánto me gustaría que ella aceptara ser mi esposa, pero no le intereso, rechazó mis sentimientos— se mostró triste

—Le di la oportunidad de conquistarme, si lo logra, aceptaré ser su esposa marqués— la manera que encontró para defenderse en ese momento fue aquella.

Los ojos de Noil brillaron con lo que dijo Sophia, ahora más que nunca haría todo lo posible para conquistar a la mujer frente sus ojos.

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